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dissabte, 17 de desembre del 2022

CARTA CV. Templo de Roda.

CARTA CV. 

Templo de Roda. 

Mi querido hermano: Vengamos ahora a hablar del templo material, y de sacristía y archivo, etc., en que hay cosas curiosas. La iglesia actual no es la consagrada por el Arzobispo de Narbona Aimerico en 957. Aquel templo, construido por Raimundo y Ermesindis, Condes de Pallás y Ribagorza quedó sin duda destruido en la invasión de los Moros a principios del siglo XI, cuando cautivaron al Obispo Aimerico, y dejados rehenes le obligaron a trasladar su Sede a Llesp. Según parece, los Árabes permanecieron aquí largo tiempo, y se dieron tan buena maña en arruinar todo lo sagrado, que a mitad de ese mismo siglo el Obispo Arnulfo tuvo que consagrar la iglesia de San Vicente: cosa que obliga a creer que se construyó de nuevo, a lo menos en gran parte. Y así es que el gusto de este templo corresponde perfectamente al siglo XI. Está bien fijada esta consagración en el año 1067, año V del Rey Sancho, hijo de Ramiro. Va un extracto y las principales cláusulas de esta escritura, en la cual se lee que fue hecha XV kalendas, y está cortado el mes; pero debe ser marzo, puesto que el día XV de sus calendas corresponden al 15 de febrero, en que ponen los breviarios esta fiesta, y en que se celebra hoy día (a: Ap. núm. LI.). El titular de esta iglesia siempre ha sido San Vicente Mártir; advocación que la dio el Obispo Odesindo, como dice la escritura de su primera consagración, en 957. En la de la segunda se ve la novedad de que el Obispo Arnulfo la intitula varias veces S. Valerii Episcopi, et S. Vincentii Archilevitae. Cosa que prudentemente debe atribuirse al reciente hallazgo y traslación del cuerpo de San Valero desde Stada (Estada) a Roda, verificada en este pontificado, y probablemente hacia la mitad del siglo XI, supuesto que dicha escritura es sin disputa del año 1067. No se halla que nadie imitase al Obispo Arnulfo en esto, y continuó hasta nuestros días con el único titular de San Vicente. Con este motivo el sello antiguo de esta iglesia era la figura de un cuervo, en alusión al que defendió el cadáver de San Vicente de la voracidad de las fieras. Vese su figura también a los pies de la estatua del Santo, en el altar mayor. El sello actual representa una torre con dos muelas de molino, aludiendo a la con que le ataron para ser sumergido en el mar. Este templo está construido en la cima del monte, sobre que está fundada la pequeña villa de Roda. Éntrase a él por un pórtico moderno, y por la única puerta lateral, cuyos adornos son del siglo XI. Consta de tres naves bajas sin crucero. El altar mayor es de madera y de buen gusto en su construcción. Es obra de mitad del siglo XVI, costeada por Don Pedro Agustín, hermano de Don Antonio, el que, después de haber sido aquí Prior por espacio de 30 años, fue nombrado Obispo de Elna y sucesivamente de Huesca. 

En el calendario que precede a un Colectario (pone Coletac-rio) del siglo XIII se lee de letra poco posterior: VII idus julii anno MCCXXXIIII Dominus Berengarius de Erillo (Erill, Eril) Episcopus consecravit altare S. Vincentii; y de esta consagración hallo establecida en el siglo XIV fiesta especial. El altar y presbiterio están sobre una capilla subterránea, o llámese confesión, bastante elevada sobre el pavimento total de la iglesia. A esta capilla se entra por tres puertas en arco colocadas al frente. Consta de tres naves divididas por dos órdenes de columnas, seis en cada uno. Sus capiteles indican ser todo ello obra del siglo XII o poco antes. Yo conjeturo que como la traslación de San Valero a mitad del siglo XI coincidió con la restauración o nueva construcción de esta iglesia, se pensó entonces construir esta capilla para depósito de tan apreciable tesoro en el mismo lugar, donde, según dicen, estuvo la parroquia antigua. Efectivamente, el altar del centro y principal está dedicado a nuestra Señora con la advocación de la Parroquia; y esta imagen es de las más antiguas que hasta ahora haya visto. En dos altares colaterales se veneran los cuerpos de los SS. Obispos Valero y Raimundo, aquel de Zaragoza y este de Barbastro y Roda. Del primero sólo sé que en los Breviarios antiguos se celebraba la fiesta de su traslación a XIII de las calendas de noviembre. La santa iglesia de Zaragoza no se descuidó en obtener de la de Roda alguna reliquia insigne de su santo Obispo. En 1171 hallo que dieron al Obispo Don Guillermo Pérez y a esta iglesia la de Grisenet, agradecidos al precioso regalo que Roda les hizo en la Navidad antecedente de la cabeza de este Santo cuius, dice, iam habebamus brachium (brazo de San Valero), confirmando con esta ocasión la hermandad que ya reinaba desde los tiempos de San Ramón. Va copia de esta escritura (a: Ap. núm. LII.). Tú podrás decir algo más de la fiesta y pompa de esta traslación. En el otro altar se venera el cuerpo de San Ramón, el cual de la arca donde estuvo primero enterrado, fue trasladado a un sepulcro de piedra con varios relieves, que hoy sirve de apoyo a la mesa de altar de Nuestra Señora de la Parroquia. Hízose esta traslación en 1170 por el Obispo Guillermo Pérez, de Lérida, con otros Obispos que asistieron y concedieron varias indulgencias, conforme lo refiere la escritura adjunta (b: Ap. núm. LIII.). Andando el tiempo fue sacado de ese sepulcro y colocado en este altarcito lateral, año 1651, día 26 de octubre; lo cual se había hecho también con el de San Valero dos días antes. Ambos sepulcros visitó el Obispo en su primera venida a esta iglesia. De la que hizo en 1628 el Obispo Don Pedro Antonio Serra se cuenta una horrorosa expilación de huesos de ambos sepulcros; y efectivamente, en 1632 se imprimió un decreto de excomunión del Sr. Nuncio, a instancias del Prior de esta iglesia, para que se restituyesen a ella las reliquias de ambos Santos que dicho Obispo había disipado. Dicen que en Lérida hay la capa pluvial de San Valero y otras reliquias. Esto pudo ser en la traslación de Sede. Allá lo averiguaré. De las que de ambos Santos se conservan en la sacristía, se dirá luego. En esta capilla no hay más que ver sino los diez cuadros de Obispos Rotenses, que equivocadamente comienzan por Odesindo. A la puerta de la capilla se hallan dos retratos de cautivos con varios trozos de cadenas, y al rededor este letrero: Ex oppido Castelle captivi illi a Beato Raymundo liberati has cathenas et alias cum manicis el compedibus ad sepulcrum eius detulerunt laudantes. La patria de estos cautivos no era Castilla, sino alguno de los lugares de Castellá o Castellar, que hay por acá. Todo el templo está pintado, con lo cual ha desaparecido la hermosura de los cortes de piedra, de que es todo él. En su renovación se pintó en algunos postes un corderito con banderita y al rededor se escribió: Agnus indicat Sedem esse et fuisse. No sabemos si esto fue invención del pintor moderno, o si halló ya en aquellos puntos algún relieve o pintura antigua de lo mismo. En lo alto de las cornisas hay otras dos inscripciones, que pondré aquí porque nadie piense que son otra cosa. Primera: Haec dedicata in Cathedralem anno Domini 957. 

Segunda: Translata Sedes in Ilerdam anno Domini 1149. 

