Carta CVII. Historia de la iglesia de Lérida desde su restauración, sus monedas, legislación, costumbres civiles y población del tiempo medio.
Mi querido hermano: Aunque las armas de los Condes de Barcelona habían adelantado mucho sus conquistas hacia el Mediodía, llegando a conquistar a Tortosa a fines del año 1148, quedaba sin embargo atrás la gran fortaleza de Lérida, que siempre habían defendido los Moros con tenacidad. Varias veces habían intentado nuestros Príncipes batir a Lérida y Fraga. De esta última hallo memorias en el archivo de Roda, de haber sido sitiada por el Rey Don Alfonso I en los años 1133 y 1134, como consta de dos donaciones que allí hizo: una en 1133 regnante Aldefonso Rege, et sedente in obsidione de Fraga: y otra, era M.C.LXXII. in mense martio, fecha in illo pugo super Fraga in obsidione eius. Pues de Lérida acuérdome haber notado en el mismo archivo el testamento de uno que quería pergere in oste de Lérida, fecho en 1122: prueba de que entonces se verificó o al menos se meditaba alguna expedición contra esta ciudad. Con esto cuadra la donación que los Condes Don Ramón Berenguer III y su mujer Doña Dulcia hicieron al monasterio de Solsona el año XVII del Rey Luis (1123 o siguiente), en que le conceden ipsam meschitam maiorem quae est infra villam Ilerde, scilicet, intra ipsas tendas... quando Deus concedere nobis peccatoribus civitatem Ilerdam voluerit. (Cartoral de Solsona).
Sin duda se proyectaba su conquista, o por lo menos se buscaban auxilios para ella por medio de estas liberalidades. Al fin desembarazado el Conde Don Ramón Berenguer IV de Barcelona de las conquistas de Mediodía, aunque a los Moros quedaban algunas fortalezas en las montañas de Prades, volvió toda su atención y poder sobre ambas plazas, que miraba como rica porción del patrimonio que había heredado por su casamiento con Doña Petronila, hija del Rey Don Ramiro el Monje. Y por lo tocante a Lérida sitióla muy de propósito poco antes de la mitad del año 1149, asentando sus reales en una pequeña colina que se eleva a corta distancia del castillo llamada Puig de Garden, nombre que ya tenía entonces, y que con esta ocasión se hizo famoso, no sólo por lo que proporcionó este lugar la conquista de la ciudad, y por las muchas y esclarecidas personas que a él acudieron, deseosas de tener parte en tan gloriosa expedición, sino principalmente por las donaciones y concordias y otros actos judiciales que en él se firmaron. Halláronse presentes, según la costumbre de aquellos tiempos, el Arzobispo de Tarragona y varios Obispos de la provincia; entre los cuales, como más interesado en aquella empresa, no es regular que faltase el Obispo de Barbastro y Roda Guillermo Pérez, a quien pertenecía la Sede nueva, como matriz de las que tenía; las cuales, como ya se ha dicho, no eran sino vicarias y substitutas de la de Lérida. Así vemos que hizo allí una permuta con los Templarios y su maestro Pedro de Roveria de la iglesia de San Juan de Monzón por la de Fonç. La fecha es de ese año 1149 III idus junii in podio de Garden, in obsidione Illerdae. Esta fecha obliga a creer que el sitio de esta plaza comenzó antes de lo que dicen Zurita y otros. Gobernaba a la sazón la fortaleza sitiada el Moro Avifelet; el cual, viendo el empeño de los Cristianos que le cortaban el único socorro que podía esperar de parte de Mediodía, resolvió su rendición, que se verificó día 24 de octubre del mismo año 1149. No he podido hasta ahora topar con instrumento que nos indique las condiciones de esta rendición. Mas parece que fue por capitulación y concordia, en la cual quedó a dicho Alcaide la posesión de algunos lugares en feudo de dicho Conde Don Ramón. Parece esto por un instrumento del día 14 de noviembre siguiente, en que el Conde ofrece aprestar las naves necesarias para que el Alcaide pueda pasar a Mallorca con doscientos caballos; le cede también la mitad de las parias de los lugares y alodios en que quedaba por acá heredado. Dio el Alcaide rehenes por la entrega prometida de los castillos de Chalamera, Cegdí (Çaidí, Zaidín), Escarpe, (Escarps) Seros (Serós), Calaterrá, Aitona y otros; con lo demás que dirá por mí la copia adjunta (a: Ap. núm. I).
Entre los Condes y señores que contribuyeron a tal conquista, se distinguió por su valor y gastos el Conde de Urgel Ermengol VI, el cual por lo mismo mereció ser distinguido en el repartimiento de lo conquistado. Fue así que el Conde Don Ramón le dio en feudo la ciudad de Lérida con varios lugares y castillos de su comarca, cuya escritura debe estar publicada en la Marca Hisp. Ambos Príncipes y conseñores hicieron a principios del año 1150 la proclama convidando a los que quisiesen poblar dicha ciudad, de lo cual pienso que hay razón en la misma obra. Continuaron los Condes de Urgel con la posesión de este feudo, aunque sobre ello hubo varias altercaciones y concordias con el clero y vecinos de esta ciudad. Consta que Geraldo de Cabrera, Conde de Urgel, continuaba en poseerla en el año 1224, cuando junto con el Rey Don Jaime declaró a los de Lérida libres de pagar cierta medida del trigo que vendían en las plazas (medios cuciolos bladi) como digo más largamente en la Historia de estos Condes. Es regular que cuando aquel condado se unió a la corona a principios del siglo XIV, y los Condes lo fueron sólo feudatarios, perdiesen el señorío de esta ciudad. Esto sé, que en la vacante del Rey Don Martín no hay rastro de tal señorío en las cartas que el Conde de Urgel Don Jaime de Aragón escribía a los Paheres de Lérida para atraerles a su partido, ni en las respuestas de estos. A los tiempos de la conquista de esta ciudad ha creído alguno que pertenece la moneda del Conde de Urgel, cuyo dibujo pondré en la Historia de estos Príncipes. Mas lo que en el reverso de ella se muestra, no es el lirio, que son las armas y, como decían, la señal de esta ciudad, que nunca pintó el cayado que allí se ve, sino tres flores de lirio (tres flors de lis) unidas a un pezón. Así se ve en todas las monedas que batió hasta los tiempos de Felipe IV. Y digo monedas, no porque fuesen de varias especies, sino porque era de varios módulos y cuños, la única que era propia y peculiar de esta ciudad, llamada Pugesa, que hasta de diez y ocho cuños diferentes tiene mi amigo Don Anastasio Pinós; y aun yo, al paso, he recogido ocho o diez. Quien conozca la constitución de este principado hasta la entrada de los Borbones, no extrañará en Lérida esta libertad de tener moneda propia. Muy menos extraña parecerá a los anticuarios, que saben que la tuvo en tiempo de los Romanos, de quienes era municipio. Ducange conoció la pugesa francesa, mas no la de Lérida: ni aun nuestros nacionales dan de ella la razón que es menester. Su valor era la cuarta parte de un dinero barcelonés, y la sexta de un dinero jaqués; y eso que algunas de ellas eran cuatro veces mayores que el dinero, mas por lo regular estas eran de latón grueso, y las que se hallan de cobre eran del mismo tamaño que el dinero. En las más antiguas se ve grabado el lirio en anverso y reverso con el letrero Pugesa de Leida o Leda. En las de los dos últimos siglos ya se puso en una parte el lirio grabado sobre un escudito de las barras de Cataluña, semejante al que se ve en la portada de la casa de Ayuntamiento. De la misma divisa del lirio usó el tribunal de la veguería, o curia secular, llamado vulgarmente la Cort, pintando en su sello las barras, y alrededor dos lirios que nacen del pie. La Curia eclesiástica usó perennemente del báculo pastoral, sostenido por una mano, de la cual salían también unos lirios. Los mismos ponía el Capítulo en el reverso de su sello de cera, que era la imagen de nuestra Señora sentada. Esta uniformidad da motivo para creer que se eligió esta divisa en alusión al nombre de Lérida, conforme a la costumbre usada en los tiempos bajos, y que ha durado hasta nuestros días. Volviendo a las monedas de esta ciudad, desde el siglo XII corría en ella la moneda jaquesa y la de Barcelona, como se ve en los instrumentos de compras y ventas y censos. Y en 1340 hallo que la ciudad hizo varias súplicas al Rey Don Pedro para que no privase en Lérida la circulación de la moneda barcelonesa. Mas no me acuerdo haber visto escritura alguna que expresase el quebrado del dinero con el nombre de pugesa, sino sólo con el de óbolo o malla; que siendo, como era, equivalente en el valor, y más conocido en Aragón y Barcelona, fue preferido para el efecto. Con todo eso es indubitable que circulaba en todo ese tiempo la pugesa en esta ciudad. La primera memoria que hallo de ella es en las Constituciones que para su régimen recopiló Guillermo Botet en 1228, donde en el título De taxatione usurarum, se lee: "Nemo percipiat usuram de aureo, nisi de centum aureis XX in anno vel in mense duos et denarios ad pugesalium rationem." En el Manual de deliberaciones del consejo general del año 1371 (Arch. de la ciudad), se lee al día 28 de agosto lo siguiente: Fonch proposat que en la ciutad se appar moltes pugeses, et que negun no les vol quax pendre, et que apparen sich moltes pugeses noves; et algun tindrien per be que axi com se donen sis pugeses per un diner jaquès, ques donasen VIII pugeses per I diner jaquès.
