Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Biblioteca. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Biblioteca. Mostrar tots els missatges

dissabte, 11 de febrer del 2023

CARTA CXXVIII. Biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona.

CARTA CXXVIII. 

Biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona. Noticia de la vida del canónigo Don José Gerónimo Besora y de los muchos libros raros y preciosos que con toda su selecta librería legó al referido convento.

Mi querido hermano: La biblioteca de los PP. Carmelitas descalzos de esta ciudad es uno de los objetos que excitan la curiosidad de los viajeros. Y lo es ya desde el año 1654 en que el sabio canónigo de Lérida Don José Gerónimo Besora legó a esta comunidad toda su exquisita librería compuesta de 5567 volúmenes, gran parte de ellos manuscritos. La grandeza de este don, hecho a toda la república literaria, me obliga a honrar la memoria de tan insigne bienhechor con las noticias que he podido recoger. Era natural de Barcelona y canónigo de Lérida, prebenda que obtuvo el día 21 de octubre de 1621, tomando posesión por él su padre Agustín Francisco de Basora, ciudadano de Barcelona. Estuvo varias veces ausente de su iglesia, encargado de sus negocios en Barcelona, donde fue uno de los diputados del principado en 1656. Vivía todavía en 1663 en que explicó una inscripción y estatua Romana que se halló en Tarragona, como dice Roig, Historia de Gerona, pág. 401. Consta que hizo un viaje a Roma, mas no se sabe cuándo ni con qué objeto. Murió en Barcelona en su casa propia, sita en la calle del portal del Ángel, día 14 o 15 de febrero de 1665. En el último de estos días se hizo la publicación de su testamento, el cual tenía hecho de su letra desde el año 1654 y había entregado cerrado a Bartolomé Plea, notario, a 3 de diciembre del mismo. Empieza con su lema ordinario, que escribía al frente de todos sus libros: Jesús, María, Joseph, Spes mea D. O. M. 

Nombra por testamentarios a Don José de Corts, Arcediano de Santa María del mar y canónigo de Barcelona, a los PP. procuradores de la Cartuja de Montealegre y del convento de San José de Barcelona, y a Pablo de Salvador, vecino de Ascó, diócesis de Tortosa. Elige sepultura en Montealegre “en lo claustro petit devan la porta de la iglesia que esta prop de la cadira prioral del cor; y vull que sobre lo lloc del cadáver se asente una llosa quadrada de jaspe negre, la cual fassa com a paviment y estrado a dita porta; en la cual llosa estiguen esculpides tres linees, ço es, la primera dient: José. Hiero. Besora; la segona: Praesbiter; la tercera: requiescat in pace. Despues un poc mes avall estiguen esculpides dos linees; la primera dient: universa vanitas; la segona omnis homo vivens. Sino fos que moris professant en algun orde, per que en tal cas vull ser enterrat junt als religiosos de aquell orde.” 

La erudición de este ilustre Catalán se ve en la oración in laudem Sanctae Theresiae, que dijo en un certamen en las fiestas de la beatificación de dicha Santa que se hicieron en Barcelona, y anda en el tomo que sobre este asunto se imprimió en 1615. También se descubre en las notas que puso de su mano al catálogo de los Obispos de Lérida en el ejemplar impreso que poseía, y a la biblioteca de escritores Jesuítas compuesta por Alegambe. Otro libro tenía de su mano, que intituló de cosas memorables; pero no parece. Acaso del viaje a Roma nació la correspondencia que conservó con Juan Bautista Laura de Perusia, en cuya centuria 2 Epistolarum, impresa en Roma en 1621, hay una carta suya en que da gracias a nuestro Besora por la oración que le envió de Santa Teresa, de la cual hace grande aprecio. Otra hay de Besora al mismo. Pero nada de esto conservará tan viva la memoria de su saber como su biblioteca. Es verdad que algunas veces el ansia en acopiar libros no tiene más causa ni objeto que la vanidad. De lo cual (¡) ojalá hubiera muchos ejemplares que contraponer a los muchos y muy dolorosos estragos que hace aquella violenta pasión! El sabio Besora no tuvo otro móvil en sus preciosas adquisiciones, que el amor a la literatura recóndita y poco vulgar, y fue uno de aquellos genios que no pudiendo contenerse en la esfera de las ciencias abstractas, desean conocer los sabios que han trabajado antes que nosotros, conservar la memoria de sus escritos rescatándolos de las manos descuidadas e ignorantes, y procurarles un depósito digno de sus autores y del público para quien se trabajaron. Esto logró aumentando tan copiosamente con su biblioteca la que ya tenía esta comunidad. La franqueza con que estos PP. me han tratado, singularmente el P. Fr. José de la Virgen, bibliotecario, reprende y avergüenza la envidia de otros, que se llaman y tienen a sí mismos por sabios, olvidados ciertamente del capítulo VII del libro de la Sabiduría. Pero dejemos esto y vamos a lo que importa, que es la descripción y noticia de algunos manuscritos de esta biblioteca, de los cuales hablaré por el orden que se me antojare.

