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dimecres, 17 d’agost del 2022

CARTA LXXIII. Secularización de la iglesia de Solsona, y erección en sede episcopal. Catálogo de sus obispos.

CARTA LXXIII. 

Secularización de la iglesia de Solsona, y erección en sede episcopal. Catálogo de sus obispos. 

Mi querido hermano: Varias veces te he dicho que el papa Clemente VIII secularizó las canónicas Agustinianas de los condados de Barcelona, Rosellón y Cerdaña, expidiendo para ello su bula fecha a 1.° de Agosto de 1592. Ahora añado que la primera que entre ellas expresa es la de Santa María de Solsona; la cual por otra bula de 19 de Julio de 1593 erigió en iglesia catedral, desmembrando al efecto el dilatadísimo territorio de la diócesi de Urgel, agregando alguna porción del de Vique, y creando las dignidades de deán, arcediano, chantre y tesorero, con doce canonicatos. Dotó la mensa episcopal con las rentas de la abadía suprimida, y con las del priorato de benedictinos de S. Lorenzo de Morunys: las dignidades con las rentas de la abadía de Vilabertran secularizada (cosa que no se verificó en gran parte): y la mensa canonical con los réditos de todos los oficios claustrales suprimidos, con los prioratos de Rocarosa, de S. Pedro de Clará, de Santa María de Gualter y de S. Emeterio y Celedonio de Sellés; de cuyos monasterios antiguos se hablará a la larga cuando se trate de los suprimidos en la diócesi de Urgel. A la sacristía y fábrica asignó los prioratos de canónigos reglares de Serrabona y de Castellnou, en la diócesi de Elna. Dicha bula tardó a publicarse hasta el 20 de Febrero de 1595, después de estar ya en posesión el primer obispo. Con esta ocasión erigió en ciudad la villa de Solsona; lo cual debe tenerse por una declaración de estilo, porque cierto es que los documentos desde el siglo X y XI, la llaman siempre urbs y civitas. El rey Felipe II autorizó esto mismo con su decreto de 30 de Julio de 1594. No es menester que yo diga las dificultades que hubo que vencer en el establecimiento de la nueva sede y capítulo, en la consignación de rentas y demarcación de territorio &c. Mas era muy grande el bien que de ello debía resultar a esta feligresía, cuanto lo era el daño que le causaba la distancia e influencia remota del obispo: daño que todavía lloran otras ciudades y partidos de gran población, a los cuales alcanza muy de tarde en tarde y cansada la voz del pastor, por impedirlo los muchos negocios que cargan sobre él, o la dilatada e irregular demarcación de sus diócesis, u otras causas, que aun siendo justas en sí, acarrean a la grey perjuicios notables. Objeto es este muy digno de la atención del Gobierno, que aun en lo temporal sacaría grandes ventajas de la desmembración de unos obispados, y de los nuevos y más cómodos límites de otros. Mas esto ni a mí me toca, ni es de este lugar. Vengamos a la serie de estos obispos, que es de lo que se sirve la historia: y ya sabes que sólo me toca fijar las épocas de los hechos, sin pararme a elogiar las virtudes. El primero fue

I. Luis Sanz y Codol, natural de Puigcerdá, donde fue bautizado a 20 de Diciembre de 1547, doctor en leyes y cánones, beneficiado de la parroquial de su patria, cura de S. Martín de Ur, canónigo y vicario general muchos años de la iglesia de Urgel, donde fue admitido a 8 de Mayo de 1574; y después proveído en un canonicato de Barcelona, vacante por promoción al consejo de Cataluña y sacristía de Tortosa de su tío Micer Gerónimo Manegat, sucediéndole también en el cargo de formar inventario de todas las escrituras del archivo real de aquella ciudad, y también abad comendatario de Gerri. Este fue el primer obispo de Solsona nombrado por el rey Felipe II, cuya noticia recibió en Barcelona a 4 de Agosto de 1594. Tomó posesión a 13 de Febrero de 1595. En 23 de Abril del mismo año ya celebró órdenes en la iglesia de S. Severo de Barcelona. A 4 de Abril del siguiente 1596 asistió al reconocimiento del cuerpo de S. Raimundo de Peñafort con el arzobispo de Tarragona D. Juan Teres (Terés), el obispo de Barcelona D. Juan Dimas Loris, el de Vique D. Pedro Jaime, y el de Elna D. Francisco Robuster y Sala. Vino a Solsona en el Noviembre del mismo año, donde fue recibido con la alegría que es de presumir. Dedicose luego a visitar y ordenar su nueva esposa; para lo cual dispuso algunas constituciones que se publicaron el día 3 y 4 de Noviembre de 1597. Entre otras cosas ordenó que de los doce canonicatos ocho fuesen presbiterales, dos diaconiles y dos subdiaconiles. Convocó y tuvo sínodo el día 1.° de Abril de 1598, después del cual salió a visitar su diócesi, comenzando por Cervera. Otros sínodos y visitas repitió en los años siguientes. En el de 1607 se dio posesión al primer canónigo penitenciario de esta nueva catedral. Gobernó este obispo su iglesia hasta el día 19 de Septiembre de 1612 en que tomó posesión de la de Barcelona, adonde fue trasladado, y donde murió en 1620. Sucedióle 

II. Fr. Juan Alvaro o Albaro, cisterciense, abad del monasterio de Veruela, cuyos registros le suponen natural de Calatayud, aunque Moreri, D. Nicolás Antonio y otros dicen que nació en Torralba de Aragón. Entró en dicha religión a 13 de Abril de 1566: fue confesor de las monjas de la Zaidía de Valencia por espacio de 22 años, y en el de 1602 fue nombrado para la abadía de Veruela: la cual sirvió hasta el 1612 en que fue electo obispo de Bossa en Cerdeña; y estando ya en Barcelona para verificar su viaje fue promovido a esta silla, de que tomó posesión a 26 de Julio de 1613. Al mismo tiempo fue nombrado abad del monasterio de Gerri. Luego convocó sínodo para el 13 de Mayo de 1614. Erigió en colegio de padres dominicos la casa hospital llamada comúnmente den Llobera, fundada en 1411 por Francisca, mujer de Bernardo Guillem de Peramola (piedra muela). Verificose la nueva fundación en 1617, y tres años después fue erigida en universidad, con facultad de conferir grados, que disfrutó casi un siglo, hasta la reunión de todas las de esta provincia con la de Cervera. Defendió con celo el derecho a las parroquias asignadas a su diócesi, desmembradas de la de Urgel; y vio terminado este pleito perjudicial. Finalmente murió visitando su diócesi en Tárrega a 13 de Octubre de 1623. Trájose acá su cadáver, y se enterró en el presbiterio de la catedral. 

Su retrato existe en la escalera del colegio de padres dominicos con su nombre, apellido y escudo de armas, que son castillo con puerta y almenas en campo obscuro, un árbol en campo blanco, al cual se dirige una ave desde el castillo y cinco abarcas en campo rojo. De los escritos de este prelado pueden verse los citados Nicolás Antonio y Moreri. 

III. Miguel Santos de San Pedro, tomó posesión de esta iglesia a 7 de Julio de 1624. También obtuvo como sus dos antecesores la abadía de Gerri. En este primer año y los dos siguientes publicó varias pastorales, y visitó su catedral y toda la diócesi. A principios de 1627 pasó a Barcelona con el cargo de capitán general, que regentó hasta la mitad del año siguiente en que regresó a Solsona, y se dedicó a formar un código de leyes generales para toda la diócesi, las cuales publicó en el sínodo que tuvo a 11, 12 y 13 de Septiembre de 1629. Estas constituciones con las del sucesor Fr. Pedro de Santiago impresas después, como se dirá, son las que hoy rigen en este obispado. A fines de ese mismo año le nombró el rey presidente del consejo de Castilla, para lo cual pasó a Madrid, y a principios de 1631 fue promovido al arzobispado de Granada. Aquí se declaró esta vacante en 12 de Marzo de ese año. Créese que fue tío de Don Bartolomé Santos de Ribosa, electo obispo de Almería en 1633, y natural de Santervas, reino de León. Una memoria no debo callar de este prelado, y es haber renunciado en 1630 la abadía de Gerri que tenía en encomienda, pidiendo al mismo tiempo al rey que la diese en propiedad a quien cuidase de desempeñarla. Desprendimiento ejemplar, que antes y después de este prelado no tuvieron otros poseedores de semejantes dignidades. Sucedió 

IV. Fr. Pedro de Puigmari (Puigmarí, podio marino) y Funes, natural de Aveles, obispado de Elna, y benedictino de la congregación claustral Tarraconense, en la cual fue sucesivamente abad de Amer, Breda y Cuxá. Tomó posesión de esta silla a 15 de Abril de 1631. Antes de salir de Barcelona para Solsona ya dirigió a su clero y pueblo dos pastorales impresas, como preparándole para su gobierno celoso que fue bien corto. Otras pastorales y edictos publicó, de que se halla una colección en la biblioteca episcopal: tuyo dos sínodos, visitó toda la diócesi por una vez, y en la segunda murió en Bellpuig a 25 de Diciembre de 1634: traído acá su cadáver fue enterrado en el presbiterio en la sepultura común de los obispos, que antes lo fue de los abades. Sucedió

V. Fr. Diego Serrano de Sotomayor, nacido en Chillón, obispado de Córdoba en 1578, general de la orden de la Merced. Tomó posesión de este obispado a 12 de Marzo de 1636, y lo gobernó hasta el 1.° de Septiembre de 1693 en que pasó al de Segorbe, como dije en lo de aquella iglesia. Se señaló particularmente este obispo en el cuidado y recogimiento de su familia. Sucediole

VI. Fr. Pedro de Santiago, natural de Jaca, hijo de Pedro de Anglada. Entró en los agustinos descalzos, de quienes fue vicario general. Tomó posesión de esta sede a 5 de Abril de 1640. En el Septiembre inmediato tuvo sínodo, y otros dos en los dos años siguientes. Por las actas del último que quedan incompletas, consta que el partido francés, que a la sazón gobernaba en Cataluña, le desterró de su iglesia e hizo pasar a Aragón. Estando allí, y recobrada la ciudad de Lérida por las armas del rey católico, fue promovido a aquella silla nuestro obispo, cuyas bulas despachó el papa Inocencio X en 14 de Noviembre de 1644, y la silla de Solsona se declaró vacante en 22 del Diciembre inmediato. Esto consta en los registros originales de acá. Las guerras que acabo de indicar, y que son bien conocidas, tuvieron a esta iglesia sin obispo por espacio de 13 años. En cuyo tiempo hay memoria de algunos electos. Uno de ellos fue Fr. Josef de Lainez (de Laín, Laínez), agustino, el cual suena con título de obispo de Solsona hasta el año 1653 en que fue promovido a la iglesia de Guadix. Al mismo tiempo por nombramiento del rey de Francia se llamaba obispo de Solsona Fr. Vicente de Margarit, que suena así desde 1647 hasta 1652. En las actas capitulares de Urgel desde el día 3 de Enero de 1655 hasta todo el 1659 suena Juan Bautista Chaveri y Valentí, arcediano mayor de Urgel y electo obispo de Solsona. Este también lo fue por el rey de Francia, porque el de España nombró a otro, que llegó por fin a tomar posesión, y fue

VII. Fr. Francisco Roger, natural de Barcelona, de la orden de Santo Domingo. Tomó posesión de esta silla (después de 4 años de electo) a 22 de Marzo de 1657. 

