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dimecres, 17 d’agost del 2022

CARTA LXXV. Origen de la iglesia de Ager y de su abadía y de su jurisdicción nullius.

CARTA LXXV. 

Origen de la iglesia de Ager y de su abadía y de su jurisdicción nullius. Carácter de su canónica y su secularización: iglesias comarcanas sujetas a ella: noticia del monasterio de Monmagastre. Catálogo de sus prelados. 

Mi querido hermano: De las memorias civiles de la villa y vizcondado de Ager quedó dicho lo bastante en el correo anterior, cuanto era necesario para la inteligencia de las eclesiásticas. La iglesia con cuanto hubo y hay en ella es hoy el objeto de mi investigación. En la cual casi nada hubiera podido medrar, si no fuera por su archivo, de cuya preciosidad hablaré después, contentándome ahora con decirte, que las escrituras que de él citaré y llevarán al canto la numeración que allí tienen. Nos es enteramente ignorado el primer origen de la iglesia de Ager, después que fue ganada esta villa de los moros, porque también lo es la época de la primera de sus dos conquistas. De lo dicho en el correo pasado consta que la segunda vez que salió del poder de aquellos bárbaros para no volver más a él, fue hacia el año 1050; mas también se vio que antes de eso, y de la invasión en que destruyeron y quemaron las escrituras que aquí había, estaba floreciente la cristiandad con iglesia gobernada por el abad Lanfranco: el cual a X de las calendas de Mayo del año VI del rey Enrique, 1037 de Cristo, en juicio público, ante el conde de Urgel Ermengol II, recobró la iglesia de Santa Maria de Artesa, que le había usurpado el prepósito de la sede de Urgel. Reservose entonces el patronato de dicha iglesia Mir Arnal de Cervera, a quien Borrell, conde de Barcelona y Urgel, había dado el señorío de la villa y castillo. De todo ello da razón la escritura que existe aquí num. 2485, y va copiada (a: Apend. n. XIII). Otra hay num. 2188, de la cual consta que en el año 1041 había en esta villa tres iglesias, intituladas de S. Vicente, de S. Pedro y de S. Salvador. Lo cual prueba que la cristiandad estaba en Ager ya de antiguo arraigada y pacífica. Y no se diga que esto pudo ser así bajo la dominación de los moros, como se sabe de Córdoba y otras partes, donde por su conveniencia temporal toleraban aquellos bárbaros el culto cristiano, y templos y monasterios y obispos. Porque si acá sucediera lo mismo, no tenían necesidad los infieles de invadir hostilmente esta villa, y de quemar y destruir los monumentos cristianos, como de la escritura del año 1061 que dije el pasado correo consta que ciertamente habían hecho pocos años antes. Nunca lamentaremos bastantemente aquella calamidad, la cual nos privó de otros documentos por donde sin duda supiéramos cosas más antiguas de esta villa en lo civil y eclesiástico. Por fortuna duró poco el nuevo señorío de los moros, a los cuales arrojó otra vez de aquí el valiente caballero Arnaldo Mir de Tost, hacia el año 1050, como ya dije. Entonces junto con su mujer Arsendis se aplicó a restaurar el culto cristiano, edificando la iglesia en la parte más alta de la villa, dentro del recinto de su castillo, donde hoy permanece. Del castillo y de la iglesia hablaban de esta manera dichos señores en el año 1067, al tiempo que trataron de aumentar la dotación del clero, de lo cual se dirá después: porque dando gracias a Dios por haber conquistado muchos castillos de los moros: “Ex quibus (dicen) Aggerense castrum insigne atque praeclarum est, quod de medio nemorosae vallis principale caput attollens in altum, respicit ad se pertinentia cetera oppida per girum: intra quod edificavimus a fundamentis in nomine beati Petri apostolorum principis ecclesiae novitatem, ut locus ille Deo semper redderet debitae confessionis laudem, qui antea plenus blasfemiis dabat orribilem preconii vocem. Deinde secundum gratiae Dei praedestinationem ibi constituimus abbatiae ordinationem.'' Así recordaban en 1067 estos piadosos y esforzados caballeros la generosidad con que pocos años antes habían construido desde los cimientos el hermoso templo que aún se conserva, instituyendo en él la canónica presidida por un abad, que tan floreciente se ha conservado hasta nuestros días, aunque con carácter diferente, según se dirá. La fundación de esta abadía comúnmente se fija en el año 1056, alegándose para ello la escritura que aquí existe original num. 2481, y va copiada (a: Apend. n. XIV). Mas si bien lo reparas lo que en ella se lee es que los fundadores instituyeron abad, sin duda el primero, a Guillermo Ramón, juez; a lo cual sin decir más añaden la pingüe dotación de la iglesia. Y yo no tengo duda en que esto supone previamente la sobredicha institución, cuya escritura si existiese hallaríamos ser de otro carácter y manera que la presente. Faltan además otros documentos en que conste la facultad con que el fundador nombró por sí mismo el abad, y la sujeción de la nueva planta a la sede apostólica; cosas que hallamos confirmadas en la bula del papa Nicolás II, dada en el año 1060; de la cual hay aquí (num. 36) un traslado hecho en el siglo XIV, y de él es el adjunto que contiene no pequeñas curiosidades (a: Apend. n. XV). Porque 1.° dice el papa de esta villa e iglesia: quam nuperrime de potestate paganorum et gentilitatis errore divinitus liberatam per charissimum filium nostrum Arnallum, nobilissimum, et religiosissimum virum, inimicorum Dei agarenorum adversarium et debellatorem novimus. Aquel nuperrime escrito en el año 1060 es una nueva prueba de que la conquista estaba reciente, y según dijimos hecha hacia el año 1050. - 2.° Dice que los fundadores con el hijo de ellos Guillermo habían sujetado la nueva iglesia a la de S. Pedro de Roma, ofreciendo pagarle por un quinquenio el censo de diez sueldos de oro: moneda que por lo visto en otras escrituras semejantes sería la que acá llamaban mancusos, y en Roma simplemente aureos. - 3.° En consecuencia de esta sujeción exime el papa a dicha iglesia de la jurisdicción episcopal, de manera que ningún obispo pueda poner en ella entredicho ni excomulgar a sus individuos, ni de ella ni de las que le estaban subordinadas exigir servicio alguno. 