Lo primero que vi fue un tomito en 8.° (B. 42) de varias poesías, parte buenas y parte malas. Pero es muy apreciable por contener algunas de las del P. M. Fr. Luis de León más completas y exactas que las ya publicadas, las cuales o copié del todo o noté las variantes más sustanciales. Tales son la famosa canción: Virgen que el sol más pura, etc. y los salmos 1, 4, 12, 41, 44, 113, 124, 129, 136, 147 y algunos otros. Hállanse además tres salmos mezclados con los que son ciertamente suyos, y cuyo lenguaje y frase poética me parecieron al pronto de la misma mano. Son el 83, Quam dilecta, el 119, Ad Dominum y 122, Ad te levavi oculos meos. Mas no hallándolos en las ediciones que publicaron Quevedo y Mayans, sospeché que fuesen de otro de los buenos de aquel tiempo. Y efectivamente, son del M. Fr. Pedro Malón de Chaide, el cual los ingirió en su Conversión de la Magdalena. De todo esto he dado puntual razón al P. M. Fr. Antolín Merino con el deseo de cooperar al mayor esmero de la colección de las obras del maestro León, que ha comenzado a publicar. Ojalá se hubiera hecho otro tanto con las obras inéditas del célebre humanista y filósofo Valenciano Pedro Juan Núñez, que se hallan en esta biblioteca (F. 325 sig.) y se enviaron a Madrid para este efecto y volvieron a su lugar sin conseguirlo. Cuatro vols. en fol. manuscritos se le atribuyen. Los tres primeros contienen varios escritos filológicos, es a saber: vol. I. Institutiones oratoriae ex variis scriptoribus ac praesertin ex Hermogene. = La oración pro M. Marcello, traducida al español. = Escolios sobre su texto latino, y varias fórmulas de elocuencia escogidas de ella. Actio 1.a in Verrem, y la Philipica nona, ambas traducidas con escolios como la antecedente. Vol. II. Praecepta ad epistolas artificio contexendas atque illustrandas. = M. T. Ciceronis epistolae selectae per genera con la traducción española, escolios y análisis de sus frases. In Aphthonii progymnasmata dictata acuratissima. = Oratio XIII. pro lege Manilia, con la versión castellana, escolios, etc. Vol. III. De historia Romana (son escolios al Epítome de L. Floro). Scholia in libros de finibus M. T. Ciceronis. = Traducción en prosa de la Égloga VII de Virgilio: Forte sub arguta con sus escolios. = De examine orationis M. T. C. pro lege Manilia. = Scolia in quoddam fragmentum orationis pro L. Corn. Balbo, con su versión. = Quam viam sequatur Valerius Maximus ad colligenda exempla. El vol. IV sólo contiene unos comentarios latinos a la geografía de Dionisio Africano. Y aunque no se hallan atribuidos en el título a Núñez, como se observa en los antecedentes, se sabe por Don Nicolás Antonio y Ximeno que son obra suya. Al fin de ella y a renglón seguido de la obra se lee lo siguiente: His scribendis finem imposuit Berenguarius á Castro, filius primogenitus Baronis Lacunae (Laguna), et Vice-Comitis Hillae (Illa) tertio kal. maias ann. 1576, donde se ve la laboriosidad y amor a la literatura de este caballero Don Berenguer de Castro, que copió de su mano todos esos cuatro tomos, como se ve por la uniformidad del carácter del último con los tres antecedentes.

Tras estos me vinieron a las manos dos códices que contienen algunas obras lemosinas de San Pedro Pascual. El 1.° (N. 356) contiene la conocida con el nombre de Biblia parva, cuyo prólogo es: Com yo Religios é Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Castella açi anomanat hagues legit XXX. anys theologia. (N. E. Ver más abajo otro prólogo parecido que empieza: “Com yo Religios e Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jaen del regne de Castella...” 

Título o capítulo 1.° Del peccat de Adan, quin fon, ne la manera com se havia á quitar. El último de la gloria de Paradis. Son XXXVIII en todo; los cuatro más que se hallan en la obra latina impresa en Madrid 1676. Son extensión del artículo de la ley de Moisés, que aquí es uno solo, y faltan los que en el impreso son 9, 10, 11, 12. Llaman aquí a este libro Catecismo de San Pedro Pascual, y con razón y más propiedad que Biblia parva, pues su contexto es de preguntas y respuestas. Mas dejando aparte esta disputa de nombre, digamos de una real y verdadera; quiero decir de otra obra del mismo Santo que aquí se conserva manuscrita en fol. (L. 329) con este título: Disputa del Bisbe de Jaen contra los Jueus sobre la fé catholica. De la cual porque no hallo noticia en ninguno de los autores de Bibliotecas, copiaré el índice y prólogo, y tú juzgarás si es obra común con las ya conocidas: Titol I. Qui comensa la questio sobre la ley de Moyses. = Tit. II. Que la ley de Moyses no fon dada acabadament. = Tit. III. Quina diferencia ha de grau maior a menor. = Tit. IV. A que aprofitá la ley de Moises a aquells qui la tingueran, pus no era acabada per haber salvacio. = Tit. V. De la lig de Moyses e de les images. = Tit. VI. Del aiustament de Deu ab home. Tit. VII. De la lig de Moyses e de la canticha de Moyses. = Tit. VIII. Del peccat de Adan e de la manera com se havia a quitar. (Nota que este capítulo y los demás que se hallan con el título idéntico en la Biblioteca parva están tratados de otro modo y son diferente escrito). = Tit. IX. Com les animes anaven en infern. = Tit. X. Si les colpes de Adam egualment foren pagades. = Tit. XI. dels crits que les animes fahien en infern. = Tit. XII. Com lo cors de Jhu. Xpist. fó mes en lo sepulcre. = Tit. XIII. Quin captaniment feu Lucifer quant vehe la Sancta anima de Jhu. Xst. en los inferns. = Tit. XIV. Quin Captaniment feu la anima de Adam quant vehe la Sancta anima de Jhu. Xpist en los inferns. = Tit. XV. Que vol dir com dix Deu: yo son Deu e no hom. = Tit. XVI. De la Circuncisio de Jhu. Xst. = Tit. XVII. De la Resurreccio de Jhu. Xst. = Tit. XVIII. Si la remso es feta, perque hom viu ab suor de sa cara e perque la dona infanta ab dolor? = Tit. XIX. Com Deu dix, yo he amat Jacob, e he hagut en hoy Esau; e dix mes: la casa de Jacob será foch, e la de Josep será flama. = Tit. XX. Del meniar de carn del porch. = Tit. XXI. Que lo Macies es vengut, ço es, Jhu. Xst. = Tit. XXII. Ques pot, es deu afermar quel Macies es Deu. = Tit. XXIII. Com les animes dels salvats ensemps ab lo cors muntaran al cel apres la resurreccio. = Tit. XXVI. De la Sancta Trinitat primerament de la semblansa de la crehensa. = Tit. XXV. De la Sancta Trinitat. = Tit. XXVI. Perque lo fill sencarna, e no lo Pare, ni lo Sanct Sperit. = Tit. XXVII. Com son tres persones en la Divinitat, e totes tres un Deu. = Tit. XXVIII. Del Sagrament de la Misa. = Tit. XXIX. Perque lo cors precios de Jhu. X'st (más arriba no se ve el apóstrofe, pero hay un espacio) es alsat dues vegades per lo prevere sots semblansa de pa e de vi, com no sia sino un sol Deu. = Tít. XXX. Com Jhu. X'st. sia un sol hom, com pot esser en una hora en tants altars hon se fa lo sacrifici cascun jorn. = Tit. XXXI. Del orde quis tindrá al general juy. = Tit. XXXII. Quants inferns son, e les penes que los dampnats hauran. = Tit. XXXIII. De les benenuyranses de la gloria de Paradis. = Tit. XXXIV. Com se fa que en una pocha forma de hostia capia lo cor de Jhu. X'st., qui es axi gran com una forma de home. = Titol XXXV. Com Deu se aiusta ab hom. = Titol XXXVI. Com per fe verdadera se salven los Xpristians. = Tit. XXXVII. Com la temptatio de Adam fo del Diable e no de la serpent. = Tit. XXXVIII. De les vuyt batalles fetes per lo Diable. = Tit. XXXIX. De Mafumet e de la sua secta. = Tit. XL. De la doctrina de Mafumet. = Tit. XLI. De la semblansa de la lig de Moyses. = Tit. XLII. De la virginitat de la Verge Maria. = Tit. XLIII. Com Deu se volch encarnar en cors de fembre, qui naturalment ha moltes coses leges. = Tit. XLIV. Del fust de la Sancta vera Creu. = Tit. XLV. Qui tracte del Sanct babtisme. = Tit. XLVI. Que vol dir de la sal que donan al bateiar. = Tit. XLVII. Del drap, de la capida, á (e) del oli sanct de la sancta crisma. = Tit. XLVIII. De les aygues fora lesgleya, que no son sagrades per lo prevere sis pot bateiar en aquelles. = Seguexense (la g parece q) los XII. articles de la fe, ço es, lo Credo in Deum, fet per los dotze Apostols. 