Aquí se ve que la pugesa era la sexta parte de un dinero jaqués. No accedió el consejo general a este proyecto, que sin duda hubiera desacreditado más aquella moneda. Lo que hizo fue quitar de la circulación y encerrar en un arca quinientas libras jaquesas, con que la carestía de dinero las hiciese más apreciables. En otro descrédito igual se vieron las pugesas muchos años después, en 1434, y para remediarlo echaron mano día 7 de junio de un medio mucho más costoso, que fue acuñar de nuevo esta moneda, de tamaño mucho mayor y más gruesas que las que corrían, y publicar el cambio de ellas con las viejas peso por peso; y para evitar el daño que resultaba a los interesados de la desigualdad del peso del llautó, resolvieron a 13 del agosto siguiente que el cambio se hiciese mitad por mitad, esto es, que al que presentase diez sueldos de pugesas viejas, se le diesen cinco sueldos de las nuevas. Nada más sé de esta moneda.
Otra corría aquí llamada pitta. Así la hallo nombrada en una escritura del archivo de esta Catedral del año 1335, donde dice: Praedicta censualia sint in summa ducentos solidos, et tres denarios iaccenses, obulus et pitta: y luego repite, quatuordecim denariorum minus pitta. En las cuentas de sacristía del año 1488 se hallan varias memorias de pittas, quebrado del dinero, nombrándolas en esta clase ya una, ya dos, ya tres. Ducange, que supone haberse derivado el nombre de pitta o picta del condado Pictaviense (de Poitiers), donde primero se acuñó, dice también que había pictas turoneses, propias de la moneda tornesa o de París, puesto que en los cómputos de aquella moneda suena este quebrado. Por esta regla debemos decir que también hubo pictas o pittas jaquesas, pues las vemos nombrar entre los sueldos y dineros jaqueses, y que era la cuarta parte del dinero jaqués, como el citado Ducange dice que lo era la francesa en aquel país. Y lo que él mismo añade, que era lo mismo que la pugesa, podrá entenderse de la de Lérida respecto del dinero barcelonés, de quien era la cuarta parte, mas no del jaqués, de quien sólo era la sexta. En resolución, yo entiendo que eran equivalentes pitta y pugesa, la primera usada en Aragón y la segunda en Lérida, ambas la cuarta parte de un dinero.
De paso advierte cuánta dependencia había de nuestros países de los de Francia hasta en los nombres de las monedas. Y sin salir de esto de las pittas, las había aquí en tanta abundancia a fines del siglo XV, que el Capítulo, día 30 de marzo de 1484 deliberarunt ex pictis reprobatis fieri corroneres pro cimbalis de Tertia et Prima; quae pictae sunt in techario scribaniae. Tal era su copia que de las falsas y reprobadas se pudo hacer tal obra. Por donde es verosímil que las hubiese propias de Lérida o de Barcelona; aunque acaso indicaron con el nombre de pictas o las pugesas o las mallas. Más confusa es la noticia que tengo de otra moneda que corría acá a fines del mismo siglo XV, llamada pacifich. En el archivo de la parroquia de Santa María Magdalena hallé casualmente un recibo donde, entre otras monedas, se nota: Item; pacifich XXX è cinch. En las cuentas del comunero de esta Catedral se halla a 27 de septiembre de 1487 el siguiente Item: quod eis (a los canónigos) missa fuerit littera per Dominum Regem, quae illos certos reddidit de captione Malega, et ea propter gratias Deo agerent; qua de causa fuit facta processio et alimares (: alifares) in civitate; deliberarunt ob reverentiam Magestatis quod darentur nuntio tres pacifichs. En el mismo libro a 4 de enero de 1490, hay deliberación de dar a Miguel Johan, porterio Domini Infantis hun pacifich, eo quod viriliter se habet in negotiis ecclesiae. Estas son las únicas noticias que me han venido a mano de tal moneda; y por las dos últimas parece que debía ser de gran valor. No dejaré esto sin darte noticia de una moneda que suena frecuentemente en escrituras de los siglos XII y XIII, en que singularmente los censos se mandan pagar con moneda de pan y vino; y así dicen: illius melioris monetae quae erit curribilis pani et vino in Illerda. = VIII. sol. iaccen. monetae curribilis ad panem et vinum. Mas esta no era moneda particular destinada para comprar pan y vino, sino que como la moneda jaquesa estuvo por algún tiempo maleada y adulterada, el pan y vino tan necesarios para la vida no se vendían sino con la moneda de mejor ley; y los que establecían censos o vendían sus heredades para denotar que querían ser pagados con buena moneda, expresaban la con que se contrataba en pan y vino, como ahora se dice moneda metallica.
En 1203, 31 de marzo, Raimundo de Gixario confesó deber a Bertrando de Pinell trescentos solidos jacc. melioris monetae curribil. Illerde pani et vino... quod si forte haec jaccensis moneta in aliquo deteriorabitur, deja a su voluntad cobrarlos en mazamutinas novas obtimas boni auri, rectique ponderis secundum valorem quem modo habent, et patefiat omnibus hae audientibus quelibet mazamutinarum valet modo quinque solidos iaccensium et quinque denarios.
En 1320 prid. kal. januar. los marmesores del testamento de Galcerán de Barberá, canónigo de Barcelona, que fundó un beneficio de Santa Eulalia in claustro Sed. Illerdae: Attendentes... summam XXXI morabatin. (qui ascendunt ad summam XIII libs., XIX sol. de Barcin. de terno, computato quolibet morabat. ad IX sol. eiusd. monetae) non sufficere. En 1284 Pedro de Cervera y Gueralda su mujer compraron a Raimundo Giner el castillo de Gaten por mil y quinientos morabatines, los cuales dice allí en varias partidas equivalían a diez mil quinientos sol. jaqueses. Otra escritura de los mismos, mil doscientos y cincuenta morabatines Alfonsinos a razón de siete sueldos jaqueses por cada uno que suman (ut ibi) 8750 sol. En 1277 se hizo un inventario de los bienes que tenía Magister Ventri, canónigo de Lérida. Y entre ellos se dice tener en la arca de depósito de los Dominicos de Huesca 37 maz. duplices y 53 maz. simplices. Los notarios decían en latín duplices núm. doblas o doblones. Además de estas dos especies de mazmudinas supone otras dos especies de las dobles cuando dice que tenía en los Dominicos de Lérida 115 maz., duplicis del mir... y 90 duplices de rexet.: dice también que tenía en la casa de Poblet, que es de depósito público de Lérida, 659 morabatines, de los cuales sunt 157 Castellani et reliqui omnes sunt Alfonsini.