La inscripción de importancia que hay en esta iglesia, es la que está encajada en el plano de un poste frente del coro, en cuyo hueco hay un sepulcro descubierto en 1716, con muchos huesos que eran de varios Obispos Rotenses anteriores al siglo XII. Dícelo la inscripción, que está sobre él, descubierta también ese año, como antes estuviese cubierta con cal. Esto, y el descuido que debió haber en limpiarla, y sobre todo la mala calidad de la piedra común, que es una de las sillares del poste y escogieron para conservar esta memoria, hacen difícil la lectura de los versos leoninos de que consta, estando gastada y comida a cada paso. Interpretola en 1745 Don Francisco Jovellar, canónigo de esta iglesia, como se verá en la Disertación del obispado de Pallás, al fin. Comprobola después su autor el canónigo Premonstratense Don Jaime Pascual, y la ingirió en su dicha obra (pág. 14), apartándose sin razón de la lectura del Sr. Jovellar. Yo la he querido también comprobar más por curiosidad que por recelo de hallar algunas equivocaciones. Pero efectivamente las hay, y así daré la copia del estado actual de la inscripción, advirtiendo que la dividiré en los versos de que consta, o lo que lo parecen. Al pie irán las variantes de la que copió el Sr. Jovellar, porque las que ofrece la lectura que les da Pascual (pág. 14) son de pura omisión suya.

+ PONTIFIC. CRIPTA (la C al revés) (a) ... SVNT NOMINA SCRIPTA 

CORPORA SVNT SATRO (b) CONDITA QIPE LOCO

OC VIVIT TVMVLO (c) SANCTVS RAIMVND' IN ISTO (d) 

PRIMVS ODISSEND' ATO FVIT RELATVS

TERCIO BORELL' AIMERIC' QVOQ' QVARTVS (e)

PRIOR FVIT ARNVLFVS (f) SEXTVS ET IPSE LVP' (g) 

SEPTIMVS EST IACOBVS IVSTVS CASTVS REVEREN. 

CVNCTIS PROPITIVS SIT DEVS IPSE PIVS. 

(a) La impresa lee: Pontificum difinita quorum sunt, etc. Sobre que la lectura es la que presento, el difinita no tiene sentido alguno, como lo tiene el cripta por sepulcro, puesto que se depositaron bajo de la piedra del letrero. El quorum está ya comido. 

(b) Impr. dice: Sacrario, que hace pesado el verso. La piedra dice: Satro (Sacro), y no más.

(c) Impr. tumolo.

(d) Este Raimundo es el llamado Dalmacio, no el venerado ahora como Santo, conocido con el nombre de San Raimundo de Barbastro; porque este, muerto en 1126, fue enterrado en sepulcro propio. El expresado en esta piedra murió en 1094 o 95. Llámanle Santo porque él y los compañeros de sepulcro fueron reputados por tales, como diré después. Advierto que los Obispos están contados sin orden, sino como le vino bien al poeta, o según que sus huesos fueron depositados en este hueco. 

(e) Impr. Quartus et quintus. Por más que lo he mirado, no he podido hallar el et quintus, ni sé de dónde lo sacaron, pues tras el Quartus sigue sin interrupción Prior. Esto no perjudica a que hubiese dos Aimericos Obispos, como los hubo, de los cuales sólo contaron uno, que fue el primero, porque este solo debió morir aquí, y el segundo no, sino en Llesp. 

(f) En un Colectario ms. antiguo de esta iglesia se halla añadido de letra del siglo XV en su calendario: XV kal. augusti: Arnulphi Episcopi, qui iacet Rotae, etc. Llámanle Beato las lecciones que hablan de la traslación de San Valero. 

(g) Impr. dice: ipse lumen: cosa que no me acaba de admirar; porque es tan claro el Lupus que el menos versado lo leerá, y es puntualmente uno de los Obispos antiguos de esta iglesia. 

De lo dicho se ve que a muchos de estos Obispos se da en la inscripción título de Santos. Y eran tenidos por tales; pues ante este sepulcro ardían tres lámparas pendientes de un madero que atravesaba de poste a poste, en cuyas superficies se leía la siguiente inscripción:

A. MCCXXV

Pax hic intranti: sint prospera cuncta precanti

Pontifices Sancti septem sunt hic tumulati

Rotenses Episcopi, venite, prandete...

Esto dice el citado impreso; porque el madero que anduvo largos años suelto en la capilla de San Ramón, al fin fue echado al fuego, que más bien lo merecía resolución tan bárbara. Los Obispos son siete, y lo son cierto, quitando un Aimerico que añadió Pascual, y poniendo el Lupus o Lope, que realmente está allí.

Estas cenizas o huesos se quitaron de su lugar, y fueron trasladadas a la capilla de nuestra Señora del Rosario.

En un oratorio de la sacristía se guarda muy cerrada en un nicho una arca forrada de terciopelo, tachonada de varias labores de bronce dorado. En ella están depositadas varias reliquias de los Santos Valero, Obispo de Zaragoza, y Ramón, de Roda. Del primero se cree ser el remate de un báculo episcopal de latón, esmaltado con gracia y muy bien conservado; item una mitra de raso blanco, baja de cúspides, que no llegan a un palmo de altura, con las ínfulas de más de dos palmos de caída: adórnala una cenefa, ancha tres dedos, de labor de oro, maltratada. La tela de la mitra está muy bien conservada. Ambas alhajas se atribuyen a San Valero en un inventario de todas las reliquias que se formó el año 1597 en la visita que hizo de esta iglesia, con autoridad apostólica y real, el P. M. Fr. Gerónimo Xavierre, Dominico. En el mismo se atribuye también a dicho santo Obispo un peine de marfil grande, que allí vi dentro de una bolsa, con algunos relieves recalados y falto de ocho o más púas. Otro peine hay también de marfil, grande, con figuritas cinceladas, que la tradición y el inventario dicen ser de San Ramón, Obispo de Roda, y que le servía para el pontifical. De este último Santo hay otras insignes alhajas: tal es un grande cilicio de cerdas, ya deteriorado; la vuelta y remate de su báculo, que es de marfil sencillo, sin labores ni adornos; algunos tiestos de una jarra o taza de barro finísimo, y comparable con los romanos. Más apreciable que todo esto es una capa pluvial suya de raso carmesí, casi de la misma hechura que las nuestras, sino que en las caídas la adorna una cenefa de tela de oro, ya maltratada, y en lo alto de la espalda está cosido un triángulo del mismo raso, que tiene de largo un palmo, o poco más: reliquia de la capilla antigua, que en nuestros tiempos ha degenerado en uno como escudo, donde para nada sirve. Esta capa es de gran medida, y muestra la estatura grande de su dueño. Suya es también una mitra de raso blanco, poco más alta de puntas que la que dije de San Valero; en su encaje tiene una cenefa de tejido de oro, ancha tres dedos, y en ella se ven cuatro escuditos pareados, en dos de ellos representado un Cordero con bandera, y al rededor las palabras: Agnus Dei; y en el otro una mano abierta en ademán de bendecir, y en el contorno: Manus Domini: además, al un lado de esta mano, se ve una estrella, o sea sol, y al otro media luna. Del uso del mismo santo Prelado se guarda allí una silla de tijera de labor muy exquisita, con varios relieves imaginarios, y animales fabulosos y graciosos arabescos: cosa que me hace creer que sea mucho anterior al siglo XII, en que el Santo murió, y acaso alhaja de algún gran Príncipe. A la labor excede la calidad de la madera, que no conocí, de solidez que compite con el marfil, y aun en el color se parece al antiguo; y que a pesar de los golpes con que esta clase de muebles suele manejarse, apenas se le conoce menoscabo o quebranto alguno en las extremidades de las barras. 