- 4.° Concede potestad a Arnaldo y a sus sucesores para que con el consentimiento del clero puedan instituir abad al que juzgaren a propósito para ello. 

- 5.° Entre las firmas de los obispos se halla la de S. Anselmo, obispo de Luca, la cual ya puedes considerar cuanto me hubiera alegrado de ver original.

La sujeción de esta nueva iglesia a la de Roma, y la protección que a nombre de ella le ofrece aquí el papa Nicolás II con el censo de 10 sueldos áureos cada quinquenio, fue solicitada por parte del mismo fundador; el cual en la amplísima dotación de esta iglesia que hizo a 4 de Abril del año VIII del rey Felipe, 1067 de Cristo, y está aquí num. 69 (a: Apend. n. XVI), expresamente dice que para lograr esta gracia de la sede apostólica había enviado en ofrenda al papa Nicolás II cinco mil sueldos de la misma moneda, que ya habían dicho ser de oro de Valencia, y después tres mil al sucesor Alejandro II, con más doce esclavos negros. Sciatur a cunctis, dicen, quia pro defensione ecclesiae Aggerensis feci ego offerenda a domno apostolico Nicholao quinque milia solidos aureos Valentiae: similiter a domno apostolico Alexandro tria milia solidos aureos Valentiae, et X captivos nigros.

De paso advierte que esta moneda de oro de Valencia se menciona frecuentemente en las escrituras de contratos desde el siglo X hasta todo el XII, y señaladamente en los de mayor importancia; por donde es fácil entender que era el oro de mayor estima que circulaba en Cataluña. Y no hay que cavilar, que aquella palabra Valentiae no era geográfica ni propia de la ciudad de este nombre, y que sólo significaba oro de valía o de ley; porque muchas son las escrituras que abiertamente dicen URBIS Valentiae. Y qué oro fuese este acuñado por los moros que allí dominaban entonces, no lo sé decir; sólo añadiré que de él corrían onzas, sueldos, y acaso lo serían también los morabatines. Estos morabatines eran de mayor valor que los sueldos áureos, según se infiere de que habiéndose aumentado con el tiempo el sobredicho censo de dos sueldos por año a dos morabatines, nacieron grandes quejas y contestaciones entre esta iglesia y la curia romana. Volviendo a lo que decíamos, el papa exime esta abadía de la jurisdicción episcopal, cuya exención ha continuado hasta hoy como verdaderamente nullius, no sin reclamaciones del obispo de Urgel y litigios consiguientes, que sólo sirvieron para confirmar más y más el privilegio de esta iglesia. Cuándo comenzó esta total exención, no me ha sido fácil averiguarlo. Sólo diré aquí que a pesar de la bula del papa Nicolás expedida en 1060, en la curiosa donación que Sancha condesa de Urgel hizo a esta iglesia cinco años después, de la cual se tratará más adelante, dice que la hacía Cum consilio domni Guillelmi HUIUS TERRITORII episcopi. Guillermo Guifredo, obispo de Urgel, es el aquí llamado obispo de este territorio. 

