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diumenge, 22 de gener del 2023

XVIII. Carta del Rey Felipe II al cabildo de Lérida, pidiéndole los códices que tuviese de las obras de San Isidoro, año MDLXXVII. (1577)

XVIII. 

Carta del Rey Felipe II al cabildo de Lérida, pidiéndole los códices que tuviese de las obras de San Isidoro, año MDLXXVII. (1577) (Vid. pág. 68). 

EL REY. = Venerables y amados nuestros: Sabed que para proseguir y acabar la correction de las obras de Sancto Isidoro, que havemos mandado hazer por honra suya, y porque no se pierdan obras tan catholicas y de tanta erudicion, es necesario que los que entienden en corregirlas vean algunos exemplares manuscritos de dos tractados, uno intitulado: Epitome libri de viris illustribus et B. Hieronimi, Genadii, Illefonsi et Juliani; y otro que comienza: Incipit prologus in descriptione mappae mundi. Sapientes viri tam saeculari, etc. y porque se nos a hecho relacion que estos tractados se hallan en la libreria desa Sancta Iglesia, y deseamos que la dicha correccion se acabe con brevedad, holgaremos que hagais buscar con diligencia los dichos tractados con los demas que huviere en la dicha libreria, que sean obras del Sancto, y que luego nos envieis los que se hallaren, dirigidos á Hernando de Birviesca (Briviesca) mi Guardajoyas; que yo tengo mandado que estos y los demas que para este effecto se trugeren desa Sancta Iglesia, se buelvan a ella a buen recabdo en haviéndose visto. De Sanct Lorenço el Real XIIII. de julio M.D.LXXVII. = YO EL REY. = M. Vazquez, secretario.

diumenge, 6 de novembre del 2022

XXXVIII. Index Codicis Evangelior. in Arch. Sedis Gerund. MS. Saec. XI.

XXXVIII. 

Index Codicis Evangelior. in Arch. Sedis Gerund. MS. Saec. XI. (V. pág. 208.) 


In octabis Dni. ad Sanctam Mariam ad Martires. 

In vigilia Epyphania in Basilica Sancti Petri. 

In Dominica 1. post Teophania in Pachimis

Die XXII. Mens. Jan. Natale S. Vincentii. Statio in Basilica S. Eusebii. 

In Sexagessima ad S. Paulum. 

In Quinquagessima ad S. Petrum. 

Feria 4. ad S. Sabinam. 

Feria 6. in Pamachi

In Quadragessima ad Lateranis. 

Feria 2. ad vincula. 

Fer. 3. ad S. Anastasiam. 


Mense Primo. 


Feria 4. ad S. Mariam. 

Fer. 5. ad S. Laurentium. 

Fer. 6. ad Apostolos. 

Sabbato in 12 lect. ad S. Petrum. 


Ebdomada secunda. 


Fer. 2. ad S. Clementem. 

Fer. 3. ad S. Balbinam. 

Fer. 4. ad S. Ceciliam. 

Fer. 5. ad S. Mariam. 

Fer. 6. in vestinae. 

Sabbato ad Sanctos Marcellinum et Petrum. 


Ebdomada Tertia. 


Die Dnico. ad S. Laurentium. 

Fer. 2. ad S. Martiris. 

Fer. 3. ad S. Potentianam. 

Fer. 4. ad. S. Sixtum. 

Fer. 5. ad S. Cosmam. 

Fer. 6. ad S. Laurentium in Lucine. 

Fer. 7. ad S. Susanam. 


Ebdomada Quarta. 


Die Dnica. in Suxurium. 

Fer. 2. ad Sanctos 4. Coronatorum. 

Fer 3. in Damasi. 

Fer. 4. ad S. Paulum.

Fer. 6. ad S. Eusebium. 

Fer. 7. ad S. Laurentium. 


Ebdomada Quinta. 


Die Dnico. ad S. Petrum. 

Fer. 2. ad S. Grisogonum. 

Fer. 3. ad S. Cyriacum. 

Fer. 4. ad S. Marcellum. 

Fer. 5. ad S. Apollinarem. 

Fer. 6. ad S. Stephanum. 

Fer. 7. vacat helimosina datur. 


Ebdomada Sexta. 


Indulgentiae ad Lateranis. 

Fer. 2. ad S. Praxedem. 

Fer. 3. ad S. Priscam. 

Fer. 4. ad S. Mariam.

Fer. 5 in Coena Dni. ad Lateranis quando crisma conficitur. 

Fer. 6. ad Jherusalem. 

In Sabbato Sancto ad Lateranis. 


Dominica Pascae.


Ad S. Mariam. 

Fer. 2. ad S. Petrum. 

Fer. 3. ad S. Paulum. 

Fer. 4. ad S. Laurentium. 

Fer. 5. ad Apostolos. 

Fer. 6. ad Martires. 

Fer. 7. ad Lateranis.

Ebdomada 2. post Pascha ad Sanctos Cosmam et Damianum. (Cosme y Damián)

Die 13. Mense Mai. Dedicatio aecclesiae Btae. Mariae ad Martires (pone Mar - salta linea - ires). 


Ebdomada 7. in Pentecosten. 


Fer. 2. ad Vincula. 

Fer. 3. ad S. Anastasiam. 


Mense 4.° 


Fer. 4. ad S. Mariam. 

Fer. 5. ad Apostolos. 

Fer. 6. item ad Apostolos. 

Sabbato 12. lect. ad S. Petrum. 

Die 10. Mense Julii natale SS. 7. fratrum Appia et Salaria. 

Prima Missa ad aquilonem ad S. Alexandrum.

Die 29. Mense Julii natale SS. Felicis, Simplici, Faustini et Viatrici, Via portuense. 

Kalendis Augusti ad Vincula. 


Ebdomada 6. post S. Laurentium, in Mense 7. 


Fer. 6. ad Apostolos.

Sabbato in 12. lects. ad S. Petrum. 


Ebdomada 7. pos S. Laurentium. 


Die Dnica. ad SS. Cosmam et Damianum. 

Die 29. Mense 7. Dedicatio aecclesiae S. Angeli. 


Ebdomada 1.a post S. Angelum (cuenta hasta 7). 


Die mense October ad S. Faelicitatem. 

In adventu Dni. in Ebdoma. 4.a ante natale Dni. 


In Mense 10. 


Ebdomada 1.a ante natale Dni. 

Fer. 4. ad S.a Mariam. 

Fer. 6. ad Apostolos. 

Sabbato ad S. Petrum. 


dimecres, 6 de juliol del 2022

Tomo 5. ÍNDICE DE LAS CARTAS QUE CONTIENE ESTE TOMO.

TOMO V.

(1806)


ÍNDICE DE LAS CARTAS QUE CONTIENE ESTE TOMO.

(Se omite la paginación)


CARTA XXXV. Noticia de algunos historiadores de la ciudad de Tortosa y de los códices litúrgicos de su iglesia: dos cronicones breves que hay en su archivo: rito del experimento del agua fría para descubrir la verdad de los delitos ocultos: noticia de un jubileo para los sacerdotes de esta iglesia en el siglo XV. 

Carta XXXVI. Estado de la iglesia de Tortosa después de su restauración: fue por algún tiempo parroquia suburbana de Tarragona: cartas inéditas del papa Adriano IV al conde D. Ramón Berenguer, y su contestación: número de los primeros canónigos de esta iglesia: origen de la desigualdad de sus rentas respecto de las dignidades: masa común y reunión de ambos cuerpos en un solo capítulo: secularización de esta iglesia: reliquias que han durado hasta nuestros días de la vida reglar antigua: fórmula de profesión: congregación de esta catedral: clase de conversos: memorias de lo que era.

Carta XXXVII. Fábrica de la antigua iglesia de Tortosa: su verdadero sitio: descripción de su claustro, capítulo y otras oficinas: consagración y conclusión del templo actual: monstruosidad de su fachada: cementerios antiguos de Tortosa: construcción de uno moderno: inscripciones que se han de poner en él: vestidura de los prebendados de esta catedral.  

Carta XXXVIII. Catálogo de los obispos de la santa iglesia de Tortosa después de su restauración. 

Carta XXXIX. Conclúyese él episcopologio de la misma iglesia. 

Carta XL. Si S. Rufo fue obispo de Tortosa.

Carta XLI. Reliquias de la catedral de Tortosa: memoria de la santa Cinta: su fiesta y oficio: costumbre de llevarse a la corte, cuando comenzó: carta de la reyna Doña Margarita dando varias reliquias: custodias nueva y vieja: pila del papa Luna

Carta XLII. Inscripciones romanas y otras de Tortosa

Carta XLIII. De la orden del Hacha propia de Tortosa: nuevos documentos en prueba de su existencia: por qué se llaman amazonas las mujeres a quienes se concedió: verdadera etimología y origen de la palabra hacha: biblioteca de la catedral de Tortosa: noticia de algunos MSS.: edición antigua de Tortosa en el siglo XV

Carta XLIV. Extracto de varios documentos tocantes a los templarios de la corona de Aragón; bula inédita de su extinción en el concilio Vienense copiada de los registros auténticos del rey D. Jayme el II


APÉNDICE DE DOCUMENTOS


(Erratas. Se omiten las páginas. Algunas las he corregido en el .odt, pero no en el blog)

siglo XIV siglo XII

tom. XXXII XLII

en 1158 1153

1010 1019

Bancalli Barcalli

vitae rite

Montechano Montecathano

Turrecla Turrella

Clemente Pérez Clemente Zapera

Zaragoza Barcelona

APVIANIC APVTANIC

defensionem ad defensionem

ecclesia ecclesiae

dijous, 2 de juny del 2022

CARTA XXV. Biblioteca del Señor Pérez, códices

CARTA XXV. 