Luego convocó sínodo, visitó la catedral y obispado, y en medio de estos y otros ejercicios episcopales murió en esta ciudad a 18 de Enero de 1663. Sucedió 

VIII. Fr. Luis de Pons y de Squerrer, natural de Montclar, diócesi de Urgel, benedictino claustral Tarraconense y abad del monasterio de Arlés. Tomó posesión de esta silla a 4 de Noviembre de 1664. Celebró seis sínodos, y en el tercero de ellos se decretó la impresión de las constituciones de sus predecesores Miguel Santos y Fr. Pedro de Santiago, y así se verificó. Las he visto impresas en Barcelona apud Mathevat 1665. Reimprimió el ritual de Paulo V, que ya había acomodado al uso de esta diócesi su antecesor Puigmari. Murió en esta ciudad a 4 de Enero de 1685. Cuentan que la ocasión de su muerte fue que quiso tomar un purgante preparado con clara de huevo (albúmina), y lo que en la receta decía albumin. ov., el boticario leyó alumin. ust., con que le puso alumbre calcinado en lugar de clara de huevo. Una cosa semejante me acuerdo haber leído en los apuntamientos de Pedro Simón Abril. 

IX. Manuel de Alba, natural de Madrid, tomó posesión de esta silla a 8 de Octubre de 1685, y la dejó por traslación a la de Barcelona en 3 de Noviembre de 1693. En un sínodo que tuvo en Enero de 1686 nombró por patrono de toda la diócesi a S. Raimundo Nonat.

X. Fr. Juan de Santa María. Alonso y Valeria, natural de Albarracín, de la reforma de franciscos de S. Pedro de Alcántara, tomó posesión a 27 de Abril de 1694. Tuvo además en encomienda el priorato de canónigos del Santo Sepulcro de Calatayud. En 1696 fue nombrado embajador de Carlos II a la corte de Viena. Otros negocios públicos manejó, siendo muy estimado de los papas y reyes. Fue trasladado a Lérida a 1.° de Junio de 1699.

XI. Fr. Guillermo de Goñalons, natural de Leyor, en la isla de Menorca, religioso agustino, tomó posesión a 31 de Mayo de 1700: murió a 12 de Agosto de 1708, habiendo seguido el partido de la casa de Austria en las guerras de sucesión. 

Enterrose en el convento de su orden de Barcelona. El rey Felipe V dio luego este obispado a Miguel de Marimón, arcipreste de Ager, y hermano del famoso obispo de Vique de este nombre; pero murió luego en 1709, y así prevaleció la elección hecha por el archiduque Carlos en

XII. Fr. Francisco Dorda, natural de Mataró, cisterciense y abad de Poblet, el cual tomó posesión de esta silla a 3 de Abril de 1710. Ganada Barcelona y toda Cataluña por Felipe V en 1714, fue extrañado de su diócesi con carta orden de 11 de Enero de 1715, y tratado como intruso. Retirose a Poblet, donde lleno de disgustos murió a 3 de Diciembre de 1716.

XIII. Fr. Pedro Magaña, natural de Alfaro, en la Rioja, benedictino observante, tomó posesión de esta silla a 7 de Agosto de 1717. Murió a los tres meses y once días de su residencia en esta ciudad, día 9 de Febrero.

Fue electo luego D. Josef Taverner y Ardena; mas no llegó a tomar posesión, porque en 1720 fue trasladado a la silla de Gerona, como allá se dirá. Con esta ocasión fue nombrado 

XIV. Tomás Brotó y Pérez, maestre-escuela que era de Zaragoza: tomó posesión a 8 de Agosto de 1720, y murió en Abril de 1736. En su tiempo, se suscitó la pretensión de Cervera sobre la traslación de catedralidad a aquella ciudad tan favorita de Felipe V. Reimprimió en 1725 el ritual de esta diócesi. También se construyó el altar mayor de la catedral, el cual bendijo este obispo a 20 de Mayo de 1731. Cuatro años antes se colocó en la capilla actual la imagen de nuestra Señora del Claustro. Sucediole 

XV. Fr. Josef Esteban de Noriega, natural de Salamanca, canónigo premonstratense: tomó posesión de esta silla a 10 de Abril de 1738. Murió en Bellpuig estando en actual visita a 10 de Mayo de 1739, no dejando tan temprana muerte disfrutar a esta diócesi de la literatura que su pastor mostró en su juventud en varias disertaciones, cuya noticia hallarás en Moreri. Fue enterrado en el presbiterio de la capilla de S. Pedro de esta catedral.

XVI. Fr. Francisco Zarceño, natural de Colmenar de Oreja, arzobispado de Toledo, religioso trinitario calzado: entró en posesión de esta silla a 15 de Febrero de 1740. Murió a 23 de Enero de 1746 en su palacio. Tiene su entierro en nuestra Señora del Claustro, a la parte del evangelio.

XVII. Fr. Josef de Mezquia, natural de Salvatierra, en Álava, mercenario calzado, tomó posesión a 30 de Noviembre de 1746. Era menester un largo artículo para decir su solicitud pastoral en sínodos, visitas &c., su pobreza personal y liberalidad con los pobres, y su virtud como persona privada y como obispo. En su tiempo, a saber en 1757, fundaron los padres Escolapios, y en el siguiente las religiosas de la Enseñanza. Murió con grande opinión en su palacio a 9 de Septiembre de 1772. 

Se enterró en la capilla de nuestra Señora de la Merced. (mercedario : mercenario) 

XVIII. Fr. Rafael Lasala y Locela, de quien puesto que he tenido ocasión, no quiero dejar perdidas las noticias que he adquirido. Nació en Vinaroz a 7 de Agosto de 1716. Tomó el hábito en el convento de S. Agustín de Valencia día 23 de Agosto de 1731, donde fue prior, como de otras casas de su orden; y en aquella universidad obtuvo la cátedra de filosofía, y sucesivamente la de matemáticas. Su grande y escogida sabiduría y virtud le elevaron al obispado titular de Adramita en 1767; y el año siguiente a 20 de Marzo fue consagrado en el convento de S. Felipe el Real de Madrid. Muerto el arzobispo de Valencia D. Andrés Mayoral, el sucesor D. Tomás Azpuru, que siempre estuvo en Roma, como encargado de los negocios de la corona, le nombró gobernador del arzobispado, donde además de otras muestras de su celo y prudencia, la historia conserva entre otras cosas viva la memoria del sabio plan de estudios que extendió de orden del Rey, los procesos que formó para la beatificación del V. Antonio Margil, franciscano, y la V. Inés de Beniganim: la consagración de la iglesia de la orden de Montesa a 3 de Noviembre de 1770, y de la de los PP. Escolapios dos años adelante a 18 de Abril. Poco después fue nombrado para esta silla, de la cual tomó posesión a 18 de Junio de 1773, haciendo su entrada en esta ciudad cinco días después. En el sínodo que luego celebró quiso que el subsidio caritativo, con que según costumbre le acudieron los curas y que importó 40 (símbolo) mil reales, se distribuyese entre los pobres de las mismas parroquias. Ayudó mucho a la conclusión de la fábrica de los PP. Escolapios: y costeó por entero la de su palacio episcopal, que era, según me han dicho, indecentísimo; cuya descripción omito, porque ya Ponz la hace muy detenida, publicando también la inscripción de la fachada. En la epidemia que afligió a su diócesi en 1783, hizo venir al médico Masdevall; con lo cual y con su buena diligencia y limosnas contribuyó mucho al alivio de sus feligreses. Era dadivoso sobremanera en las limosnas, cuya abundancia y los demás gastos no pudiera sobrellevar, atendida la tenuidad de sus rentas, a no ser tan grande como era su frugalidad, y la economía de su persona y familia. Consagró la iglesia de Iborra en 1782, autorizando el milagro de la Santa duda de que ya te hablé. 

Todas estas cosas, y algunas otras propias de su celo pastoral, no valdrán tanto para los literatos, como los dos catecismos que compuso e imprimió en Cervera en 1791. El santo afán con que en todas sus visitas y en sus continuos sermones en la catedral declaraba las verdades de la doctrina, no se dio por contento si no dejaba escritos estos dos libros, uno intitulado menor en 8.° de pocas hojas, para los niños y rudos, y otro mayor en folio para facilitar a los párrocos el ejercicio de catequistas. La exactitud, claridad y debida extensión que se ve en estas obras, así como las han hecho sumamente útiles a los encargados del ministerio eclesiástico, así perpetuarán en su diócesi y en toda la república literaria la memoria de este prelado, que tan oportunamente y con tan buen ejemplo supo valerse de todos sus conocimientos en las ciencias matemáticas para hacer este gran servicio a la religión. Murió este obispo a los 76 años de su edad, día 17 de Junio de 1793, y fue enterrado donde él por su humildad lo mandó; esto es, a los pies de su antecesor Mezquia.

XIX. Fr. Agustín Vázquez Varela, natural de Novelúa, cerca de Lugo, cisterciense y abad de Poblet, autor de una disertación sobre el breviario, misal y ritual de su orden, la cual publicó en 1783. Durole poco el pontificado: murió a 11 de Febrero del año 1794. 

XX. Fr. Pedro Nolasco Mora, natural de Barcelona, mercenario calzado y general de su orden, tomó posesión a 12 de Diciembre de 1794. Este es el obispo actual. 

A Dios. 

P. D. Al principio de esta carta mencioné varios monasterios ya suprimidos, cuyas rentas sirvieron para dotación de la nueva catedral de Solsona. De todos ellos se ofrecerá en adelante ocasión de hablar con más oportunidad. Y por si no la hay acerca del priorato de Roca Rosa, diré de él lo que tengo a mano. Era este un monasterio de benedictinos, situado en el condado de Gerona, y en el término de Ostalrich, el cual fundó Geraldo de Cabrera, vizconde de Gerona y de Urgel, cediendo y donando plenamente a un monje llamado Bernardo, el alodio de la Fredena, para que allí edificase una iglesia en honor de Santa María. Hízose esto en el año 1145, VIII de Luis el joven, con anuencia del obispo de Gerona Berenguer de Llers, el cual subscribe en la escritura que de ello se formó, como también otros dos Berengueres, el uno abad de Vilabertrán y el otro de S. Félix de Gerona. Va copia del documento (a: Apend. n. XI), sacada del cartoral de dicho monasterio, el cual existe en esta iglesia de Solsona. El sitio de la Fredena estaba muy cercano y hacia el occidente de Roca Rosa, punto que siendo por algún motivo más famoso, dio nombre a la nueva casa, de manera que sólo con él era conocida. Así todas las escrituras de dicho cartoral la intitulan Sancta Maria de Rupe ruffa, de rauca rosa, y alguna vez rupis flave (roja; rubea; rosso, rossa en italiano). De ellas mismas  consta que fueron sus priores: Bernardo en 1145. - Guillermo Arnaldo de 1185 a 1196. - Bernardo de Lemena de 1197 a 1202. - Pedro de 1203 a 1205. - Juan de 1206 a 1235. - Raimundo de 1237 a 1240. - Arnaldo de 1240 a 1257. - Vidal de 1262 a 1269 - Guillermo Lloret (Loreta, Loreti) de 1275 a 1294. - Bernardo Loreta de 1300 a 1309.

divendres, 8 de juliol del 2022

Carta XXXVIII. Catálogo de los obispos de la santa iglesia de Tortosa

Carta XXXVIII. Catálogo de los obispos de la santa iglesia de Tortosa después de su restauración.  