Aquí acaba la disputa de San Pedro Pascual con los Judíos, cuyo argumento declara el mismo en el prólogo, que es parecido al de la Biblia parva, y dice así: "Com yo Religios e Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jaen del regne de Castella, e açi no anomenat, com per mia ventura fos pres en poder del Rey de Granada: E vehent molts dels Xpians esser catius no sabents letres, ne be de la fe dels Xpians, tot die qui un qui laltre se tornaven a la mala secta dels Moros: E vehent yo aço fiantme en la aiuda de Deu, misme a ensercar los libres de la Biblia e de tots los Prophetes qui parlat havien de la Encarnacio, e del Naximent, e de la Adoracio, e de les altres coses de Jhu. Xst, e de la virginitat de la Verga Maria nostra dona; mostrantho yo als Xipians qui aqui eran presos, los cuals per molts Juheus que aqui eran tot dia venian per ells amonestar e inclinar a creura la falsa secta dels Moros: e yo reptant aquells de so que fahian e dehian, so es, los Juheus als Xpians qui daso los crehien, alguns soptils Juheus specialment dos assi anomenats, primerament Moxi Rabbi, e Jacobi Moxi Rabbi, sabent que yo contradehia a la lig dels Juheus, e dels Moros, e aço per mantenir la fe christiana catholica, moguts de gran fellonia e malicia ferent scrits, e aquells tramateren a mi. En los quals scrits havia moltes e diverses demandes, e no res menys a mi, e devant mi volgueren disputar. E yo confiantme en la misericordia de Deu, Pare e Fill e Sanct Sperit, tres persones en un Deu, en mantenir la sancta fe catholica dich a tu Juheu Moxi Rabbi, e Jacobi Mavi (f. Moxi ut supra) que digats tot ço queus vullats contra mi, axi com per los mestres vostres e actors Juheus atrobarets scrit e glosat; demanant lo dit Rabbi Juheu a mi primerament dient axi.” 

Sigue la disputa sobre el título I, proponiendo los Rabinos varias dificultades contra la fe Católica, y soltándolas el autor. Diálogo gracioso y de erudición sólida, y muy digna del Santo. A este tratado siguen la explicación de los diez Mandamientos y del Pater noster, que es obra suya; y a renglón seguido, en el folio 197 del volumen, se halla la letra que trames un Juheu a un altre Juheu, en que aprovave la sancta fé catholica. Esta carta es la mismísima de Rabí Isaac de Sujulmeza a Rabi Samuel, cuya traducción lemosina hallé en el convento de San Miguel de los Reyes, extramuros de Valencia, y de que ya se dijo en la carta XVI (a: En la citada carta, si te acuerdas, dije equivocadamente que la del Judío Isaac era inédita, ignorando que se hubiese publicado seis o siete años antes por el P. Fr. Manuel de Santo Tomás de Aquino (Tragia), Carmelita descalzo, en la obra intitulada Única religión verdadera, impresa en Valencia 1795. Efectivamente, se halla en el tomo 1, página 338, no sólo en lemosín, como está en San Miguel de los Reyes, sino con la versión castellana del P. Fr. Francisco (no Vicente) Vives, bibliotecario de aquella casa. De paso noté en la pág. 337 estas palabras: "al fin de ella (la respuesta de Rabí Isaac a Rabí Samuel) da a entender que no distaba mucho de Marruecos, pues le dice que dentro de treinta días se verán. Por esto, y por hallarse manuscrito en Valenciano, se puede creer que escribió desde Marruecos a Valencia, y que Rabí Isaac era de este reino”. Lo que hay en esto es que Rabí Isaac se hallaba en Sujulmeza, ciudad del mismo reino de Marruecos, distante poco de la capital donde estaba Rabí Samuel; y que, así como este le escribió en arábigo, Isaac le contestó en el mismo idioma, lo cual hiciera, aun cuando fuese Valenciano y hubiera estado en Valencia, donde el idioma lemosín no se introdujo hasta su conquista. (N. E. Craso error para un autor valenciano, siempre que se refiera a la conquista de Jaime I.) Así que por ninguno de los dos capítulos se infiere que el Isaac fuese Valenciano. Cuanto más que el mismo texto lemosín del códice de San Miguel está indicando que es del siglo XIII, casi doscientos años después de los dos Rabinos. 

¿El hallarla ahora aquí, junto con las obras ciertas de San Pedro Pascual, la consonancia del lenguaje, y el versar ella sobre un argumento que con tanto calor trató él mismo en la Disputa que antes decía, no podrá servir de conjetura para hacerle autor de esta versión lemosina? No me atrevo a afirmarlo, mayormente siguiendo a esta carta otros escritos que son de otra mano, es a saber, la versión de algunos sermones de los PP., y dos tratados con estos títulos: Libre del plant del mon, e de les miseries de aquell quels homens sostenen. = Libres de natures de besties, e daucells, e de la lur significacio.