En la sobredicha arca hay un saquillo con varias piezas de cristal, que serán unas cuarenta entre grandes y pequeñas. Algunas de ellas son piezas que adornaron los pluviales antiguos, como se ve en los trozos que quedan por allí; pero la mayor parte entiendo que son del juego de escaques antiguo, así por la semejanza con el que dije de la iglesia de Ager, como por la rareza de sus figuras, que no caben en adornos de ropas: doce conos, cuatro globos, cuatro cilindritos cortados, etc. Entre las quejas que esta iglesia tenía contra el Obispo Don Pedro Antonio Serra, que como dije, la despojó de muchas alhajas en 1628, una era la de haberse llevado varias piezas de cristal, que eran dádiva de los Reyes de Aragón. Reparable fue un camafeito de cristal con cabeza recalada, y al rededor roto Hiohannis (Johannis). Hallé allí mismo copia de una bula del Papa Gregorio, confirmatoria de los bienes de esta iglesia, que no fue dirigida a este San Raimundo Obispo, sino a su antecesor Raimundo Dalmacio, por el Papa San Gregorio VII. Hay también un curioso escaparate de innumerables reliquias menores. Entre ellas se halló un pergaminito de la consagración del altar de San Miguel, hecha en 1540 por el Obispo titular de Filadelfia Don Gerónimo de Toro. Muchas de estas reliquias se describen en el inventario sobredicho, y con mayor puntualidad otras mayores y más insignes que antes se guardaban en la dicha estancia, y a mediados del siglo XVII se colocaron en curiosos relicarios, que sirven de adorno al altar mayor en los días clásicos. Por no alargar mucho esta carta, va separadamente copia de lo que ellos contienen (a: Ap. núm. LIV.). 

El claustro de esta antigua comunidad de Canónigos se conserva bastante bien. Es sin disputa obra del siglo XI. Sus paredes están llenas de inscripciones sepulcrales, señaladamente las piedras de los arcos y capiteles, donde era más común escribir los óbitos de los Canónigos y Canónigas para tener más a mano su memoria. 

El archivo está en buen estado de orden y limpieza, aunque no hay duda que faltan en él gran porción de pergaminos que le pertenecen. La invasión segunda de los Árabes en esta ciudad a principios del siglo XI, la traslación de esta Sede a Barbastro y después a Lérida, son bastante causa para las pérdidas que lloran los sabios individuos de esta iglesia. Mucha mayor razón tienen en lamentar la facilidad de sus antecesores, que dejaron, no sólo sacar del archivo, sino también conducir a países extraños cargas de pergaminos y de libros, de cuyo gran caudal parte se ha recobrado y parte no. En este punto he debido todo el favor que cabe en la discreción de los señores comisionados Don Ignacio Garcés y Don Eulogio Martínez de Morentín, Doctoral, ambos Canónigos de esta iglesia y comisionados para mi objeto. He registrado, copiado y extractado cuanto me conduce, y quedo libre de la sospecha de que por mi mano haya perecido nada. Hay además en esta iglesia una pieza de biblioteca con varios libros corrientes de toda erudición, que a pesar de las muchas expilaciones que ha sufrido conserva todavía un cuerpo respetable de libros, algunos de ellos de ediciones raras. A mí me llamaron la atención unos cuantos códices manuscritos, que están bien custodiados, en armario separado. Había muchos más, según es de creer, y aseguran los actuales individuos de esta iglesia, lamentándose de la facilidad con que sus antepasados trocaron el oro por basura; mas esto no me toca a mí. 

Los que se han salvado son los siguientes: Incipit Summa dictaminis magistri Guidonis = Quasimodo geniti, etc. = Eiusd. de privilegiis Sedis Apostolicae. Es un breve tratadito de las fórmulas con que se ha de escribir al Santo Padre y pedirle gracias. Incipiunt Arenguae magistri Guidonis ad Dei laudem, et decus, et decorem studentium sub compendio annotatae, quae tamquam praefationes narrationibus praeponuntur. Son fórmulas de salutaciones, y propiamente arengas. Lo mismo digo del siguiente Exordia inter amicos. = Item De distinctionibus, seu descriptionibus omnium vitiorum et virtutum. Es una breve suma de ello. Todo está en un volumen 8.° perg., saec. XIV exeunte. 

S. Isidori Hispalensis Expositio in Pentateucum, Josué, Judicum, IV Regum, Esdrae, Macabeorum. De los dos últimos sólo hay las prefaciones. = Del mismo Versus titulus bibliothecae. Son epigramas en que describe el carácter de doctores y sabios antiguos. Van copiadas. Eiusd. in Parabolas Salomonis; y al fin se lee: Expliciunt S. Gregorii excerpta. = Item Eclesianten, Sapientiae, et Eclesiastici, et Canticorum. De este último comienza así la prefacion: Scriptura Sacra, quasi quoddam speculum mentis oculis opponitur... Explanatio: Osculetur me, etc. Ecce enim vocata gentilitas Redemptoris sui vestigia osculari desiderans, etc. Fin: Fuge dilecte mi, fuge, ac si diceret: tu qui ex carne comprehensibilis factus es, ex divinitate tua intelligentiam nostri sensus excedis, et in te ipso nobis incomprehensibilis permanes. A esta sigue otra exposición de los Cantares, con este título: Incipit prefatio Epithalamii a beato Gregorio Papa Romensi edito. Jam vero in Canticis canticorum figuraliter sub epithalamii carmine quatuor Salomon introducit personas... Luego: Incipit tractatus Gregorii Papae eiusdem Epithalamii. Osculetur me osculo oris sui quoniam bona ubera tua sunt super vinum, etc. Audistis Epithalamium carmen, dilectissimi fratres, etc., como el ejemplar copiado en Barcelona, dividido también en cuatro libros. Al fin: 

Explicit explanatio Beati Gregorii Eliberritani Episcopi in Canticis Canticorum. Siguen las dos epístolas de San Justo, Obispo de Urgel, al Arzobispo de Tarragona Sergio, y a Justo, diácono, con su comentario a los Cantares de Salomón, que por ahora tengo por mucho más extendida que la publicada en su nombre. Al fin: Explicit tractatus Justi Episcopi de Canticis canticorum. Incipit de Enigmatibus in Salomone, no dice de quién. Tractatus S. Augustini Episcopi de muliere forti, vel Proverbiis, con algunas otras cosillas. El códice es del siglo X, de carácter gótico, todo en vit., en 8.°

Otro códice en 8.° prolongado, ms., de fines del siglo XI, contiene la Historia Apostólica en verso, del Subdiácono Romano Arator, dividida en dos libros, con la dedicatoria del primero a su maestro el Abad Florián, y del segundo al Papa Vigilio. 

Fragmentos abundantes de las epístolas de Horacio, ms. del siglo XII, y otros item de Homero; breve comentario incógnito de algunas comedias de Terencio, ms. en el siglo XIII. Al fin se leen estos versos sobre dicho poeta.

Natus in excelsis tectis Carthaginis altae, 

Romanis Ducibus bellica praeda fui,

Descripsi mores hominum iuvenumque senumque, 

Qualiter et servi decipiant dominos.

Quid meretrix, quid leno doli confingat avarus;

Haec quicumque leget, sic putet, doctus erit. 

Este librito tiene por cubiertas parte de un antifonario gótico del siglo X, de que he recibido una muestra.

Antonii Panhormitae in Alphonsi Regis Aragonum dicta ac facta memoratu digna. Al fin la oración del Rey Alfonso in expeditionem contra Theucros, ms. del siglo XV exeunte. 

Cod. fol. vit. saec. XI, a dos col. Incipit tractatus S. Aurelii Augustini in Evangelium secundum Johannem. Llega hasta el sermón 108.: = Incipit liber Explanatio Beati Augustini Episcopi in epistolam Johannis Apostoli de caritate Dei et proximi. A este epígrafe siguen estos versos: 

Corpore exiguus, sed comtus sistit opella 

Dulcedine Xpe. quod sanxit pectore sacro

Fulgida tractans Augustinus dicta Johannis

Ille jus donum Dei qui servulus exto 

Hoc tibi magnifice Gelle pro munere mitto

Quod grate offero suscipias nunc gra. obto. 

Son X homilías. = Sigue liber cur Deus homo. = Tractatus de casu diaboli, et de veritate et de libero arbitrio.

Otro cód. 8.°, saec. XI, que contiene un largo tratado de Gramática, y me parece ser la de Donato.