La correspondencia que he dicho de la pugesa con el dinero jaqués, esto es, la sexta parte de él, se comprueba con la correspondencia de los sueldos jaqueses con la de Barcelona, de quien era ella la cuarta parte. Toda la moneda de Barcelona, según el fuero de Lérida, iuxta cotum Illerdae, durante el siglo XIV valía la tercera parte menos que la jaquesa. Así en innumerables escrituras que expresan ambas monedas, se comparan como equivalentes 150 sol. barceloneses a 100 jaqueses. = 125 sol. barceloneses a 90 jaqueses. = 240 libras barcelonesas a 140 jaquesas. Así con poca diferencia la jaquesa excedía a la otra en una tercera parte de valor. Y pues cuatro pugesas hacían un dinero de Barcelona, las seis componían un jaqués, como ya se vio además por instrumentos coetáneos. No será importuno añadir aquí algunas observaciones que tengo hechas sobre la correspondencia de la moneda jaquesa y barcelonesa, según el fuero de Lérida, iuxta cotum Illerdae. Anotaré algunas notas de escrituras.
En 1385, a 27 de agosto, centum quinquaginta septem sol. sex denarii barchinon. valían centum quinque sol. iacenses ad concambium de XVIII (dihuitens) iuxta cotum et statutum Illerdae.
En 1357, 210 libras barcelonesas eran 140 jaquesas. = Eod. ann. 18 dineros barceloneses 12 jaqueses, iuxta cotum Illerdae.
En 1386, 100 sueldos jaqueses siete libras y media barcelonesas.
En 1378, seis libras, quince sueldos de Barcelona, eran noventa sueldos jaqueses.
Omito otras memorias de esos años, en todas las cuales se ve que la moneda jaquesa valía una tercera parte más que la de Barcelona, según el cambio usado en Lérida con los dihuitens.
Otra libertad tuvo esta ciudad, que fue la de gobernarse por su legislación municipal, escogida y entresacada de la romana, gótica y barcelonesa. Hízolo así desde el tiempo de su conquista; mas no se escribieron sus leyes hasta pasados 78 años de ella, esto es, en el de 1228, en que Guillermo Botet las compiló, según van copiadas (a: Ap. núm. II. ). Guillén Botet vivía aún en 1250, y se llama parrochianus S. Egidii Illerden. El texto es de un códice que posee en Barcelona Don Ramón Dalmaces; el cual he cotejado con dos ejemplares antiguos, uno del archivo secular y otro del de la iglesia; que aunque el primero es más antiguo que el de Barcelona, no por eso es de mayor veracidad. En todos ellos se dice hecha esta colección en 1228, no en 1232, como se dijo en la Sacr. Themid. hisp. arc. (sed. IX, núm. 28). Divídese esta curiosa obrita en tres libros: el primero contiene los privilegios del Conde de Barcelona Don Ramón Berenguer IV, Reyes de Aragón y Condes de Urgel, dados a esta ciudad: el segundo las costumbres escritas: y el tercero las no escritas. Al fin, hablando de los Códigos barcelonés, gótico y romano, dice: In his iste ordo servatur: quod consuetudines nostras scriptas et non scriptas, cotos et bannos, praeferimus omnibus, et primo utimur illis. Post hoc vero servamus cartas nostras et privilegia Principum: postea usaticos (los de Barcelona), consequenter leges gotas, ultimo vero loco leges romanas. En particular excluyen de los usajes las leyes que hablan de intestatis et exorquiis et cucutiis. Del código godo dice que sólo estaban en uso las de testamentis post mortem scribendis. Del romano era muy vaga la elección, y parece que sólo era el último asilo, faltando las otras legislaciones. He puesto las variantes en algunos lugares oscuros de esta Colección, inédita hasta ahora, y espero que no te disguste mi trabajo. Un punto curioso se me ofrece ahora, y es la dependencia o sea respeto con que la ciudad de Valencia miró a esta de Lérida, en razón de haber sido los naturales de este país o los primeros que asaltaron aquella ciudad o los que más contribuyeron a su población. Por esta causa dicen tres cosas: 1.° Que Lérida dio a Valencia por armas una flor del lirio, y que desde entonces se quedó con solas tres, como antes tuviese cuatro:
2.° Que dio a aquella ciudad los pesos y medidas, viniendo de tiempo en tiempo a refinarlos acá:
3.° Que pagaron un censo anualmente en testimonio de gratitud; y cuando lo quitaron, fabricaron los de Lérida con aquella suma la acequia de Segriá u otras de las muchas que se sirven.
Todo ello son hablillas del vulgo, en que deben entrar también los escritores modernos, que sin testimonio alguno lo han asegurado. Primeramente es cierto que la ciudad de Valencia se tomó por capitulación y no por asalto. En su población ningún historiador antiguo, ni la Crónica del mismo Rey Don Jaime I, da preferencia alguna a los de Lérida. Aragón y Cataluña, y también Francia contribuyó con pobladores, particularmente cuando el Rey, descubierta una traición de los Moros que habían quedado, los echó (con h) de aquel reino hacia el de Murcia, cuando el Infante Don Enrique de Castilla, Señor entonces de Villena, impuso un tributo a los que por allí pasaron; y dicen los historiadores antiguos que el producto ascendió a cien mil besantes (a: Fr. Pedro Marsilio, Cron. ms. Jacobi I, lib. III. cap. 66). Para llenar este gran hueco no es difícil creer que viniesen colonias de varios partidos, convidados con la liberalidad del Rey, y que entre ellos viniesen los de Lérida y los cien Moros y cien doncellas que dicen de su parroquia de San Martín; y aun para poblar determinadamente un barrio de Valencia. Todo esto concedo; mas nadie inferirá de ahí, si no hay documento que lo certifique, aquellos tres artículos de esta vana tradición. Lo de haber dado a los Valencianos un lirio, ni allá ni acá se puede probar. Cuanto más que las pugesas de Lérida, algunas de las cuales son de Príncipes (principios) del siglo XIII antes de la conquista de Valencia, no representan sino tres lirios o un lirio con tres flores, como se ve en su letrero. Pues lo de los pesos y medidas no es más fundado. Basta leer la Temis Hispana y los historiadores de esta corona, para ver como en Valencia se estableció fuero propio y peculiar de aquella ciudad, apenas conquistada. Y que se adoptase peso y medida de aquí o de allá, nada tiene que extrañar; mas que por eso tuviesen que venir a refinar acá, no se habrá leído tal especie en las historias. Porque fijada y adoptada allá, es claro que debía quedar en un lugar público y en el tribunal del mustazaf. Y es cosa bien notable que habiendo en el archivo de esta ciudad varias deliberaciones y aun cartas del siglo XIV y XV sobre consultas de pesos y medidas con otras ciudades, ni la menor enunciativa se halle de Valencia. ¿Qué diré de los que a este fin y objeto interpretaron la palabra Leida, que se halla en las pugesas, como si esta ciudad se llamase Lei-da, por la que dio a Valencia?