Noticia de la biblioteca del Señor Pérez, y de sus códices que legó a la Santa Iglesia de Segorbe. 

Mi querido hermano: Referidas ya y fijadas las principales épocas de la vida de nuestro Obispo Pérez, pasemos a tratar de su mérito literario, cuya noticia es de mucho interés. Hay ciertos sabios que sin dejar de ser útiles a la sociedad, encierran por modestia sus trabajos, creyéndolos indignos de la luz pública: dignos por lo mismo de que la posteridad recoja las reliquias que se salvaron de la injuria del tiempo, y de la avaricia, o de la envidia. Esto intentó hacer con los libros que dejó a su Iglesia aquel docto Obispo, honrándola con la posesión de lo que tanto amó en esta vida. Tal era su escogida y copiosa biblioteca, de la cual dice en su testamento: “Item, dejo y lego al Cabildo e Iglesia catedral de Segorbe todos mis libros de varias y diversas facultades, ansí teologales, historiales, griegos, latinos, como de otras qualquier lenguas, y de qualquier género que sean, contenidos y especificados en el dicho inventario por mí hecho de mis bienes patrimoniales y hacienda que tenía antes de ser Obispo de Segorbe, como en el precedente Item tengo declarado; como de los demás libros que yo he comprado después de ser Obispo de Segorbe en el día de hoy haya hecho donación irrevocable, dicha entre vivos, al dicho Cabildo e Iglesia de Segorbe, con auto recibido (pone recebido) por el notario infrascripto recebidor (recibidor) del presente mi testamento; la cual donación a mayor abundancia con el presente legado la ratifico y apruebo. Y ruego y encargo a los capitulares de dicha Iglesia den algunos libros de menos importancia a mis sobrinos que los pidan para estudiar, conforme al arbitrio del dicho Cabildo.” Supo este sabio cuerpo apreciar un don de tanto precio, y destinó una de las piezas interiores de la Iglesia para colocarle donde hoy se conserva, aunque mezclado con otros libros; muchos de los de Pérez están anotados de su mano. Sin embargo, no eran todavía estos los libros de que hablaba el canónigo de Valencia D. Juan Bautista Cardona, Obispo después de Elna, Vique y Tortosa, cuando aconsejaba al Rey Felipe II que debían llevarse al Escorial los libros del Obispo Pérez (a). (a) En el tratado que compuso Cardona de Regiam S. Laurentii bibliothecam (biblioteca de San Lorenzo del Escorial), decía así: “Por cuanto hay en España algunos hombres eruditísimos continuamente ocupados en los estudios de las letras, y que siempre están, o meditando o escribiendo algo; y con todo eso nunca publican sus meditaciones o escritos; o porque puliéndolos nunca llegan a satisfacer al soberbísimo juicio de los oídos, o aunque los aprueben, embarazados con cierta vergüenza y modestia los detienen en su casa; o dado caso que no haya algunos de estos impedimentos, no tienen tanto caudal, que pueda bastar para los gastos de las impresiones de los libros; por eso es menester tener una grande providencia para que las vigilias y trabajos destos no perezcan, y se debe poner cuidado en que se lleven a la biblioteca Real. Yo sé de cierto que en los rincones hay ocultas muchas cosas, entre las cuales hay de Martín de Ayala, Arzobispo de Valencia, de Antonio Agustín, Arzobispo de Tarragona, de Diego de Covarrubias, Obispo de Segovia, de Miguel Tomás, Obispo de Lérida, de Pedro Chacón, de Alvar Gómez, de Alfonso Salmerón, de Aquiles Estacio, de Sepúlveda, de Zurita; y también de aquellos que hoy viven, Benito Arias Montano, Pedro Juan Núñez, Juan Bautista Pérez, Juan Bautista Monllor, y de otros, cuyos cuerpos no tanto se alimentan de los manjares, como sus ánimos de los estudios. Hablaba de sus trabajos secretos, copias de códices y documentos antiguos, ilustrados con muchas notas. Mas no verificándose esto, y quedando en libertad para disponer de ellos el Señor Pérez, les dio otros destinos. En su testamento refiere los volúmenes que tenía MSS. y el destino que les dio. Hablaré solo de los que aquí he registrado, porque no todos se conservan, aunque son muchos más que los que cita Ximeno, que sólo cuenta tres tomos en folio existentes en su tiempo en este archivo. Hay pues las obras siguientes: 

I. Primeramente un tomito en 8.°, como de unas doscientas fojas, que contiene varias apuntaciones sobre la lengua hebrea, es a saber: Dictata a Petro Lodoico Ruviale, valentino; al principio dice: die 25 Octobris 1555. Es un tratadito de rudimentos de gramática hebrea, escrito de mano del Señor Pérez, cuando aprendía esta lengua. 

Al fin dice: 28 Februarii 1556. Sigue: Ante psalterium hebraicum prolegomena; son siete hojas: obra también del mismo Maestro, pues al fin se lee: Finis dictatorum Petri Lodoici Ruvialis. Después de algunas apuntaciones sueltas, sigue otro tratado con este título: Rudimenta linguae hebraeae (la æ latina la escribo ae) dictata à Johanne Baptista Perez Valentiae die 6 Octobris 1559. No sé si bastará este MS. de letra de Pérez, para que se dé por cierto haber enseñado la lengua hebrea en la Universidad de Valencia. En seguida hay otro opúsculo intitulado: *(falta texto : creo que sólo “Va”)rietas vulgatae versionis ab hebraicam veritate in palmos. Por estas muestras consta que se dedicó en Valencia al estudio de la lengua hebrea, y más claramente por una nota que hay hacia el fin del libro al principio de una versión incompleta de los salmos, que llega hasta el 25. Dice pues: anno 1556: has annotationes ego excipiebam, cum magister nobis praelegeret psalmos hebraicè. Nada más resulta de este tomito, que contiene los ensayos de aquel grande hombre en el estudio de las lenguas orientales. 

II. Un volumen en folio, que contiene un Dictionarium arabicum. Al pie de este título dice: Omnis lingua confiteatur, quia Dominus J. C. &c. Consta de cuatrocientas fojas poco más o menos, donde están escritos de su mano varios artículos por el orden alfabético con la correspondencia latina y espacios suficientes para añadir otros. Al fin se halla también de su mano: Finis lexici arabici: Jesu Christo gratias. Siguen luego veinte y tres hojas, en las cuales escribió las dicciones arábigas correspondientes a los artículos que están en lo alto de las planas; y son los siguientes: Gramaticae vocabula: Rhetoricae vocabula: Dialecticae, Physicae, Mathematicarum, Astrologiae, Theologiae, Medicinae, Jus civile; monetae; pondera; mensurae &c. En la mayor parte de estos artículos hay correspondencias del árabe al hebreo y griego. 

III. Otro volumen en folio, que contiene la historia del moro Rasis, la cual dice, tiene Ambrosio de Morales en un original harto antiguo, escrito en pergamino. Agora tiene este original Gonzalo Argote de Molina, vecino de Sevilla. Otro original hay en Santa Catalina de Toledo, donde dice que fue traducido de arábigo en portugués por Gil Pérez, clérigo de D. Peynos (o Peytros) Porcel, por mandado de D. Dionis, Rey de Portugal, leyéndole Mahomad en arábigo. Del libro que contiene la historia del moro Rasis hizo mención Ximeno núm. 19; mas creyendo que no contenía otros escritos este volumen, calló los siguientes opúsculos. Un extracto de los libros de Eterio y Beato contra Elipando, con varias apuntaciones sobre la cronología y la historia eclesiástica y civil. Sigue en el mismo volumen Chronologia bibliorum, y entre varias cedulitas sueltas un certificado original, en que reconoce haber recibido por mano de D. Juan López de Velasco un códice gótico de concilios de la librería de S. Lorenzo el Real, el cual, dice, es uno de los dos que envió de Soria D. Jorge de Veteta (o Beteta, donde está Solán de Cabras), y que esto fue a petición del Inquisidor general, mi señor, que tiene dél (de él) necesidad para sacar ciertas diligencias, que se han de enviar a su Santidad. La fecha es de 3 de Junio de 1577. Este códice de D. Jorge Veteta es el llamado soriense, como veremos hablando de los cronicones de España, del cual se sirvieron nuestro Pérez y el P. Mariana, y cuya existencia es tan dudosa en el día. 