En un vol. ms. del siglo XIV se halla Practica sive usus dictaminis magistri Laurentii de Aquilegia. Es un formulario de cartas y decretos, como el que dije arriba de Guido. 

Otro tratado de Juan de Bononia, dedicado a J., Arzobispo de Cantorbery (Canterbury), y es sobre lo mismo con el título Summa notariae. 

Otro cod. ms. del siglo XI contiene las Collaciones de Casiano en XII libros con este epígrafe: Incipit Institutio monachorum de libro primo Beati Cassiani.

En otro cód., saec. XII, 8.°, están los tres libros publicados de San Isidoro de Summo bono, los Soliloquios de San Agustín, y un opúsculo así: Incipit liber alit garit de viciis et virtutibus. Al fin un fragmento de un Poema en elogio del Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, el cual copiaré aquí: 

Fulgent nova per orbem gaudia

nova mundum replet letitia

unde Christo Regi sit gloria.

Novus solis emicat radius 

nitens omni sidere clarius

cui non est similis alius.

Cedunt ecce falanges hostium 

nullus pavet hostilem...

tempnit quisque sibi contrarium. 

Tracta cadunt septies (septa) gentilium

solidantur signa fidelium

per te Chomes Barchinonensium

Idem Princeps Aragonensium 

Dux Tortosae, Rex Illerdensium

penetrasti regale solium.

Psallat Deo celi milicia

Quod nequid humana facundia

Solvat Christo coelestis curia

O quam mira Dei... 

Falta lo demás.

A estos códices, únicas reliquias de la ilustración de los individuos de esta iglesia, debo añadir la noticia de otros rituales muy preciosos, y que ofrecen curiosas noticias para la historia de los ritos.

En primer lugar registre un Sanctoral o más bien un Leccionario en folio, escrito en el siglo XI y con gran prolijidad en dos columnas. Comienza por la fiesta de San Esteban, y copia largamente las actas de los Santos y sermones de Padres, o divididos en lecciones para el oficio, o sin esta división. En la fiesta de San Vicente Mártir, titular de esta iglesia, pusieron un esmero a que todo el público debe estar muy agradecido. Porque después de las actas comunes y publicadas ya, dice: Probabile satis est ad gloriam Vincentii Martyris, quod descriptis passionis ipsius titulis invidus extitit inimicus: unde credimus fide plena relata gestorum, quae litterarum apicibus annotari iudex non immerito noluit... Después de esto, digo, sigue: Sermo Beati Agustini Episcopi de passione B. Vincentii Martyris. In passione quae nobis hodie recitata est, fratres karissimi, evidenter ostenditur index ferox, tortor cruentus, martyr invictus, que es el 276 en las ediciones Maurinas. A este sermón sigue otro, sin atribuirse a autor alguno, y por io mismo parece atribuido al mismo San Agustín, y es el que en dicha obra se halla entre los apócrifos bajo el número 188 que comienza: Cunctorum licet, dilectissimi, gloriosas martyrum passiones, quos distincta regionibus loca meruere, una fides faciat omnibus indiscreto honore venerabiles, propria tamen sibi in hoc venerationis obsequio illi vendicant. = Sigue Sermo Sancti Justi Urgellensis Episcopi in natale Sancti Vincentii martyris. Este es el que publicamos en Urgel con las notas correspondientes a esta pieza inédita. Basta esto por verbi gratia. Es notable que este precioso códice, que está entero, sólo contiene las fiestas de Nuestra Señora, mártires primitivos, y solos tres confesores San Martín, San Bricio, y San Nicolás. 

Otro Santoral moderno del siglo XIV, pero sólo es un fragmento.

Otro Leccionario de tempore incompleto, de quien nada tengo que decir sino que parece del siglo XII.

Un Ceremonial de Obispos manuscrito del siglo XI en pergamino, acomodado ya al uso Romano y con pocas variantes del actual. Lo más notable es lo siguiente. En la Angélica del Sábado santo, después de las palabras Apis mater eduxit, se sigue: Apis coetera quae subjecta sunt homini animantia antecellit, cum sit minima corporis parvitate, ingentes animos angusto versat in pectore. Viribus imbecillis, sed fortis ingenio. Haec explorata temporum vice cum caniciem pruinosa iberna posuere, et glaciali senio verni temporis moderata deterserint, statim prodeundi ad labores cura successit, disperseque per agros liberatis paululum pennis cruribus suspensis insidunt. Partes hore legere flosculos honeratis victualibus suis ad castra remeant; ibique alie inestimabili arte cellulas tenaci glutino instruunt. Alie liquantia mella stipant: alie vertunt flores in ceram: alie hore natos fingunt: alie collectis e foliis nectar includunt. O vere beata et mirabilis apis cuius nec sexus masculi violant, fetus non quasant, nec filii destruunt castitatem. Sic sancta concepit Virgo Maria, Virgo peperit et Virgo permansit. O vere beata nox, etc. El bautismo de ese día se da a tres niños en honor de la Santísima Trinidad, y sub trina inmersione, mandando que el Obispo los confirmet xprismate, y si no está el Obispo se les da la Eucaristía. En el canon añade los santos Hilario, Martín, Agustín, Gregorio, Gerónimo y Benedicto; y después de la consagración las Santas Eufemia y Eulalia. En el ritual de Presbítero dice: In ipso die quando ordinati sunt Presbiteri, debent offerre singulas hostias ad Episcopum, et Episcopus debet eas consecrare. Tradiccio veterum fuit quod ipsas hostias defferri debuissent Presbiteri ad suas ecclesias, et ex eis per septem dies communicare. Sed ego quamvis indignus, existimo melius esse presente Episcopo sumere corpus Domini dignissime, quam per neglegentiam, aliquid, quod absit, incognitum agere. Tamen ordinet alius, si melius indicaverit.

Dos Breviarios Ilerdenses del siglo XIV, de los cuales se han tomado noticias litúrgicas e históricas sobre los Santos Licerio, Medardo, y otras cosas que saldrán a su tiempo. Va por ahora lo tocante a dichos Santos (a: Ap. núms. LV y LVI.).

Un Epistolario de todo el año, ms. del siglo XIV, con un prólogo al principio, que es el común al libro llamado Comes, o sea Breviario, dirigiendo el autor su trabajo a un Constancio.

Un Collectario de todo el año, en cuya frente se ve un escudo, campo rojo y un león. En el calendario se añade de mano del siglo XV: XV kal. augusti: Arnulphi Episcopi qui iacet Rotae, etc. Este es el Arnulfo Obispo de mitad del siglo XI, que parece debió tener algún culto y fiesta. Al fin hay una tabla pascual, que comienza en el año 1145 y acaba en 1467. Bastante prueba de que el códice es del siglo XII.

Más precioso es todavía un Breviario que se acabó de escribir in anno ab Incarnationis Domini MCXCI in honore Domini nostri Jhu Christi et Beatae Mariae et Sancti Raymundi Episcopi. Al fin contiene la vida de San Raimundo Obispo de Roda, escrita por el canónigo Elías, a instancias del Obispo Gaufrido, que sobrevivió poco al 1138. Y así el autor conoció al Santo, y es precioso este opúsculo. Va copiado, junto con el oficio propio de dicho Santo, compuesto entonces y escrito en el mismo siglo XII (a: Ap. núms. LVII y LVIII.). Item noticia de su primera traslación, y dos Cronicones por último, no despreciables (b: Ap. núms. LIX y LX.).

Una Consueta de la iglesia de Lérida del siglo XIV, de la cual he tomado para mi historia de ritos lo necesario.

Olvidábaseme decir de un fragmento de la disputa de Gerónimo de Santa Fé con los Judíos en Tortosa, en presencia de Benedicto XIII (Luna), año 1412. Está escrito en lemosín. Va copiado (c: Ap. núm. LXI.). 

dilluns, 31 d’octubre del 2022

VII. Monasterium S. Laurentii Vallis Lordensis in comitatu Urgellensi unitur domui S. Saturnini, an. MXIX.

VII.