Yo no me empeñaré en que esto sólo deba entenderse del distrito de Ager; porque bien veo que quien hablaba era una condesa de Urgel, que acaso designó de esa manera el obispo de todo su señorío. O digamos que no estaba aún entonces, como cosa reciente, asegurado ya y reconocido por todos el derecho, que después inviolablemente se ha conservado a esta canónica en los varios aspectos y formas que ha tenido, primero de Aquisgranense, después de Agustiniana, y últimamente de colegiata secular. Porque que fuese en un principio Aquisgranense, pruébalo el estado que tenían todas las catedrales de Cataluña al tiempo de la conquista de esta villa, que cierto eso eran, y no otra cosa. Y si no pareciese esta razón muy concluyente, lo será el saberse de cierto que la primera canónica de este país que abrazó la vida reglar Agustiniana, fue la de S. Juan de las Abadesas en el año 1089, hasta cuya época debe suponerse en esta de Ager que sólo rigió la Aquisgranense común a todas las demás. Y esto prueba la distribución que hizo de sus bienes en 1066 dividiéndolos en tres partes: 1.a para el sustento común: 2.a  a disposición del abad; y 3.a partida entre todos los canónigos, y con designación de ciertos frutos a cada uno de ellos. A esta iglesia, cuyo titular siempre fue S. Pedro, se unieron como a su matriz otras muchas desde el principio. Tal es la de S. Vicente M., que está en el centro de la villa, y la contigua a ella, intitulada de S. Salvador, la cual había construido un cierto Felmiro, y fue consagrada por Arnulfo, obispo de Roda, a 17 de Abril del año XVII del rey Enrique, que es el 1048 de Cristo, y no el 1036 como se lee en el exordio de la escritura que está aquí num. 1564, y de la cual va un extracto (a: Apend. n. XVII). A pesar de esta variedad en este documento, que no es original, debe tenerse por cierto el hecho, porque así en 1036 como en 1048 existía el obispo Arnulfo, y también Arnaldo Mir con su mujer Arsendis, que allí se nombran como señores que dieron su consentimiento; sino que si el instrumento fuese del último de dichos años, siendo como conjeturé posterior la invasión de los árabes, y por consiguiente la reconquista de la villa por Arnaldo, debe inferirse que este era ya antes señor de ella, y que por consiguiente pudo él haber sido su primer conquistador. Esto más hay que añadir a lo que dije en el correo pasado. Como quiera que esto sea, verás en la escritura que en las iglesias sobredichas había dos altares de S. Jorge y de S. Ponce. Y llámolas iglesias, porque dos eran, aunque contiguas. Hoy componen una sola, abierta la pared que las separaba, quedando en su ser antiguo la de S. Salvador, y habiéndose dado mayor capacidad y elevación a la de S. Vicente en el siglo XV. La diferencia de gusto arquitectónico forma en ellas un contraste notable. También se le sujetaron otras iglesias al rededor de la villa; entre las cuales se cuenta la de S. Nicolás, que hoy está destruida, en el lugar llamado Aspre (Asperum), donde había un hospital para pobres enfermos; la cual consagró en el año 1101 el obispo de Barcelona Berenguer, según consta de la escritura que aquí existe num. 2129, y va copiada (a: Apend. n. XVIII). El P. Flórez hablando de la iglesia de Barcelona hizo mención breve de esta consagración. Igualmente se incorporó a la canónica de Ager la que había en Monmagastre, no lejos de esta villa; y esta unión debió ser a principios del siglo XII, desde cuya época suena aquella casa en varias escrituras gobernada por priores, puesto que en el año 1085 la presidía Fruya como su abad propio, según consta de una escritura que aquí hay num. 394 del año XXVI del rey Felipe, la cual va copiada para esto sólo (a: Apend. n. XIX), advirtiendo que el que al principio se llama abba, en las suscripciones se intitula cappellanus. Dejo de contar el territorio que fue agregándose después a la jurisdicción de este monasterio de Ager; en la cual a pesar de las reclamaciones de los obispos comarcanos, permanecen todavía 38 parroquias. Esta canónica Agustiniana experimentó las alternativas que las otras de la misma orden, de relajación, de reforma, de abades propietarios y comendatarios, hasta que finalmente la secularizó el papa Clemente VIII en 1592, erigiéndola en colegiata, presidida por un arcipreste, el cual sucedió al abad antiguo en los derechos y jurisdicción. Casi hasta nuestros días ha durado la costumbre de congregarse sínodo propio de este arciprestazgo. El primero de que hay memoria es del año 1285. De las principales constituciones de todos ellos se formó una colección en tiempo del señor arcipreste Ciscar. Los seis canónigos que con los comensales sucedieron a los individuos de la canónica reglar, visten sotana y almuza morada de lana con cenefa carmesí. Para completar la historia de esta iglesia falta que veas el catálogo de sus abades y arciprestes, que he formado con no pequeño trabajo por los documentos de este archivo y de otros. 

Abades. 

Principio.         Existencia. Muerte.

Lanfranco 1037

Guillem Ramon 1056. 1080. 

Pedro Guillem 1083. 1109.

Bernardo 1115. 1153.

Arnaldo 1124. 1153.

Guillermo 1157.         1161.

Raimundo         1162. 1183.

Este abad fijó el número de doce canónigos.

Arnaldo 1190. 1196.

Raimundo Rubió 1201. 1224.

Bernardo de Trago 1226. 1229.

Arnaldo de Ager 1232.     1257.

Pedro de Ager         1257. 1293

Andrés 1295.             1332. 

Hugo de Cervelló 1333.     1341.  

Guillermo de Agulló    1341.     1348.

Francisco de Monllor   1348. 1391.

Bernardo de Vernet    1395. 1405.

Vicente Segarra 1407.             1433. 

Era prior de Santa Eulalia del Campo de Barcelona. Consiguió de Benedicto XIII (Luna) el uso de pontificales (num. 32), y la facultad de conferir tonsura y cuatro menores (num. III - o 111). El mismo mandó labrar una cruz grande de plata con varias figuras, entre las cuales es muy gracioso un pelícano que está dentro del nido. 

Juan Alfonso....         1433. 1437. 

Era prior de S. Marcos de León.

Bernardo Guillem 1442. 

Pedro Calvo 1455.

Pedro de Urrea, arzobispo de Tarragona 1464. 

Bartolomé Martí 1466. 1474.

Era natural de Játiva. En 1474 fue hecho obispo de Segorbe: en 1496 cardenal: murió en Roma en 1500. 

Juan Antonio de Provenza, alias de Aguiló 1476. 1489.

Lorenzo Periz o Pérez. 1503. 1542.