Mi querido hermano: Ya dije que cuando el conde D. Ramón libró esta ciudad del poderío de los moros, quedó su iglesia sujeta a la de Tarragona, como parroquia suya; y que al arzobispo de aquella metrópoli cedió el conquistador los diezmos de ella, con dos hornos para la mesa pontifical y canonical. Muy pronto mudó el conde de parecer, acordándose de los gastos y sacrificios que le había costado la toma de esta ciudad, y trató luego de restaurar en ella el lustre antiguo de la silla episcopal. Era entonces muy conocida la santidad del monasterio de S. Rufo de Francia; y estimulado el conquistador de la devoción que su madre Doña Dolza (Dolça), condesa de Provenza, tenía a aquella casa, lustre de sus estados, quiso ennoblecerla más eligiendo por primer obispo de Tortosa a I. Gaufredo, abad de aquel monasterio, el cual fue consagrado en Tarragona por su metropolitano a 5 de Agosto de 1151. Halláronse presentes a este acto los obispos Guillermo de Barcelona, Berenguer de Gerona, Pedro de Vique y Artal de Elna, y con ellos varios nobles del reino, y el mismo conde D. Ramón, quien dotó cumplidamente a la nueva iglesia. No envío copia de la escritura que se hizo con esta ocasión, porque ya la publicó Risco en el tomo XLII de la España Sagrada.

Consagrado el nuevo obispo, comenzó a ordenar las cosas de su iglesia: de acuerdo con sus canónigos estableció que se guardase perpetuamente en ella la vida reglar de S. Agustín, adoptada ya en otras iglesias de esta provincia; mas por amor a su monasterio, quiso que esto fuese juxta consuetudines ecclesiae S. Ruphi; a excepción de algunas cosas, que por la dignidad de esta catedral, y otras circunstancias locales, pareció que debían omitirse. Esta constitución intitulada Prima ordinatio ecclesiae Dertusensis, la fija Risco circa annum 1158: en lo cual hubo sin duda errata que debe corregirse. Porque consta, y el mismo escritor lo asegura, que el papa Adriano IV confirmó esta ordinación en el año segundo de su pontificado; y es notorio que este comenzó en 3 de Diciembre de 1154. Así que aquella primera constitución es del año 1153 o por ahí. Esta aprobación la exigió Gaufredo del papa, por el deseo que tenía de dar a su establecimiento toda la consistencia posible. Una de las leyes aprobadas era que no pudiese ser elegido obispo de Tortosa sino quien hubiese profesado la vida reglar y vestido el hábito canonical. Confirmó también el papa la donación que el conde D. Ramón hizo a esta iglesia estando en Lérida a 17 de Octubre de 1154 de los lugares llamados Granadella, Bitem, Tavara y Anastet. Lo demás que contiene dicha bula lo verás en la copia adjunta sacada del original de este archivo, por si no te contenta la que se publica en la España Sagrada (T. XLII. pág. 303.). 

Acaso es este el único documento de Adriano IV que hay en España, por donde se descubre el plan que observó este papa en contar los años de la Encarnación. 

Cosa que por la escasez de instrumentos omitieron D. Antonio Campillo en su Disquisitio methodi consignandi annos aerae christianae, y otros diplomáticos nuestros. Dice así la fecha de la bula: Dat. Beneventi...XIII. cal. Aprilis, indictione IIII. anno MCLV. pontificatus domini Adriani papae IV. anno secundo. Estos datos corresponden al día 20 de Marzo de 1156 según nuestra cuenta. De donde resulta que este papa, que comenzó a serlo a 3 de Diciembre de 1154, contó los años de la Encarnación completè posticipatè,  como dicen los diplomáticos; esto es, comenzando el año en 25 de Marzo, tres meses después que el que empezó à nativitate. 

Sea cual fuere la fecha, la bula del papa es auténtica, y más cierta la estimación que tuvo a nuestro obispo Gaufredo, a quien debió haber conocido y tratado en el monasterio de S. Rufo, de donde a ambos sacó el mérito para las dignidades eclesiásticas; efecto de esto fue el ardor con que aquel pontífice escribió al conde D. Ramón la carta de que hablé otro día. En la contestación al papa llama este príncipe a Gaufredo secretario íntimo de su Consejo.

La santa vida del obispo y de su clero proporcionó a esta iglesia la unión con la de Tarragona, admitiéndose recíprocamente a la participación de los bienes espirituales y temporales, claustro, coro, mesa, dormitorio y capítulo; y lo que es más, estableciendo de común acuerdo que en vacando una de las dos iglesias, o hallándose ausente de ella su prelado, el que quedare pudiese ejercer en la huérfana oficios de visitador. Alguna reliquia, aunque muy tenue, queda de esta concordia, que se firmó por ambas partes a 28 de Junio de 1158. He visto aquí el original, que está conforme con la copia que publicó Risco. En este mismo año emprendió Gaufredo la fábrica del templo y convento; cosa que ciertamente no pudiera sin la liberalidad con que los fieles enriquecieron como a porfía la iglesia, de lo cual quedan aquí muchos documentos. Entre estas donaciones merece distinguido lugar la que en este año hizo a la iglesia el prior de la de Valclara, que antes se llamaba Avincabacer. Había dado este pueblo el conde D. Ramón, estando sobre Lérida, a la orden de los premonstratenses, y a Esteban, abad del monasterio de Flabe Mont (montis flabonis) de la diócesis de Toul en la Galia Bélgica, para que edificaran en él otro monasterio. Mas no verificándose esto, el mismo prior nombrado de la nueva posesión dio el lugar e iglesia a este obispo con consentimiento de su abad y convento, y el conde confirmó luego esta donación, de lo cual envío todos los documentos.

Incluyo también copia de otra donación desconocida igualmente a los historiadores, y digna de saberse por muchas circunstancias. Fue así que muerto el conde D. Ramón en S. Dalmacio junto a Génova el año 1162 a 6 de Agosto (o a 7 como nota el necrologio de esta iglesia) no pudo completar la dotación de esta catedral. Por tanto a 18 de Febrero del año, que según la costumbre de aquellos tiempos seguía contándose por la Encarnación 1162 (o según nuestra cuenta el de 1163), el obispo de Barcelona D. Guillermo de Torroja, que se llamaba a sí mismo (pone asimismo) vice-gerente del difunto conde, asociado de Guillermo Ramón Senescalc, dio a la catedral de Tortosa la iglesia de Azco (Ascó) con todos sus diezmos y primicias pertenecientes al rey D. Alfonso, que estaba todavía en su menor edad. Era esta iglesia de Azco la única que se había reservado el conde en todo el obispado de Tortosa para las expensas de la capilla real, según la costumbre de los reyes de Aragón, como consta de la citada escritura de donación de 1151. Esta como restitución hizo el obispo de Barcelona, sabedor sin duda de la voluntad del difunto, en atención a la pobreza de esta iglesia, y donec, dice, Ildephonsus, rex Aragonensis, et comes Barchinonensis, miles et extra tutelam fiat. Advierte de paso cuan pronta estuvo la reina Doña Petronila en mudar a su hijo el nombre de Ramón en el de Alfonso; porque no habiéndose esto verificado hasta la muerte del padre, a los seis meses después de ella ya suena en las escrituras con el segundo nombre aun antes de entrar en el gobierno. También añade el obispo de Barcelona que procedió en esto con el consejo de D. Bernardo, arzobispo de Tarragona, de los obispos Pedro de Zaragoza, Guillermo de Gerona y Artal de Elna, de Ponce, abad de S. Juan de Ripoll, y de los nobles Guillermo de Castellvell, Alberto su hermano, Arnaldo de Lercio y otros. Subscriben a esta donación, además de los dichos, Pedro, obispo de Vique, Bernardo de Castelet, Geraldo de Jorba, Guillermo de Cervera, Guillermo de Montpeller, Raymundo de Puigalt, y un Pedro, sacrista de Vique, con este gracioso leonino: scripta libens ista Petrus confirmo sacrista = Ausonensis. Como el otro que firmaba: non est indignum Ramirum ponere signum. 

Pero dejando aparte estas extravagancias de aquellos tiempos, la donación que digo omitida por Eymerich en su excelente catálogo de los obispos de Barcelona, es una de las cosas que más ilustran el pontificado de D. Guillermo de Torroja, y el de nuestro D. Gaufredo (a: V. este y los demás documentos en el apéndice.).

De esta liberalidad tomaron ejemplo D. Guillermo Ramón Senescalc y D. Otón su hermano para dar a esta iglesia, et Gaufredo ejusdem dicto episcopo, todos los diezmos de la parte que les había tocado en Tortosa, según el tratado que hizo con ellos el conde D. Ramón. Fue esto a 22 de Enero del año de la Encarnación 1163, que es para nosotros el siguiente. Y por no andar repitiendo esto a cada paso, hablaré separadamente otro día de los cómputos que se usaron en aquellos tiempos, según lo que arrojan de sí los instrumentos de este archivo.

Entrando ya en el gobierno el rey Don Alfonso, aprobó en 1164 la donación que su padre tenía hecha a esta iglesia de un molino cerca de la ciudad, y además le dio la heredad, que se llamaba de Pedro de Sentmanat, en el territorio del Castillo de los asnos. Firma en esta escritura, fecha en Azcon, D. Hugo, arzobispo de Tarragona, con los obispos Guillermo de Barcelona, Pedro de Zaragoza, Guillermo de Gerona y Pedro de Vique, y muchas personas principales del reino. Fue este como un ensayo de la magnífica y completa dotación que hizo a esta iglesia pocos años después el mismo príncipe. 

No he podido averiguar hasta ahora qué causa movió a nuestro obispo Gaufredo y a su cabildo para dar la iglesia de Flix al monasterio de S. Pedro de Besalú y a su abad D. Bernardo, reservándose sólo la cuarta parte de las décimas, que percibieren los monjes en dicho lugar y su término. Concédenles sin embargo las décimas de sus ganados propios, y de un huerto y de una viña, con tal que el prior que no pusiese un clérigo en Flix, prometa obedecer al obispo en todo lo que debe el clérigo; y cuando este fuese instituido por el abad o prior, deba ser presentado al obispo, de quien reciba la cura de almas. Además se les manda que este cura y el prior celebren sínodo con el obispo. 

El abad prometió por su parte dar a la iglesia de Flix todas las posesiones que adquiriese en las diócesis de Tortosa y Lérida, a excepción de la de Corbins, la cual se reservaba el monasterio de Besalú para celebrar el aniversario del conde D. Ramón. 

La fecha de esta escritura, de que sólo he podido ver una copia muy antigua, dice así: Hoc scriptum factum est anno dominicae Incarnationis M.CLXV. Id. Januarii, tempore Ludovici regis junioris, et Raymundi Berengarii comitis Barchinon., et principis Aragonen. Si hubiesen señalado el año del reinado de Luis el joven, podríamos saber el verdadero año en que se hizo esta donación, que nunca podrá ser el de 1165, pues ya tres años antes había muerto el conde D. Ramón que aquí se supone reinando. 

Murió D. Gaufredo a 28 de Mayo de 1165: el día consta del necrologio antiguo: el año del epitafio que se puso en su urna, el cual copiaré aquí como le trae el canónigo Macip, porque en el sepulcro que tiene en la capilla de Santa Candia no queda el más ligero vestigio de inscripción. 

Antistes primus Dertusae laudis opimus, 

Gaufridus dictus, in caelo sit benedictus: 

Hac petra fossa sunt hujus venerabilis ossa. 

Centum cum mille decies sex qui non sit ille 

Annorum decem numerus quo transitus iste. 

Spiritus astra petit, túmulo corpus requiescit. 

Junius est mensis cum.... 

Quinque chalen...... 