Monasterium S. Laurentii Vallis Lordensis in comitatu Urgellensi unitur domui S. Saturnini, an. MXIX. (V. pág. 21). 

Ex cartor. antiq. eiusd. mon. ap. Seminar. Urgellit. 

Verus Christus Jesus in terris degens per cosmi alumnos misit duodecim climata ut gentilium corda quae erroris raptabatur per varios atque per devia ad fidei rectitudinem trahentem atque ad Christi industriam. Ipsi vero toto nisu conata sunt à Zabulorum eos evellere supplicia et lavacris salutaris abluere ut purificati ab hidolorum spurcitia atque operante Christi justitia possent permanere in cives etherea... inde accensi nonnulli roborati virtute Spiritus Sancti linquentes praedia, substancia atque cunctam alternatim duxere vitam per quam possint adipiscere perhemnem mansuram. Ergo multi soli placere studentes in tuguris hospitia habentes cum coelicolis adepti sunt regni coelestis. Quo circa noster Theosophus gratia et nomine Benedictus evi vitam deserens huius, amplectens deserta, soli Deo vacare studens, Angelis notus, hominibus incognitus, velut lucerna super candelabrum posita quatinus qui in domo sunt luceret, XII. Monasteria construens duodenos monachos deputans, per uniuscuiusque Patres constituit, vitamque monasticam indidit. Unde nonnulli eius amplectentes vestigia studuerunt construere Monasteria sua in praesidia. Ergo namque a fidelibus viris monasterium Sancti Laurentii dudum in comitato Urgellensi in Valle Lordensi namque constructum inibi novimus extitisse et eumdem coenobium strenue rexisse Domnum Lobatonem Abbatem quem ab hac luce substractum et inter agmina paradisi collocatum anno trabeacionis Dominicae M.XVIIII. Enim vero (las dos palabras están unidas) cepit Domnus Ermengaudus Sanctae Sedis Urgellensis almae Virginis Mariae Episcopus una cum clero sibi comisso atque Urgellensi Proceres rogare Domna Ermessindis gratia Dei Comitissa et filio eius Domno Berengario inclitus Comes et Marchio ut talem pastorem delegassent qui ordinem vel regulam Sancti Benedicti (regla de San Benito, bene dicto, Benedicto, Benet) qui necdum in eodem monasterio minime tenuerant et docuisset et per omnia adimplesset. Et adquievit Comitisa atque Comes eorumque praeces convocaverunt Poncionem qui monasterio Sancti Saturnini praeesse videtur, Abba sale sapientia conditum, caritate rutilum, prudentia astutum, misericordia ac pietate egregium, et dederunt ei monasterium praescriptum ut ibi esset Abba atque rector omnesque successores videlicet Abbates Sancti Saturnini sub jure et tuitione monasterii Sancti Saturnini perhemniter. Et ut haec electio vel adclamatio firma et inconvulsa stabilisque permaneat, manibus propriis subter firmavimus. Facta electio vel adclamatio XIIII. Kalendas Decembris anno XX. regnante Rotberto Rege, et Indictione II (a: Nota indictionis nos cogit hanc cartam ad ann. 1019 referre, cui nulla ratione annus XX Roberti congruit, nisi regni eius epocham ab anno 900 tabellio mutuaverit, quod sane insuetum non erat. Illud idem suadet quod huius monasterii unio ad domum S. Saturnini fieri non potuit ante Abbatis Lobatonis mortem quae eod. anno 1019 contigit.). 

Nos simul Ermesindis + gratia Dei Comitissa, atque Berengario + gratia Dei Comes et Marchio qui hanc electionem fecimus et firmamus, et firmare rogavimus. = Sig+num Willelmi vice-Comes. = Sig+num Arnall filium Mironi. =  Sig+num Mironi. = Sig+num Wiglem. = Sig+num Richard. = Sig+num Ramon. = Ermengaudus ac si indignus gratia Dei Episcopus subscripsi. = Poncius Archilevita subscripsi. = Suniarius Archilevita subscripsi. = Wifredus Levita et Monachus qui hanc electionem rogatus scripsi et subscripsi die et anno quo supra.

dilluns, 8 d’agost del 2022

CARTA LXV. Viaje a Cardona.

CARTA LXV. 

Viaje a Cardona: archivo de su abadía. Memorias antiguas de esta villa, y del origen de su vizcondado. Su segunda carta-puebla en el año 986. Principio del vizcondado hereditario, y serie de los primeros vizcondes. A qué condado pertenecía este señorío. 

Mi querido hermano: Poco duraría mi viaje por Cataluña, si en todas partes encontrara digerido lo que busco, como lo he hallado en esta iglesia colegiata de Cardona. Estaban sus archivos en pésimo estado, cuando llegó a ella su abad actual el Sr. D. Lorenzo Ortiz de Zárate, el cual deseando que no pereciesen del todo sus preciosidades, se propuso ordenar el que es peculiar de su dignidad, donde existen los documentos más importantes para la historia eclesiástica y también para la civil. Y primeramente dispuestos por orden cronológico todos sus pergaminos, los encuadernó en libros fáciles de manejar; con cuya sola operación ha restituido a estos monumentos la vida, que poco a poco les iban quitando la ignorancia y el descuido, instrumentos que ayudan al tiempo para acabar con la memoria de los sucesos antiguos. Hecho esto, copió en libros separados las mismas escrituras con escrupulosa exactitud. Por último formó la historia de esta iglesia, ordenando el catálogo de sus abades, y examinando con crítica los puntos dudosos de su remota antigüedad. Lo mismo ejecutó respeto de la iglesia de Calaf, sujeta antes a esta de Cardona. En ambas cosas le ayudó mucho el reconocimiento del archivo de la casa de Cardona existente en Barcelona. En suma pocos días me han bastado para escribir lo que verás, con ser así que he consultado las escrituras originales, y copiado una gran porción de ellas, no sólo las que me han de servir para lo de ahora, sino también para otras iglesias y monasterios. La franqueza que en esto experimento y el deseo que reina donde quiera de la ilustración general, obligan a redoblar el ahínco con que debe trabajar el que conoce y aprecia estos tesoros. Viniendo pues a lo que estamos, y sin detenerme a indagar la verdad de lo que dice la Marca Hisp. (col. 204) sobre la antigüedad de Cardona, haré lo que me toca, que es hablar de lo que hallo en los documentos que me han venido a mano. Asimismo dejo a los naturalistas la descripción de este monte de sal-piedra sobre que está fundado el castillo de esta villa, y los que hay a la redonda de él, y el cómo se beneficia y se corta ni más ni menos que los mármoles en sus canteras, y las vistas, o digamos iris, que forman estas laderas en la salida del sol con los varios colores de su superficie, que en triturándose se para blanca, y los trozos cristalizados que se encuentran en el centro de la otra masa, de los cuales forman los naturales cestitas, imágenes y otras labores de harta perfección y consistencia. De esto dirán otros: yo sólo añadiré que según tengo entendido es este el único monte de sal que se conoce en la Europa; porque sal-piedra la hay en nuestra Minglanilla (que era la Egelaste romana), y en la Suiza y acaso en otras partes; pero todas son subterráneas, y esta es superficial y de grande elevación. Dejando pues a un lado todo esto, y viniendo al examen de nuestros documentos, no es para mí muy cierta la memoria de Cardona, que algunos creen hallar en una escritura de dotación de la catedral de Urgel de principios del siglo IX (Marca Hisp. ap. n. XI), en que se menciona entre otros el distrito o condado Cardociensis. Ciertamente esta palabra no conviene a Cardós, lugar cerca de Cervera; ni era regular que de un modo o de otro dejase de mentarse Cardona, a quien ninguno de los otros nombres allí escritos puede convenir. Mas al fin esto es dudoso. También lo es para mí lo que refiere D. Bernardo Josef Llovet en su Genealogía MS. de la casa de Cardona, es a saber, que en estos archivos había una escritura de donación hecha en el año 950 por el vizconde Wifredo, apellidado Descarrech, y por su mujer Ermeruesa, a la iglesia de Cardona, fundada por su abuelo Wifredo el Velloso, conde de Barcelona. En el compendio que el mismo autor hizo de su obra para uso del archivo de Aytona, añade que dicha escritura existía aquí en 1586, cuando el obispo de Urgel D. Andrés Capilla visitó esta iglesia por comisión apostólica: y que en ella se intitulaba el vizconde Wifredus vicecomes, filius Ermemiri comitis Barchinone, et principis: y por último que fue llevada a Roma a fines del mismo siglo XVI, cuando se suscitó el ruidoso pleito entre los abades Liori y Agramunt.