Era obispo titular de Nicópoli, y como tal fue auxiliar y también vicario general del arzobispo de Tarragona D. Gonzalo Fernández de Heredia. Residió mucho tiempo personalmente en esta abadía (cosa no acostumbrada entre los comendatarios) donde fundó un hospital pequeño, sobre cuya puerta aún está el escudo de sus armas, que no eran más que una faja. Aquí se conserva su testamento hecho el mismo año de su muerte, que es el 1542. Aquí finalmente murió, y fue enterrado en la primera grada de la puerta de la iglesia, junto a la pila del agua bendita, donde se puso una lámina de bronce, que ahora anda suelta por el archivo, con este letrero: Laurentius Nicopolitanus episcopus, abbatiatus Aggerensis o R. (no se lee bien) comendatarius perpetuus, natione Navarrus, de bonis fortunae hoc solum sibi reliquit. Anima eius requiescat in pace: amen. Suos dies clausit extremos anno salutis MD.XXXXII, die nona mensis Decembris. Debió renunciar esta abadía antes de morir, siendo cierto como lo es que a 19 de Agosto del mismo año 1542 ya la obtenía. 

Juan Sobrino 1542. 1553.

Era juntamente canónigo de Lérida, y allí fue vicario general, sede vacante, donde murió a 27 de Octubre de 1553. En el año anterior celebró órdenes en esta iglesia de Ager Fr. Francisco Roure, obispo también de Nicópoli. 

Bernardo Marles de Malla. 1557. 1566. 

Gerónimo Cardona 1566. 1582. 

Este es el último de los abades. 


Arciprestes. 


Antonio Puigvert 1605. 1607.

Gerónimo Roure 1608. 1620.

Era natural de Vique.

Andrés Pujol. 1623. 1633. 

Francisco Broquetas 1635. 1641.

Natural de Manresa. 

Juan Tort 1644. 1652.

Andrés de Perpinyá 1652. 1662.

Francisco Ciscar y de Gravalosa 1662. 1705.

Era natural de Os.

Miguel de Marimón 1705. 1709.

Natural de Barcelona, hermano del obispo de Vique de ese mismo apellido. Fue electo obispo de Solsona, y murió antes de tomar posesión de aquella iglesia. 

Benito Vinyals y de la Torre 1710. 1734.

Era natural de Barcelona.

Nicolás Estaun (Estaún) y Ciria. 1736. 1745.

Natural de Chimillas, diócesi de Huesca.

Juan Gerónimo Mateu y Mora. 1746. 1755.

Natural de Igualada.

Francisco Esteve y Ferrer 1756. 1772.

Natural de Bellver.

Mariano Zabater 1773. 1780.

Natural de Talarn. 

Mariano Ambrosio Escudero 1782. 1790.

Natural de Azara, diócesi de Lérida.

Josef Barnola y Puig 1791. 1805.

Natural de Llers, obispado de Urgel.

Antonio Ros 1806. actual. A Dios. 

dimarts, 2 d’agost del 2022

CARTA LIV. Viaje a Monserrate. Birolay de Madona Sancta María.

CARTA LIV. 

Viaje a Monserrate

Mi querido hermano: El monte de Monserrate, sito en el confín de las diócesis de Vique y Barcelona y de la jurisdicción de la primera, es uno de los objetos que llama la atención de naturales y extranjeros, y admira aun a los acostumbrados a ver rarezas y maravillas de la naturaleza. No hay pincel ni pluma que pueda explicar las perspectivas que ofrece al que se interna en él. Grupos continuos de cilindros y conos de varios tamaños, unidos con más o menos estrechez, dejando en su unión las grietas suficientes para que la naturaleza los adorne, y digamos los borde con sus verdes producciones, que ofrecen una labor vistosísima. Es singular la magnitud de uno de estos conos que digo que se eleva solo en la cresta de la montaña, y llaman el Cavall Bernat, cuya descripción hace una historia MS. en hexámetros, por un monje llamado Fr. Antonio Brenach en estos versos:

Ad iactum apparet cautes miranda sagittae 

Cautibus ab reliquis scopulisque, per altum 

Aëra consurgens, ulnisque erecta trecentis.

Las ermitas están como enriscadas en lo alto del monte, y algunas encajadas entre cono y cono. Es muy extraño que no quede memoria de este lugar en los geógrafos antiguos, siendo como es tan oportuno para denominar si importaba una comarca. Algunos historiadores de poca cuenta dicen que se llamó Monte Estorcil. Los notarios y escritores del tiempo medio le llamaron Mons-serratus y Mons-obseratus. En alusión al primer nombre tomó el monasterio por armas un monte a quien corta una sierra.

La vista mejor del monasterio es desde la ermita que llaman de S. Miguel, que es antigua, y ya hay de ella memoria en el año 1042, en una donación que le hizo el obispo de Barcelona Guislaberto, de la cual se hablará en lo de aquella iglesia. En otras donaciones de los años 1059 y 1062 se supone habitaban en esta ermita los monjes Trasvar y Guarín. Puede darse por bien empleado todo el trabajo de subir dos horas por una cuesta muy agria desde el lugar llamado Collvató, por gozar de perspectiva tan graciosa. Éntrase en el monasterio por un claustrito viejo, obra del cardenal Juliano de la Rovere, después Julio II, que era abad comendatario de Monserrat. He visto los capítulos de la obra que en su nombre pactó el prior y monasterio con los arquitectos Mestre Jaime Alfonso y Mestre Pere Baset, ciudadanos de Barcelona. Fue esto en 1476. Consérvase bastante bien esta fábrica con las armas del cardenal, y en el día está llena de presentallas. Subsiste en uno de sus lienzos la portada de la iglesia antigua que se extendía muy poco de poniente a levante. Créese que un arco por donde se entra a la obra nueva sea el lugar donde estuvo la imagen de nuestra Señora. Así lo dice allí la siguiente inscripción: Philippo tertio Hispaniarum rege catholico praesente, Deiparae Virginis imago hinc in templum novum translata fuit V. Idus Iulii anno MDXCIX, cum hic septingentis undecim annis miraculis claruisset. 