Tampoco es fácil creer que sean del mismo Santo Obispo los tratados que se le atribuyen comúnmente, y se hallan aquí en otro volumen 4.° manuscrito (I. 298), y son los siguientes: Comença la ystoria de Sant Latzer, com visque, ne com fo reconciliat, ne apres la mort, com fon resuscitat, ne com visque, e com mori Bisba de la ciutat de Marsella, e hon mori, o hon iau lo seu cors. = Contemplacio del dimecras sant com Jhu. X'st., e la Verge Maria parlaren molt familiarment ensemps, e de que parlaren. = Aquesta es la Passio del nostro Redemptor Deu Jhu X'st, la qual cascum feel crestiá deu devotament e piadosa contemplar. (Este tratado incluye el de la Santa Corona y el de San Dimas). La historia dels Sants Ignocents, los quals moriren martirs per Jhu X'st, e com ne en quina manera foren conservats fins al dia de vuy, e seran fins a la fi del mon. = Com ni perque dix Sant Johan Baptista lo primer Agnus Dei, e hon lo dix, ne aqui (a qui) ó dix e com nos devem per son dit millorar. = Com Sant Johan ach vist la visio del primer Agnus Dei, e desigava veura lo segon, e com lo ves, e com lo contempla, e com nos devem per son dit millorar sil contemplam. Lo tercer Agnus Dei, e com Mossen Sant Johan veu la tercera part de la sagrada Passio Jhu. X'st. = Al fin de este tratado se hallan estas palabras: Fon spleguat de ascriura per mi Johan Ferrandez, scrivent en Barcelona dimecres a XXV de juny en la dita ciutat de Barchina. anny M.CCCC.XXXVIII. Debo añadir que al principio del volumen hay un tratado lemosín Dichos de doce Santos hermitaños, y al fin: Vida de Sancta Angelina, la qual scrivi lo seu confessor. Entre estos dos tratados se hallan los de San Pedro Pascual, digo los que comúnmente se le atribuyen, de los cuales no te digo más, porque son los mismos que copiamos habrá cinco o seis años de un códice del real monasterio del Escorial.

También he hallado aquí un volumen, de quien daré noticia sólo por ser continuación de una obra de que ya hablé en la carta XXXIII, y es el Compendio historial que de orden del Rey Don Pedro IV de Aragón escribió el maestro Fr. Jaime Domenech, Dominico, Inquisidor de Mallorca y de los condados de Rosellón y Cerdaña. En la citada carta da noticia de los dos libros primeros de esta obra, los cuales existen en la biblioteca de mi convento de Valencia, y llegan hasta el tiempo de la Encarnación del Hijo de Dios. Pues aquí se halla el tercer volumen y libro que continúa la historia desde ese día hasta el año 626 de Cristo. La identidad de la obra y del autor, y el enlace de estas épocas consta del epígrafe y prólogo, que omito por no alargar mucho mi narración; mayormente que estos libros no tienen otro mérito que el de presentar recogidos los hechos más insignes de la historia, sacados de Orosio, Sigeberto, Don Rodrigo y otros escritores, cuyos nombres nota al margen. Hablando de las persecuciones de la iglesia cuenta las actas de los Mártires, según el orden del calendario. El manuscrito es del siglo XV, el códice está señalado L. 326.

Quisiera dar una muy detenida noticia de un libro en 4.° manuscrito del mismo tiempo (G. 627), que contiene casi tantas obritas como hojas y es muy grueso. El compilador, que se llamaba Narciso Guall o Gall, lo intituló Jardinet de orats (Jardinito de locus), aludiendo con esto a las piezas que contiene así en prosa como en verso, por la mayor parte poéticas, y del tiempo de la ciencia gaya. Hay muchas de autores Catalanes, cuya noticia vendría bien, si este principado tuviera su Biblioteca de escritores, como la tienen ya casi todas las provincias de la nación. Efectivamente sería cosa ridícula antes de publicar los principales escritos de los sabios, darles a conocer por lo que sólo fueron ocios o ensayos de sus tareas e ingenio. Así que sólo contaré de este volumen lo que ilustre o añada algo a lo que ya se sabe de otros. Tal es la Vida de Sancta Ana feta per lo magnifich Mossen Johan Roiz de Corella, cavaller de Valencia e studiant en sacra teologia, dirigida a la magnifica Senyora Montpalava de Castellvi. En su breve dedicatoria se dice que esta Señora era casada con Mossen Luis de Castellvi, y esto más se sabe de lo que dijo Ximeno de este escritor. Del mismo siendo ya profesor de teología son Les lamentacions de Mirra, e Narcisso e Tisbe; item la Tragedia de Caldesa y otras cosas mitológicas que se saben de él. = Cobles fetes per Mossen Fenollar e per Mossen Joan Scriva, Valencians, contemplant en Jesus crucificat. = Questio moguda per Mossen Fenollar Prevere a Mossen Joan Vidal Prevere, an Verdanxa, e an Vilaspinosa, notaris de Valencia. La cuestión es sobre cual es la cosa que más fomenta el amor; la vista, el gusto, el oído o la voluntad, aunque mejor lo dirá la primera estancia que copiaré aquí:

Fenollar

“Per be que lo mon en tals fets huy sia

No prou favorable, past es singular

E vist que damor se parla tot dia

De quatre luquets saber yo volria

Qual mes la enten e la fa doblar.

Yo dich que lo veure, que mostra carrera

A tot quant apres li dona combat.

Mossen Vidal veig del Grat fa bandera.

Verdancha l' Entendre diu que la prospera.

E Vilaspinosa deffen voluntat. 

Tales son por la mayor parte las flores de este Jardinito.

Más juiciosa y de mucho mayor aprecio es otra colección (O. 372) de papeles y cartas tocantes a negocios de los siglos XVI y XVII, los cuales acaso merecen la atención del que desee instruirse en algunos negocios políticos de aquel tiempo, y antes que diga de ellos, y porque no se me olvide, sepas que hay en este libro un pergamino manuscrito del siglo XIV que contiene nada menos que lo que voy a decir: Epistola S. Bernardi ad quemdam militem, de cura et modo rei familiaris gubernandae. = Gratioso et felici militi Domino Raimundo Castri S. Ambrosii Bernardus in senium deductus, salutem. Cupis a nobis de cura doceri et modo rei familiaris utilis gubernandae, etc. Está dividida en varios títulos, es a saber: De gubernatione domus. = De sumtibus seu expensis. = De gulosis. = De avaritia. = De superbia. = De foeminis familiaribus suspectis. = De vestibus fiendis. = De amicis. = De consilio amico dando. = De jocunditatibus spernendis. = De familia repellenda, etc., y así otros que ya me canso. De esta misma carta posee una traducción lemosina el muy R. P. M. ex-Provincial de la orden de San Agustín Fr. Juan Izquierdo entre los manuscritos antiguos que conserva, de que hablé otro día. ¡Ahí es una friolera! ¡Una carta de San Bernardo desconocida a los PP. Mabillon y Martene! Grande hallazgo por cierto si no fuera, como es, parto legítimo, no de San Bernardo de Claraval, sino de Bernardo Carnotense (a: Atribuye a San Bernardo esta carta Pedro Díaz de Toledo en el Comentario al proverbio XXXVI del Marqués de Santillana, edición de Anvers de 1552.). Véase el Mansi en la edición de la Biblioteca latina de Fabricio y basta. Vamos a los papeles ciertos y no equívocos de este tomo de Miscelánea que digo, y son: Relación de la venida a Ferrara de la Reina de España Doña Margarita de Austria, con algunos otros políticos. = Copia de la carta que escribió el licenciado Busto de Villegas, Gobernador del Arzobispado de Toledo al Rey Don Felipe II, sobre el breve de las jurisdicciones de las iglesias y ventas de ellas. Tres cartas originales de Fr. Mariano Azaro (o Azazo), Carmelita descalzo, escritas desde Lisboa el año 1584 al duque de Sessa y Somma en Baena. Tratan particularmente de las llagas, raptos, etc., de Sor María de la Visitación y de otros puntos curiosos. Acaso las copiaré. Un papel hay también que tiene este título: El orden que se guarda en esta Academia (de Poesía) de Toledo, siguiendo el que se ha observado en las de Madrid. Al fin dice:

Los Poetas de la Academia de Toledo admitidos en ella siendo Presidente Don Diego López de Ayala, Conde de Fuensalida, por su orden como están en la tabla. = El Conde de Fuensalida. = El Maestro Joseph Valdivielso (como Val de Belsa o Bielsa). = Martín Chacón. = El licenciado Gerónimo Maranyoso. = Martín de la Fuente. = El jurado Andrés de Quirós. = Juan Martínez. = El doctor Gregorio de Angulo Jurado. = El licenciado Juan de Sepúlveda. = Diego Antiveros. = Don Pedro Vaca de Herrera. = Alonso Castellón. = José Noguel (o Nogués). = El doctor Matías de Porras. = El doctor Christóbal Pérez. = Don Juan Gaitán de Menesses. = El licenciado Juan Antonio de Herrera Teminyo. = El doctor Francisco de Pisa. = Miguel Maréjon. = José de Tovar. = Alonso de Contreras. = Gil Pérez Sarmiento. = Agustín Castellanos y el Pintor.

Con esta noticia ¿quién no se acuerda del conato con que nuestros antepasados cultivaron las buenas letras formando academias privadas, y estimulándose mutuamente al estudio de la poesía, oratoria y de los conocimientos que para ellas se requieren? El siglo XVII fue el más fecundo en estas juntas puntualmente cuando más decaídas estaban la poesía y oratoria. Entonces se erigió en esta ciudad la famosa academia dels Desconfiats, a quien sucedió la que hoy se llama de Buenas letras, de cuya forma y tareas diré algún día. Otra había en Gerona, cuya alma fue el célebre García, cura de Vallfogona. En Valencia a fines del siglo XVI estaba en grande auge la academia llamada de los Nocturnos, de quien dio noticia Don Francisco Cerdá y Rico en sus notas al Canto del Turia, pág. 515. Otra había allí mismo hacia los años 1691, cuya constitución 2.a dice así: Las materias que se han de tratar por agora en la Academia serán: 1. Política. 2, Matemáticas. 3, Poesía. 4, Música. 5, Danza. Por esta muestra se ve la utilidad que podían sacar los nobles y todos los individuos de estas academias, que no eran precisamente, como el vulgo piensa, juegos de ingenio los que en ellas se trataban. No sería perdido el trabajo que se pusiera en recoger las memorias de estos pequeños cuerpos literarios, si se lograba con ello dispertar la ociosidad de muchos y el deseo de saber algo, que tan tirado anda. Además ¡cuánto ganaría la historia de la poesía!

Mas ya que no puedo remediar esto, déjame que diga de una obra compuesta por uno, individuo de la más célebre academia de estas que decía, que fue la de Tolosa, erigida en 1323 con el nombre del gay saber o de la ciencia gaya. Don Antonio Bastero, en su Crusca Provenzal, pág. 94, habló de un célebre poeta llamado Arnaldo Vital de Castelnovo D' arri, a quien los VII trobadores de aquella academia adjudicaron en 1324 el premio de la violeta de oro. Yo hallo aquí dos obras de un Juan de Castellnou, escritas en ese mismo año, con la circunstancia de llamarse ya entonces uno de los VII mantenedores de aquella academia; siendo así que, según dice Bastero, no se introdujo este dictado hasta el año 1354. Como quiera que esto sea, allá va la noticia de estas obras, aunque sea breve. La primera es un compendio de los defectos o vicios del lenguaje, así en prosa, como en verso. Veraslo en el epígrafe: 

Aquest es le compendis de la conexença dels vicis ques poden esdevenir en los dictats del gay saber, axi fora sentença, com en sentença. Lo qual compendi ha feyt Mossen Johan de Castellnou, us (un) dels VII mantenedors del Consistori de Tholosa de la gaya sciencia de trobar. 

El lenguaje y el tiempo en que escribía este trobador, lo verás mejor en la segunda obra, que es la siguiente: Començe lo doctrinal de trobar, am la glosa o correccio, o declaracio sua. Este Doctrinal es obra de Ramón de Cornet, a la cual pone sus notas Castellnou glosándola verso por verso. En el prólogo dice así: Ad honor del mout aut, poderos Senhor mon Senhor lenffant en Peyre del mout aut poderos Senhor en Jayme de bona memoria Rey Darago fill, per la gracia de Deu Comte de Ribagorça e Dampuries, yeu Johan de Castellnou vuells far aquesta obra apelhada 

Glosari, sobre aquest Doctrinal, etc. Para muestra de su método pondré la glosa de los primeros versos:

Quare sabers mo permet. Glosa: Veus frevol comenssament qar a lauzor de si, e no de Dieu comensa. 

Yeu Ramons de Cornet

Capelas ordonats 

A Santh Antoninats. 

Glosa: veus aqui replicacio can dits ninats, y e es gran vicis.

Faray un doctrinal

Ab rethorica tal 

Que bo romans demostre.

Glosa: mal dits; car rethorica no esse ha bo romans parlar, mas bel parlar.

Esta glosa parece hecha el mismo año en que se trabajó el Doctrinal, que como se dice al fin, fue en 1324 en el mes de septiembre, y dedicadas ambas al mismo Infante Don Pedro.

Con estas obras hay otras de la misma materia y son: Mirall de Trobar, compuesto por Berenguer de Noya. Es una explicación de figuras poéticas y declaración de la fuerza de cada letra del alfabeto. = Regles de trobar, compuestas por Ramón Vidal de Besalú (a) y explicadas por Jofre Foxa. 