De los cuales quisiera yo saber cómo interpretan lo que no en pocas pugesas se lee: Leda. Pero claro está que estas son corrupciones del nombre Lérida derivado del Illerda romano. Lo demás es buscar sentidos acomodaticios. Finalmente, lo del censo y su quitación y la acequia construida con aquella suma, es ignorancia de las antigüedades de Lérida. Porque sobre el silencio y ningún documento de semejante cosa, es cierto que muchos años antes de conquistarse Valencia, ni de nacer su conquistador, estaba ya corriente la principal y más costosa acequia de riego, que llaman de Segriá, cuya compra, hecha por los de Lérida, confirmó ya en 1213 el Rey Don Pedro II de Aragón. Por último, la circulación de los ochavos de Valencia, propia aún hoy día de aquel reino, en que se ve grabado un ramillo que parece semejante al lirio de Lérida, aun cuando esto sea así, no prueba lo que acá se dice. Porque ni aquel dinerillo circuló jamás aquí, ni es cosa nueva que la moneda de un país circule en otro; como, por ejemplo, Lérida no tenía otra que la jaquesa y barcelonesa, y no por eso diremos que Aragón ni Barcelona le dieron la ley. Mas para que del todo se acabe de ver la falsedad de esta opinión, singularmente en punto a las monedas y a la flor de lis, de que se desprendió Lérida, bastará reflexionar que los dinerillos de Valencia son mandados acuñar por el Rey Don Jaime I en 1247, a los nueve años de la conquista de aquella ciudad, como se ve entre los impresos (núm. XII).
"Cupientes, dice el Rey, civitates et regna Valentiae et Maioricarum (quae dudum a perfidis captivata Paganis, dignata est divina clementia nostro ministerio restituere cultui Christiano) in statum debitum iuxta Christianorum morem in melius reformare... subditorum utilitatibus deliberato consilio providentes, monetam cudi fecimus sub sino (signo) salutiferae crucis super florem et nomen regni Valentiae positae, nostrae etiam imaginis et nominis insigniis figuratam ut sit Christianis... Quam monetam volumus et statuimus, quod semper appelletur et vocetur Reals de Valencia, in cuius parte sit caput regium coronatum, et in reliqua parte sit arbor ad modum floris, in cuius summitate extensa usque ad superiorem circulum ponatur crux contigua ipsi arbori infra extremum circulum."
¿Dónde está aquí la flor de lis quitada a Lérida, ni aun puesta a su imitación? Valencia tuvo su moneda propia dispuesta de nuevo por su conquistador con una insignia de árbol, o para indicar la fertilidad de aquel país con muchas más razón que en las de Lérida; o lo que yo creo, para denotar la victoriosa conquista de los reinos de Valencia y Mallorca. Y no hay más. En caso debieran extender igualmente la supuesta cesión del lirio al reino de Mallorca. De paso advierto que los principales autores que vendieron por cierta esta historieta son: Beuter, lib. 2, cap. 41. = Escolano, tomo 1, col. 858. = Del Olmo, Litología, capítulo 17. En resolución, hablillas de vulgo, y por tales las tendré siempre, mientras no se trate de acotar pruebas y documentos de una tradición, que por sí sola contradicen las noticias que de una y otra ciudad nos quedan. Lo que ahora poco decía de la acequia de Segriá es un privilegio con que el Rey Don Pedro, a 28 de mayo de 1213, confirmó la compra que el común de Lérida hizo de la acequia, quod transit per Segrianum, a Pedro Raimundo de Çabazequia por precio de mil morabatines, desde cuyo tiempo estuvo a cargo de la ciudad este manantial de beneficencia pública, a quien debe esta llanura toda su fertilidad y hermosura. Nada sé de su antigüedad; pero tengo por imposible que a lo menos los Árabes no tuviesen abierto este conducto desde el río Noguera, como está ahora. Y acaso será obra suya el corte de una peña en la misma presa que he visto celebrar por acá. Yo, que vine a esta ciudad desde la de Roda, extremos bien distantes entre sí, no puedo ponderar la suave impresión que hizo en mí al descubrir esta llanura de más de ocho horas de longitud, saliendo a ella y a la vista del río Noguera, y caminando al lado de la acequia más de seis horas. Pareciome sin duda que el unctus mitteris Illerdam de Horacio, era más bien una bendición que él daba a su libro. Deliciosísima es la vista desde la torre magnífica de campanas que se conserva en lo alto del castillo, junto a la antigua Catedral. Desde allí, con los Comentarios de Julio César en la mano me explicó mi amigo Don Anastasio Pinós los puntos que fueron el teatro de las victorias de este Capitán famoso. Siendo muy de admirar que tan pocos sean los vestigios conservados aquí de la grandeza romana, que si no son unas inscripciones que diré otro día, nada queda que merezca aquel nombre si no es un trozo de una puerta, única acaso de los tiempos bajos, que llaman de Boters, donde se ve algo que se parece a sus edificios. Y no porque no la tuviesen en gran consideración, porque cierto es que fue uno de sus municipios, sino que las continuas guerras a que su misma situación la ha expuesto, ha ido gastando toda la antigüedad. No creo lo que por aquí he oído que esta ciudad tuviese en los siglos XIII y XIV mayor extensión que ahora. Los monasterios de San Hilario, Santo Domingo, San Francisco y otros, cuyos vestigios se ven pegados a la parte exterior de las murallas actuales, suenan también en ese tiempo extra moenia urbis Illerdae. Esto es por la parte de norte y poniente; pues por levante y mediodía todavía ha adquirido alguna extensión en nuestros días, que antes no tenía, con la calzada que construyó el Marqués de Blondel, Gobernador de esta ciudad, con la cual ha retirado un poco la corriente del Segre, que batía en las mismas casas. Algunas de estas había a la otra parte del puente, que hoy no existen. Y en este género hay calculistas que creen haberse disminuido mucho la población de este veguerio o corregimiento, por no hallarse hoy día muchas poblaciones que existían en los pasados siglos (a).
(a) Por varias noticias que debo a sujetos curiosos, y por las que he adquirido yo mismo con la lectura de documentos, faltan en este obispado de Lérida cuarenta lugares, poco más o menos, que existían en los siglos XIV y XV, es a saber; en Cataluña: Carratalá, Cugullada, Cisquella, Gebut, Gimells, Gispertá, Grealó, Macharri, Malpartit, Margalef, Masroig, Melons, Mesedilla, Montagut, Palau del horta, Raymat, Remolins, Rufea, Suchs, Tarregó, Torreribera, Triquells, Valmanya, Vilanova del pont, Vilasolana, Vimfanó, Vinadesa.
En Aragón: Alfaques, Arias, Casasnovas, Cofito, Encomienda, Monbrun (Monte bruno, Monbrún, Monbrú, Mombrú, Montbrú), Pueblas, Rafols, Ripol, Solas, Torregrosa, Valverde, Ventafarinas, Vinsello. No salgo responsable de todos estos artículos, porque acaso el loco de N., que dirán algunas escrituras, no es lugar, sino nombre de partido. Para ello es menester ver si se nombra algún vecino de tal o tal lugar, o si se le da el nombre de Universidad, o por otros indicios.
Mas yo no sé si valdrá este modo de calcular, mientras no se haga el cotejo de la población actual de las ciudades, villas y lugares que hoy quedan, con la que tenían cuando existían los pueblos arruinados. Este artículo y la erección de nuevos lugares disminuirá notablemente la decantada despoblación de este país. Efectivamente, Barcelona contaba... mil fochs (vecinos) (N. E. fuegos) en el siglo XV. Supongamos que se hayan destruido en su corregimiento cincuenta lugares de a cien vecinos cada uno; entiendo que con el aumento de la población de la capital queda aquel territorio bien indemnizado de la ruina de sus lugares.
(Nota del editor: Ramón Guimerá Lorente: se sustituyen las palabras à o á por a; è o é por e; ò u ó por o.