Esta antigüedad supone la que comúnmente se le atribuye desde el siglo IX, y la que en globo consta del privilegio del conde Wifredo, dado el año 888 a favor de Ripoll, al cual entre otras cosas concede locum quem nominant Monte-serrato ecclesias, quae sunt in acumine ipsius montis vel ad inferiora eius. La misma posesión confirmó el año siguiente 919 (¿siguiente a 888? 889) el obispo de Vique Jorge en la escritura que he visto aquí original, fecha VIII. Cal. Aprilis anno XXVII quod Karolus rex regnandi sumpsit exordium. Más terminantes son otras dos confirmaciones a la misma casa, una del conde Suñer de Barcelona anno IV. post obitum Caroli regis, y otra del rey Lotario año 982, en las cuales se expresa que se da a Ripoll el Monte Serrato con las iglesias Sanctae Mariae, S. Aciscli, S. Petri, et S. Martini. Estas dos últimas estaban donde ahora es el lugar de Monistrol. La de San Acisclo está separada del monasterio como un tiro de fusil hacia levante: su fábrica es vieja, y hasta estos últimos siglos hubo en ella hospital para peregrinos enfermos. La de Santa María es la que decimos, aunque ni rastro queda del edificio primitivo. Los cimientos de la iglesia actual se pusieron en tiempo del rey D. Fernando el Católico, de quien he visto una carta original, fecha en Medina del Campo a 14 de Marzo de 1489, en que exhorta al abad y monasterio a la empresa de la obra, que cesó a los diez años por las urgencias del estado, y el rey en carta de 1499 cedió a favor del monasterio todos los enseres de aquella fábrica, destinada solamente para habitación de monjes. Mas andando el tiempo el abad Fr. Bartolomé Garriga se aprovechó de lo comenzado para la iglesia, y en 1561 con deliberación de la comunidad aplicó a la fábrica el producto del jubileo que Pío IV había concedido por diez años a los que visitasen este santuario en el día de la Natividad de nuestra Señora. La resolución capitular y las constituciones para el buen gobierno de la fábrica he visto en el archivo. Tardose en concluir hasta el 1592, en el que Domingo de sexagésima a 2 de Febrero la consagró el obispo de Vique Pedro Jaime, con asistencia de Jaime Cassador (cazador), obispo de Gerona, Andrés Capilla de Urgel, y Francisco Robuster y Sala de Elna, y Fr. Plácido de Salinas, abad de este monasterio. Hallose presente el virrey de Cataluña Pedro Galcerán, marqués de Navarrés. Existe en el archivo la escritura fecha en el mismo día. Éntrase a la iglesia por un patio cuadrado. En la portada no he hallado las estatuas que Pons indica en su viaje, aunque están labradas para colocarse. La nave de la iglesia es espaciosa y muy proporcionada; su latitud no incluyendo las capillas, es de 76 palmos catalanes, y su longitud total es de 286 palmos. Tiene seis capillas por lado, y sobre ellas otras tantas, descontadas las del coro, con altares y buena porción de pinturas que se trajeron de Roma en el tiempo del abad Fr. Manuel de Espinosa. En las bajas las hay también, y entre ellas es notable el S. Lorenzo que está en el altar dedicado a este santo. A Pons le pareció de Ribalta, y yo le tengo por tan suyo como el S. Vicente que hay en el salón de dominicos de Valencia. En la capilla de S. Ildefonso hay un cuadro grande del Descendimiento que aquí atribuyen a Rubens; este profesor pintó muchos descendimientos, como Cerezo concepciones y Orrente carneros, y no digo más. También tiene su mérito por la novedad la capilla de la comunión, cuyo altar está colocado dentro de otra capilla que forma un cuerpo dórico con columnas de madera y bases de piedra. La longitud de la iglesia queda cortada en la capilla quinta por una verja de hierro bien labrada hacia el año 1608, por precio de 14 mil ducados, cuya cornisa viene con la primera de las capillas; y como estas están también cerradas con verjas de madera, forman un todo proporcionado, presentándose esta primera pieza como un salón de 184 palmos de longitud. Tengo por averiguado que el origen de semejantes divisiones en los templos debe atribuirse a la costumbre de las vigilias de los fieles, las cuales pasaban en lo llano de ellos, quitado así todo peligro de robos y otros desacatos. Algunas memorias quedan de las vigilias de los peregrinos en este santuario, de lo cual hablaré después. En el recinto cuadrado entre la reja y el presbiterio hay 73 lámparas de plata puestas en alto y muy pegadas entre sí y a las paredes colaterales y a la misma reja: en esta última las sostiene un arco de hierro de tres o cuatro dedos de espesor, cuyo radio es lo ancho de la iglesia, y tan rebajado que apenas se eleva sobre su centro dos palmos. Hízolo un devoto aragonés, según me dijeron. En la sacristía y piezas contiguas está guardado el tesoro que llaman y con razón, por la multitud y preciosidad de alhajas y joyas de gran valor, que más son para vistas que para referidas. Es poca su antigüedad, que no excede a lo que creo a los reyes católicos. Hay siete bustitos de emperadores romanos en mármol y en marfil: seis camafeos de las sibilas Samia, Hellespóntica, Líbica, Eritrea, Frigia y Egipcia. Hay de cristal de roca todo el servicio de un altar, que dicen fue del papa Urbano VIII. Guárdanse allí varios pectorales de obispos, entre ellos el del Ven. Palafox. También vi y tuve en mi mano una espada, cuyo puño está sembrado de flores de lis; dicen que es la que dejó S. Ignacio de Loyola cuando comenzó aquí la carrera de su vocación. En el mismo lugar donde se ofreció en servicio de la Virgen queda la inscripción siguiente: B. Ignatius à Loyola hic multa prece fletuque Deo se Virginique devovit: hic tamquam armis spiritalibus sacco se muniens pernoctavit; hinc ad societatem Iesu fundandam prodiit anno M.DXXII. = Fr. Laurentius Nieto Abbas dicavit ann. 1603. = De aquí debió derivar la costumbre de venir acá los novicios jesuitas de la provincia Tarraconense, como para comenzar la carrera donde la comenzó su santo patriarca, y a esto alude la fórmula con que el abad de este monasterio los despachaba a sus casas, que era la siguiente: “Nos Fr. N. N. Dei gratia humilis abbas regii monasterii B. Mariae de Monteserrato ordinis D. P. N. Benedicti de observantia praesentis Cataloniae principatus, sacrista ac bibliotecarius maior suae regiae maiestatis in regnis et corona Aragonum &c. attestamur per praesentes, et fidem facimus dilectos in Christo Fratres N. N. supra, vel retro scriptos ad Nos dictumque nostrum regium monasterium peregrinationis causâ, ex iniuncto obedientiae praecepto de speciali instituto devenisse, retro scriptasque litteras presentasse, debitamque obedientiam praestasse, atque à nobis paternâ charitate, ut mos est, susceptos esse, et ad noviciatus nostri domum remisisse, ut ibi à reverendo patre magistro novitiorum salutarem admonitionem et disciplinam circa Dei praecepta observanda audirent; omnibusque impletis, ad sacrae poenitentiae, eucharistiaeque sacramenta recipienda accesisse, et ad Terraconensem suae religionis domum remeasse. In quorum fidem facio &c.” 