(a). Este se supone el fundador de la academia de Tolosa de 1323 (V. a Don Tomás Sánchez, tom. 1.° de la Colección de Poesías anteriores al siglo XV, pág. 5). 

= Doctrina de Cort. Comienza así:

En lo nom de Dieu ques subirans

Pare, Fill, e Sperit Sans 

E guidans de tots pecadors 

Faut mon accord perls amadors 

...

...

Don ieu Teramayguis de Pisa

Comens en aquesta guisa: 


Comensament de doctrina provincial vera, e de rahonable locucio. 


Tot en aysi con le rubis

Sobre totas peyras es fis

E laurs sobres metails cars, 

Sobre tots razonats parlars

Parladura lemoyzina

Es mays avinens e fina. 


Sigue: 


Flors del gay saber. 


Las flors del gay saber 

Qui las voldrá saber 

No sia de cor sopte 

Qar sol qui trop nos sopte 

El punhemen no dopte 

Gran odor sentra sopte

Quil gitara de dopte.


El autor de este tratado es Guillermo Moliner. Libre de concordances, appellat Diccionari, ordenat per en Jachme March, a instancia del molt alt e poderos Senyor en Pere per la gracia de Deu Rey de Arago, e fou feyt en lany MCCCLXXI (1371). De esta obra ni de su autor no se tenía noticia, hasta que la dio Sánchez (loc. laud., pág. 77) citando un manuscrito de la santa iglesia de Sevilla. Don Francisco Cerdá, en sus notas al Canto del Turia (página 487) publicó algunas octavas, que se hallan aquí también. Y esto basta por ahora hasta que venga ocasión de hablar de ello más extendidamente. Todo es del vol. N. 352. 

En un códice fol. (N. 359) hay una traducción lemosina del Arbre des batailles, (Libre de les batalles más abajo) compuesto en idioma provenzal por Honorato Bonet (a), Prior de Salon, en la Provenza

(a) En una edición de este libro hecha en Lion por Olivier Arnoullet de principios del siglo XVI, que he visto después en Sevilla en la biblioteca Colombina, se llama el autor Honore Bonhor, y se dice que floreció en el reinado de Carlos V, Rey de Francia.

Casimiro Oudin es el que da más extendida noticia de este escritor y su libro (de Script. ecclesiast., tom. III, pág. 1271), donde cita una edición hecha en París en 1493. Yo puedo añadir lo que resulta de esta versión, por la cual consta que fue nacido y educado en la Provenza, que era doctor en decretos, y que floreció a fines del siglo XIV, en los tiempos del Rey de Francia Carlos VI, a quien, siendo aún joven, dedicó la presente obra; así que debió escribirla poco después del 1380, y cuando más enardecido estaba el cisma entre Clemente VII y Urbano VI, de lo cual habla como de cosa presente, según diré después. Llámase aquí Prior de Salon, como también le llaman algunos escritores Franceses citados por Oudin, y así también diría el original por donde se hizo esta versión, que, según muestra el carácter, es muy próxima a aquel tiempo. Oudin corrige Gaillon por Salon. Era esta una Cartuja de la diócesi de Rouan (Rouen). Intitúlase aquí constantemente y repetidas veces Libre de les batalles, y así le llama su autor en el prólogo, no arbre, como dijeron algunos de sus paisanos, engañados con un capricho del autor, el cual, antes del libro, que en nada alude a la metáfora del árbol, quiso pintar uno para manifestar la discordia del actual cisma. Dícelo él así concluido el prólogo: mes puys que aço he feyt, ne cove trobar materia de la qual io fassa mon hobratge. E si mes vengut un aital smaginament que io fassa un arbre de dol en lo comensament de ma obra. Et primerament de sus larbre vos porets veure los regents de la Sancta Sglesia en cruel tribulacio... El artificio del actual árbol se reduce a que en lo más alto de él está figurada una rueda, y sobre ella este lema:

Superiora infimis, infima superioribus

Gaudemus: hoc continuo ludo ludemus

Fortuna. 

A la derecha del círculo hay estas palabras: Clemens. Hic pingat pictor Papam Clementem, et suos Cardinales, et eius debellatores. A la parte izquierda dice: Hic pingat pictor Antipapam et suos Cardinales, et eius bella... (debellatores, de bellum) A una y otra parte del medio del tronco se mandan pintar los Reyes que son de ambos partidos, y más abajo los grandes señores principales, y las naciones. Al rededor hay algunas palabras de la Escritura alusivas a lo indicado. Y este es todo el artificio del árbol; mas en esto poco se ve que el autor escribió viviendo aún los Pontífices sobredichos; porque a haber ellos finado pusiera los nombres de sus sucesores en el cisma. También se ve que seguía el partido de Clemente VII, que era el de Carlos VI, coronado por el mismo Papa. A este árbol sigue el libro, dividido en cuatro partes: 1.a Contiene la aplicación del Apocalipsi, digo, de las visiones de los Ángeles a las calamidades anteriores de la iglesia; entre ellas está el cuento de Johanna Papissa. 2.a Habla del poder de los imperios antiguos, señaladamente del de Roma. 3.a y 4.a De las guerras y su justicia, causas, leyes, derechos de vencedores, prisioneros, escudos y banderas militares, con buenos documentos para los Reyes. Algunos creen que esta obra sea la que se atribuye al mismo, intitulada Somnium viridarii. Mas en este códice falta la hoja primera de la primera parte, que es donde debía constar en todo caso la ficción del sueño. Por lo demás la obra nada presenta con este aspecto. Y por no cansarte más copiaré algo de su prólogo, con que te certificarás de gran parte de lo dicho. “A la sancta corona de Fransa la qual al iorn de vuy per la hordonansa de Deu regna Carles lo VI en aquel nom fort ben amat (así es conocido con el nombre de el Amado) e per tot lo mon redobtat, so es duna gloria e lausor sobre totes senyories terrenals molt gran Princep yo mapel per mon dret nom honorat Bonet, Prior de Salon en Provincia, doctor en decrets. Soven e moltes hores he agut en volentat de fer algun libre ...”  Y alegando las razones que le obligaron a ello dice: "Primerament com lestat de sancta mare Esgleya es en semblant tribulacio, que si nostre Senyor noy pren algun remedi e Vostra Senyoria, la qual es acostumada de metre a fi, he acabar les cruels aventures de la fé cristiana, io non veyg via ni cami, que sia bona, ni breu acordarse. La segona raho, car io veyg tota sancta crestiandat axi gremada de guerres e de enveges, de rancos e de discordies, que a grans penes pot hom nombrar una petita terra, si es de Compte, de Duch, ho Baronia, que ben sien en pau.