Juzgo que en el verso quinto el original no diría decem, palabra que allí nada significa; y que acaso sería esta su lectura: annorum Christi numerus quo transitus isti. 

II. A Gaufredo sucedió D. Ponce de Mulnells, no Monells ni Mulnella como escriben otros. Consta este apellido del necrologio, del epitafio, y de varios documentos que tengo a la vista. Fue electo por el cabildo en el mismo año 1165. En prueba de esto, además de la escritura de concordia entre el monasterio de la Oliva y la iglesia de Mont Aragón hecha a 24 de Junio de 1166, a la cual subscribió nuestro Prelado, tengo presente la división de frutos que concordó con su cabildo a 27 del mismo mes y año. Tuvo un hermano llamado Raymundo, el cual a 11 de Diciembre de 1177 dio a esta iglesia unas casas que tenía en Lérida con otros heredamientos. No por eso se crea que fue natural de aquella ciudad, ya porque estaba recién conquistada, ya porque el obispo concede a su hermano el uso de aquellas casas quotiescumque in villa Ilerdae venies. 

El M. Risco hablando de este obispo escribió lo siguiente: “Macip, canónigo de esta iglesia, dice en el catálogo que Don Ponce fue primero abad del monasterio de Ripoll, y luego canónigo reglar, para cuya comprobación no cita testimonio alguno.” Mal leyó este catálogo el que informó al P. Risco; porque Macip no dice que D. Ponce fuese abad del monasterio de Ripoll, sino abad de S. Juan de Ripoll. Y todo el mundo sabe (y en el t. XXVIII. de la Esp. Sagr. se puede ver) que son estas distintas casas, aunque fundadas a un mismo tiempo a fines del siglo IX, y que la primera es Santa María de Ripoll, monasterio de Benedictinos, y la segunda es la que hoy llamamos S. Juan de las Abadesas (Sant Johan ces Abadesses y variantes) en el mismo valle de Ripoll, de donde tomó el nombre. En esta segunda casa, que primero fue de monjas, y después de varias alternativas se entregó en 1115 a los canónigos reglares de  S. Agustín, era ya abad nuestro D. Ponce en el año 1150, en que fue consagrada su iglesia por el diocesano, con otros obispos y prelados.

Con el mismo título subscribió a la donación que hizo D. Guillermo, obispo de Barcelona, a la iglesia de Tortosa en 1162, de que hablé poco ha. Otra prueba de que era abad de S. Juan de Ripoll, y de que retuvo esta dignidad, es la donación que Galcerán de Sales hizo de la iglesia de S. Martín de Aquacca al monasterio de San Juan, et domno Pontio Dertusensi episcopo, ejusdemque ecclesiae B. Johannis abbati, fecha III. cal. Octob. ann. XXX. reg. Ludovici Junioris (1166). Lo mismo se halla en otra venta en 1191. Dejando aparte la consagración de la iglesia de S. Valentín en el condado de Besalú (1168), cuya acta se conserva original en el archivo real de Barcelona, y va copiada (a: V. en el apéndice) donde se le da el título de Dertusensis episcopus, et abbas S. Johannis. Y así el necrologio de esta iglesia le llama abiertamente abad de S. Juan de Ripoll, y también los canónigos de aquella casa en la carta de pago que dieron sobre las mandas que les dejó D. Ponce, como diré adelante. Desde luego trató este prelado de señalar y establecer la distribución de las rentas. A 21 de Junio de 1166 con aprobación de D. Hugo, arzobispo de Tarragona, hizo con el cabildo la constitución intitulada De divisione inter episcopum, et ecclesiam Dertusensem, cuya copia incluyo. En el año siguiente 1167 a 9 de Junio fijó las rentas que debía percibir el oficio de camarero para el vestuario de los canónigos, estableciendo que no se dé al obispo por razón de vestuario más que dos sobrepellices de a catorce sueldos de Valencia cada una. A los contraventores (que contravienen) llama anathema, marenata. En 1171 por encargo del papa Alexandro III se halló Don Ponce en la elección del sucesor de D. Hugo, arzobispo de Tarragona, muerto violentamente por Berenguer de Tarragona a 15 de Abril del mismo año, día que fija el necrologio de esta iglesia. Tiempos de turbación y más para nuestro prelado, que vio asesinar en esta ciudad de Tortosa a Roberto, hermano de Berenguer, por los sobrinos de aquel arzobispo. Más alegres fueron los años 1173 y siguiente, porque en el primero se celebraron las cortes de Fuente de Aldara, tan ventajosas para las iglesias, cuyas leyes publicó Baluzio entre los apéndices de la Marca Hispánica (App. CCCCLVI. col. 1363.), y en el segundo las bodas del rey D. Alfonso II de Aragón con Doña Sancha, hija del emperador Don Alonso, (Ildefonsum imperatorem Ispanie) la cual, como veremos adelante, anduvo muy liberal con esta iglesia. A ambas cosas asistió nuestro obispo.

Pero sobre todos fue plausible para él y su silla el año 1178 en que concluida la fábrica de la iglesia, fue consagrada por el arzobispo de Tarragona D. Berenguer con asistencia de los mismos reyes de Aragón, los cuales confirmaron todas las donaciones del conde D. Ramón, añadiendo otras muchas, como verás en la escritura que publicó exactamente el P. Risco, cuyo original conserva esta iglesia. Hízose esta dedicación a 28 de Noviembre del mismo año. De él es también la donación que nuestro prelado hizo a la iglesia de un huerto en el lugar de Tivenys para la lámpara ante altare B. Mariae. En 1179 se halló en el concilio Lateranense III.

Con el fin de que se conservase un edificio que le había costado tantos sudores, hizo a 15 de Mayo de 1181 una constitución, en que concede al sacrista las primicias que debían dar los vecinos de Tortosa, con la condición de que tuviese bien cuidados y cubiertos con tejas los techos de la iglesia y claustro, y diese al obispo cuando estuviere en Tortosa cinco palmos de candela cada noche y dos cirios de a libra cada mes. Bueno fuera que se renovase en el día la constitución de las tejas, porque la iglesia nueva peligra con los conductos de agua que penetran lo interior de los machones exteriores; obra más ingeniosa que útil. 

En el año 1183, a 18 de Junio, dio la reina Doña Sancha a nuestro obispo y su iglesia la mitad de dos huertos que había comprado de Ponce Agorero por diez y seis morabatines, para que de su producto ardiese una lámpara en el altar de nuestra Señora. Dejo de referir las donaciones y concordias que hizo nuestro obispo con los de la orden del Temple sobre los diezmos de Orta (Horta de sant Joan), Mirabet (o Miravet), Archona &c., cuyos documentos vendrán bien para nuestra colección.

Gobernó D. Ponce esta iglesia hasta el año 1193, como se infiere de varios testamentos que le señalan con su nombre hasta fines del 1192. Dícelo más claramente el necrologio por estas palabras: VI. cal. Augusti obiit Poncius venerabilis episcopus Dertusensis, et idem abbas S. Joannis Rivipollensis, anno ab incarnato Dei filio M.C.XCIII.; donde se ve otra prueba de que con el obispado conservó hasta la muerte el título de abad. Acaso también por esta causa en la escritura que insinué de los canónigos de S. Juan de Ripoll, fecha pocos días después de la muerte de este obispo, no se halla firma de abad, sólo se encabezan y subscriben. = A. prior ecclesiae S. Johannis Rivipollensis, Petrus de Solario praepositus, Berengarius camerarius, Arnallus sacrista, Bernardus eleemosynarius, R. praecentor et R. Mironis. Todos estos confiesan a Ponce prior de Tortosa, Nicolás sacrista, Vicente limosnero, G. camarero, y los demás canónigos, a quienes llaman hermanos suyos, haber recibido y quedar satisfechos de lo que les pertenecía de testamento domini Poncii episcopi Dertusensis et abbatis nostri... Facta charta difinitionis mense Septembris anno Domini M.CXCIII. En el necrologio se nota a 19 de Diciembre de 1252 la traslación del obispo D. Ponce de Mulnells. Otra se hizo más adelante en 1336 a la urna de piedra en la capilla de Santa Candia, cuyo epitafio está poco menos gastado que el de D. Gaufredo. Pondré la copia de Macip. 

Pontius est dignus praesul pastorque benignus, 

Cognomen cujus Mulnellis fuit hujus. 

Clauditur in túmulo, licet altum corpus in arcto. 

Anno milleno centum nona quoque geno, 

Tertius addatur numero qui supra locatur 

Augusti mensis sexto numerando chalendis. 

III. D. Gombal de Santa Oliva. El M. Risco probó sólidamente que este prelado es distinto de otro que por ese tiempo suena con el mismo nombre obispo de Lérida; yo añado que ambos se hallaban en esta ciudad en 1197, según consta de la escritura que se hizo con ocasión de ceder a los templarios un cementerio en la zuda o castillo, en la cual después de nuestro obispo firma por testigo Gomballus episcopus Ilerdae. También subscribe en la misma clase en la donación que hizo el rey D. Pedro II a esta iglesia del lugar de Margalef, fecha en Tarragona el año 1200. Afirma también el citado escritor que nuestro Gombal estaba todavía por consagrar a fines de 1194; y para mayor prueba envío copia del instrumento en que se funda. Debió ocasionar esto la vacante de la silla de Tarragona con la muerte violenta de su arzobispo acaecida el año anterior, la cual refiere así el necrologio de esta iglesia: XVI. cal. Martii obiit Berengarius de villa Demuls (Vilademuls), archiep. Tarraconensis, à Guillermo R. interfectus anno Domini M.C.XCIII. Uno de mis cronicones expresa que el matador era Guillermo Ramón de Montechano (Montechateno, Montecateno: Moncada). Tuvo D. Gombal un hermano llamado Miro, el cual se halló en la composición de esta iglesia con la de Tarragona, que se dirá luego. El dolor que pudo ocasionar a nuestro prelado la muerte del gran bienhechor de esta iglesia el rey D. Alfonso, acaecida en Perpiñan a 5 de Abril de 1196, se templó con las gracias que de nuevo le concedieron los papas y reyes. 

A 7 de Agosto del mismo año le expidió un breve Celestino III, confirmando las donaciones de heredades, villas, molinos, judíos, cementerios y todos los derechos con que el difunto rey y su mujer Doña Sancha la habían dotado. En 1.° de Enero de 1200 le concedió un privilegio el rey D. Pedro II, eximiendo a esta iglesia y sus bienes de la jurisdicción secular que ordenaba en Tortosa; más adelante les dio los lugares de Ledo y Areyns (Lledó, Arenys - de Lledó); señalóse también en su favor el papa Inocencio III, expidiendo varios breves sobre las competencias que se suscitaron entre el obispo y los templarios. De todo esto envío copias para la colección.

También tuvo este prelado el consuelo de ver terminadas las disputas entre su iglesia y la de Tarragona, con la composición que se concertó día de Santa Águeda de 1203. Fijáronse los lindes siguientes, comenzando de la sierra llamada nas de pullino, hacia el collado de lena, sierra de laberixes, río de oleastro, lugar dicho poxino, donde se juntan dos ríos, sierra espadella y coll de Balaguer. Uno de los sujetos que trataron esto por parte de Tarragona fue Guillermo de Zaguda, canonicus cornu bovis (cuerno de toro, bóvido; bou, Escornalbou), que así subscribe: por parte de Don Gombal era Miro frater ejusdem episcopi (a: V. en el apéndice). 