La sillería del coro es obra del escultor Cristóbal de Salamanca, el cual labró dos sillas por muestra, y en su vista se lucieron las capitulaciones con el monasterio y su abad Fr. Felipe de Santiago a 8 de Mayo de 1578. Estipulose en ellas el precio de cada silla a noventa y cinco ducados, corriendo de cuenta del maestro todo su coste, y aprontando el convento la madera de roble para su construcción. Trabajolas todas en el lugar de Monistrol, no sé si en los cinco años que había ofrecido. Adórnanlas muy buenos relieves de la pasión de Cristo y otros asuntos sagrados. Junto al coro está el aula capitular nueva con el altar y techo artesonado que sirvieron en la sala antigua llamada de la Colación, de la que quedan vestigios de buen gusto. 

La biblioteca es buena en lo material y formal. En un cuarto de ella reservado hallé las curiosidades siguientes: Un misal propio de la iglesia de Tortosa MS. en el siglo XIII, como se ve examinando su calendario; donde es notable que mentando a S. Rufo, sólo dice de él Ruphi martyris; y en el cuerpo del misal nada hay de este santo, siendo así que contiene todas las fiestas principales de la iglesia de Tortosa. Porque veas con cuanta razón dije en mi viaje a aquella iglesia, que en los primeros siglos de su restauración nunca se tuvo a S. Rufo por su primer obispo. En la Dom. II. post Pentecost. facimus, dice, festum sanctarum reliquiarum; y en la oración, sanctorum tuorum, quorum reliquiae in praesenti requiescunt ecclesia.

Otro MS. intitulado: Comensa lo libre de les nativitats compilat de la medulla dels actors de veritat per mans de Bertomeu Tresbens, al Rey en Pere Darago Terç (Pedro III de Aragón). Es decir, obra de fines del siglo XIII. Es un tratado de astrología.

Otro MS. del siglo XV tiene este título: “Comienza el tratado llamado Invincionario, dirigido al muy reverendo é magnífico Señor Don Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo, primado de las Españas, por un su devoto siervo Alfonso de Toledo, bachiller en decretos, vezino de la cibdat de Cuenca, patria de dicho Señor. E el tratado es así llamado, conviene a saber, Invincionario, porque en él se fallaran los primeros inventores de las cosas, así temporales, como espirituales &c." El códice llega hasta el último capítulo que es del Maestro de las sentencias; pero no está completo, y falta el final, en que acaso se notaría fijamente el año en que se escribió. A mí no me queda duda en lo que dice Bayer en la Bibl Vet. de Nicolás Antonio, tom. II, pág. 304, que es anterior a Polidoro Virgilio. 

De Pedro Juan Núñez hay varios fragmentos de exposiciones de Cicerón, y también versiones al lemosín de algunas de sus cartas, hechas en Barcelona, año 1585.

“Libro llamado camino de perfección, hecho por un devoto monje de nuestra Señora de Monserrat, del orden del bienaventurado San Benito." = El autor es Fr. Antonio Alfaig. Consta de 30 capítulos, de excelente lenguaje del siglo XVI. 

De otro monje de esta casa llamado Fr. Bernardo de Hontiveros hay una traducción del libro de amicitia de Cicerón. 