Después de otras innumerables notas misceláneas, que es imposible describir, siguen dos hojas y media de su letra, y son ilustraciones al libro de S. Isidoro de viris illustribus. Comienza así: Brevem Isidori libellum de viris illustribus brevissimis illustrabo scholiis, minores observationes in album exterius relaturus. Es papel de difícil lectura; pero no imposible al que tenga más ocio que yo, mayormente que de estas notas dice Ximeno, núm. 4, que se dieron a la estampa en la impresión real de las obras de S. Isidoro, y que no repararon en ello D. Nicolás Antonio ni Rodríguez. Por no tener aquí esta edición no me es posible hacer el cotejo que desearía; pero bien se puede asegurar que siendo este el borrador de que se sirvió privadamente, se hallarán algunas notas más que las impresas. Lo restante de este volumen son apuntaciones sueltas y de varia erudición, en que se ve que su principal estudio era la cronología. 

IV. Otro tomo en folio, que contiene lo siguiente: Comentario de cosas memorables que en la Europa han acaecido en tiempo del Rey Católico y del Emperador Carlos V y del Rey D. Felipe II, nuestro Señor, Reyes de España. Traducido de latín en romance por Miguel Bou de Villanova, escribano de registro de su Majestad, y en algo añadido. Comienza del año 1452 y acaba en 1581. Siguen luego hasta el fin copias de actas, himnos, y otros documentos pertenecientes a los Santos de España, entre los cuales son muy de apreciar algunas cartas inéditas, así de Pérez, como de otros a quienes consultaba sobre algunos Santos en particular, de las cuales tengo copia, y haré uso cuando lo pida la ocasión.

V. Otro volumen en folio, que contiene igualmente actas y documentos de los Santos de España. En el testamento parece dar a entender que tenía más volúmenes de actas de SS.; aquí sólo he hallado estos dos. 

VI. Un volumen en folio, que contiene la colección de concilios, en que entendió de orden del Cardenal D. Gaspar de Quiroga para enviar a Roma. Es el borrador original de todo su trabajo sobre esta materia. De él dice en el testamento: Item, otro libro de concilios góticos manda su Señoría quede para la librería de la Seo de Segorbe; en el cual libro hay correcciones de concilios. El Cardenal Aguirre publicó una prefación de este docto varón, y sus cronologías conciliorum et gothorum, junto con la carta del Cardenal Quiroga a Gregorio XIII; pero es de saber que todo esto pertenece a la segunda remesa que este Prelado envió a Roma, la cual se halla aquí distinguida de la primera y tercera; a estas también acompañaban otras prefaciones de Pérez y cartas de Quiroga, piezas inéditas. Digamos de cada cosa en particular. 

I. El Señor Pérez puso en la primera remesa esta nota: “Este título fue en el primer libro a Roma: Concilia Hispaniensia impressa collata cum vetustis codicibus MSS.; et praeterea haec addita, nondum impressa, ex eisdem codicibus. = Liber qui inscribitur: Excerpta canonum, incerto auctore. = Emeritense concilium. = Toletana concilia quinque posteriora, nempe XIII, XIV, XV, XVI, XVII. = Leonis II Papae Rom. epistolae IV ad Hispanos. = Fragmenta inserta quibusdam conciliis.” Sigue luego la carta del Cardenal Quiroga a Gregorio XIII, que empieza: Cùm multa quotidie beneficia &c., y la prefación de Pérez: Reverendissimus Dominus meus Gaspar Quiroga &c., piezas inéditas, cuya copia envío. 

II. En la segunda remesa dice: “Este título fue en el segundo libro que se envió a Roma: XX concilia Hispaniensia ex vetustis codicibus descripta, nondum typis mandata. = Toletan. sub Gundemaro Rege 610. = Caesaraugust. III 691 (Zaragoza, Caesaraugusta, Caesar, César Augusta). = Caesaraugust. II 592. = Toletan. (toledano, Toledo) anno XII, Reccaredi (Recaredo) 597. = Barcinon. I, circa 540. Barcinon. (Barcelona, Barcinona, Barchinona, Barcino, Barçelona, etc.) II 599. = Oscense (Huesca, Osca, Oscha, etc) 598. = Egarense 614. = Narbonense 589. 

“Haec quidem sub gotthis habita; sequentia vero postceptam liberari ex sarracenorum (moros, sarracenos) jugo Hispaniam. = Legionense (León) 1012. = Coiancense 1050. = Compostellana (de Santiago de Compostela) decreta 1114. = Palentinum (Palencia) 1129. = Vallesoletanum 1322 (Valladolid). = Pennifidelense 1302 (Peñafiel). = Toletan. 1323. = Toletan. 1324. = Complutense apud Alcalam 1325. (Alcalá de Henares) = Complutense 1326. = Toletan. 1326.  Et praeterea concilia Carthaginiensia Africana (Cartago) cum vetusto codice collata. = Et chronologia gothorum Hispaniae Regum, (reyes godos de España) et veterum conciliorum, quae sunt in Hispaniam habita, usque ad sarracenorum ingressum.” 

Estas cronologías están publicadas por Aguirre: obra utilísima, como se deja bien entender, por la exactitud con que se ejecutó. Mayans (Prefac. a la era de España de Mondéjar) reprende a nuestro Obispo por haber seguido en sus cronologías la opinión vulgar de que la era española precede a la de la Natividad de Cristo en treinta y ocho años solamente, debiendo ser, como él cree, treinta y nueve. Mas en esto ya sabes que otros modernos han corregido a Mondéjar y Mayans, defendiendo el cálculo que siguió Pérez. Volviendo ahora a su libro, sigue la carta de Quiroga: Grata S. V. fuisse ea concilia &c., y la prefación de Pérez: Quod superiore anno feci in iis conciliis &c. ambas publicadas por Aguirre. 

III. En la remesa tercera dice: “Este título se puso al tercer libro de los concilios para su Santidad: Concilia graeca, affricana et gallicana collata cum quatuor coddicibus gotthicis MSS.; quorum hic est cathalogus.” Numerados estos dice: in fine hujus libri chronologia horum conciliorum, graecorum, affricanorum, et gallicanorum, no publicada que yo sepa. Sigue tras esto la carta de Quiroga: Cùm ad Gratiani editionem, quam V. S. emendatissimam &c., y la prefación de Pérez: Cùm jussu illustrissimi Cardinalis Toletani patroni mei &c., también inéditas; y van copiadas (a: Estas dos cartas y prefaciones se hallarán en el apéndice en los números XVIII, XIX, XX, y XXI.). Si son apreciables los breves apuntamientos de Pérez, deben serlo mucho más estos documentos. Gran bien sería para el público que se le diese una edición de este volumen tal cual se halla, con las innumerables notas marginales que hay de mano de este sabio español, a quien podemos llamar el restaurador de los concilios de España. 

VII. Un volumen en folio de más de trescientas fojas, que contiene copias de documentos pertenecientes a la Iglesia de Toledo y otras de España. Como sería muy prolijo referirlos todos, apuntaré ligeramente los principales, mientras se preparan copias de la mayor parte de ellos. Alphonsi VI privilegium de immunitate monasterii S. Facundi: “Hic narratur (dice Pérez) electio Bernardi in Abbatem, et susceptio officii romani in Hispaniam (Hispanià), octavo idus Maji (Maii), era 1118 (ann. 1080). Por este privilegio se ve que el oficio mozárabe se había quitado en Castilla antes que fuese ganada Toledo, era 1123; pues en la 1118 dice que estaba quitado. Conviene esto con lo que dice Pelagio Ovetense (Pelayo) que lo quitó Ricardo Cardenal, Legado de Gregorio VII, en un concilio de Burgos, era 1119.” Sacó Pérez esta copia del mismo monasterio con el favor de Fr. Juan Benito Guardiola, archivero. S. Hugonis Abb. Cluniacensis (Cluny) ad Bernardum electum Archiep. Toletanum, tunc Abbatem Sancti Facundi, epistola, qua permittit ut acceptet archiepiscopatum. Varias cartas de Reyes, tocantes a la dotación, primacía y otros privilegios de la Iglesia de Toledo, con la constitución de D. Cenebruno de numero quadragenario canonicorum. Erectio Ecclesiae Conchensis. Privilegio de D. Alonso VIII al monasterio de S. Martín de Madrid, era 1159. Bulas de Papas desde el año 1088 hasta 1251, sacadas de dos libros de la Santa Iglesia de Toledo, donde están juntas muchas bulas de la Primacía. Tras este título dice Pérez de su mano. “Quatro libros hay en la Santa Iglesia de Toledo, donde están trasladadas las bulas de la Primacía. El uno está en la librería, y le hizo escrevir el Arzobispo D. Rodrigo Ximénez: llega hasta Honorio III el año 1217. El otro libro está en un caxon (cajón) del Sagrario: es trasladado del otro, y tiene añadidas unas bulas de Honorio III del tiempo del Arzobispo D. Rodrigo, y una de Inocencio IV en tiempo de D. Sancho, electo año 1251, y parece se debió escribir en su tiempo. De allí hice yo trasladar estas, que allí no había más, y las puse por el orden de Papas, que allí estaban sin orden de antigüedad: y las comprobé yo mesmo con el original. Otro tercero de la Primacía hay en el Sagrario escrito en tiempo del Arzobispo electo D. Sancho, Infante de Castilla, año 1253. Este librillo tiene las firmas de Cardenales, y algunas bulas de Gregorio IX, que no tienen los otros dos. Otro cuarto librillo de la Primacía hay en el archivo arqueta 19, en cuero colorado; parece se escribió en tiempo del Arzobispo D. Sancho; porque al cabo tiene el gasto de su camino de Roma. Parece que deste se sacó el segundo que escribimos arriba. Las bulas de la Primacía están en el archivo arqueta 19, y algunas arqueta 4.” 