Del último año de su pontificado hay una constitución en que se manda que del oro y plata y otros bienes mobles que diesen a la iglesia los que se consagrasen por canónigos o canónigas, se dé al camarero la tercera parte para el vestuario de los canónigos, y al prior las dos terceras partes para la mesa de los mismos, y esto aun cuando los que se consagraban no llegasen a vivir en el claustro; y si traían bienes raíces, se den todos al prior: los lechos y su adorno al camarero, a excepción de los pasos de seda que deban entregarse al sacrista. Usa de la voz maranata (a) contra los que quebrantaren lo ordenado: la fecha es VI. cal. Julii anno Dominicae Incarnationis MCCXII.; y así los que ponen la muerte de D. Gombal a 23 de Enero de 1212 debían prevenir que hablan conforme al cómputo usado entonces, según el cual el año 1212 finalizaba en 25 de Marzo, del que ahora decimos 1213; y así debe entenderse el necrologio y el epitafio de su urna en la capilla de Santa Candia, (a)

*, maranata son voces caldeas, que significan el Señor ha venido. Añadíase esta imprecación a la voz griega *gr, a imitación de S. Pablo (I. Cor. XVI. 22.) como diciendo: perditio in adventu Domini, las cuales palabras latinas se añaden sin necesidad en algunos documentos, como en la confesión de la fe del concilio III de Toledo (cap. XVIII.): Cui haec fides non placet, aut non placuerit, sit anathema maranata in adventum Domini nostri Jesu Christi. 

adonde fue trasladado en 1336. La inscripción se conserva muy bien, y dice así: 

Est exaltatus in statu pontificatus 

Gloriâ non clivâ sancta Gombaldus Oliva. 

Exiit à mundi laqueis, pelagique profundi, 

Anno milleno C. dupplex cum duodeno 

Est Februi mensis decimo numerando klis. 

Vivat cum Christo túmulo qui clauditur isto. 


Los que han publicado esta inscripción leen en el segundo verso gloria non clita; mas el letrero dice clivâ; y esto puede derivarse de clivus, collis, clivius, a, um, cosa ardua, como si dijera con exaltación no violenta, con gloria debida; pero el clita nada significa (*). (*) Yo me inclino a que gloria non cliva es gloria non labilis, in aevum duratura. Pudo en la edad media del substantivo clivus o clivum formarse el adjetivo clivus, cliva, um, así como en los buenos tiempos se formaron los adjetivos acclivus, declivus, reclivus y proclivus: y usarse cliva metafóricamente en el sentido en que dice Séneca (de morte Claud.), omnia procliva sunt, imitando lo de Cicerón (Tusc. IV. 18.)

incitataque semel proclivè labuntur. 

IV. D. Ponce de Torrella, prior de esta misma iglesia, e hijo de Guillermo de Turrecla, cuya lápida sepulcral se conserva en un ángulo del claustro debajo de la imagen de nuestra Señora, llamada de la Verdad, fue elegido muy pocos días después de la muerte de D. Gombal, y aun debió ser consagrado antes del 22 de Marzo del mismo año 1213, en cuyo día le expidió el rey D. Pedro II un privilegio de inmunidad desde Lérida. Una copia antigua que he podido ver de este documento, no expresa el año. Mas habiendo muerto D. Pedro en 13 de Septiembre de 1213, es fuerza que fuese ya obispo D. Ponce en el mes de Marzo anterior, pues en él se le dio ese privilegio. 

En 1220 expidió un breve el papa Honorio III, en que entre otras cosas manda que en esta iglesia se determinen los negocios por la resolución de la mayor parte del capítulo según la regla de S. Rufo. Del año siguiente es la concordia que hizo este obispo con el de Huesca, cuya copia irá a su tiempo. 

Tratábase por entonces de continuar la guerra contra los moros, y llevar adelante la conquista del reino de Valencia: cosa de grande importancia para nuestro Don Ponce, que sobre alejar de su silla a los sarracenos, debía dar notable aumento a su diócesis. No faltó por su parte el rey Don Jayme I, y con varias donaciones que le hizo acaloró mucho más su ánimo en esta empresa, en la cual le conceden los historiadores una parte muy principal. Van copias de la escritura que hizo el rey estando en Huesca a 27 de Mayo de 1224, confirmando todas las posesiones de su iglesia, de la donación de Mirabet y Zufera a 27 de Abril de 1225, de otra de ciertas casas de Peñíscola, estando el rey sitiando a esta ciudad a 13 de Agosto del mismo año. Hallóse también con el conquistador en la toma de Burriana: Zurita por equivocación le llama Pedro.

Las expediciones militares no impidieron a D. Ponce asistir a los concilios provinciales de Lérida en 1229 y de Tarragona en 1230. No perdiendo de vista nuestro prelado los intereses y bienestar de su esposa, y como temiendo lo que después sucedió, obtuvo en 1235 del papa Gregorio IX la confirmación de todas las donaciones hechas hasta entonces a su iglesia. A pesar de esta precaución y de los méritos que de nuevo contraía, no tardaron mucho en disputarle algunas donaciones, que pasada la necesidad parecieron exorbitantes. Firmóse al cabo escritura de compromiso en Valencia a 12 de Julio de 1242, en que fueron jueces el arzobispo de Tarragona D. Pedro de Albalat, y los obispos Vidal de Vique y Ferrer de Valencia. Quedó entonces por Tortosa la villa de Almazora, y la alquería llamada Benimucairau.

Alejado de estos contornos el estrépito de las armas, volvió D. Ponce toda la atención al gobierno interior de su iglesia. Del año 1249 he visto la constitución que hizo con su metropolitano sobre el vestuario, comida y otras asistencias correspondientes a los canónigos. A 19 de Diciembre de 1252 hizo trasladar los huesos de sus antecesores D. Ponce y D. Gombal. Dos años después murió a 29 de Agosto. De la inscripción que tiene en Santa Candia se puede leer lo siguiente:

Pontius....factus toto... 

Archimandrita laudabilis....vita 

Hic de Turrella dictus sedansque rebella, 

Mille ducentesimo sunt si quinquaginta ponantur 

Quatuor appositis anni tot recte probant 

A Christo nato spiritus exiit ab arcto 

Corpore: clauduntur hac tumba membra teguntur 

Septembris mensis quarto dicendo calendis. 


V. D. Bernardo de Olivella, su sucesor, fue electo el mismo año 1254. Su madre se llamó Hermisenda, de la cual dice el necrologio: IV. nonas Aprilis obiit Hermisendis de Olivella, mater Domini episcopi, soror istius congregationis pro qua officium plenum fiat, et praebenda detur. Era sin duda nuestro obispo el mismo que en una concordia que hicieron en el año 1250 todos los individuos de este cabildo, firma Bernardus de Olivella, archidiaconus...

Cuatro años después de su elección obtuvo este prelado una bula del papa Alexandro IV en confirmación de todas las posesiones de esta iglesia. Llama en ella el papa al conde D. Ramón rey de Aragón, lo cual él no sufría por su modestia (el título de rey pasó de Ramiro II a Alfonso II, hijo de Ramón Berenguer; Petronila fue reina). 

También obtuvo en favor de su iglesia un privilegio de inmunidad, dado por el rey D. Jayme en Lérida a 19 de Abril de 1263. Cuatro años después le concedió el papa Clemente IV ciertas indulgencias para sus diocesanos que visitaren la iglesia de Tortosa en las fiestas de la Santísima Virgen y en el día de su Dedicación, que era a 29 de Noviembre. Con la misma fecha escribió el papa al rey D. Jayme, exhortándole a restituir a esta iglesia la mitad de los diezmos que solía percibir en la diócesis. Del año 1270 he visto original una constitución en que este prelado aumenta el vestuario de los canónigos en 20 sueldos jaqueses sobre los 150 en que le había fijado D. Ponce de Mulnells. También ordena que además de las dos sobrepellices que debía dar el camarero al obispo, le dé 20 sueldos pro uno surperpellicio de tela. Poco después fue trasladado a la metropolitana de Tarragona, donde murió en 1287. 

VI. D. Arnal de Jardino, electo en 1272 o en el siguiente. No tardó mucho en mostrar su celo pastoral y celebrando sínodo a 12 de Noviembre 1274. Es el primer monumento de esta clase que conserva esta iglesia: es verosímil que los prelados anteriores desempeñasen una parte tan principal de su ministerio; aunque la frecuencia de los provinciales y las repetidas visitas de los legados podían suplir su falta. Otro celebró en 1278; irán las constituciones de ambos, en que no hallo cosa que advertir.

Muy gloriosa es para este prelado la memoria que nos conserva el libro de las costumbres generales de la ciudad de Tortosa, impreso aquí mismo en 1539 por Arnaldo Guillem de Montpesat. En el principio del libro se lee que para evitar las discordias que reinaban entre los ciudadanos por la variedad e incertidumbre de las usanzas y leyes, fue electo juez árbitro nuestro D. Arnaldo con el Maestro Ramón de Besuldo, arcediano de Tarantona en la iglesia de Lérida y el Maestro Domingo de Teruel. En 1277 hizo con el capítulo la constitución de bonis canonicorum decedentium: firmó varias concordias con los vecinos de Tortosa sobre los diezmos; mas usando con algunos de ellos de su autoridad, y echando mano de las penas eclesiásticas, tuvo el dolor de ver que los templarios heredados aquí, y señores de Amposta, con achaque de no sé qué privilegios daban los sacramentos y sepultura eclesiástica a los excomulgados por él, con ultraje de la dignidad episcopal: males que atajó el papa Inocencio V. Poco más se sabe de este prelado sino que murió a 20 de Julio de 1306, y que dos años después a 16 de Marzo se hizo traslación de su cadáver, como nota el necrologio. Algo diferente es el día de su muerte en el epitafio que tiene en Santa Candia. Dice así: 

Clauditur in túmulo praesul venerabilis isto 

A. de Jardino qui rexit jure divino 

Annis millenis trecentenis quoque senis 

Augusti ternis denis obiitque kalendis. 

Acaso era hermano suyo Bernardo de Jardino, prior de esta iglesia por esos tiempos, que murió en 1313, cuya memoria sepulcral está en el claustro colateral a la iglesia. Muerto este prelado eligió el cabildo a 

VII. D. Dalmacio de Monte Olivo, deán de Tarragona, el cual murió en Agosto del mismo año sin tomar posesión, como dicen Martorell y Macip, los cuales por esta causa no le cuentan en el catálogo de los obispos. Mas el necrologio de esta iglesia dice que fue electus et confirmatus in episcopum Dertusensem; y esto basta para contarle con los demás. Eligieron luego a 

VIII. D. Pedro de Betteto, el cual sólo gobernó esta iglesia hasta 8 de Mayo de 1310. Breve pontificado; mas de él nos quedan dos sínodos. Uno es de 13 de Noviembre de 1307, en el cual se mandó celebrar anualmente sínodo en la fiesta de S. Martín: el segundo del mismo día del año siguiente; en él se establece la uniformidad de todas las iglesias de la diócesis con la matriz en los ritos y ceremonias. Tiene este obispo su sepultura en Santa Candia, cuyo letrero dice así: Octavo idus Maii anno Domini M.CCCX. obiit rev. pater dominus Petrus de Beteto bonae memoriae, hujus ecclesiae Dertusensis episcopus; cujus ossa sunt in hac tumbâ recóndita: anima ipsius requiescat in pace. 