Se añaden entre paréntesis algunas correcciones o comentarios, pero se deja el texto igual que está en el original en pdf que estoy trabajando, el de la segunda impresión o edición.
El pdf tiene 121 páginas, en odt, doc se queda en 49).
A LA
SOBERANA EMPERATRIU
DE CEL, Y TERRA
NOSTRA SENYORA
DELS
DESAMPARATS,
VENERADA
en sa Lealissima Ciutat de
Valencia, de la qui es
Patrona.
Sent aqueste Tratat, Sacratissima Verge Maria, de Adages, y Refranys, y quentre estos hià hu que diu: Qui a bon arbre sarrima, bona sombra el cobri: mencontre precissat a oferirlo a vostra soberana Grandèa, perque Arbre que hatja donat fruyt mes regalat quel que Vos donareu en Bethleem nos pot encontrat (encontrar), puix yo a este macollixch; no a la sombra, quen Vos no cab, ni un atomo dobscuritat, perque tota sòu plena de Gracia,
e Inmaculada. Un altre Adage, o Refrany, hiá, que diu: Qui bè sestá nos moga: gran temeritat serìa buscar yo altre Mecènes que a Vos, Soberana Aurora, puix estich mòlt bè en Vostron auxili. La Practica de Orthographia Castellana, y Valenciana, que lany 1732. imprimì, jà la dediquì tambè sots la protecciò de vostra Divina Gracia, perque a la resplandor de tan rutilants raigs, no la poguèren obscurir, ni eclypsar les espesures dels nubols, que la embetja, y malicia solen per malignitat fomentar; com en efecte llogrì el aplaudiment de mòltes persones sabies. Alli jà os oferí tot mon afecte, tota ma anima, y tot mon cor, y de nou altra volta os consagre ara lo mateix, esperant veureus, y adoraros per
eternitat de eternitats en la Gloria.
Amen.
Postrat a vostres Divines Plantes
vostron mes indigne Esclau
Carlos Ròs.
PROLECH.
Charissim, y discret Lector, lo primer que yo dech previndre en aquest Prolech, per concixer (coneixer) que serà tambè lo primer ques descobrirà als ulls, es que mòlts diràn: per què no he possat en lo present Tratat de Adages, lo nom dels Inventors de ells, cosa que sería pera matjor intelligencia, y delectaciò del Lector? A lo que vull satisfer. La causa de no possar tals noticies ha estat, perque en elles abultarìa el Tratat de tal modo, que eixirìa un llibre de mòlt volumen, y no per aixo estarìa mes gustòs, puix ans bè cansaría a (al; se corta la página por la derecha) Lector: y a demès de aço, als homens lligits, o doctes, no sòn menester eixes noticies, perque jà se les saben: als no estudiants los basta el Adage sols, puix cada hu de per si diu pera que pot servir; perque sil Adage, Proverbi, o Refrany (entre altres difinicions) es una sentencia de llarch us, comparada adallo que volèm, o a les coses dels temps, quant vinga la ocasiò pot mòlt bè usar cada hu de ell, sens que li sia menester saber hon se inventà, per qui, ni el per què. Y tots
los Doctes no ignoren, quels Adages, o Refranys, sòn la Phylosophia mes antiga, mas lloada, y tenguda per mes excellent en Creta, y Lacedemonia, per ser amichs de la brevetat; puix nom poden tindre a mal, que hatja yo recopilat Adages, Refranys, o Proverbis (possant en la Prefaciò, n. 7. per la general, de hon són trets, y Valencianats) sens mes noticies, puix la mia fi de qualsevol modo es llograrà, como aixi ho confie.
Lo motiu que yo he tengut pera donar a la llum publica este breu Tratadet de Adages, o Refranys Valencians, no ha estat per volerme acreditar de home docte, en traure llibres, puix me reconech mólt ignorant; y ni en este ni en laltre llibre de Orthographia que lany 1732. imprimí, ma propie el titol de Autor, si tan sols de Recopilador, puix no he fet altra cosa que recopilar: ha estat la mia fi, com jà he dit, pera que tinguessen tots una extensa
practica de la llengua Valenciana, per trobarme empenyat en ella. Este assumpt dels Adages, me pareguè el millor pera llograrho, puix serà este llibret, casi com lo Catò Christià, ques dòna en les Escholes, perque asi tambè hiá doctrina pera la anima, bona criança, desenganys pera mòlts vicis, politica pera bè parlar, y norma pera lligir, y escriure en Valencià; puix los dos Diccionaris que al ultim del Tratat porte, sòn bastants pera la inteIligencia de nostra Lengua; y encara quel modo descriure en ella el facilíte en ells, puix me pareix que a Valencià algù li pot ser dificultòs, si que ans bè sense treball se pot trobar qualsevol destre; y que de asi en avant tots los Valencians lentendràn com yo,
jà per les noticies, y claritat en que la explique, com per la recta pauta, y segura quels dòne; tal volta aurìa ben poques persones, a lo menys de ma professiò, que satreviren a fer tant; puix tot discret ha de coneixer, aixì per este llibret, com per lo Tratat de ma
Practica de Orthographia Castellana, y Valenciana, entench nostra Lengua bè; y no es genero de jactancia, perque les obres ho diuen, puix yo a elles me referixch, en aquell Adage que diu: Callen barbes, y canten cartes; y així ab estos supots, ningù sadmire si als
Adages, Refranys, o Proverbis, no troba el per què, ni per qui.
Tambè no dubte, prudent Lector, aurà alguns, que per mocegar la obra, puix may falta qui
a tot tira quixalada, y de ordinari sol ser la boca questà sens dents, quem diràn: la Ilengua Valenciana, hui en dia, ni sestima, ni usa; y que a què pot vindre traure yo aquest Tratadet, ni cansarmen aquell Lenguatje que no servix? Responch. En estos afanys meus fas yo dos coses a un temps. La una es, acreditarme de bon Valencià, y amant de la mia Lengua, obligaciò que cada hu de per si tè, sia de la Naciò que vulla, puix dèu aprear, y defendre les coses de la sua Patria, y tambè el Lenguatje, encara que no tinga pera què; quant, y menys encontrantse en lo nostre Idioma tantes grandees, excellencies, y
circunstancies pera ser amat, com algunes de elles ne tinch ponderades en lo breu Tratat que imprimì en lany 1734. en llengua Castellana, intitulat: Origen, y Grandezas del idioma Valenciano; el que confie reimprimirlo, anyadintli mòltes noticies ques folgaràn tots de lligirles. Laltra, que per la llengua Valenciana salcança, y deprèn a escriure la Castellana ab mes fonaments, y seguritat quels mateixos Castellans; com asxì ho tinch tambè imprès en un fullet de paper, y llenguatje Castellà, intitulat: Norma breve, por la que los Valencianos (sin hazer estudio particular en la Orthographia) sabràn escribir medianamente la lengua Castellana (guiandose por la Valenciana) segun el uso mas recto, conforme de los Eruditos, y ajustado a los fundamentos de los Antiguos.
Y encara que no fos aixì, quin dany pot fer als Valencians donarlos regles clares, y segures pera que no olviden sa Lengua, y que la sapien lligir, y escriure correntment?
Clar està, que qualsevol home de rahò dirà, sòn mos desves profitosos al comù; puix per aixo ideì fos lo assumpt de Adages, Refranys, o Proverbis, Valencians, per fer cosa gustosa, que facilment se queda en la memoria, y que tinguen tots escrites en Valencià eixes doctrines sentencioses, Humanes, y Divines, utiloses a la Republica, o Patria.
Mes com totes les Obres que ixen a la llum publica estàn expossades a la censura, suplique al sabi Lector, dissimùle, ab sa mòlta prudencia, les faltes, y defectes de ma insuficiencia. Vale.