Todo esto será verdad; mas yo no puedo venderlo por tal. El primer documento indubitable para mí que existe acerca de esto, es del año XXVI del rey Lotario, 981 de Cristo, y es una donación hecha ad domum Sancti Vincentii, qui est fundatus in castrum Cardona. Lo he visto original en este archivo. Existían ciertamente antes de esa época la villa e iglesia, como a falta de otras pruebas lo demuestra evidentemente la escritura de la segunda carta-puebla fecha cinco años después en el de 986, y es uno de los documentos más curiosos que nos ha conservado la antigüedad, el cual no se ha publicado hasta ahora que yo sepa. Existe original en el archivo de la villa, y de él es la copia adjunta (a: Apend. n. XXX). Advierto que las palabras que van rayadas, y que debes cuidar que se impriman de cursivo, son las que he suplido de un traslado que existe allí mismo hecho en el siglo XIII, las cuales faltan en el original roto ya y gastado con el tiempo. Su contenido es el siguiente.

El conde de Barcelona y de Urgel Borrell, hijo de Suniario (Sunyer) conde de Urgel y nieto del de Barcelona Wifredo II, dice que habiendo construido su abuelo ipsum castrum Cardona, expidió su decreto (praeceptum) en que después de conceder que viviesen en él con seguridad cuantos le quisiesen poblar, aunque fuesen adúlteros, ladrones, falsarios y reos de otros crímenes, les concedió también que pudiesen indemnizarse impunemente y sin temor de ser reconvenidos en juicio, de cualquiera injuria que recibiesen de sus enemigos, con tal que se contentasen con tomarles doble de lo que perdieron; por ejemplo, si les quitaron un asno, pudiesen ellos tomarles dos de los mejores, y si recibieron un bofetón, pudiesen retornar dos, y así de los otros agravios. También les perdonó la cuarta parte que les correspondía pagar de illo toloneo, la cual podían repartirse entre sí. Asimismo los eximió de pagar ningún género de censo, nisi, dice, debitum sancte Dei ecclesie, quod est veram primiciam, et veram decimam, et fidelem offercionem, et sanctum sacrificium. Todo esto les concedió el antiguo poblador, obligándoles en lo demás a que viviesen sujetos al juicio de los jueces, y a la potestad del patrono, a quien los encomendó, que es el señor y el vizconde que entonces instituyó.

Todas estas cosas dice el conde Borrell que hizo su abuelo Wifredo (el Velloso), cuyo precepto o privilegio es regular que tuviese a la vista, y aun que lo extractase, cuando ordenaba el suyo de que vamos hablando. Y pues Wifredo obtuvo el condado de Barcelona desde el año 870 hasta el de 906, debemos concluir con entera certidumbre, que en ese período de tiempo a fines del siglo IX y principios del X existía Cardona, con su vizconde e iglesia. Todos estos privilegios dice Borrell que había confirmado su hermano Mirón. Y que tuviese un hermano llamado así, hijo como él de Suniario conde de Urgel y de Barcelona, el que murió hacia el año 950, nadie lo puede poner en duda, diciéndolo él mismo en una escritura tan solemne y calificada como la presente. Mas en virtud de qué señorío hizo Miro esta confirmación a los habitadores de Cardona, no es fácil poderlo determinar; no hallándose lugar donde colocarle en la serie de los condes de Barcelona ni de Urgel, como se verá en las memorias de estos últimos. Como quiera que esto sea, Borrell con sus dos hijos Raimundo, sucesor en el condado de Barcelona y Ermengol en el de Urgel, confirma a los vecinos y nuevos pobladores de Cardona cuanto les habían otorgado sus antepasados, añadiendo que pudiesen indemnizarse hasta en siete tantos del daño e injurias que recibiesen de sus enemigos: concede ad domum Sancti Vincentii ipsos denarios, et ipsas ceras, et ipsa decima de illo Toloneo...et in hebdomada, duas somatas salis (sal), et necessaria ligna (leña): y obliga a los vecinos a trabajar un día cada semana para su propia defensa en la construcción del castillo, de sus torres y fosos. En cuanto a los adúlteros, ladrones &c. que viniesen a vivir aquí, isti malefici, dice, secundum legem iudicabuntur; quia non est bonum malignis habitare cum bonis; los cuales más abajo añade que debían ser juzgados por las leyes de los godos que regían en todos los juicios; y aun cuando ellas los absolviesen, quiso sin embargo que quedasen privados de comunicar con los otros vecinos en la iglesia y en el concejo, nisi antea pervenerint ad rectam confessionem, et tenuerint veram penitentiam. En seguida instituye por vizconde y señor de Cardona a Ermemiro y a toda su descendencia. Por último concede a los vecinos la sal que se sacare o vendiere en el jueves de cada semana, como ya lo disfrutaban antiguamente. Esta escritura tiene dos fechas, como también vemos en otras, en su exordio y en su conclusión. La primera expresa en general la época del privilegio que fue el año 986, el 1.° de Luis V, hijo de Lotario, año en que debía celebrarse la pascua en la luna XX de Marzo, día 4 de Abril. Si alguno se empeñase en que las palabras: resurrectionis dominice nobis celebranda est, prueban que cuando se escribió este exordio no se había aún celebrado la pascua, convendré en ello, y en que sólo se indica ahí el tiempo en que se concedió el privilegio, cuya escritura se extendió después a 23 de Abril, como se ve en la fecha final que merece algunas observaciones. Dice así: Facta commemoratio, sive preceptum, vel confirmatio, sive indiguli agnicio... mense Aprilis die VIIII. Kal. Maii, Luna X, c) IIII., P. C. T. VII.a, ciclus giri solaris postquam ingressi sunt fiunt XV, et antequam egrediantur ad capud abemus A. XIII: anno isto obiit Leutarius rex, qui regnavit annos XXX. menses X; post obitum eius anno I. ingrediente regnante filio eius Leudevico rege. El día 23 de Abril era el X de la luna que comenzó a 14 del mismo mes en ese año 986, en que regía el áureo num. XVIII. La cifra c) IIII significa concurrente IV. Alguna vez te he dicho que damos este nombre al día o días sobrantes de las 52 semanas del año, que es uno en los años regulares y dos en los bisiestos. Los números concurrentes son siete y no más, como los días de la semana y las letras dominicales, con las cuales concurren o coinciden, como con el ciclo solar; de manera que al año I del ciclo y let. dom. F. corresponde el concurrente I, al año II del ciclo y let. dom. E. el concurrente II., y así de los demás, poniendo en los bisiestos dos concurrentes, como ponemos dos letras dominicales. Por esta regla al año 986 en que era el ciclo solar XV, toca indubitablemente el concurrente IV. Las tres iniciales P. C. T. significan Epacta, la cual llamaban comúnmente Pacta, y era en efecto la VII en ese año. El ciclo solar era XV como he dicho; mas el notario no se contentó con expresar ese número con respecto al principio del ciclo (postquam ingressi sunt), sino que para mayor certidumbre añadió los XIII que faltaban hasta el número de 28 que es el último de aquel periodo, después del cual vuelve a regir el número I. Y esto quiere decir: antequam egrediantur ad capud abemus A. (annos) XIII. También es cierto que en ese año murió Lotario a 2 de Marzo, desde cuyo día comenzó a reinar su hijo Luis, y así está bien dicho anno I. ingrediente. Mas los 30 años y 10 meses de reino que aquí se conceden a Lotario, no cuadra con la opinión común de haber reinado 31 años y algunos meses, cualquiera que sea la época que se adopte para contar esos años, o bien desde el 10 de Septiembre de 954 en que murió su padre Luis Ultramarino, o desde el 12 del Noviembre siguiente en que fue coronado, o excluyendo todo ese año sobredicho. Campillo (disquis. meth. &c. p. 158) citó el exordio de esta escritura, cuya copia había visto, para probar que Luis V comenzó a reinar en el Marzo de 986; pero huyó el cuerpo del final de la misma, donde hubiera hallado con que ilustrar lo que dijo sobre los años que reinó Lotario. Entre las suscripciones, además de las de los condes Borrell y sus dos hijos Raimundo y Ermengol, y la de Ermemiro instituido vizconde, se hallan las de los obispos Vivas de Barcelona, Gondemaro de Gerona y Frugifer de Vique, y la de Odón abad de S. Cucufate del Vallés, y la de Jocefredo (lo mismo que Jofre, Geoffrey, Geoffroi, y muy similar a Wifredo, Guifre) hermano del conde Borrell; todos los cuales vivían entonces, y sin duda se hallaron presentes a aquel acto. De Jocefredo he hallado algunas otras memorias ignoradas, como yo creo que lo es su persona. Concluido este prolijo examen, vengamos a las dos cosas principales que resultan de dicha escritura, es a saber, el origen de los vizcondes de Cardona, y el de la iglesia colegiata de S. Vicente. En cuanto a lo primero, el citado Llovet dice que en ese año 986 era ya hereditario el vizcondado de Cardona y propio de la familia de Folch. Opinión es esta a que no me sé acomodar. Es cierto, como acabamos de ver, que el conde de Barcelona Wifredo II instituyó señor o sea vizconde de Cardona, lo cual fue a fines del siglo IX o apenas comenzado el X. Mas también es cierto que no sabemos el nombre de aquel sujeto, ni de los que le sucedieron hasta este Ermemiro, instituido vizconde por Borrell en 986, sin que haya indicio de que él lo hubiera sido antes, o de que heredase aquel señorío de sus ascendientes. Que antes no lo era, y que ese año fue el primero de su vizcondado, además de indicarlo el contexto de dicha escritura, consta de otra que ya envié desde Serrateix, fecha en el año siguiente 987, en cuyo exordio como viste (a: V. sup. pág. 134), se lee: Venit Ermemirus vicecomes in monasterio Sancte Marie Serratexensis... in II. ANNO ORDINACIONIS SUE, quam ordinatus fuit a dompno Borrello comite, vicecomite Cardone. Así que es claro que antes del 986 no había sido vizconde. Y entonces no obtuvo este señorío por herencia, sino por la liberalidad o voluntad libre de Borrell; el cual por eso dijo: Et DONO vobis patrono Ermemiro vicescomite; y los de Serrateix decían: ORDINATUS FUIT a dompno Borrello comite, vicecomite Cardone. Palabras que claramente señalan la potestad y libre elección del conde; del cual no hay por qué sospechar que sin razón callase la herencia paterna de este señorío, si por ese título pertenecía a Ermemiro, puesto que tan liberalmente quiso que se perpetuase en todos sus descendientes. Esta mención de la descendencia de aquel príncipe hecha por Borrell, al paso que calla la ascendencia del mismo, es a mi entender una prueba evidente de que aunque Cardona tuvo antes otros señores o vizcondes, mas el tronco de la ilustre familia en quien se perpetuó dicho señorío, es este vizconde Ermemiro. Y si esto es así, tampoco entiendo como pueda decirse que siempre fueron vizcondes los de la casa de Folch. Porque este apellido en su origen fue nombre propio (como el Fulco que sale después), y así como no consta que antes de Ermemiro lo tuviese alguno de estos señores, consta que tardó a introducirse en los que le sucedieron. Así que sólo de los siglos XII y siguientes podrá decirse que Folch era el apellido de la casa de Cardona. En resolución, desde el sobredicho Ermemiro comienzo yo para mi gobierno la serie de los vizcondes de Cardona, tomada de escrituras originales vistas y examinadas por mí mismo, la cual por ahora pondré aquí no más que hasta fines del siglo XI, cuanto basta para ilustrar las épocas más obscuras de esta iglesia.