De este mismo año 1310 son las leyes o como decían, les costums y usatges que concedió y confirmó esta iglesia a los vecinos del lugar de Cabacers, que antiguamente se llamaba Avincabacer, de cuya donación hablé tratando del obispo D. Gaufredo. Envío copia de este documento que es buena memoria de la legislación de aquel tiempo, y de la lengua lemosina en que está escrito. En el mismo año fue electo obispo 

IX. D. Francisco de Paholaco, tesorero y canónigo de esta iglesia. En el siguiente 1311 celebró sínodo a 14 de Noviembre, en el cual mandó se celebrase en toda la diócesis la fiesta de passione imaginis, y prohibió vender carne en los viernes y vigilias de los Apóstoles y otras fiestas del año: In vigiliis, dice, Natalis, Resurrectionis, Pentescostes dumtaxat exceptis ob reverentiam festivitatis, seu festivitatum earum decentiam et honorem. En otro sínodo celebrado en 1314 mandó que se tuviesen en adelante en la Dom. II. post Pascha. Murió este prelado a 17 de Octubre de 1316, como dice el necrologio, no a 5 de Noviembre, como aseguró Martorell, el cual sin advertir el anacronismo, puso como debía a 27 de Octubre la elección del siguiente.

X. D. Berenguer de Prats. Con el largo tiempo que presidió en esta iglesia, pudo hacer cosas dignas de su celo y celebrar varios sínodos. En el primero de ellos, celebrado a 19 de Abril de 1318, renovó la constitución de su antecesor D. Pedro de Betteto sobre la residencia de los párrocos. En 1320 hizo la constitución de numero vicenario canonicorum, para atajar los abusos que se iban introduciendo en el aumento de ese número, fijado ya, como sospecho, desde la restauración de esta iglesia. Otras muchas constituciones suyas se hallan en la colección que está en el archivo. Otro sínodo celebró en 1323 a 13 de Abril, en que no quiso hacer nuevas constituciones, porque constitutionum pluralitas, dice, non solum confusionem, sed etiam periculum animarum inducit. No es mala contraseña de las sabias ideas de aquel prelado. Casi lo mismo hizo en 4 sínodos más que celebró hasta el año 1330. Allá lo verás todo copiado. 

Digna es de memoria la deseada cesión que acordó este prelado con su cabildo de la décima de todos sus frutos para la fábrica de la iglesia. Fue esto a 2 de Enero de 1340. Mes y medio sobrevivió a esta época D. Berenguer, pues murió a 19 de Febrero de este año. El epitafio que se le puso en Santa Candia, dice así: Anno MCCCXL. XI. cal. Martii obiit Berengarius de Pratis episcopus: hic tumulatur. Falleció este prelado a la hora de maitines, y en la de tercia del mismo día se le dio sepultura. Concluido el funeral se juntó inmediatamente el cabildo para nombrar sucesor. Salió electo D. Guillermo de Sentmanat, arcediano mayor de esta iglesia. Consta todo esto de la escritura que he visto original con los sellos de todos los electores. Y así no deben ser creídos los que atrasan esta fecha. A pesar de acto tan solemne, y de haberse anunciado al pueblo la elección, no lograron su deseo los electores por las causas que diré otro día; que ya es justo descansar hoy un poco

A Dios. Tortosa &c. 

Parte 2, fin del episcopologio de Tortosa

divendres, 13 de maig del 2022

CARTA 3. Catálogo de los Prelados de Valencia desde su conquista.

CARTA 3. 

Catálogo de los Prelados de Valencia desde su conquista. 

Mi querido hermano: Para conocer cumplidamente los ritos y prácticas de cada una de las Diócesis, conviene tener a la vista un catálogo (pone catálago) exacto de los Obispos que las han gobernado. Con este objeto, mientras se van formando los extractos y copias de los códices litúrgicos de esta Iglesia, he ido recogiendo la noticia de sus Obispos desde la conquista de Valencia por D. Jayme I de Aragón. He comenzado desde esta época, porque de los anteriores a la invasión de los bárbaros dio larga noticia el M. Flórez (España Sagrada t. VIII). Digo de los ciertos; porque de los falsos y dudosos que a esta y a otras Iglesias regalaron los fingidos cronicones, no hay quien haga caso. Trata también el mismo Flórez en el t. XIV, hablando de Salamanca y Zamora (1), del Obispo de esta Iglesia D. Gerónimo, que eligió el Cid cuando conquistó esta ciudad a fines del siglo XI. Por tanto comenzaré del año 1238, sin proponerme referir todo lo que hicieron en su gobierno estos Obispos, sino sólo lo que tiene relación con la liturgia, indicando de paso la patria de cada uno.

Para formar esta serie cronológica he tenido presentes las Observaciones a las Antigüedades de Valencia, que dejó MSS. el P. Fr. Joseph Texidor, Dominico: el catálogo que publicó el Arcediano Ballester al fin de las Memorias del Santo Cristo de S. Salvador: el que dejó MS. en lemosín el Archivero de esta Iglesia Gregorio Ivanyes a fines del siglo XVI; y el que compuso en castellano Mosen Joseph Paloma (Senach) en 1763, también MS. Gobernaron pues dicha Iglesia en su estado moderno los Prelados siguientes. 

I. (2) Ferrer de Sant Martí, Catalán, Pabordre de Tarragona, elegido en 1239, y muerto a principios de 1243.
(N. E. Rectificación, Ferrer de Pallarés)

II. D. Arnaldo de Peralta, Aragonés, gobernó esta Iglesia hasta el año 1248, en que fue promovido a la de Zaragoza.

III. D. Fr. Andrés de Albalat, Dominico, desde 4 de Diciembre de 1248 hasta 1276. Celebró Sínodos en 1255, 58, 61, 62, 68, 69 Y 73, los cuales trae Aguirre tom. 3, aunque se engañó en atribuirlos al antecesor D. Arnaldo, como diré en la carta siguiente.

IV. D. Jasperto de Botonach, natural de Gerona, electo por el Papa Juan XXI en 1276: murió en 1288. En su testamento dejó, entre otras cosas, cuatrocientos sueldos anuales, para que en la Catedral ardiesen ante el altar mayor dos velas día y noche. El sepulcro de este Prelado se halla en la capilla, que hoy es de S. Vicente Ferrer. He copiado la inscripción sobre mármol (3) de versos leoninos, que dice así: 

Presul. Jaspertus. jacet. hic. ju- 

rista, disertus. 

Lector. sis. certus. vixit. sine. 

labe. repertus. 

Annis. millenis. octo. simul. oc-

tuagenis. 

Inde. ducentenis. temporibus. de.

ordine. plenis. 

Aprilis. nonas. terno. numerum.

sibi. ponas. 

Sancti. Felicis. Abbas. laudandus.

amicis 

Sic. eras. unde. fuit. in. de. Sacrista.

Gerunde.

Inde. Valentine. sedis. Pastor. medicine. 

Utrosa (a) virtutis. gregibus. dans. dona.

salutis. 

Pulxer. formosus. largus. letus. generosus. 

Querere. de. genere. sivis. descendit. aquo. 

De. Castro. genitrice. novo. patre. de. 

Botonaco. 

Presbyteros. que. duos. altare. quod.

edificavit. 

Magdalena. tuos. statuit. quam.

semper. amavit.

Candelam. statuit. divine. Matris.

honori. 

Totum. se. tribuit. Domini. subjec- 

tus. amori. 

Requiescat. in. pace. Amen. 

Dic. Pater. noster. pro. anima. sua. 

V. D. Fr. Raymundo Despont, natural de Fraga, electo por el Cabildo en 1.° de Mayo de 1288. Celebró Sínodo en 19 de Septiembre de 1296, al cual añadió un tratado de Sacramentis. Murió en 1312. 

(a) Quiso decir Utilosa, y así lo han copiado algunos eruditos: pero no dice sino Utrosa. 

VI. D. Raymundo Gastón, Catalán, natural de Millán del Vizcondado de Ager, electo por el Cabildo en 16 de Noviembre del mismo año. Celebró Sínodo en 1326. Instituyó la Cátedra de Teología en 1345. Murió en 1348. Este es el Obispo a quien el Papa Juan XXII dirigió la carta que publica Aguirre en el tom. 3. Concil. Hispan. pág. 554. 

VII. D. Hugo de Fenollet, Catalán, Obispo de Vique (Vich, Vic), electo por el Cabildo ese mismo año a 29 de Julio, y trasladado a esta Iglesia por Bula de Clemente VI de 29 de Octubre del mismo. Celebró Sínodo en 1350, y murió seis años después. 

VIII. D. Vidal de Blanes, natural de Gerona, electo por el Cabildo en 23 de Junio de 1356, y confirmado por Inocencio VI. Celebró Sínodo en 1368, y murió en el siguiente. 

IX. D. Jayme de Aragón, natural de Valencia, tercer nieto del Rey D. Jayme el Conquistador, Cardenal de Santa Sabina, fue elegido por el Papa Urbano V en 13 de Junio de 1369. Murió en 1396, habiendo pasado en Roma gran parte de su pontificado. 

X. D. Hugo de Lupia y Bagés, Catalán, después de dos años y medio de vacante, fue electo por Benedicto XIII (Luna) en 28 de Noviembre de 1398. Murió en Valencia en 1427. Formó con su Cabildo en el año 1408 varias constituciones sobre los oficios divinos. 

XI. D. Alonso de Borja, natural de la Torre de Canals, bautizado en la Iglesia Colegial de Xátiva, hoy S. Felipe, electo en 20 de Agosto de 1429 por el Legado de Martino V. Conservó el gobierno de esta Iglesia hasta el año en que murió, siendo ya Papa Calixto III. En 1457 concedió a esta Iglesia un jubileo en el día de la Asunción de nuestra Señora, imponiendo para la fábrica la contribución de diez sueldos. De otro jubileo concedido a la misma Iglesia, por Paulo II a 8 de Septiembre de 1469 hace mención el citado Diario, en el cual se impuso la contribución de diez reales, esto es, añade, diez sueldos para la fábrica, y cinco para la Cruzada contra el Turco. 

Arzobispos

XII. D. Rodrigo de Borja, natural de Xátiva, electo por su tío Calixto III en 30 de Junio de 1458. Fue su primer Arzobispo, elevada esta Iglesia a Metropolitana por Inocencio VIII, año 1492 día 9 de Julio. 

XIII. Electo Sumo Pontífice D. Rodrigo de Borja con el nombre de Alexandro VI, dio el Arzobispado de Valencia a D. César de Borja en 31 de Agosto de 1492. 

XIV. Por renuncia del anterior nombró Alexandro VI para este Arzobispado a Juan de Borja, natural de Valencia, en 9 de Agosto de 1499. 

XV. Muerto este en 1500 a 22 de Junio, fue electo Arzobispo por el dicho Papa Pedro Luis de Borja, natural de Valencia, en 29 de Julio del mismo año. Murió en 1511. 

XVI. D. Alonso de Aragón, hijo de Don Fernando el de Aragón llamado el Católico (Fernando II de Aragón) fue trasladado a esta Iglesia de la de Zaragoza por Julio II el mismo año. Murió en 1520. La tuvo sólo en administración. 

XVII. D. Erardo de la Marca, Alemán, fue nombrado Administrador de esta Iglesia por León X, el cual casó la elección que el Cabildo hizo en otro, por contarse la vacante desde el Cardenal D. Pedro Luis de Borja, que la tuvo en propiedad. Marca murió en Lieja en 1538. 

XVIII. D. Jorge de Austria, natural de Gante en Flandes, electo por Paulo III a petición de Carlos V a 27 de Mayo de 1538. Había ciento y once años que esta Iglesia no había visto la cara de su Pastor; a saber, desde 1.° de Abril de 1427, en que murió D. Hugo de Lupia, a excepción del poco tiempo que estuvo en Valencia D. Alonso de Borja. Entró en ella D. Jorge en 12 de Enero de 1539, y perseveró poco más de cuatro años, hasta que pasó a Flandes, y hecho Obispo de Lieja, renunció la mitra de Valencia en 1544. 