De la mateixa Poetissa (Rosa Trincares en pur anagrama) que escriguè un Soneto en Valencià, al llibre de Orthographìa.
SONETO.
Tan gustosa quedì, y tan agradada
de lligir ton Tratat de Orthographìa,
que no puch explicar tanta alegrìa
com tinguì, perque fonch mòlt sublimada.
Bè pot esta Ciutat, y Patria amada
estimar los desvels de ta Thalia,
puix per cert que ta ploma mereixìa
per Obres tan selectes ser premiada.
Posses punt a la boca la malicia,
no mocègue tes Obres, ques pecat,
puix mereixes (o Carlos) de justicia
ser de tota Valencia ben lloat;
perque en este Tratat ques de Refranys,
dònes llum de sa Lengua, y desenganys.
Del Doctor en Medicina Alonso Carrasco.
OCTAVA RIMA.
Este erudit Tratat, ques de Refranys,
ab gran delectaciò mia he lligit,
y he trobat pera els vicis desenganys,
que seràn a tot hom de mòlt profit;
jà pera dies, mesos, sigles y anys,
tindràs este llibrèt ben admitit,
y sil Zoylo el mocèga tin paciencia,
que la embetja ho farà, mes no la sciencia.
DECIMA.
Bè poden los Valencians
(del Plebeu al Cavaller)
admetrel ab tot plaer,
perques pera gichs, y grans:
quen arribant a ses mans,
si en carinyo, y de tot cor
lligen aquest gran tesor,
advertiràn ben cabal,
en cada reglò un panal,
y en cada lletra una flor.
PREFACIÓ.
1 En lo passat any de 1732. donì a la Prempsa una Practica de Orthographìa Castellana, y
Valenciana, y com nostra Lengua es tan (tá, a nasal, no es tilde sino otro signo) dificil de escriure, huì en dia, per estar arrimada, y no usarse, determinì tambè donar a la llum publica aquest altre brèu Tratat de Adages, y Refranys Valencians, aixi pera mes practica de nostron Idioma, com per ser mòlt profitòs al comù, en cada Terra, estìen los Adages, y
Refranys impressos ab sòn Lenguatge, perque Adage, o Refrany, no es altra cosa, que una sentencia que corre en boca de tots; una llum de la veritat manifesta, que tot lo Mon
coneix ser aixì; puix sòn reliquies de la antiga Phylosophìa; y en ells se llogren dos coses mòlt lloables; la una, depèndre a lligir, y escriure bè la Lengua; laltra, que tota la gent que no es estudiosa, tè en eixes doctrines sentencioses, una rahò que conclou, y desenganva (desenganya, la parte de abajo de la y no se ve) pera poder reptar, o corregir los pares als fills, y els matjors als menors; de modo quels fa obrir los ulls, y sels imprimix en la memoria, passant de uns a altres, y aixì sera aquest Tratat de mòlt profit, y utilitat.
2 Avènt tan de proposit tratat, en ma citada Practica, sobre la mescla de les Orthographies que admitixch, per causa de la costum; puix no sent així (com ho narra
extensament la Prefaciò de ma Practica) ningù ab sa opiniò eixirà en bè, perque rigorosa, una de les tres que allí suponch, no es pot seguir, ni aixo te remey per camí algù, asi jà no es menester detindrem en eixe punt; sols tocarè en esta Prefaciò mòltes altres circunstancies, conduènts a nostra Lengua, y algunes curiositats quem deixì en ma Obra Orthographica, pera millor lligirla, y entendrela.
3 La matjor dificultat que tè pera escriure nostra Lengua, consistix en aquestes cinch Iletres ç s p b v; y en estes dos b p mes; perquels Valencians tením una articulaciò de ap, y op, que mòltes voltes ha de ser la p, b, y en lo pronunciar no ho distinguìm; com esta ç y la s, sia en final, o no, es nostron natural pronunciar les dos del mateix modo que la s; motíu per lo que encara que una dicciò acabe en ç, y altra en s, no impedix pera la consonancia en la Poesìa Valenciana; perque la ç, es pera guardar la etymología la recta regla de bè escriure, o per donar a entendre li correspon aquella dicciò, en la llengua Castellana, z, o c; y els Valencians estes Iletres c ç s, les pronunciàm naturalment com si cascuna fora s. La z, entre els noms peregrins, y propis, que pera les veus nostres *(falta una palabra cortada en la pág. 20) usàm de ella, tambè la pronunciám com a s; puix en distinguir *eixes quatre Iletres, jamès nos hem mirat; ço es a la organiçaciò, mes sí al
escriure; en la b, y v, a moltes diccions, tampoch sens coneix distincciò al pronunciar, mes sí al escriure.
4 En lo primer Diccionari dels dos que hiá al ultim de aquest Tratat, sencontra lo del numero antecedènt tan extèns, y clar, que basta, y sobra, puix jà trobarà el Lector lo dificultòs fet facil. Pera la Poesía Valenciana, està el colp de la dificultat sobre els acentos
grave, y agùt, que per no averlos entès mòlts, han faltat a la consonancia, o assonancia, que es propia de aqueixa Art; y així en lo segon Diccionari està ben clar, y copiòs dit punt; puix si el Lector se fa carrech, y reflecta sobre el treball que tinch possat en aver format dits dos Diccionaris, y de lo sutìl que es lo segon, ha de coneixer entench, ab molta practica, nostron Idioma; perque es lo cert, aço dels acentos grave, y agùt, es lo mes delicat, y hon consistix lo dialectos de nostra Lengua. La explicaciò dels acentos ben extensa, y curiosament, se troba en ma Practica cap. o. nn. 21. 22. 23. 24. 25. y 26. hon remitixch *al curiòs que la vulla veure.
5 Que la ç, ni s, finals, no impedixen a la consonancia (virgulilla nasal en la o), en la Poesía Valenciana, com he dit al n. 3 sènt aixì que no fèm distincciò al pronunciar natural nostre, no tè que causarli al Lector novetat, perque jà es costum de tota la vida, que en mòltes coses vá la prolaciò per un camí, y la orthographìa per altre, per conservar etymología, o aquell dret de us, y practica, que fan Ley; com se veu en la Poesía Castellana, en estos consonants, y altres: quexa, lenteja: dexe, semeje: coxo, ojo: dixe, colige, &c. Y aço per quina causa es? La rahò que yo alcance, y em pareix bastant, es: perque estes lletres g j x, sòn guturals, y en la llengua Castellana sarticùIen de un modo: puix lo mateix passa, entre els Valencians, en la ç, y s, finals, per pronunciar les dos com a s, y no deixar la etymología de la dicciò que fins hui la conserva; que en aquelles que la ha perduda, jà no es facil restaurarla.