Después de estas bulas sigue: Bullae Pont. Romanorum, quae sunt in historiam compostellanam. Relación de la vida de D. Rodrigo Ximénez, Arzobispo de Toledo, que está enterrado en el monasterio de Huerta, escrita por Fr. Luis de Estrada, Abad del mismo. Más es descripción de su sepulcro, que vida de este Prelado: está incompleta. 

Bellum Navarum de Tolosa (guerra, batalla de las Navas de Tolosa) con este epígrafe: “Dominus Garcías cognomento Lasso de la Vega, tempore que officio legationis in romanam curiam fungebatur pro Rege et Regina Dominis nostris, adduxit sequentia Regi Alphonso praesentanda de bello Navarum de Tolosa, excerpta ex originalibus Innocentii Papae III. Et primo ponitur forma processionis, quae facta fuit ab ipso Innocentio, ut Deus praestaret Regi Alphonso victoriam in proximo conflictu cum sarracenis.” Sigue copia de la carta del Rey a dicho Papa, contando el suceso de la batalla. Varias bulas sobre diezmos, tercias &c. de la Iglesia de Toledo. = Item, sobre la destruicion (destrucción) de los Templarios. Todo esto con muchas notas suyas y extractos.
Constituciones del Arzobispo de Toledo Don Gonzalo, era 1333.

Erección de la Iglesia de Zaragoza en Metropolitana. 

Bula de Juan XXII sobre el traer cruz por Aragón el Arzobispo de Toledo Don Juan de Aragón, dada en 1323.

VIII. Otro volumen en folio igual al antecedente, que es también colección de documentos, entre los cuales haré mención de los siguientes:

Relación de la fundación que hizo D. Gil de Albornoz del monasterio de S. Blas de Villaviciosa de canónigos reglares, año 1348, y hoy es de frailes jerónimos. Está escrita por algún monje de aquella casa a petición del Señor Pérez, siendo todavía canónigo de Toledo, año de 1588. Se reduce a que por las quejas que dieron contra los canónigos, el fundador dio comisión al Obispo de Sigüenza D. Juan Serrano para que pasase al monasterio de visitador; el cual viendo los males que allí había, tuvo por conveniente quitar los canónigos, y dar el monasterio al de
S. Jerónimo de Lupiana; lo cual se verificó en 22 de Marzo de 1396.

Bula de Inocencio VI en que hace Legado al mismo D. Gil, Cardenal.

Testamento del mismo (impreso en su vida escrita por Ginés de Sepúlveda).

Carta de Clemente VII al Rey D. Juan I de Castilla, consolándole en la derrota que padeció. 

Carta del mismo al Consejo de Castilla, consolándole por la muerte de dicho Rey, y animándole a la buena dirección de los negocios en la menor edad del Rey Henrique III

Carta del mismo al dicho Henrique, consolándole en la muerte de su padre.

Carta del mismo a Pedro Lope de Ayala, preceptor del niño Henrique III, exhortándole a la buena educación de él, y a mantenerle en paz con la casa de Francia, y en la devoción a la silla apostólica. 

Carta de S. Luis, Rey de Francia, a la Iglesia de Toledo, enviándoles algunas preciosas reliquias, espina, leche de la Virgen, de la túnica purpúrea, de la toalla del lavatorio, de la sábana del sepulcro. Asegura que estas y otras recibió del tesoro del Imperio constantinopolitano.

Instrumento hecho por un Juan Gonzalo Reles de Sevilla, notario real, de la absolución dada por el Legado de Clemente VII, Domingo Obispo de Albi, al Rey D. Henrique III de las penas en que incurrió por la prisión de D. Pedro Tenorio, Arzobispo de Toledo, de Pedro, Obispo de Osma, y de Juan, Abad de Fusellis de la Iglesia de Palencia. Hízose esta ceremonia en la capilla de santa Catarina en la claustra de la catedral de Burgos a 4 de Julio de 1393.

Acto capitular del Arzobispo de Toledo D. Pedro Tenorio, cuando dio sus libros a la Iglesia, hecho a 15 de Octubre de 1380. Es de notar en él que para comprar el Nicolás Lira, el Henrico Boiol, y un Diccionario dio mil florines de oro. Cuenta allí gran parte de su vida, como estuvo desterrado de España siendo arcediano de Toro &c. 

Letras de D. Sancho, electo de Toledo, en que exime a los canónigos, porcioneros y capellanes hebdomadarios de su iglesia, y de la obligación de pagar la luctuosa; y dice entre otras cosas: in morte ipsorum non teneantur mulas, seu equitaturas, nec cyphos argenteos nobis, nec successoribus nostris dare. Dadas en Brihuega a 23 de Julio, era 1296 (año 1258). Igual gracia dice Pérez que hicieron a los beneficiados de aquella Iglesia los Arzobispos D. Gil, D. Juan de Zerezuela, D. Gutierre, D. Pedro de Luna, y D. Alonso Carrillo. 

Litterae Regis Angliae Ricardi II ad Bonifacium IX contra reservationes Ecclesiarum cathedralium. Constitutio magna plura continens in favorem fidei nostrae et in contumeliam et opprobrium judaicae caecitatis. Es de Benedicto XIII, (Luna), expedida en Tortosa a 11 de Mayo, Pontif. anno XXI (1415). En ella hace memoria de las disputas que a presencia suya se tuvieron en dicha ciudad entre los doctores católicos y judíos, de los cuales dice que se convirtieron tres mil. El Señor Pérez asegura aquí que San Vicente contribuyó a esta conversión: fueron las disputas en 1413. 

Algunas bulas de la Primacía de Toledo, distintas de las contenidas en el vol. antecedente. 

Testamento de D. Juan de Contreras, Arzobispo de Toledo, fecho en Alcalá a 16 de Setiembre de 1434. 

Vida del Arzobispo de la misma Iglesia Don Pero González de Mendoza, que murió en 1495, compuesta por Francisco de Medina y Mendoza, vecino de Guadalajara. En la Biblioteca de Nicolás Antonio se hace mención de este escritor, mas no de tal obra. 

Vida de D. Juan Tavera, Cardenal hasta el año 1541. 

Varias bulas de Clemente VII, Paulo III, Julio III y Paulo IV sobre los estatutos de limpieza de sangre en la Iglesia de Toledo, y las órdenes de Santo Domingo y S. Francisco. 

Copia de los cincuenta y tres cargos que hizo el cabildo de Toledo, a su Arzobispo y Cardenal Siliceo; con la respuesta de este Prelado, y otros documentos sobre esa materia. 

Bulas de Paul IV y Pío V sobre las personas que pueden entrar en el coro de aquella Iglesia; y contra los que tienen sillas, estrados o almohadas.

D. Gasparis Quiroga, canonici Toletani, discessus Romam, ut esset Rotae auditor, ann. 1555, auctore Alvaro Gomezio; son 126 hexámetros. Creo que Pisa, en la historia de Toledo no le supone canónigo al tiempo de esta partida = Paso en silencio otros muchos documentos por estar ya publicados, o por no ser de tanta consideración. 

IX. Un volumen en folio, que es Catalogus beneficiorum omnium Ecclesiarum fundatorum in Ecclesiam Segobricensi, et ceteris Ecclesiis totius dioeces. cum eorum capellis, numero, invocationibus, fundatoribus, et fundationibus, notariis, et annis, patronis, beneficiatis, possessoribus, valore, oneribus. Collectus anno 1596 ex variis scripturis fundationum, et collationum, et libris collectorum. Divide toda esta materia en diez clases distribuidas por las dos planas así: Capellae, numerus, invocatio, fundator, notarius, patronus, beneficiatus, valor, onera, subsidium. Pone la noticia correspondiente en cada clase, menos en la de subsidium por la razón que dio después del título: Subsidii, et excusati decimarum quantitas non additur in singulis, quia augetur, et minuitur pro ratione necessitatum, et concordiae initae cum Rege; servato tamen fundamento taxae cujusque beneficii. Sed taxa ad subsidium ponitur.

Sigue la misma obra sobre los beneficios de la diócesis; y de la breve distribución de clases pasa a referir por menor el origen, las sucesiones y circunstancias de algunas de las capellanías. Incluye la noticia de varias genealogías, y toca por incidencia muchos hechos, que acaso no serán conocidos por otro camino. 

Creo que estos son los dos libros de que dijo en su testamento. Item, otros dos libros que hay de mucha substancia; en el uno está la relación de todos los beneficios de la Seo con las rentas dellos, y los patronatos y sucesión de beneficiados de la Seo de Segorbe; y otro libro de los beneficios de la diócesis; manda su Señoría que dichos libros queden en el archivo episcopal de Segorbe, aunque si Dios diere vida a su Señoría tiene intención de acaballos (acabarlos), y dar copia al cabildo de dicha Seo. 

De otros dos sobre la misma materia habla también allí, y ruega que se cosan los cuadernos porque no se pierdan. Si esto no sucedió, yo por lo menos no he visto más que los dos ya dichos, ni Villagrasa menciona otros.