XIX. Santo Tomás de Villanueva, natural de Fuenllana, electo por Paulo III a petición de Carlos V en Octubre de 1544. Murió en 1555. 

XX. D. Francisco de Navarra, natural de Tafalla en Navarra, trasladado de la Iglesia de Badajoz por Paulo IV, y provisión de Felipe II en 1556. Murió en el lugar de Torrente a 14 de Abril de 1563. 

XXI. D. Acisclo de Moya y Contreras, natural de Pedrochas, territorio de Córdoba, confirmado por Pío IV en 26 de Febrero de 1564. Hallábase en el Concilio Tridentino como Obispo de Vique; y viniendo a esta su Iglesia, murió en Montserrat el día 3 de Mayo del mismo año 1564. 

XXII. D. Martín de Ayala, natural de Hieste, Diócesis de Cartagena, trasladado de Segovia el dicho año en 6 de Septiembre. Murió a 5 de Agosto de 1566 (a). Celebró Concilio Provincial, que se concluyó el día de San Matías de dicho año; y por el mes de Mayo del mismo celebró Sínodo diocesano.  

(a) La muerte de este Prelado acaeció en Valencia, no en Onteniente, (Ontinyent) como dijo Ponz en su viaje tom. IV. p. 35. De aquella villa salió ya enfermo a 28 de Julio de 1566, y en Xátiva predicó Dominica infraoctava de Santiago. De allí pasó al monasterio de la Murta, que está en desierto a una legua de Alcira, donde se recreó tres días con los monjes Gerónimos que habitan aquella santa casa. Mas no hallando alivio a su mal, vino a Valencia, y quedándose en la casa del Duque de Segorbe, en el arrabal de Murviedro, y habiendo dispuesto ante Esteban Corbi en 3 de Agosto un segundo codicilo al testamento y codicilo que había otorgado en Onteniente, murió sábado día 5 del mismo mes y año. 

XXIII. D. Fernando de Loazes, natural de Orihuela, Patriarca de Antioquía, confirmado por S. Pío V en 1567. Murió en 28 de Febrero de 1568. 

XXIV. B, Juan de Ribera, natural de Sevilla, Patriarca de Antioquía, trasladado de la Silla de Badajoz, y confirmado por S. Pío V en 3 de Noviembre de 1568. Murió a 6 de Enero de 1611. 

XXV. D. Pedro de Castro y Nero, natural de Ampudia, en Castilla la Vieja, muerto en Segovia, donde era Obispo, antes que le llegasen las Bulas de este Arzobispado en 28 de Octubre de 1611. 

XXVI. D. Fr. Isidoro de Aliaga, natural de Zaragoza, trasladado de la de Tortosa en 1612. Murió a 2 de Enero de 1648 (a). (a) No cuento entre los Obispos de esta Silla a Don Domingo Pimentel. Porque aunque fue promovido a ella como consta por una escritura de 6 de Junio de 1648, en que el Cabildo eligió al Canónigo D. Carlos Ginet para besar la mano a dicho Pimentel; mas no llegó a tener efecto esta provisión. 

XXVII. D. Pedro de Urbina, natural de Berantevilla, provincia de Álava, trasladado del Obispado de Coria en 1649, y Promovido luego a la Iglesia de Sevilla en 1658. En 9 de Abril de 1652 puso la primera piedra de la hermosa capilla de nuestra Señora de los Desamparados. 

XXVIII. D. Martín López de Hontiveros, natural de Salamanca, trasladado de la de Calahorra. Gobernó esta Iglesia desde 1658 hasta 1666, en que murió a 5 de Septiembre. 

XXIX. D. Ambrosio Ignacio Spínola de Guzmán, trasladado del Obispado de Oviedo, confirmado en 7 de Marzo de 1667, y promovido al de Santiago antes de venir a Valencia. 

XXX. D. Luis Alfonso de los Cameros, Arzobispo de Monreal, trasladado a esta Iglesia por Clemente X en 1668. La gobernó hasta el 1676, en que murió. 

XXXI. D. Fr. Juan Tomás de Rocaberti (o Rocabertí), natural de Peralada en Cataluña, confirmado por Inocencio XI en 1676. Murió en Madrid a 13 de Junio de 1699. En tiempo de este Prelado, es a saber, en 1697, concedió el Papa Inocencio XII a esta ciudad de Valencia (4) la indulgencia del Laus perennis o cuarenta horas. Es la primera ciudad de España donde se estableció este culto continuo al augusto Sacramento de la Eucaristía, a imitación del que ya se hallaba establecido en Roma desde 1592 por Clemente VIII. 

XXXII. D. Antonio Folch de Cardona, natural de Valencia, confirmado por Inocencio XII en 1699. Murió en Viena a 1.° de Julio de 1724. 

XXXIII. D. Andrés de Orbe y Larreategui, natural de Hermoa (Ermua) en Vizcaya, trasladado de Barcelona en 1725. Renunció esta dignidad en 1736. 

XXXIV. D. Andrés Mayoral, natural de Moracillos junto a Zamora, confirmado por Clemente XII en el año 1738. Murió en 6 de Octubre de 1769. Prelado liberalísimo, cuya memoria dispiertan (despiertan) continuamente los innumerables establecimientos píos que levantó desde los cimientos. Entre otras obras suyas merece particular mención la Biblioteca Arzobispal, tan rica de libros exquisitos, como vistosa por la claridad y hermosura del claustro alto del palacio, donde fue colocada. 

XXXV. D. Tomás Azpuru tomó posesión en 13 de Mayo de 1770. Murió en Roma dos años después día 7 de Julio sin haber podido ver a su Iglesia. 

XXXVI. D. Francisco Fabián y Fuero, natural de Terzaga, Diócesis de Sigüenza, trasladado de la Puebla de los Ángeles. Tomó posesión a 14 de Noviembre de 1773. Gobernó esta Iglesia hasta el 1794, en que renunció el Arzobispado. 

XXXVII. D. Antonio Despuig y Dameto, Mallorquín, trasladado a esta Silla de la de Orihuela en 1795. Tomó posesión en 30 de Julio, y poco después fue trasladado a la de Sevilla. 

XXXVIII. D. Juan Francisco Ximénez del Río, natural de Oncala, Diócesis de Calahorra, trasladado a esta Iglesia de la de Segovia. Tomó posesión en 28 de Febrero de 1796. Murió a 1.° de Abril de 1800. 

XXXIX. D. Fr. Joaquín Company, natural de Penáguila, reino de Valencia, actual Arzobispo de esta Iglesia (el libro se publicó en 1803), trasladado de la de Zaragoza. Tomó posesión a 6 de Noviembre de 1800. 

Esta es la noticia sucinta que me propuse dar de los Prelados de esta Iglesia. Algo más extensa será la que preparo para otro correo sobre los Sínodos que aquí se han celebrado: materia mucho más digna de nuestra atención, como que abraza, no hechos particulares de personas ilustres, sino la doctrina eclesiástica y las costumbres religiosas de nuestros mayores. No por esto ofrezco analizarlos todos; harto haré con proporcionarte copias de los que he podido haber a las manos, y llorar contigo la suerte de los que se conservan enterrados en el olvido. A Dios. Valencia 1.° de Noviembre de 1802. 


NOTAS Y OBSERVACIONES. 

(1) Del Obispo de esta Iglesia D. Gerónimo. Este D. Gerónimo gobernó la Iglesia de Valencia desde su conquista por Rodrigo Díaz el Campeador, hasta que volvieron a perderla los cristianos. Fue este Prelado uno de aquellos doctos y virtuosos varones que trajo de Francia a España por los años 1096 el Arzobispo de Toledo D. Bernardo a su vuelta de la Cruzada que había publicado Urbano II. Era D. Gerónimo de Petrocorio (Perigord), región de la Galia Aquitánica (de Aquitania).

Si es cierto que algunos monumentos llaman a este Prelado Hieronymo Vique, pudo ser equivocación nacida de la mala inteligencia que dio alguno a la crónica del Cid antes de D. Gil González Dávila, el cual alega así sus palabras: el Obispo D. Hieronymo Visquio de buena vida é honesta &c., cuyo engaño y el de los que le han seguido en este punto, demostró el M. Risco, 

aprovechándose de las observaciones de Berganza, y haciendo ver la genuina lección de la dicha crónica, que es esta: el Obispo D. Hieronymo visquio (vivió) buena vida e honesta.

Fue consagrado D. Gerónimo Obispo de Valencia por el Papa Urbano II hacia los años 1098. Tal vez hay exageración en lo que se escribe, así en la crónica general, como en la particular del Cid, que D. Gerónimo era uno de los Capitanes nombrados por él para las batallas, y que llevaba consigo una imagen de Cristo, que se venera hoy día en Salamanca con el título del Cristo de las batallas, y cuya historia publicó Gil González Dávila. (Risco, Historia del Cid, c. XVIII.) Permaneció en Valencia D. Gerónimo desde el año 

1098 hasta el de 1102, en que el Rey de Castilla Don Alonso VI, cediendo a sus ruegos, fue con su gente a socorrer a los fieles de aquella ciudad, de donde salieron ambos para Toledo en Mayo del mismo año, como consta, no sólo de los anales toledanos y del cronicón de Cardeña, sino también de las memorias del mahometano español Alkhatib, que extractó Casiri en su Biblioteca (Bibl. arab. hisp. t. II. pág. 94). Flórez (Esp. sagr. t. XIV. trat. LIV. c. III. n. 36. siguiente.), a quien siguen los ilustradores de Mariana (Not. al lib. X. cap. IV.), creyó que D. Gerónimo fue nombrado entonces Obispo de Zamora, y le distingue de otro del mismo nombre que lo era por entonces de Salamanca, fundado, entre otras conjeturas, en el testimonio del Arzobispo D. Rodrigo, que dice haberle elegido el Arzobispo D. Bernardo, para que ejerciese las funciones episcopales en Zamora. Pero el M. Risco convence que luego que llegó Don Gerónimo a Toledo, fue nombrado Obispo de Salamanca y de Zamora, cuyas Iglesias gobernó, no hasta el año 1126, en que fija Berganza su muerte, sino hasta 1120, constando por la historia compostelana, que en 1121 estaba ya Giraldo electo Obispo de Salamanca

Diéronle sepultura en la Catedral en un arco sobre el cual fue colocado el Santo Cristo de las batallas. Allí permaneció quinientos años hasta, el de 1607, en que tratándose de trasladar aquella santa imagen a otra capilla más suntuosa, se abrió el sepulcro de este venerable Prelado, dentro del cual en un cerco de oro se leía: Hieronymus Episcopus servus Christi fidelis: a todo lo cual se halló presente Gil González Dávila. Por esta relación de un testigo tan calificado debe corregirse la de Bleda (Milagros de la Cruz mil. 382) que dice haberse descubierto y hallado entero su cuerpo el año 1595; y la de Escolano, que supone haberse hallado sobre el mismo un letrero, en que se llamaba D. Hieronymo de Vique.