Historia del concilio de Trento en su tercera convocación por el papa Pío IV, escrita por D. Pedro González de Mendoza, obispo de Salamanca. Dícese en el códice que fue copiada por el licenciado Diego de Colmenares el año 1642 del mismo original de su autor, que se guarda en la Cartuja del Paular. En esta copia va al principio la vida del mismo obispo. Bien hubiera querido copiar todo este libro; mas ni lo sufrió la multitud de objetos a que tengo que atender con pocas manos, ni la escasez de auxilios de que puedo disponer en esta expedición para servirme de las ajenas.

Hay otro misal MS. hacia el año 1408, según consta de la tabla de cómputo. Al principio vi esta nota: Aquest missal es dels hermitans de Muntserrat. Mas principalment es dat et fet per la cella de sancta Creu per honor del Senyor quins ha salvat. Algo se ha tomado de él para nuestros ritos. Ahora sólo copiaré una Prosa pro defunctis, para que veas la libertad que cada iglesia y aun monasterio tenía en esto. 

Lux eterna beatorum 

Animabus defunctorum 

Luceat, ut in eternum 

Requiescant in pace. Amen.

Sancte Deus, tu sanctorum 

Miserere miserorum, 

Ut cum sanctis in eternum R. I. P. A.

Sancta virgo virginum, 

Ora semper Dominum, 

Ut defuncti in eternum R. I. P. A.

Sancti quoque spiritus, 

Exorate coelitus, 

Ut vobiscum in eternum R. I. P. A.

Patriarchae cum prophetis 

Oro Deo suplicetis 

Pro defunctis, ut in coelis R. I. P. A.

Apostoli Iesu Christi, 

Hiis solutis loco Christi 

Obtinete ut in coelis R. I. P. A.

Martyrum exercitus, 

Expugnate penitus 

Horum hostes, ut in coelis R. I. P. A. 

Confessores, precibus 

Et vestris virtutibus 

Subvenite, ut in coelis R. I. P. A.

Sanctae prorsus virgines, 

Transcendentes homines, 

Vestrâ prece in eternum R I. P. A.

Omnes sancti pariter 

Supplicate iugiter, 

Ut hii simul et in coelis R. I. P. A. 

Amen, amen dicimus, 

Vota sanctis fundimus: 

Christi passionibus R. I. P. A. 

En la pieza por donde se entra a la biblioteca está colocado un buen cuadro grande del juicio final, cuyo autor o copiante, porque copia parece en algunos lugares, podrá ser el indicado en las letras que se ven escritas en el costado de un sepulcro, y son P. ADL. enlazadas las tres últimas al modo de los monogramas: al otro lado del mismo sepulcro está pintado el año 1578. 

El camarín de nuestra Señora consta de tres piezas pequeñas llenas de cuadritos casi todos de gran mérito, entre los cuales sobresale un S. Pedro de Alcántara, un S. Francisco de Asís y algunos de la Virgen con el niño por el gusto de Rafael. La imagen es venerable por su antigüedad; el color moreno de rostro (moreneta) y manos téngolo por obra del que la encarnó; a lo menos es constante e indubitable que ni el humo de las lámparas que están apartadas más de 30 palmos, ni el incienso la pudieron ennegrecer, como dijo Pons; efecto que igualmente debían experimentar los vestidos y nicho y cuanto hay alrededor. La celebridad y fama de este santuario no es menester que la diga yo. Son innumerables las memorias de los reyes, cardenales y obispos que lo han visitado en todos tiempos, y de las procesiones de penitencia de los cleros vecinos, especialmente de Barcelona, que acudían a él en las calamidades públicas. En el siglo XIII mandó el rey D. Jaime I que los peregrinos se trajesen viandas para sustentarse mientras estuviesen acá, porque lo contrario sería carga insoportable para el monasterio. Del siglo XIV queda en el archivo un códice que contiene varios tratados curiosos, y entre ellos hay esta nota: Quia interdum peregrini, quando vigilant (velan, vigilia) in ecclesia B. Mariae de Monteserrato, volunt cantare et trepudiare, et etiam in platea de die, et ibi non debeant nisi honestas ac devotas cantilenas cantare; idcirco superius ac inferius aliquae sunt scriptae. Et de hoc uti debent honeste et parce, ne perturbent perseverantes in orationibus et devotis contemplationibus, in quibus omnes vigilantes insistere debent pariter, et devote vacare. Pónense igualmente y con canto las canciones latinas y lemosinas que debían cantar durante las vigilias. De las últimas pondré la muestra siguiente:

Birolay de Madona Sancta María.

Rosa plasent, soleyl de resplendor, 

Stela lusent, yohel de sanct amor, 

Topazis cast, diamant de vigor, 

Rubis millor, carboncle relusent.

Lir transcendent, sobran tot altre flor, 

Alba jausent, claredat senes fuscor, 

En tot contrast ausits li pecador; 

A gran maror est port de salvament:

Aygla capdal, volant pus altament, 

Cambre reyal del gran Omnipotent, 

Perfaytament auyats mont devot xant, 

Per tots pyant siatsnos defendent:

Sacrat portal del Temple permanent, 

Dot virginal, virtut sobreccellent, 

Quel occident quins va tots iorns gaytant, 

No puxe tant quens face vos absent. 


Traducción literal del Birolay sin guardar la rima. 


Rosa agradable, sol de resplandor, 

Estrella brillante, joyel de santo amor, 

Topacio casto, diamante de valor, 

Rubí mejor, carbunclo rutilante.