X. Consérvase también el episcopologio de esta Iglesia, de que ya di noticia en la carta 

XIX, escrito de mano de su secretario Andrés de la Parra, y con muchas adiciones y notas de la suya. Es libro precioso, del cual me he valido para rectificar algunas equivocaciones aun del mismo Villagrasa, que casi le copió; está muy mal tratado, y para durar poco tiempo.

XI. Libros de las visitas que hizo en su catedral en los años 1592 y 1596. 

Por último, en su biblioteca debe de haber otras obritas y apuntaciones; mas el estado de aquella pieza no permite tan exacta y detenida averiguación. Acaso alguno más afortunado que yo hallará allí, o en otra parte dos libros de declaraciones de Cardenales los cuales como se dice en su testamento manda su Señoría que queden para la librería de la Seo de Segorbe. Lo mismo digo de los muchos borradorcillos en materias beneficiales y canónicas cuyo escrutinio se encargó al Dr. Melchior Ocanya (Melchor Ocaña), arcediano de Alpuente.

Echarás de menos la noticia de los cronicones que copió; mas la dejo para el correo siguiente, porque es libro muy precioso, y quiero hablar de él con más extensión. 

A Dios. Segorbe &c. 

dissabte, 14 de maig del 2022

CARTA 5. Códices litúrgicos que se conservan en la Biblioteca de la santa Iglesia Metropolitana de Valencia.

CARTA 5. 

Códices litúrgicos que se conservan en la Biblioteca de la santa Iglesia Metropolitana de Valencia. 

Mi querido hermano: He comenzado estos días el examen de los códices litúrgicos que se conservan en esta santa Iglesia de Valencia, cuya razón voy a darte con la posible brevedad, pues lo he prometido. 

Primero hablaré de los que pertenecen a otras Iglesias, entre los cuales me han llamado la atención tres ejemplares de un misal inglés, todos en vitela, de diversos tamaños, escritos a fines del siglo XIII, o principios del XIV. 

Consta que son ingleses, no sólo por la multitud de Santos de aquella nación que celebra la mayor parte con octava, y por estar en la lengua de aquel país la fórmula de los esponsales; sino principalmente porque en un rasgo de la pluma del escritor al fin de uno de ellos, se lee que era de (1) Westminster (pone West-minster), acaso de la famosa y antiquísima Abadía de Benedictinos. Lo más notable que hay en ellos es la (2) secuencia para cada Domingo de Adviento: (3) cosa que sabes cuan rara es respecto de un tiempo en que por lo común cesa toda señal de alegría. Y aun echo de ver que estas son diferentes de los pocos ejemplares de esta excepción que cita Martene. (4) También tienen prosas para todas las fiestas de los Santos; y para que no falte a ninguna de ellas esta solemnidad, (5) las ponen en las misas comunes. A la oración secreta llaman secretum a diferencia de los nuestros antiguos, que unos la llaman sacra otros sacranda. En lo demás son harto conformes al romano. 

Hay también un misal escrito por un Bertrando Daynnier, loci de Flamnaco Dioecesis Ruthenensis (de Rodez) anno 1469. Otro también MS. en vitela en 4.° de la Iglesia de Roma, que fue del uso del Ven. D. Miguel Amigó, Presbítero valenciano: es de fines del siglo XV.

Item, Missale Ord. Minor. Venetiis edit. ab Octav. Scoto 1482 en 4.° 

Se halla también un breviario de la Iglesia de Cartagena MS. en 4.° en muy buen papel, pero diminuto. Carece de salterio: de los himnos sólo nota el primer verso, y de las lecciones la primera cláusula: pone en algunas fiestas dos añas, ad Magnificat: el Santoral comienza por la fiesta de S. Juan ante portam Latinam, y acaba con la de la Invención de la Cruz. La primera lección principia casi siempre por la del Martirologio. No se halla en él fiesta alguna posterior al siglo XII, ni aun de la del Corpus hace mención, sino por incidencia, hablando de los tiempos en que se debe decir el oficio de la Virgen. También parece favorecer mucho a la antigüedad de este códice la rúbrica del día de la Natividad del Señor, en la cual previene que las misas del gallo y de la aurora no se terminen con Ite missa est, sino con Benedicamus Domino; nè populus, dice, licenciatus ab Ecclesiam ad missam majorem non redeat. Palabras que manifiestan mucha proximidad al siglo XI, en el cual se escribió el libro intitulado Micrologus de observ. Eccles., en cuyo capítulo XXXIV hallo lo siguiente: Finitis nocturnalibus vigiliis, missa Dominus dixit ante matutinales laudes cum Benedicamus Domino, non cum Ite missa est completur, ne populo quasi licentiam abeundi infra matutinales laudes dedisse videamur, quas statim post missam, iterum concrepantibus signis, incipere solemus. Sin embargo, creo que este códice se escribió en el siglo XV, como lo manifiesta el carácter uniforme con las notas que puso algún curioso en las primeras y últimas hojas por los años 1460.

Vengamos ya a los códices propios de esta Iglesia, los cuales por lo general son del siglo XV, aunque alguno de ellos alcanza tal vez a los últimos años del XIV. Y es bien de admirar que entre tantos misales como se conservan, sólo haya quedado un breviario en folio MS. en vitela el año 1464, como consta de las tablas del cómputo eclesiástico. Otro ejemplar idéntico existe en la Iglesia parroquial de los Santos Juanes de esta ciudad, pero está escrito cuatro años antes. Contiene las constituciones sobre los oficios divinos, que el año 1408 formó el Obispo de esta Iglesia Don Hugo Lupia y Bagés con su Cabildo, las cuales envié el correo pasado. Aunque dejo para los siguientes la noticia de algunas costumbres de esta Iglesia, no puedo omitir hoy una cosa harto singular de este códice; y es, que en las principales festividades después del Resp. IX de maitines, pone una como prosa de seis u ocho versos, a la cual llama constantemente verbeta. Palabra usada también en algunas fiestas por un breviario del monasterio de Sixena (Sijena) que existe en la biblioteca de esta Universidad impreso en Zaragoza por Jorge Coci el año 1547; pero desconocida a los autores litúrgicos y gramáticos que he visto hasta ahora. Tal vez puede derivarse de los verbos verbicino, verbosor como si dijera: mucha, o nimia, o más alabanza. A no ser que la tengamos por lemosina en su origen, y alusiva en la significación a la voz verbet, con que los comerciantes de telas de seda de este país llaman a la tarjeta o papelillo cosido a las piezas de ropa donde apuntan su precio, varas &c. Esto (se) me ocurre ahora, no alcanzo más. De esta prosa no queda rastro alguno en los breviarios que se imprimieron; de los cuales, aunque se hicieron varias ediciones, no he hallado sino la de esta ciudad del año 1533. typis Francisci Romani; he visto de ella dos ejemplares en esta biblioteca de Santo Domingo, uno en 8.°, y otro en 12.° Coinciden en gran parte con el referido breviario MS., como también un diurno de esta Iglesia que se guarda en su archivo, y es de los principios de la imprenta, aunque carece de las primeras y últimas hojas. 

Aún a mediados del siglo XVI trabajó esta Iglesia en la reforma de su breviario, como se ve por el que dejaron MS. los eruditos valencianos Manfredo Escrivá, Gerónimo Carróz (Carroç), Luis Sabater, Tomás Real, Gerónimo Palomares, Sebastián Juan Pellicer y Miguel Sanz. Es digno de aprecio el celo y la prudencia con que estos sabios intentaron purificar los oficios eclesiásticos de ciertas nimiedades y pías representaciones antiguamente usadas, de las cuales no necesita la Iglesia para mostrar a sus hijos con todo decoro y majestad los misterios de nuestra santa Religión. No sé qué causas pudieron impedir la impresión de este códice, que se guarda en el mismo archivo, habiendo mediado tantos años desde 1544, en que le concluyeron, hasta la reforma de San Pío V. Los misales MS. de esta Iglesia son en mucho mayor número. Dos de ellos contienen únicamente las misas de las fiestas principales en que debía celebrar el Obispo. Los demás ofrecen variantes de alguna consideración, de que hablaré en los correos siguientes. En sus calendarios, que he copiado, anuncian la fiesta de S. Juan Chrisóstomo de este modo: San Joannis os auri, o aurei, Ep. et Mar. sin declinar jamás el dictado os auri, y dándole en todas las oraciones el dictado de mártir. Abundan en misas votivas y en secuencias, aunque en uno y en otro les exceden el impreso en Venecia, año 1492 fol., y mucho más el impreso allí mimo el 1509. Del primero hay dos ejemplares, uno de ellos en vitela, y nueve o diez del segundo. También se conserva otra edición de Zaragoza hecha por Coci año 1528. Otra reforma del misal emprendió esta Iglesia a mediados del siglo XVI, como se ve en el que dejaron en el archivo lleno de enmiendas, y con la añadidura de muchos prefacios propios, seis de los cuales son del Sr. D. Martín de Ayala.

Estos y otros misales prueban a mi juicio lo que algunas veces hemos hablado, que la mudanza de nuestra liturgia en el siglo XI se limitó al canon y al orden de las preces antes y después de él; mas no alteró la substancia de las oraciones que se conservaron en gran parte como en el mozárabe (pone muzárabe). Tales son las que prescriben estos códices a los Sacerdotes para vestir los ornamentos sagrados: la bendición del pan al tiempo de la oferta (ofrenda) del pueblo: la bendición in unitate Sancti Spiritus, benedicat vos Pater et Filius: la oración Aperi Domine, os meum antes del Te igitur; y otras muchas, que por lo que se halla en los códices anteriores, se ve que las conservó la tradición de los tiempos antiguos. 