(2) Ferrer de Sant Martí. Antes de ser elegido Ferrer de Sant Martí, luego que el Rey D. Jayme hubo reedificado la Iglesia mayor, tratando de restablecer en esta Diócesis el culto divino, y ordenar todo lo perteneciente al gobierno eclesiástico, de voto y consejo de los Prelados que se hallaban en la ciudad fue propuesto para primer Obispo de ella el año 1238 Fr. Berenguer de Castel-Bisbal (Castellbisbal, bisbe : obispo), Frayle Dominico, compañero del V. Fr. Miguel de Fabra en la conquista de Mallorca. No tuvo efecto esta elección por la competencia que ocurrió entre los Arzobispos de Toledo y Tarragona, sobre cual de los dos había de ser Metropolitano de Valencia. Y como este punto no le decidió Gregorio IX hasta Octubre del año de 1239, como consta de la Bula áurea que se conserva en el archivo de Valencia, habiendo vacado en este intermedio la Silla de Gerona, eligió su Cabildo para Obispo al dicho Berenguer, por cuya causa no llegó a serlo de Valencia, ni a tener lugar en el catálogo de sus Prelados.

El haber sido este Fr. Berenguer Religioso Dominico y primer Obispo electo de Valencia, dio ocasión a que creyese Beuter que Ferrer de Sant Martí fue de la Orden de Predicadores, confundiéndole con Castel-Bisbal. (V. Zurita lib. III. cap. XXXIV y Mariana lib. XII cap. XIX.) 

(3) De versos leoninos. Este uso de los versos leoninos y otras composiciones rimadas en inscripciones, prosas, cánticos y otros monumentos de la antigüedad eclesiástica, juzgó Huet (Huetian. §. LXXVIII.) haberle introducido en España los africanos y los árabes. A mi parecer, no hay necesidad de recurrir a estos conductos cuando ya nuestro español Séneca descubrió afición a estas consonancias, mal imitadas de Nerón, su discípulo, en sus versos rimados que satirizó Persio, y usadas después cuando ya decaía el imperio por Sidonio Apolinar, Simaco, Casiodoro y otros autores eclesiásticos. Por estos medios pudo introducirse la rima en España, así como pasó a África, donde vino a hacerse casi general, tanto que se vio como estrechado a adoptarla S. Agustín en los cánticos que van al principio de sus tratados contra los donatistas, cuyos versos sin ceñirse a la cantidad de las sílabas, guardan cierta consonancia, aunque con poca exactitud. Los árabes aficionados ya a la rima, como lo demuestran en el Corán las finales de ciertos períodos, y otras composiciones métricas de ellos que se conservan en España; hallando al África dominada de este gusto, pudieron muy bien propagarle después en Europa, mayormente si es cierto lo que dice Huet, que en esta parte del globo no se hallan obras rimadas antes del año 712, en que vino Tarico (Tarik) a España. (Huet. origine des Romans. p. 19.) 

(¿Y si encontráramos textos rimados en griego o fenicio? El padre nuestro en arameo, según se reza hoy a me ha enseñado a pronunciarlo un colega del trabajo, empieza: Abun de baschmayo, nejtada sishmój, tithe maljuzój, nejua sebionój, con 3 ój)



La Iglesia, conformándose cuanto cabe con el gusto y el genio del pueblo, no se desdeñó de admitir desde luego este género de adorno en sus cantos y en otros  monumentos piadosos. Esta práctica dio ocasión a que el poeta León, Canónigo de S. Víctor, que floreció en tiempo de los Reyes de Francia Ludovico VII y Filipo Augusto (AEgid. Parísiens. Karolin. lib. V.) inventase los versos que de su nombre se llamaron leoninos; de los cuales publicó varías muestras Esteban Pascasio (Disquis. Francicar. lib. VII cap. II.), que desvanecen la equivocación con que procedió Escalígero en este punto (Scalig. Poet. lib., II cap. XXIX.) 

(4) La indulgencia del Laus perennis o cuarenta horas. En orden a la exposición del Santísimo Sacramento, fuera de la festividad del Corpus y su octava, ha habido entre los Doctores católicos gran variedad de pareceres, nacidos todos de sana intención y de buen espíritu. Unos creyeron que no convenía poner de manifiesto el Santísimo Sacramento; fundados lo 1.° en que la Iglesia en sus días floridos ocultaba la Eucaristía a los infieles y aun a los catecúmenos, como consta de S. Cirilo Hierosolimitano, de S. Agustín y otros Padres, y en que aun a los penitentes no se les dio algún tiempo licencia para mirar la sagrada hostia, como se ve en algunas liturgias, y por lo tocante a España se colige de las palabras de nuestro S. Isidoro: non enim omnes videns alta mysteriorum quae operiuntur à Levitis ne videant qui videre non debent. (Offic. lib. II, capítulo VIII.) 

Lo 2.° en que la Iglesia, a pesar de la franqueza con que en sus primeros días permitió a los fieles que tocasen la santa Eucaristía, y la llevasen a sus casas, y que con la sangre del Señor, luego que la recibían, se ungiesen la frente y los ojos, como lo atestigua S. Cirilo (Catech. mystag. V.), viendo el abuso que de esta práctica hacían con sus encantos y supersticiones los priscilianistas y otros herejes, la cortó enteramente hasta el extremo de no manifestar el Santísimo Sacramento durante el mismo sacrificio, con especialidad en el Occidente, donde dice S. Gregorio de Tours (lib. VII. capítulo XXII.), que acabada la consagración se ocultaba la hostia debajo del corporal; de cuya práctica observada en parte aún en el siglo XII hace memoria un célebre escritor de aquel tiempo, diciendo: statim post.... elevationem demitti sacramentum à Sacerdote solitum, et operiri sindone. (Guibert. de Pignor. Sanct. c. II.) 

Lo 3.° en que el Concilio de Colonia de 1452, presidido por el Cardenal de Cusa, Legado de Nicolao V, prohibió esta manifestación del Santísimo Sacramento en custodias fuera de la octava del Corpus, a no ser ex singulari indulto ordinarii, aut aliàs pro pace, aut alia necessitate imminente. Porque consta haber recaído este decreto sobre la costumbre de exponer la Eucaristía todos los jueves del año, y haberse tenido en consideración, como advierte Alberto Krantzio (Cronol. lib. IV.), que este divino Sacramento no le instituyó el Salvador para que estuviese a la vista del pueblo, sino para que le sirviese de manjar espiritual. Otros más prudentes, absteniéndose de establecer sobre esto regla general, no tienen por justo defraudar la devoción y el fervor del pueblo, que desea ver patente el Santísimo Sacramento para dispertar en su ánimo la verdadera y espiritual adoración que él desea (V. Grancol. l' ancien. Sacram. de l' Eglis. pág. 220.). Y de este bien ni aun a los pecadores excluye Alexandro de Hales (part. IV. q. 52. n. 6.), cuyas son aquellas graves palabras: ex ista inspectione Sacramenti accidit commodum inspicienti, etiam peccatori; tum ex ponderatione charitatis Salvatoris, tum ex subventione beneficii reparationis, tum ex recordatiom passionis Redemptoris. 

Con esta consideración ya en el siglo XVI comenzaron los Prelados de algunas Diócesis a conceder esta indulgencia de las cuarenta horas en ciertas capitales piadosas, donde no podía temerse abuso de esta solemnidad, y bajo ciertas reglas prudentes, cuya muestra puede verse en el cuarto Concilio de Milán, y con más extensión en la piadosa instrucción del Cardenal Marefoschi de 1730, publicada por mandato de Clemente XII.

Este culto del Santísimo Sacramento le instituyó primero en Milán el Padre Joseph de Milán, Religioso Capuchino, el año 1556, en memoria del tiempo que estuvo el cuerpo del Señor en el sepulcro, como lo dice Pedro de S. Romualdo en su Tesoro cronológico (tit. I.).

Cuatro años después con aprobación de Pío IV instituyó en Roma otras cuarenta horas mensuales la Cofradía llamada de la muerte, en memoria de los cuarenta días que ayunó el Salvador en el desierto, y para imitar en algún modo la continua oración de los Apóstoles y demás fieles de la primitiva Iglesia. A esto se siguió la Bula Graves, et diuturnae de Clemente VIII, expedida en 25 de Noviembre de 1592, en que con motivo de las revueltas de Francia y de los atentados de los herejes y de los turcos, estableció una exposición del Santísimo Sacramento día y noche, ad placandum Deum, dice, ut, avertatur ira ejus à populo suo, et ad ejus opem his difficillimis temporibus impetrandam. Esta gracia fue continuada por Paulo V en 1606. (Laert. Cherub. in laud. Bull. Clem. VIII.) 

En Septiembre de 1601 se celebraron en la Catedral de París por el feliz parto de la reina, preces quadraginta horarum incipientes ab hora quarta matutina dictae diei dominicae, et finientes crastina die, horam octavam vespertinam. Otras semejantes acordó aquel Cabildo en Octubre de 1621 por la conservación del Rey y otras necesidades del reino. Iguales ejemplos dio aquella Iglesia con motivo de varias necesidades públicas en los años siguientes, como consta de sus registros publicados por Thiers (de l' exp. du S. Sacr. l. III. c. IX.). Algunos creen que en estas cuarenta horas no se exponía aún el Santísimo Sacramento (Thiers ib. lib. IV. c. VI. p. 644. sig.). Pudo ser esto cierto en los principios, y aun puede creerse que se practicó así en las cuarenta horas celebradas en Milán por S. Carlos Borromeo el año de la peste delante de la insigne reliquia del clavo de Cristo que allí se venera (Muñoz Vida de San Carlos lib. IV. c. XII.). Más adelante, así en esta ciudad, como en otras de Occidente, se permitía que se pusiese patente la sagrada Eucaristía entre cristales, en ostensorios o custodias semejantes a las de ahora. Aun en Francia hizo ley de esta permisión el Concilio Provincial de Aviñón de 1594 (c. 45.), diciendo: quadraginta horarum oratio fiat in conspectu SS. Sacramenti, quod è tabernaculo expositum, in majori, aliove altari, si ita expedierit, palam collocetur. De esta práctica, como cosa común y recibida, se hace ya memoria en el decreto para las cuarenta horas de aquella Iglesia, que se celebraron en Julio de 1641, pro felici belli eventu, donde se lee: ut omnia cum solemnitate et devotione majori fiant, matutinae diurnae cum expositione augustissimi Sacramenti de more cantabuntur. Y en otras dos del año 1649: continuabuntur adhuc preces cum expositione augustissimi Sacramenti corporis Christi, ad diem dominicam proximam inclusivè finiendae. = Exponetur sacrosanctum corporis Christi Sacramentum, quod singulis diebus cum cantico seu hymno musico et precibus …. reponetur (ap. Thiers ib. lib. III. c. IX.). De esta práctica general ya en toda la Iglesia dan testimonio los varios decretos expedidos sobre esto por la sagrada Congregación de Ritos, algunos de los cuales publicó Merati en sus adiciones al Tesoro de los sagrados ritos (t. I, pág. mihi 310.) 

De propósito omitimos la controversia sobre el origen de las cuarenta horas de la Quinquagésima, establecidas en Francia a principios del siglo XVII, como quieren algunos, o tal vez en Italia por los Regulares de la Compañía de Jesús (Nicol. Orland. Annal. lib. XVI. pág. 540.), que es lo más verosímil; retroceder para esto con otros al siglo XIII, en que florecía Santa Gertrudis, carece de apoyo. De esto se ofrecerá ocasión de hablar en otra parte, con motivo de la indulgencia plenaria anexa a estas gracias, y de las justas causas que para su concesión ha tenido la Silla Apostólica. 

Anales de Cataluña, Narciso Feliu de la Peña y Farell (Index)

(Nota del editor : Se corrige parcialmente la ortografía en castellano.)  Imagen: Biblioteca de Catalunya. Llibres Pere Borrás: MCMXIX: D. V...