986. Ermemiro, instituido vizconde, como se dijo, por Borrell conde de Barcelona y Urgel, día 23 de Abril de 986. Era hermano de Arnulfo obispo de Vique, y de Raimundo: todos tres hijos de Wadardo o Guadallo, y de su mujer Ermetruit. Murió sin dejar sucesión; por lo cual heredó sus estados su hermano

1010. Raimundo, cuya primera memoria, o la que ha llegado a mi noticia, es del año 1010 en el testamento que su hermano el obispo de Vique Arnulfo hizo a fines de Julio cuando volvía de la batalla de Córdoba: donde consta que tenía hijos, a quienes el obispo llamaba nepotes meos (nebots meus). Los tuvo de su mujer Enguncia, y se llamaban Bremundo (o Beremundo), Eriballo, Fulco (Folch, Folc) y Raimundo, como lo dice una escritura que hallé en Vique fecha el año VIII de Enrique, 1039 de Cristo. Otra hermana tenían estos señores llamada Amaltrudis.

1015. Bremundo, hijo mayor de Raimundo. Era ya vizconde en el año 1015, como consta de una preciosa escritura fecha ese año (XX de Roberto), la cual existe aquí original y va copiada (a: Apend. n. XXXI). En ella, además de hacer memoria de los tres hermanos suyos sobredichos, da a la iglesia de Cardona varias posesiones que le restituyeron Sendredo y su mujer Ermoviga, convencidos en juicio por medio de la prueba del agua caliente de los hurtos que habían cometido en su administración. Secundum lege gotica, dice, et nostra, predictus Sendredus, manu missâ  in callaria, crudeliter corio et carne assatâ, cunctis qui aderant praesentibus ipsius saevissima furta est revelata (N. E. qué bien irían este tipo de juicios en la Cataluña actual). Este vizconde es el restaurador de la iglesia de Cardona y el fundador de su abadía en 1019 

como se dirá. Dispuso su testamento día 11 de Enero del año XXX de Roberto, 1026 de Cristo. De él consta que no tenía hijos, y bien podrá inferirse que no estaba casado, puesto que no menciona a su mujer, ni para heredarla ni para confiarle la custodia y conservación de sus cosas; las cuales pone in manus et providentia domna Ermessindis comitissa (de Barcelona), et fratre meo Eriballo archilevita, et Fulcho (Folch, Folc) fratre meo. Hechas varias mandas dice: et omnes meos alios alodes quod remanent in cunctis locis, simul cum ipsa mea honore, dimitto in potestate et tutela de fratre meo Eriballo archidiacono, vel in baglia (N. E. ¿bailía, bajulo, batle, batlle viene de aquí?) de domna Ermessendis comitissa, in ea ratione, ut si Deus mihi filium de legitimo coniugio dederit, et ad etatem pervenerit, ipse sit possessor, sub manu avunculi sui predicti Eriballo, de omni mea hereditate, quod a sanctis non habeo debitata... Si autem filium Deus mihi non dederit, dimitto similiter ipsos alodes vel honore mea in manus Eriballo, ut ille similiter eligat per sua manu Fulcum (Folch, Folc; lo repito para poder consultar este texto más fácilmente) fratrem nostrum; ut in diebus suis, si Fulco Eriballum supervixerit (si Fulco sobreviviese a Eriballo), possessor fiat de prefata hereditate vel honore. Téngase presente esta dispoisición testamentaria, según la cual se verá ordenada la serie de los sucesores. Este vizconde murió en el año 1029 o principios del 1030, como consta del testamento sacramental del mismo, hecho a 18 de Abril de este último año, dentro de losseis meses de la muerte del testador, según mandaba la ley goda. Lo he visto original. Por consiguiente no debió morir a 18 del Septiembre, que es cuando pone su óbito el necrologio de Cardona, puesto que ese día es anterior al semestre que aun siendo entero se completaba el día de la fecha de la declaración jurada de los testigos.