No sé si merecerá toda la atención que yo creo la figura de la casulla, con que en varias letras iniciales del misal de 1509, se dibujó vestido el Sacerdote en ademán de celebrar el incruento sacrificio. Es cerrada enteramente, y doblada sobre los brazos, en todo igual a la planeta antigua. Tal vez pudiera conjeturarse que este era el uso de esta Iglesia por aquel tiempo; pero yo más bien diré que los impresores venecianos quisieron expresar la costumbre de la suya. Como quiera, se echa de ver que en una o en otra parte duraba aún en el siglo XVI (6) la casulla talar redonda, sin otra cisura que la necesaria para la cabeza. Igual figura se observa en las no despreciables y bien conservadas miniaturas de un ceremonial de Obispos. Parece del siglo XIV, y no de esta Iglesia. Los Diáconos nunca se pintan sino con túnica talar blanca cerrada del todo, con mangas hasta la muñeca. Los Obispos con planeta, y la mitra mucho más abierta que ahora, y las dos cúspides más bajas, aunque no tanto como las que se ven en el sepulcro 

del IV (4°) Obispo de esta Iglesia D. Jasperto de Botonach, que murió en 1288. La corona de Ministros más parece de los monjes de ahora que del clero secular. Se conservan también en esta Iglesia tres libros de evangelios impresos en Valencia en 1520 por Jorge Costilla, Cordobés. Otros tres de epístolas MSS. del siglo XV, y varios misales hasta el número de veinte y cinco a treinta. Hallé también un tomito en 4.° impreso en Valencia por Juan Jofre en 1529 intitulado: Forma calendarii, con tablas para un calendario perpetuo, y varias reglas para los cómputos &c. del uso de los Religiosos menores de San Francisco de la provincia de Aragón; y otro breviario en 4.° MS. en vitela del siglo XV para uso de la misma Orden. 

Se me olvidaba dar noticia de un collectario, o como llaman capitula, MS. en 8.° del mismo tiempo, en el cual se hallan algunas antiguallas. Entre otras la Benedictio sagittarum (saetas, flechas), para preservar a los que las lleven consigo de heridas de todas clases, y la Oratio pro declaratione Regis Aragonum. Juzgo que fue del uso de algún convento de Religiosos de nuestra Señora de la Merced o de los Trinitarios por las oraciones y preces que hay en las primeras y últimas hojas pro fratribus redeuntibus à redemptione captivorum, y también in captivorum advenientium receptione. 

Marcha el correo, y no puedo concluir hoy esta descripción. Algo queda para el siguiente. Dios te guarde. Valencia 20 de Noviembre de 1802. 


NOTAS Y OBSERVACIONES. 

(1) Westminster... famosa y antiquísima Abadía de Benedictinos. Este insigne monasterio no fue fundado en el primer siglo de la Iglesia por S. Pedro Apóstol, cuya invocación tiene, como aseguran algunos escritores ingleses de estos últimos siglos, sino en el VII por el monje Melito, que después fue Obispo de Londres, y adelante Arzobispo de Canterbury (pone Cantorbery), con el auxilio del Rey Sebertho, a ejemplo, y tal vez a instancia de S. Agustín el Apóstol de Hibernia, como juzga Mabillon. Tomó el nombre de Westminster de la situación occidental (west, oeste), donde se edificó, para que correspondiese a la Iglesia Catedral de S. Pablo, poco antes edificada al oriente de Londres por el Rey Ethelberto.

Deteriorada esta casa por la injuria del tiempo, hacia la mitad del siglo XI la restableció y reedificó magníficamente en diez y seis años el santo Rey Eduardo (Mabil. Annal. Bened. ad ann. 1049. t. IV. p. j510.) En su Iglesia fueron sepultados este santo Rey y su esposa Etgith, desde cuyo tiempo, en que Guillermo su sucesor le concedió también muchas posesiones, o acaso desde el reinado de Enrique III (pone Henrique, Henry), que la reedificó a principios del siglo XIII al estilo gótico, se destinó para sepultura de la Casa Real, con cuyo motivo hizo en ella Enrique VII un rico panteón para sí y sus sucesores. Del deplorable estado de este templo después de las turbaciones religiosas de aquel reino habla Ponz en su Viaje fuera de España (t. II. pág. 10 y sig.) De los célebres escritores que florecieron en este monasterio desde su fundación, y de otros señalados servicios que a sus monjes debió la religión antes de Enrique VIII, tratan S. Anselmo en sus cartas (lib. I. Ep. XIII. XVI. XXXVI.), Userio en las Antigüedades británicas (p. 128.), y Mabillon en los Anales Benedictinos (t. III. p. 546. y t. V. p. 434. 435.) 

(a) Secuencia para cada Domingo de Adviento. Para muestra de estas secuencias pondremos solo la de la Dominica IV de Adviento, que dice así: 

Jubilemus omnes unà

Deo nostro qui creavit omnia,

Per quem cuncta condita sunt saecula: 

Caelum quoque plurima luce coruscat, et diversa sunt sidera

Sol mundi stema, noctium decus luna, caeteraque splendentia,

Mare, solum, alta, planaque, profunda flumina, 

Aeris alta spatia quò discurrunt aves, venti, atque pluvia, 

Haec simul cuncta tibi soli Deo Patri militant, 

Nunc et in aevum sine fine per saecula laus eorum tua gloria. 

Qui pro salute nostra prolem unicam 

Patri in terra missisti sine culpa ob nostra delicta. 

Te Trinitas, precamur, ut corpora et corda nostra 

Regas et protegas, et dones peccatorum veniam. 


(3) Cosa... rara respecto de un tiempo en que por lo común cesa toda señal de alegría. No es extraño que en los misales haya secuencias para cada Domingo de Adviento. Hállanse también ejemplares de esto en nuestros misales antiguos. Porque durante el Adviento y lo demás del año, a excepción de los ayunos y de la Quaresma (Cuaresma), por antigua tradición se cantaba en España el Alleluia (aleluya), como dice S. Isidoro (de Div. offic. lib. I. c. III), al fin de la cual solía alargarse sin palabras ni sílabas el canto con el aliento o respiración prolongada, o voz sostenida, que eso quiere decir pneuma, sonus quidam laetitia sine verbis, como dice S. Agustín (in Ps. XCIX, n. 4.), que son las notas multiplicadas sobre la última a de Alleluia, por cuya causa en algunas Iglesias la llamaban balido (V. de Vert. Expl. des cerem. de l' Eglis. p. I c. IV. t. III. p. 107.) para manifestar el gozo del alma cuando alaba a Dios, y para elevarla a la contemplación de su gloria. Dum vero, decía Ruperto, psallimus Alleluia, jubilamus magis, quàm canimus, unamque brevem digni sermonis syllabam in plures pneumas protrahimus, ut jucundo auditu mens attonita repleatur, et rapiatur illuc ubi sancti exultant in gloria (Rupert. de Offic. div. lib. I. cap. XXXV.). 

Estas neumas o expresiones de júbilo, según advierte el orden romano, se llamaron secuencias, como si dijésemos, secuelas de la Alleluia: sequitur jubilatio, quam sequentiam vocant. A algunos les pareció mejor, dice Grancolas (les Ancien. liturg. pág. 507.), suprimidas las neumas, poner en vez del simple sonido algunos cánticos, especialmente en los días solemnes; lo cual dio ocasión a que se introdujesen en la liturgia en las grandes fiestas las prosas llamadas todavía secuencias porque se siguen al Alleluia. Costumbre que parece hallarse ya establecida en tiempo de Hugo de S. Víctor, que dice: Quando sequentia dicitur, posterius Alleluia non habet pneuma, sed chorus loco ejus sequentiam concinit. (de Myster. c. VII.) 

Estas palabras ligadas de esta suerte a la neuma, quiero decir, a las notas con que se cantaba el remate de la Alleluia, presto fueron divididas en estrofas o versículos. Y como desde la introducción de esta novedad se distribuyeron las palabras por notas, de modo que a cada nota correspondiese una sílaba, quedó después silábico el cántico de las prosas. Mas adelante, experimentándose cuan difícil era guardar esta perpetua sujeción a las notas del Alleluia, se tomó de ahí motivo para introducir en las prosas otros cantos, bajo distintas notas de las que servían para cantar el final o la secuencia del Alleluia. Por eso ya en el día en nada conviene el canto de las prosas con el del Alleluia, y aun algunas de ellas rematan con Alleluia (V. de Vert. loc. laud, p. 109).