La terça raho es car la terra de Provincia, don io son nat e nodrit, es de present tal tornada ... Perque aquestes rahons man forsat de fer alguna cosa novella per tal que vostra Joventut sia enformada de molts enteniments de la Sancta Scriptura ...”

Hasta aquí lo que me propuse copiar del prólogo. Al fin del libro ofrece escribir sobre les continenses que totes persones sien eclesiastichas o seglars, homens o fembres deven aver. Lo cual no sé si se cumplió. Me he extendido algo en este artículo por amor de los extranjeros, a quienes no les es tan fácil ver esta versión y lo que de ella resulta. El idioma lemosín, que en el siglo XIII había sido el de las cortes de Aragón, Sicilia y Provenza, conservaba todavía en los siglos XIV y XV toda su grandeza, y era lo que ahora el francés en cuanto al número de traducciones. Apenas había obra filosófica, política e historial que no sonase en lemosín. La pequeña corona de Aragón cultivaba entonces a maravilla las ciencias, singularmente las de gusto. Son innumerables los códices que a cada paso se hallan ignorados, y sus autores también. Cuando el principado de Cataluña presente la Biblioteca de sus escritores, y la añada a las que ya han publicado los reinos de Aragón y Valencia, entonces conocerá la Europa que en la corona de Aragón era la literatura la causa de los progresos en la marina, milicia, comercio, artes e industria. A cada paso lamento la falta de esta obra, que me obliga a dejar en el silencio muchas obritas, cuya noticia vendría bien, si fueran ya conocidos sus autores. Esto he dicho porque nadie tilde mi silencio respecto de algunos códices Catalanes de poca consideración. Vamos adelante con los que merezcan ser apuntados, que todavía quedan algunos en esta biblioteca.

De Francisco Alegre, que hizo una elocuente versión en lemosín de los libros de los Metamorfosis de Ovidio, impresa en Barcelona en 1498, queda aquí otra obrita inédita (F. 274), y es la traducción de la primera 

guerra púnica, compuesta en latín por Leonardo Aretino. Dice así en la dedicatoria: Al magnifich cavaller, e maior germa Mossen Anthoni de Vilatorta prefacio de Francesch Alegra en lo trasladar de la primera guerra punica. Al fin dice: Fi de la primera guerra punica acabada de traduir en vulgar catalá, aiudant aquell interminat començ e fi qui nostres fets be començats endressa a X V. de juny del any M. CCCC. setanta dos (1472). Otros ocios mitológicos del mismo autor se hallan en el ya dicho Jardinet de Orats.

De otro escritor que hasta ahora no conozco, y es de mi orden, y de algún mérito, quiero dar noticia, por si otro más feliz que yo alcanza a saber quién es. Su obra es un tomo fol. manuscrito vit. del siglo XIV (B. 320), y tiene este epígrafe: Exposicio de tots los libres de Seneca feyta per frare Luchas, Bisbe Auximen. del ordre dels Preycados, al Senyor Papa Clement VI. Este Papa murió en 1352. El obispado Auximen. será acaso de la iglesia de este nombre en la Marca de Ancona; mas en parte alguna he hallado quién sea este Lucas, que era Catalán y muy docto, como lo muestra este libro. En la inicial de la dedicatoria están entretejidas estas palabras: Jaume buesa ma escrit.

No menos sería digno de saberse el autor de otro tomazo en lemosín (B. 243), que tiene este título: Aquest libre es apellat Suma de collacions u de aiustaments. Es una instrucción de todos los estados y condiciones de la vida humana; pero tan completa, limada y elocuente, que podía ser de gran provecho traducida al idioma común de la nación. La obra se divide en siete partes, y cada una de ellas en muchos capítulos.

También es anónima otra obra, con este título: Tractatus de vita et moribus philosophorum, et de quibusdam dictis eorum. En el prólogo se dice dedicada a Don Pedro, Obispo de Calahorra y de la Calzada, asistente del Papa Sixto IV. Al fin hay: Additio in vitas Ipocratis et Terentii. El epígrafe final descubre algo más lo que ello es.

Dice así: Explicit de vita et moribus philosophorum, poetarum, oratorum ac grammaticorum in civitate Calciatensi tertio kal. aprilis 1482.

En la letra N. 311 se ve un vol. 4.°, que contiene el Tractat dirigit al molt alt Senyor lo Senyor Don Alfonso, Duch de Gandia, reduit de latí en vulgar sobre lo rahonament fet entre Scipio Africa e Anibal, e la batalla entre ells seguida: obra inédita de Fr. Antonio Canals, de mi orden. Contiene en once capítulos lo que sobre esto escribió Francisco Petrarca.

Sigue a esto un escrito anónimo: Tractat de una disputa e demandes fetas per un Prior dels frares de la orde dels Prehicadors del covent de Bolunya ab la anima ho spirit de Guido de Corvo, ciutada de Bolunya a XVI de setembra del any MCCCXXXIIII. Tras esto sigue: Epistola Fr. Bernardi de Riparia ad Guidonem Episcopum Maioricarum de visione et locutione quam habuit Fr. Johannes Gobi, Prior conventus Alestensis, quod idem dicit ac Bononiensis cum Guillermo de Corvo defuncto.

Merecen lugar aquí la vida de Carlos V, escrita por Pedro Mejía, en cinco libros incompletos, de cuya obra inédita cita algunos manuscritos Nicolás Antonio: esta está señalada N. 345. Desconocido es otro manuscrito (N. 343), que trata de los Linajes de toda España, por orden alfabético. Lo compuso el licenciado Don Alonso Coronado, de quien sé que lo escribía a fines del siglo XVI, que es donde concluye la genealogía de las familias, con la expresión de hoy posee este mayorazgo, reside en Madrid, y otras a este tenor; y la descendencia de los Condes de Barcelona la continúa hasta Felipe II y el año 1582. A este tenor podía decir de otros códices, pero sería molesto a mí más que a ti, y de poca utilidad para los dos.

De los privilegios antiguos y costumbres de Cataluña en los siglos XIII y siguientes, hay en esta biblioteca un repertorio, o sea extracto formado en el año 1476 por Francisco Martí y Bernardo Soler, siendo conselleres Galceran Carbó, Berenguer de Junyent, Gerónimo Rayola, Bernardo Marquíllez (Marquilles) y Salvador Spano. Es un vol. fol. vit. (M. 556). escrito con lujo y grande exactitud. Contiene, como digo, el extracto de todos los privilegios, diplomas y cartas de Reyes, que se hallan en cuatro libros del archivo de la ciudad, a los cuales llama primero y segundo verdes, primero y segundo colorados. Los que no puedan disfrutar los originales, tienen en este prontuario las noticias que puedan apetecer para la historia del comercio y artes de Barcelona, y aun muchas eclesiásticas de que acaso haré uso algún día: aunque ya poco hay que añadir a lo que publicó Don Antonio Capmany en sus Memorias. Otro vol. hay en fol. que sirve al mismo objeto, y contiene las cortes celebradas en Cataluña desde el año 1449 hasta el 1452. Propiamente son las actas y proceso de las cortes, de donde el político puede aprovechar conforme sus ideas. Yo he copiado algunas cartas y cosillas, así tal cual, que a su tiempo verás.