Lirio oloroso que excede a toda flor, 

Alba naciente, claridad sin obscuridad,

En cualquier contraste ayuda al pecador,

En gran tempestad eres puerto de salvamento.

Águila caudal, de vuelo muy remontado, 

Cámara real del gran Omnipotente, 

Perfectamente oye mi devoto canto, 

Por todos rogando sednos defensora.

Puerta sagrada del templo permanente, 

Dote virginal, virtud sobreexcelente, 

Que el occidente que cada día nos amaga, 

No pueda tanto que de vos nos ausente. 


A este tenor hay otras muchas coplas devotas y varias fórmulas de los sermones y exhortaciones que se hacían a los romeros. Hoy persevera el concurso, pero sin aquel orden y piedad. De modo que se hace notable la devoción con que el día 8 de Septiembre vienen los franceses comarcanos a cumplir en nombre de las villas los votos que hicieron los comunes; porque luego que descubren el monasterio se arrodillan y entonan el Ave maris stella, y así entran en procesión y asisten a la fiesta de nuestra Señora con devoción y compostura, sin mezclarse en ninguna de las disoluciones de otros concurrentes. El archivo de este monasterio está bien arreglado: lo registre a mi satisfacción, merced a la franqueza con que me trataron el P. prior y presidente (ya que se hallaba ausente el Sr. abad), y el P. Fr. Millán Hermosilla archivero, quien suplió con ventajas las que yo esperaba lograr con la pericia del P. M. Fr. Benito Ribas que también se hallaba ausente. Tomé algunas noticias acerca de la historia de la casa, y muchas más sin comparación de las tocantes a otras iglesias y monasterios. Este es el gran fruto de los viajes, y por cierto el más sabroso: hallar en un punto cosas que pertenecen a otros en que no se pensaba, y con que se ilustran sus antiguallas. Hay allí algunos martirologios, entre ellos uno Ripollense del siglo XI, donde lo más importante es el necrologio. Allí mismo vi los capítulos de concordia que hizo este monasterio con el impresor Juan Luxaver a 7 de Enero de 1499, obligándose él a imprimir varios breviarios y rituales y otros libros eclesiásticos, como efectivamente se imprimieron para repartir por toda la congregación. De esta oficina portátil salió el año siguiente el Exercitatorium vitae spiritualis del abad Fr. García de Cisneros, libro célebre y buscado por muchos motivos. Rarísimo es también el libro de las colaciones del abad Isaac, traducido al castellano por Fr. Bernardo Boil, monje y ermitaño de Monserrate. Hay de él aquí un ejemplar muy bien conservado, impreso apud S. Cucufatum vallis Aretanae XXIX. Novembris anno Domini M.CCCC.LXXXIX. en 4.° Habló de este libro el P. Méndez en su Tipografía española del siglo XV. Yo no puedo persuadirme que el lugar de esta edición sea el San Cucufat (Cugat) del Vallés; ya por no quedar en aquel monasterio memoria alguna de haber habido allí imprenta, con ser así que se conservan exactas apuntaciones de aquel tiempo, ya principalmente por no convenirle la palabra Vallis Aretanae, que cierto nunca se llamó así el Vallés en lengua alguna. ¿Y quién sabe si sería algún San Cucufat del Val de Aran? Dejemos conjeturas; lo cierto es que este traductor fue hombre de reputación en tiempo de los reyes católicos, quienes le destinaron a la América en calidad de nuncio apostólico, dándole facultad de escogerse doce compañeros sacerdotes, los cuales no consta quienes fuesen. 

Después se dice que volvió y fue abad de Cuxá, y le ocuparon en otros negocios graves. Muchos materiales tengo recogidos de acá y de acullá, hasta de la isla de Mallorca, para escribir la historia de este célebre personaje, de quien algunos escritores han hecho tres, y cuyos hechos han confundido de una manera increíble, atribuyendo a los sobrinos lo que es del tío, y al contrario: y haciendo catalanes a los que no son sino valencianos. En suma este punto biográfico merece una disertación separada.

Ya quedó dicho arriba que desde el siglo X se hizo donación al monasterio de 

Ripoll de la iglesia de nuestra Señora. Mas de haber habitado en ella monjes no hay memoria hasta el siglo siguiente, en que suena como una de las obediencias sujetas a aquella casa, cuyo abad nombraba aquí un prior para su gobierno. Así permaneció hasta el 1410, en que con autoridad de Benedicto XIII (Luna) salió de aquella dependencia y se erigió en abadía, la cual obtuvo el primero Fr. Marcos de Villalba. Uniose después a la congregación de Valladolid en 1493. Entonces y siempre estuvo sujeto el monasterio al obispo de Vique, de cuya jurisdicción era y es todo el monte; y esto habrás observado en varias cosas que se dijeron en el episcopologio de aquella iglesia, y lo verás todavía más claramente en lo que me queda que decir en el correo inmediato. Había resuelto poner aquí el catálogo de sus priores y abades, que me ha proporcionado el citado P. Hermosilla; pero está tan diferente del que publicó Flórez (tom. XXVIII), que sería menester detenerme a dar las pruebas de su discordancia. Así que quede esto para la historia completa del monasterio, que se está preparando con actividad, y me aseguran que muy en breve se publicará. A Dios. 

Anales de Cataluña, Narciso Feliu de la Peña y Farell (Index)

(Nota del editor : Se corrige parcialmente la ortografía en castellano.)  Imagen: Biblioteca de Catalunya. Llibres Pere Borrás: MCMXIX: D. V...