En esto se ve también la razón por que recién introducido este rito, no se decía secuencia sino en las misas cantadas que tienen Alleluia, cuyo apéndice, por decirlo así, era la secuencia. Y así notó Durando que no debía decirse prosa cuando no se dice Alleluia, porque la prosa se sustituyó a la neuma. Por eso debió decir Maldonado en su tratado MS. de las ceremonias de la misa (ap. Lebrun. Cerem. de la Mis. p. II. art. VI.): 

"colligo curiositate privata aliquorum Sacerdotum fuisse additam prosam in missis, quae pro defunctis dicuntur: ut dicant Dies illa, dies irae. Quod fit extra rationem, et antiquos missales libros qui tantum habent sequentiam in diebus laetis.” Y así el misal dominicano hecho en Salamanca el año 1576 prohibió que se cante la prosa de la misa de los difuntos por ser contra rúbrica. Adelante no haciendo alto en la institución de las prosas, ni a que en su origen fueron como una continuación de la Alleluia; mas considerándolas como himnos o deprecaciones propias de la solemnidad y del oficio, y teniéndose por solemne la misa cantada de difuntos, se permitió que se cante en ella la secuencia; y así algunos misales no la mandaban decir en las misas rezadas. Ahora se dice indistintamente en todas las misas de difuntos. 

(4) También tiene prosas para todas las fiestas de los Santos. Pondremos de estas prosas una u otra muestra. 

Dominica infraoctava Nativitatis

Sequentia.

Christi hodierna celebremus natalitia: 

Caelica resonent clara camenas agmina,

Nunc regis celebrando gradulanter nuptias.

Lux nova jam terras illustrat veteres pellens tenebras,

Reserat superna gratia diu clausa palatia.

Faelix Mater et sola intacta Virgo et puerpera:

Cum jam Nato stas gravida cum viri sis cubilis nescia.

Omnis caterva nostra te rogat, Domina,

Solvas ut nostra cuncta peccaminum vincula Virgo sempiterna beata. 

Digna fuisti sola tollentem crimina 

Intra uteri claustra portare, qui gubernat omnia superna, infera. 

Hunc suam laudant facta, gaudentque bona qua vivunt super essentia. 

Nos humillima turba damus debita, poscentes ejus dementiam, 

Ut nostra praestans tempora nunc quieta, 

Det placidam frui vitam, utilia donando famulis munera; 

Ac inter nos discrimina saeva solvens post funera derelicta,  

Sedem ducat mortis ac malorum ignaram; 

Ubi ad dexteram Patris almam sedet, conregnat, aeternus per omnia, 

Potenter cuncta disponendo cum eo saecula praesentia, 

Beata justis donans omnibus praemia

Praeclara qua lux vere micat, quae est salus aeterna, et nostra gloria.


In festo S. Vincentii Martyris.

Sequentia. 


Stolam jucunditatis, Alleluia.

Induit hodie Dominus militem suum Vincentium 

Solito plaudat alacriùs concio laeta fidelium.

Hodie martyr insignis hostiam Deo placentem obtulit; 

Hodie tormentum ignis graviter examinatus pertulit. 

Animatus ad certamen monitu B. senis 

Gravissimis non refugit exhibere membra poenis. 

Ante ducem accersitur, et de rebus convenitur communis Ecclesiae. 

Sed non caedit blandimentis, emolitur aut tormentis ejus avaritia.

Illuditur Diaconus, dum sustinet martyr sanus poenarum angustias.

Dat minister charitatis, hostibus exuperatis, gratiarum copias. 

Furit igitur Praefectus, et paratus ardens lectus, 

insultantis viscera crates urit aspera. 

Sudat martyr in agone, spe mercedis et coronae, quae datur fidelibus pro Christo certantibus. 

De cujus victoria caeli gaudet curia. 

Quia vicit hodie ministros nequitiae. 

Ut hunc ergo per patronum consequamur vitae donum 

In illius die festo chorus noster laetus esto. 


(5) Pone prosas en las misas comunes. Notgero, o Notkero Balbulo, Abad de S. Gal, en el siglo IX, es el primero que compuso esta clase de prosas con aprobación de Nicolao I. Algunas de estas composiciones métricas y rítmicas de Notkero dio a luz Enrique Canisio en sus antiguas lecciones. Pero ninguna de estas obras aparece en los misales antiguos, así de Roma, como de otras Diócesis. Juan Francisco de Rubeis (dissert. de Sacr. Forojul. ritib. cap. V. §. IV.) impugna sólidamente la narración de algunas circunstancias que añadió a este hecho Ekkcardo en la vida de Notkero (cap. XVI.), publicada por Goldasto (Rer. Alamannicar. t. I.) A lo primero no las tenían sino las misas de las grandes solemnidades, luego se fueron multiplicando de suerte que las había propias en todas las misas. Adam de San Víctor compuso muchas en el siglo XII, las cuales equivocadamente atribuyó Cornelio Schultingio (Biblioth. eccl. t. I. p. II. cap. VI. et VII.) a los Papas Gelasio y Gregorio, como advierte el Cardenal Bona (de Reb. liturg. lib. II, c. VI.) 

Este mismo rito de poner secuencias en todas las fiestas de los Santos se nota en el misal de Aquileya, publicado el año 1517, y en otros MS., así de aquella Iglesia, como de la Forojuliense y Salisburgense (Salisbury), que vio Juan Francisco de Rubeis (V. diss. laud., V. et XIV.) 

Llamóse prosa en contraposición del himno, que es composición métrica, sujeta a cantidad (quantidad) y determinado número de pies: porque la prosa sólo está sujeta a la rima, y a un determinado número de sílabas, y aun hay prosas que no tienen rima ni medida de sílabas, como se ve en alguna de estas muestras del misal de Westminster. 

(6) La casulla talar redonda &c. No hallo repugnancia en afirmar esto de Valencia, puesto que en Roma en ese mismo tiempo estaban en uso las casullas de esta figura, como consta por algunas pinturas de Obispos, e imágenes sepulcrales de Sacerdotes (V. Krazer de Liturgiis, sect. III. art. VI. cap. V. n. 179). Tampoco es inverosímil que sucediese lo mismo en Venecia, donde además de la proximidad a la cabeza del orbe cristiano, acaso imitaron a los griegos, que aún hoy día conservan las casullas cerradas. 

La que usó Calixto III en la canonización de S. Vicente, y se guarda en esta Iglesia de Valencia, está cerrada hasta más abajo de los codos, rematando en punta las dos alas. 

dijous, 12 de maig del 2022

Portada, prólogo, índice

Viaje literario 

las iglesias de España.


Le publica 

con algunas observaciones

Don Joaquín Lorenzo Villanueva, 

capellán de honor y predicador de S.M., 

y rector de los reales hospitales general 

y de la pasión de Madrid.


Tomo 1.


Madrid: en la imprenta de Fortanet

Impresor de la Real Academia de la Historia.

Año de MDCCCCII (1902)



/ Nota del editor, Ramón Guimerá Lorente. Se actualiza en gran parte la ortografía de Villanueva, pero no los textos que copia, que dejo tal como los publicó /



Fungar vice cotis.


Es reimpresión de la edición de Madrid, de 1803.


PRÓLOGO DEL EDITOR. 


Los viajes literarios, tan justamente promovidos en nuestros días por lo mucho que contribuyen al fomento de las ciencias útiles a la sociedad, tienen una especial recomendación para los pueblos católicos, cuando se dirigen a extender el conocimiento de la disciplina eclesiástica, y a ilustrar en todo o en parte los ritos y prácticas religiosas de la santa iglesia. Loable es el ansia de los anticuarios y de los artistas por descubrir los tesoros ocultos de la antigüedad profana, que dan luz a la historia, extensión a las ciencias, modelos y estímulos a las bellas artes. Pero aún lo es más la de los fieles ilustrados, porque se publiquen los tesoros literarios de la religión, cuyos intereses son de un orden superior, y transcendentales a objetos más dignos. Notorio es que la santa iglesia en varios puntos no substanciales de su policía exterior ha experimentado, o por mejor decir, ha dispuesto según la variedad de los tiempos ciertas mudanzas y alteraciones, cuya noticia contribuye al más claro conocimiento, así de la unidad del espíritu que la anima, como de la infinita sabiduría que la gobierna.

Lo uno y lo otro resalta igualmente en los siglos sabios y celosos, que en los menos ilustrados y fervorosos, así en el rigor de la antigua disciplina, como en la condescendencia y benignidad de la presente. Porque ambas cosas proceden de un mismo espíritu, que es el de Dios, nacen de unas mismas entrañas, que es la caridad de la iglesia, y van ordenadas a un mismo fin, que es la santificación de sus miembros.

Voy diciendo esto para salir al encuentro a algunos fieles bien intencionados, que por falta de advertencia o de instrucción en estas materias, pudieran sacar tal vez escándalo de lo que se escribe para su instrucción y edificación. Están creyendo algunos que los apóstoles y sus primeros discípulos establecieron uniformemente los ritos, así de la misa, como del oficio eclesiástico, y que la diversidad que se echa de ver en los tiempos siguientes es corruptela digna de ser olvidada para que no dañe su memoria.

Dejo aparte las ventajas de la loable uniformidad que se observa ahora, que de esto no trato. Voy sólo a manifestar la equivocación de los que pretenden que esta uniformidad la hubo en el principio de la iglesia, y que con ella no se ha hecho sino restablecer la práctica de los tiempos apostólicos.