o Pera saber en nostron Idioma, quant sa de usar del article el, o lo, es en aquest modo: si la paraula, o dicciò, acaba en vocal, comença tambè el article, o pronom, en
vocal, y diu el, en lloch de lo; mes si finaliça la dicciò antecedent en lletra consonant, dièm llavors lo, y no el; corrent la mateixa norma en lo plural. Eixemples: Porta el mentjar asì. Altre: Jà he portat lo mentjar. Y el usar en nostra Lengua de el per lo, no es a altra fi, que pera embeure la Synalepha que en lo cas referit se comèt. Après de punt final o al principi de qualsevol escrit sempre dièm lo, y no el, aixi: Lo Mon està plè de enganys. Lo mateix modo de regirse hiá sobre el usar de me per em: nos per ens: ne per en: se per es: y te per et. Y segons lo expressat se trobarà asi ara practicat, en esta segona impressiò, jà que en la primera no es guardà esta regla rigorosa. Totes aquestes circunstancies referides, al vers no comprènen, puix alli es pot, per causa de allargar una sylaba, trocarho, ques llicencia Poetica. Encara hià mes circunstancies, y curiositats que tocar asi, pera quant se lligiràn escrits de nostra Lengua, antichs, y sòn: que començant lo vocable per en, o em, sescrivìa sens la e, com: mpressa, ncenall, &c. y el vocable que iniciava per es, tenìa lo mateix, aixì: Sglesia, scriure, scriptori, scull, &c. y asi yo no use de aço (si sols quant ajunte les diccions monosylabes, ab les polysilabes, pera suplir la synalepha) mes ho vull explicar, pera que tot ho entenga el Lector. La dicciò ne, signifca a vegades en nostra llengua Valenciana, no, altres voltes, ni, y en mòltes ocasions la possàm solament pera ornar la oraciò, sens que signifique cosa alguna. La l* sola en principi de dicciò, en los escrits antichs, tè pronunciaciò de* dos, y ellèa, mes yo no use asi de aixo, si sols quant es mayuscula y no en los vocables de minuscula. La Synalepha lleva una vocal en la Orthographia de mòlts vocables, com en aquestos Lestìu, per lo Estìu; Dorient, per de Orient; Despanya, per de Espanya, &c. escrivint la lletra del monosylabo, que se li ajunta al nom propi, mayuscula, del modo ques llig asi.
7 De un llibre intitulat: Refranys, y modo de parlar Castellans ab Latins, compost per lo Licenciado Geroni Martì Caro y Cejudo, Mestre de Latinitat, y Eloquencia en la Villa
de Valldepeñas de Calatrava, sa Patria, imprès en Madrid any 1675. he Valencianat mòlts destos Adages, y Refranys. Dels Refranys, o Proverbis en romanç, que glosà el Comanador Hernan Nuñez, Professor eminentissim de Rhetorica, y Grech en Salamanca any 1576. Del Galatheo Christià de Joan Blasco y Sanchez, imprès en Zaragoza any 1698. hià sentencies espirituals, a modo de jaculatories. Tambè dels quatrecents aphorismes Catalans del Doctor Joan Carlos Amát, impressos en Barcelona any 1718. ne tinch mes de la mitat acomodats a nostron modo Valencià.
Y aixìmateix mòlts dichos comuns he possat (augmentantho de tot) que no poden danyar, pera que ni hatja mes en esta segona impressiò.
8 Estes diccions, y altres semejants: mascara, jesmil, bisarro, bisarrìa, mesclar, tisue, &c. que ab alguna mudança usa de elles la llengua Castellana, sòn en ella zz lo que en la nostra ss; mes si vinguès lo cás de fer alguna obra Poetica, o rahonament en prosa,
que haguès de ser tot sancèr Castellà, y Valencià, com se pot ordenar, llavors deuen ser les zz, ss, per ser preheminencia que mereix pera dit cas nostron Idioma, y els Valencians jamès usam de la z en nostra Lengua, sino en sòn lloch, de la ç, o s. Eixemple en prosa, tot sancèr Valencià, y Castellà: Es tan dificil la Orthographia, y en tanta manera costosa de ceñirla, que quiçà nunca estarà medida a una, sino variada, o mesclada, y en la practica de la referida manera passa, y passarà. Tota aquesta prosa es rigorosament Castellana, y Valenciana, que sens mudar cosa alguna a la lligenda pot servir pera les dos Lengues. Eixemple en vers ab este
SONETO.
Una fabrica la de este Soneto
es en tanta manera de costosa,
de ardua, critica, y dificultosa,
nunca escrita, ni oida de Epiteto:
Esta idea contraria de assueto,
a la vista dificil, y costosa,
al numen serà facil, no penosa,
si entra en practica ella de Alphabeto.
No sabrè yo si vá la encadenada
de la regla, en rigor a la ceñida,
ni si està alguna phrase mal formada,
ni si apunta la Musa desmedida;
sè en aqueste Soneto ha de passar
quanta falta es possible de encontrar.
9 Aquest Soneto tenìa yo mòlt ha treballat, quel fiu no mes per probar com eixiría, puix es ben dificultòs, y encara que jabacanèt, pera possarlo asi hon està, fiu compte que aço es un eixemplar, y com jà el tenìa compost, per no entretindrem, lestampì aixì com es; puix pera mirarse a un espill, no es forçòs sia el vidre crystalí de allo mes floretjat, basta ques divisse la cara, encara que estìa ell manchat: y aixì poch li fá no sia el Soneto conceptuòs, de lo millor ques compon, puix pera eixemplar basta, y jà es donar camí pera quen facen altres ab mes facilitat, puix a mi ma estat dificultòs, per no averne vist altre, ni tan ordinarièt com ell. (Véase “un soneto me manda hacer Violante” de Lope de Vega)
10 No perque nostra llengua Valenciana està hui en dia arrimada, puix apenes se escriu en ella cosa alguna, han de pensar ques roin; perque entre les entranyes de la terra, sol aver minérs de or amagats, y quant se descobrin, troben alli aquells tesors,
que valen lo mateix, y sestimen com si no haguèren estat sepultats: aixì nostra Lengua, tostem (tots temps) que la traèm a llum, se coneixen los quilats de sòn (este son tendría que ser sin tilde: su) valor.
11 La escusa que fins hui han tengut mòlts pera no lligir bè, ni escriure nostron Idioma,
de que no està en us, ni Orthographia Valenciana tenìen, nols valdrà ara; puix entre el llibrét de ma Practica, y este dels Refranys, y Adages, ab los dos Diccionaris de noms, questàn al ultim daquest Tratadet, se encontrarà quanta dificuItat se puixa oferir ben declarada, que a ocasiò de ser yo tan amant de nostra Lengua, y aver possat en ella tanta aplicaciò, he pogut tocar, y descobrir lo mes dificil, y precis, que he conegut necessari.
12 Encara quen aquest Tratat, no use yo aquelles veus, y termens antichs que podria, no per ço deixa de ser tot Valencià ben fi, puix en una Lengua, com al dialectos della, que per rahò de Art se li dèu, ni als punts principals se falte, poch li fa dalgunes veus se mude, o millore. Les dos llengues Castellana, y Valenciana, tenen algun parentesch,
quels ve per la llengua Latina, y encara que la nostra mòlts anys ha questà arrimada, no per ço va de cap a cayguda, que solen dir, puix tant com sa parenta, y veìna, la Castellana, ha alçat lo cap, y sa fet polida (pera qui entèn lo que es la cultura de una Lengua li ha servit tambè a la Valenciana, per adquirir dret en aquelles vèus millorades, preses de la llengua Latina.
13 De mòltes vèus antigues (com jà he dit en lo numero antecedent) no use, perque alguns se quedaríen sens entendreles, me* tots los fonaments quen ma Practica duch, y asi tambè, en quant al escriure, sòn sens innovar cosa alguna de lo quels Inventors de la Art Orthographica, y bons Diccionaris amostren; perque qui fuig de lo antich (en quant als fonaments de les Arts) saparta de la rahò. Una excellencia he observat yo als Doctes de Valencia, digna de tota lloaciò (parle en materia de Orthographia) y es conservarla sempre per la costùm, sens alterarla, ni volerse detindre may en
menudencies; puix a una Lengua, com no se li falte als punts principals (jà ho tinch dit) en brocètes no hià necessitat de pararse; puix diuen los Sabis: Aquila non capit muscas. Y mes he oìt dir a persones entèses, que alguns, per volerse acreditar de Doctes, han intentat pervertir algunes Arts, en critiquees mal fonamentades; mes
com allo ha està fuigint de les regles, y preceptes quels Inventors, y Comù possaren, no es diuen adelantaments, sino corrupteles; perque la cosa que no và fundada en doctrina, si tan sols en la rahò seca de aixì empareix (así me parece; així me : em pareix), no val, ni aprofita, ans bè sacrediten de ridiculs singulars, los qui aixì parIen; mes pera els tals tambè hià un Adage que diu: Contra el comù no guanyaràs tu.