1030. Eriballo, hermano del difunto, le sucedió en la herencia, a lo menos como tutor del otro hermano menor Fulco. Yo le hallo en varias escrituras intitulado simplemente vizconde; y muerto después dicho hermano, dispone del vizcondado como de cosa propia al tiempo de morir. Era ya arcediano de la iglesia de Gerona desde los años 1015; y en 1035 fue electo obispo de Urgel, sin que estas dignidades le estorbasen la posesión y el título del señorío secular, con el cual en muchas escrituras le hallo juntamente condecorado. De esto y de otras cosas tocantes a él se dirá muy a la larga en el episcopologio de la iglesia de Urgel. Aquí sólo recordaré que él fue el que consagró esta de S. Vicente en el año 1040. Allí mismo se verá demostrado que murió un viernes, 19 de Diciembre de ese año en Pomposa, lugar de la diócesi de Narbona, caminando con otros a visitar los santos lugares de Palestina. Fue esto 57 días después que ordenó su testamento; en el cual según lo dispuesto por Bremundo, dejó el vizcondado al hijo de Fulco su hermano, que entonces era ya muerto poco antes, y muerto violentamente, como lo dice el necrologio antiguo del monasterio de Serrateix por estas palabras: III. Kal. Februarii: obierunt Fulco vicescomes, et omnes, qui cum eo interiere, anni Dni I (con rayita encima). XXX.VIIII.: que debe ser el 30 de Enero de 1040. Más claramente consta lo mismo de la escritura de concordia, con que Guisla, mujer del difunto, obligó años adelante al obispo de Urgel Guillermo Guifredo a que por medio del duelo se purificase de la sospecha de haber él sido el asesino de su marido o la causa de su muerte. Esta escritura curiosa se verá en el viaje a aquella iglesia. Este Fulco o Folch, es el primero de este nombre que yo hallo entre los vizcondes de Cardona; y tomándolo su hijo por apellido patronímico, lo dio a toda su descendencia. (N. E. Como los Armengol en Urgel, Ramón Berenguer en Barcelona, o Berenguer Ramón en Provenza y otros condados)

1040. Raimundo Folch, hijo de Fulco y de Guisla, casó con Ermesindis, de quien no tuvo hijos. Por esto luego que los moros le mataron en el castillo de Maldá en 1086, le sucedió en el vizcondado un hermano suyo, llamado como el padre

1086. Fulco, el cual era todavía muy pequeño en 1040, cuando ordenaba su testamento el obispo y vizconde Eriballo. Después fue obispo de Urgel desde 1092 hasta 1095, y seguidamente de Barcelona hasta 1099 en que murió. En los episcopologios de ambas iglesias hay noticias curiosas de su vida y gobierno. Conservó este vizcondado hasta la muerte; a lo menos en cuantas escrituras he visto, siempre se intitula vizconde. Con esto no es incompatible lo que dice la Marca Hisp. (col. 469) que Fulco cedió el castillo de Cardona en feudo a Guillermo Ramón conde de Cerdaña, entregándolo en 1091 a Ramón Guillem de Odena en representación de dicho conde, de quien recibió en cambio mil onzas de oro, el castillo de Tollo y otras cosas. El juramento de fidelidad que Odena hizo con este motivo, se halla ibid. (ap. n. CCCVI). Sobre lo cual nada más tengo que decir. Basta esta noticia de los primeros vizcondes de Cardona. Sólo quiero añadir una especie que no deja de despertar la curiosidad; y es que hasta aquí se ha tenido por cierto que el vizcondado de Cardona perteneció al condado de Barcelona. Esto dicen Tomich y otros; Marca lo niega (Marca Hisp. col. 267). Al primero favorece la conducta de los condes de Barcelona Wifredo y Borrell que poblaron esta villa, instituyeron sus vizcondes, autorizaban con su permiso cuanto aquí se hacía de importancia, y bajo cuya baiulia (bailía, bajulo, batle, batlle) pasaba a los herederos el vizcondado: cosas todas que claramente indican la dependencia de este señorío del de Barcelona. Marca se funda en que Cardona siempre fue de la diócesi de Urgel y no de la de Barcelona, y que más bien debe reputarse su vizcondado por perteneciente al condado de Berga. En este estado de duda son dignas de consideración las palabras del testamento del obispo y vizconde Eriballo, del año 1040: Et ipsum VICECOMITATUM DE AUSONA simul cum castro de Cardona... et cum omnibus suis aliis castris, omnique suo honore... ex toto dimissit Raimundo fratris sui Fulchonis (Folch, Folc) filio. Porque claramente se da a entender aquí, que a la posesión del castillo de Cardona y de otros muchos, y al señorío de ellos (honore) estaba entonces unido el vizcondado de Ausona; o lo que es lo mismo, que el señor o vizconde de Cardona era el vizconde de Ausona. Porque ya en las memorias de los condes de Urgel tengo demostrado que hasta después del siglo XII, los vizcondes de cada condado no tomaban el título de los fundos o posesiones que tenían, sino que sólo se intitulaban con el nombre general del condado. En esta manera vemos que Eriballo distingue el vizcondado de Ausona del señorío de Cardona, pero lo supone unido y como de dignidad propia dispone de ella y la pasa al que le sucedía en lo de Cardona. Y si esto es así, tampoco será verdad que al condado de Ausona perteneciese como vizcondado el de Cabrera. Una cosa me ocurre ahora. Pudiera decirse que los condes Wifredo y Borrell poblaron a Cardona y pusieron en ella vizcondes, no como condes de Barcelona, sino de Ausona; porque en efecto poseían ambos señoríos unidos. Con lo cual todo quedaba compuesto. Es decir: tenía razón Marca para negar que nuestro vizcondado perteneciese a Barcelona: la tenía Tomich para excusarse y dorar su equivocación: y la tenía Eriballo en llamarse a sí y a su sucesor vizconde de Ausona. En resolución, no me pesa de haber propuesto estas dudas, que ayudarán no poco a desmentir la fábula de la designación de vizcondes, comitores y valvasores de Cataluña, que algunos atribuyen a Carlo Magno: algunos digo, que los catalanes juiciosos ya saben que la verdadera nobleza de las familias ilustres no nace ni puede nacer de la mentira (N. E. poco juicio queda en el 2022; ¿a los condes de Barcelona quién los nombraba?). Lo que sí se ha de tener por cierto es que esta villa y su territorio pertenecían al de la diócesi de Urgel, antes que se erigiese la silla de Solsona, Lo cual, dejando aparte otras muchas pruebas, dícelo expresamente la escritura de la restauración de esta canónica, hecha por el vizconde Bremundo en el año 1019, de esta manera: “Domno Ermengaudo (Armengol, Hermenegildo) pontifice Urgellitano reverentissimo haec facta quoque probante pariter et roborante, in cuius diocesi praedicta sita extat ecclesia.” 

Mas esto ya pertenece a lo segundo de que he de hablar; y lo haré en el correo siguiente, que para el de hoy basta lo dicho. A Dios. 

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Ludovico nombró primer conde de Barcelona al noble hispanogodo Bera

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Condes_de_Barcelona

Los condes de Barcelona vindicados (Próspero de Bofarull y Mascaró)

Anales de Cataluña, Narciso Feliu de la Peña y Farell (Index)

(Nota del editor : Se corrige parcialmente la ortografía en castellano.)  Imagen: Biblioteca de Catalunya. Llibres Pere Borrás: MCMXIX: D. V...