Debemos pues suponer, y a su tiempo se dará demostrado: 1.° que desde el principio de la iglesia ha habido diversidad, así en las ceremonias de la liturgia, como en los ritos del oficio eclesiástico: 2.° que esta diversidad de ritos acompañada siempre de una perfecta uniformidad en las partes más considerables de la liturgia, en nada se opone a la unidad de la religión, ni a la indivisibilidad de su sacrificio, ni a la concordia de los miembros de la iglesia, que debe reinar en la oración pública. Que si esta variedad en algunos casos dio motivo de turbación a los flacos y menos instruidos, procuraron los SS. doctores desvanecer su temor, manifestando que la diferencia externa del rito, lejos de oponerse a la unidad del espíritu, en todo iba gobernada por ella; de lo cual quedan claros testimonios en S. Ambrosio, en S. Gerónimo y S. Agustín: 3.° que aun adoptado en España el orden romano, cada una de nuestras diócesis le acomodó a sus propios ritos, resultando de esto la admirable variedad que se echará de ver en el discurso de la obra principal, a que se dirige este viaje: 4.° que estas ceremonias instituidas por los prelados eclesiásticos son de la clase de otras cosas humanas sujetas a mudanza, como lo demuestran muchas de ellas abolidas, alteradas, restablecidas por sínodos o mandatos de los legítimos pastores, en iglesias conocidas, y en cuyos archivos se conservan documentos que acreditan esta alteración.

Por lo mismo que en esta variedad de ritos ha resaltado siempre la unidad de la fe y de la doctrina católica, algunos varones celosos y doctos han escrito sobre ellos tratados históricos, ya generales de toda la iglesia, ya particulares de algunas provincias, de donde ha tomado nuevas armas la religión para combatir a los enemigos de su unidad y de su doctrina. Entre los primeros deben contarse nuestro S. Isidoro, Hugon de S. Víctor, Agobardo, Rabano, Amalario, Ruperto, Durando, Bona, Martene, Gerbert, Mazzei y otros muchos. Entre los segundos Asseman, Mabillon, Renaudot, Tomasio, Antonelli, Rocha, Sala, Georgi, Borja y Ballerini. A los cuales pudiéramos añadir los escritores de los ritos particulares de algunas diócesis: Blasi de las de Sicilia, Alberico Oliva de la de Nápoles, Juan Francisco de Rubeis y Federico Altan de la de Forli; y de la de Milán Bertoldo, Eustaquio de S. Ubaldo y Luis Antonio Muratori.

Para estas y otras obras de la misma clase, escritas en casi todos los reinos de la Europa católica, se han hecho viajes, se han registrado archivos, se han reconocido documentos, se han sacado dibujos, en suma, no se ha perdonado trabajo ni estudio, tratándose este negocio por gente docta con el decoro correspondiente a la causa de la religión que en él se interesa. Por este medio han visto la luz pública innumerables rituales y sacramentarios griegos y latinos, y otros monumentos litúrgicos, ilustrados por católicos de conocida erudición y piedad.

Tal vez es España el único reino que ocultando los preciosos códices de sus iglesias, se priva de este esplendor de la ciencia eclesiástica escondido en su mismo seno, y de la gloria de comunicarle a otras naciones cultas, que liberalmente han franqueado esta clase de riquezas a todo el orbe católico. 

Sobre lo mucho que ofrecen en esta materia los sínodos de España que no se han publicado, consta que por medio de cartas y decisiones, también inéditas, se reformaron muchos de nuestros códices sacramentarios, se establecieron y suprimieron fiestas, se escribieron nuevos oficios, nuevas preces y oraciones, y se ordenaron varios ritos pertenecientes a la administración de la penitencia, de la eucaristía y de los demás sacramentos. Cierto es que han perecido gran parte de estos documentos anteriores al siglo XI, por las invasiones y el largo dominio de las naciones bárbaras en nuestra península. Pero con algunos de estos documentos se conservan muchos más de los tiempos siguientes, en que con la introducción de la liturgia romana quedó salvo a los obispos el derecho de ordenar las preces, los oficios y las ceremonias de los sacramentos.

Alguna muestra se verá de esto en los primeros ensayos que ofrezco del presente viaje, emprendido por mi hermano Fr. Jayme Villanueva, de la orden de Santo Domingo, en virtud de Real orden S. M., con el objeto de recoger de nuestros archivos los documentos necesarios para escribir la historia que se ha dignado encargarme S. M. de los ritos antiguos de nuestra iglesia. Desde luego cuento con el auxilio que prestarán para esta empresa las colecciones publicadas de nuestros concilios antiguos, las decretales y cartas de sumos pontífices pertenecientes a España, y las obras de los padres españoles. Mas fuera esto poco, si no tuviésemos a mano también los documentos de esta misma clase pertenecientes a los siglos posteriores. Y que estos documentos sean necesarios para la perfección de la obra se colegirá fácilmente de estas cartas que me va escribiendo mi hermano, acompañándome noticias de algunos códices, apuntamientos y extractos de otros, dibujos de inscripciones, alhajas y vasos antiguos, y copias de papeles inéditos, o muy raros, que no pudieran injerirse en la obra principal, y cuya publicación es justo que se anticipe en obsequio de los españoles y de los extranjeros aficionados a este género de letras.

En esta especie de viajes nos van delante Mabillon, Rubeis y otros piadosos extranjeros, a quienes igualamos en el deseo de la ilustración pública, y tal vez en los tesoros literarios con que la quisiéramos promover. Como esta no es obra metódica, nadie extrañará ver en ella tratadas algunas materias aisladamente, otras apuntadas conforme ocurren cuando están a la vista, que a esto se ve obligado el que viaja con la pluma en la mano, por no exponerse al olvido de alguna especie tal vez necesaria, cuyo orden y colocación queda después a cargo del que quisiere aprovecharse de ella.

Tócanse en estas cartas varias cosas por incidencia, otras debo tenerlas por oscuras para algunos lectores; y así me he visto precisado a ilustrarlas con las notas y observaciones que van al fin de cada una de ellas, para evitar confusión. Si alguno extrañare que en estas notas se aleguen prácticas de otras naciones, atribúyalo, no a falta de ejemplares en la nuestra, sino a la escasa noticia que hemos tenido de ellas hasta ahora; las especies que a los doctos parecieren triviales, déjense para los indoctos, que a ellos se dirigen.

Como la historia eclesiástica debe ilustrarse por todos los caminos justos y legítimos, y la de España está diminuta y mezclada de especies inciertas por falta de documentos: para aclarar la verdad de ella en algunos puntos oscuros o no bien averiguados, me ha parecido conveniente ir preparando una colección, así de estos, como de los demás MSS. preciosos que se fueren adquiriendo en este viaje, algunos de los cuales, por ser breves y porque ilustran varios puntos que se tratan en estas cartas, se irán insertando en los tomos a que pertenezcan. De esta suerte, correspondiendo a la liberalidad de los literatos extranjeros, se promoverá en España la erudición eclesiástica por medio de unas obras, que sin ser sabias, estimulan a la sabiduría. 


ÍNDICE 

DE LAS CARTAS QUE CONTIENE ESTE TOMO. 

(Las páginas son las del pdf, en este formato no concuerdan)

Carta 1. Memorias eclesiásticas de la antigua Sétabis. S. Félix diácono, patrono de esta ciudad. Templo que en ella se conserva con su advocación. Sepulcro de jaspe hallado en su recinto. Si fue de cristianos. Inscripciones inéditas. Erección de su iglesia colegiata. Sus reliquias. Fiestas particulares. Antiguo monasterio de Monsant. pág. 1 

Carta 2. Templo del santo sepulcro: si le hubo en Valencia antes de su conquista. Restauración de la silla episcopal en esta ciudad. Esplendor de su iglesia en el nuevo estado. Fundación de la catedral, y su advocación. Circunstancias señaladas de este edificio. Decoro del culto: vestiduras corales de sus prebendados y demás ministros, así de ella, como de las parroquias. Capilla del colegio de corpus Christi. 25 

Carta 3. Catálogo de los prelados de Valencia desde su conquista. 46 

Carta 4. Noticia de los sínodos de la santa iglesia de Valencia, celebrados después de su conquista. Hallazgo del de Santo Tomás de Villanueva. 67 

Carta 5. Códices litúrgicos que se conservan en la biblioteca de la santa iglesia metropolitana de Valencia. 88

Carta 6. Prosigue la noticia de los códices de la santa iglesia de Valencia. 104 

Carta 7. Observaciones sobre el oficio antiguo de Passione imaginis. Crucifijo devotísimo venerado en la parroquia de S. Salvador. Si es el de Berito: si vino a Valencia por el Turia. Preces del Señor Orbe a Benedicto XIII. 117 

Carta 8. De algunos ritos señalados de los oficios antiguos. 132

Carta 9. Imposición de la penitencia canónica. Bendición de los ramos. Origen de los monumentos. Otros ritos singulares del jueves, viernes y sábado santo. Reclusión de las mujeres públicas en la semana santa. Ceremonia actual en la vigilia de la Ascensión, y otra ya abolida en el día de Pentecostés. 146 

Carta 10. De algunos ritos antiguos. 162

Apéndice de documentos. 177

Anales de Cataluña, Narciso Feliu de la Peña y Farell (Index)

(Nota del editor : Se corrige parcialmente la ortografía en castellano.)  Imagen: Biblioteca de Catalunya. Llibres Pere Borrás: MCMXIX: D. V...