14 Infinites sòn les rahons ques poden donar pera defendre la costùm del escriure, com ne tinch mòltes alegades en ma Practica; y pera mes satisfacciò als Novators de la Orthographia, tocarè ara asi un puntèt del cas. A ocasiò de aver yo registrat tants escrits de nostra Lengua, antichs, he trobat una dificultat en dos paraules de un verb, que per causa de ser costùm, us, y practica, ho seguixch, sens innovar, sent aixì que podia mòlt bè, y fundat en la rahò forta de etymología, mes com la costùm casi en tot dèu ser primer, nom atrevixch. Sòn, dons, les paraules fes, y fas, que venen del verb facio, Latì, y la demès conjugaciò jà va en ç de rasguèt, o sens ell, com: faça, faces, feces, feço, facen, &c. puix ab gran fonament podia yo, entrar a alegar que fes, y fas, se devìen escriure en ç de rasguèt tambè, per vindre del verb facio, y no vull innovarho, sinos seguirho *així per costùm, y que passe, per ser punt gich (chich, chic, menut).
Ara considere el Lector ab reflexiò, els qui altèren la costùm, sens mes rahò, ni força, que per volerho ells, quant mal fundats van en semetjants *critiquees sophystiques.
15 No dubte aurà mòlts Zoylos, que per emberja (envidia; enveja, embetja anteriormente), o per mocègar, censuraràn aquest Tratat (puix en totes Obres fan lo mateix) y als tals los vull advertir, se facen carrech del treball, y desvels que costa qualsevol Obra que sa de *donar al publich, sino quen traguen, y ho sabràn, que no faltarà qui els mocègue tambè (y ab rahò) les sues Obres; y així atenguen a aquell
Adage, que diu: Mirat a tu, y no diràs mal de ningù. Puix per no ferse de mal voler, ni descobrir sa impericia, conserven lo Refrany, de Calla tu, y callaré yo. Sutjectant tot lo referit al sentir del perit en esta materia, y suplicantli al Lector perdone les faltes, y erros de ma ignorancia. Vale.
En lo llibre intitulat: Galatheu Christià, Moral, y Sagrat, quel tinch citat al n.7. desta Prefaciò, compost per lo Licenciado Joan Blasco y Sanchez, Prebere, y Notari Apostolich, imprès en Zaragoza any 1698. hià al ultim dell una decima, en Castellà, quem pareguè mòlt del cas traduirla en Valencià, pera possarla en aquest Tratat de Refranys, y Adages.
Viu lo porronèt, y em prenguè la sèt. (viu : vi, pasado de ver)
Viu lo llit, y em prenguè la son.
Vist un bastò, y pareixerà un varò.
Vos sòu lo Prior, y tan plè de taques?
Què faràn los altres?
Vetjesme asi bè passar,
que alla nom vorás penar.
PRACTICA
DE LA LENGUA
VALENCIANA.
Veus que, trocant les lletres, muden de sentit, a imitaciò de les que tinch possades en ma Practica de Orthographìa, que alli sols servixen pera la llengua Castellana, y asi les posse primer en Valencià, y en après explicades en Castellà; ab mòltes anyadides, que serviràn tambè pera la llengua Castellana: advertint, que la ç de rasguèt, ha de ser z en lo idioma Castellà. Y serà tan profitòs aquest Diccionari, ab laltre ques seguirà, que, entre els dos, qualsevol sabrà escriure en perfecciò, y fonamènt nostron Idioma, puix es lo matjor descans, a costa de mon treball, ques podrà encontrar.
(se actualiza en parte la ortografía sólo en castellano)
Abrazar, dar abrazo.
abrasar, quemar.
avanç, de avance.
avans, antes.
Barò, Título (barón).
varò, hombre (varón).
ball, bayle, y el albañal.
vall, valle.
Bas, linage. (linaje; apellido)
vas, la sepulcura, y verbo.
baça, junta de naypes (naipes). (hacer baza en un juego de naipes)
basa, columna, o fundamento. (basamento, base)
Baza, Ciudad de Andaluzìa (Andalucía).
basques, fatigas, desasosiegos, &c.
Vazques, linaje.
bè, bien.
vè, de venir (viene).
bèll, bello, hermofso.
vèll, viejo.
bella, hermosa, bella.
vella, vieja.
bellèa, belleza.
vellèa, vejez.
bèns, haberes, bienes.
vèns, de venir (vienes).
vènç, de vencer (vence).
bèu, de beber (bebe).
vèu, de ver, y la voz.
bès, beso.
vès, vete (vé imperativo).
bèus, de beber (bebes).
vèus, de ver (ves), y las voces.
bèure, de beber.
vèure, de ver.
Bèda, el Venerable.
vèda, por lo prohibido. (veda, vedado)
baya, color.
vaya, matraca.
bull, de hervir. (hierve; bullir; ebullición)
vull, de querer.
bulla, la bulla. (suele ser una bula papal)
vulla, de querer.
boltes, de boltear (voltear).
voltes, veces.
bol, de bolar (vol : vuelo).
vol, de querer. (quiere)
boç, el bozo. (bozal)
vos, vosotros.
bocì, bocado de comer.
vocì, de vomitar.
bèna, la cinta, o lienço (lienzo; venda).
vèna, el numen del Poeta (vena artística), y la vena, o venas del cuerpo.
braç, el braço (brazo).
Bras, nombre.
braça, brazada.
brasa, ascua (brasa para asar).
botar, dar bote.
votar, dar voto, parecer, o jurar.
caça, de animales (caza).
casa, de morada.
caçar, animales (cazar).
Casar, lugar de casas, y casar en matrimonio.
cassar, es, quitar algo a alguna cosa, disminuir la autoridad, o estima: quitar, o sacar, y cassar, o anular la Ley: cassar la cuenta, o escritura, que es cancelarla: truncar, o cassar la escritura.
cap, la cabeza, y adv. ninguno,y también azi* (hacia)
cab, por el cabo, y por caber.
Calbo, linaje.
calvo, el calvo de cabellos.
cessiò, de ceder (cesión).
Sessiò, asiento en Concilio.
cegar, de la vista.
segar, con la hoz.
ceba, cebolla.
Seva, linaje.
seba, porrazo, golpe, &c.
centelles, por las centellas.
Sentelles, linaje. (También aparece como Centelles y Centellas)
çopes, de cenar. (çopar, sopar : cenar, se cenen sopas u otra cosa)
taça, para beber (taza).
tassa, tasación.
temps, el tiempo. (en Valencia, en caso de tiempo atmosférico se usa oratge)
tems, de temor (temes).
En estes altres veus ques seguixen tocarè el punt mes dificil, sutil, y quengrandix nostra Lengua, y es tan costòs dentendre, quencara explicat, y possat en practica, com no sia el Lector natìu Valencià, crech se quedarà sens entendrel. Es, dons, lo acento que tenìm en nostra Lengua, grave, y agùt, en les dos lletres o, y e, motìu per hon pronunciàm, los Valencians, ab tant primor, la llengua Latìna, y estàm tan aptes pera parlar les demès: y note el curiòs, que de totes aquestes vèus ques seguixen, pera el vers Valencià, encara questìen escrites ab unes mateixes lletres, no sòn consonants. Primer posse les del acento grave, senyalat, y en après les del agùt, sens signarlo, puix este jamès ha estàt en us, en nostra Lengua, notarlo; com ho tinch jà declarat en ma citada Practica, encara quel pronunciàm naturalment.