Todo entero debe ser copiado y publicado un códice (N. 347) que lo está ya en latín, y por mano extranjera, que tanto ha sido menester para que disfrutase el mundo de cosa tan preciosa. Hablo del libro de los oficios de la Casa real de Aragón, ordenados por el Rey Don Pedro IV, a 18 de octubre de 1344, el cual publicaron los editores de las Actas de los Santos, y después segunda vez en el tomo I del Thesaurus ecclesiasticae antiquit. donde recogieron todos los documentos y cosas más particulares de aquella vasta obra. Aquellos editores dicen que lo copiaron de un códice de Antuerpia, cuya historia refieren ellos mismos. Lo que yo sé decir es que he careado con esta edición el ejemplar que aquí hay en lemosín, y sé que aunque faltan al nuestro todos los dibujos que adornan al de Antuerpia, es mucho más exacto y expresivo que la traducción, y en algunos lugares más completo. El título dice así: 

Libre de tots los officis de Casa del Senyor Rey, del que quiscu ha de fer segons son offici. Al fin hay estos versos:

Qui scripsit scribat, semper cum Domino vivat.

Johannes Roig vocatur qui scripsit benedicatur. Amen.

Die XX. mensis octobris ann. M.CCCCLXVII. (1467) 

Sirva esta noticia por si no pudiere ver otros ejemplares, que según me dicen hay en el archivo real, y algunos de ellos con figuras y representaciones de los oficios. Lo que digo que debía hacerse con este códice, he hecho yo, y con no poco trabajo, con otro documento histórico tan largo y embrollado como útil. Es el caso que en un vol. fol. men. (L. 335) manuscrito en vit. se halla lo siguiente: Varios sermones de Conceptione, ortu et Assumptione Beatae Mariae Virginis, de Inventione Sanctae Crucis etc. Item constitutiones D. Joannis Sabinen. Episcopi in Illerda. = Synodus Barcinone habita a D. Petro de Albalat 1241. No es provincial, como creerá alguno, sino diocesano, vacando esta iglesia. Synodus D. Fr. Petri de Centelles, Episcopi Barcin. 1243: fragmentos del de 1244 y algunas otras cosillas que no pierdo de vista, y que se llevarían toda la atención, si no se hallaran entre ellas 28 hojas que contienen un Cronicón entero desde la era I de España hasta la 1340. Obsérvase en él alguna variedad de caracteres y tintas, lo cual prueba que es obra de diversas manos, y esto lejos de desautorizar el escrito, le da más autoridad. ¡Ojalá en esta clase de obras se observara siempre esa diferencia; por donde pudiera inferirse que escribían las noticias testigos oculares o coetáneos! Sin embargo, en la que digo no se advierte que haya trabajado ninguna mano anterior al siglo XII, y aun a duras penas se podrá decir que sea de ese tiempo el que formó el plan de toda ella, escribiendo en los cuadritos que resultan de varias lineas horizontales y verticales, todos los cómputos, eras, años de Cristo, indicciones, epactas, áureo número, ciclos y días de la Pascua. Y aunque son muchos los que en él trabajaron, sobresale la mano de algún monje Benedictino de Santa María de Ripoll, que tuvo cuidado de notar los óbitos de sus Abades y aun de algunos monjes, y las varias dedicaciones de su iglesia, y aun al año 935, dice así: In isto anno fuit secunda dedicatio huius coenobii Rivippulli. Así que sin impropiedad he creído deberle llamar Cronicón de Ripoll, y aunque sean conocidos otros con el mismo nombre, este es mucho más completo, no sólo en el número de artículos en que no hay comparación, sino también en la extensión con que escribe los ya publicados en otros. Particularmente se ve esto, si se compara con un Cronicón que hay en el día en dicho monasterio, del cual tengo copia exactísima, o más bien un dibujo, y sólo comprende desde el año de Cristo 27 hasta el 1191, con poquísimas y escasas noticias. No carece el nuestro de inexactitudes, singularmente en la cronología de los Papas de los primeros siglos, y aun en la de los Emperadores; pero es tan exacto como abundante desde el siglo X. Por esta razón, he querido copiarle todo, como está, para nuestra colección, no siendo difícil a los doctos corregir las erratas, y más con la ventaja de disfrutar entero este documento, que es el más completo de los Ripollenses. Con él y el que ahora dije de aquel monasterio, y los dos que copié en Tortosa, y el que he copiado aquí en mi convento de Santa Catarina, tenemos cinco Cronicones que regalar al público, y endulzar un tanto nuestras tareas. Descansemos hoy de ellas, que harto queda para otros correos.

A Dios. Barcelona. 


https://es.wikipedia.org/wiki/Convento_del_Carmen_(Barcelona)

dijous, 9 de febrer del 2023

CARTA CXXIV. Biblioteca de la catedral de Barcelona.

CARTA CXXIV. 

Biblioteca de la catedral de Barcelona. Ley del Rey Don Jaime I mandando que en los pleitos no se admitan abogados, sino que cada parte abogue por sí; y que contra la antigua costumbre de escribir en latín todos los instrumentos legales y forenses se escriban estos en lemosín. Dos códices fol., en pergamino, que contienen el uno algunas Homilías y un Sermón de San Gregorio Magno con el sínodo Romano que celebró dicho Santo, y el otro los Morales o Comentarios sobre Job y varias cosas curiosas. Otro códice con otras obras del mismo Santo doctor. Homilías del venerable Beda sobre el Evangelio de San Marcos. Otros códices no menos apreciables. Archivo de esta iglesia.

Mi querido hermano: Ya es razón que digamos de la biblioteca de esta Santa iglesia catedral, que a buena cuenta por aquí debí comenzar la relación de mi viaje a esta capital. Fui admitido en ella día 8 de enero del presente año 1805 por el Cabildo de esta santa iglesia con tanta voluntad como la que yo tenía de registrar las riquezas literarias que le honran. Para esto presenté un memorial en catalán, condición precisa para ser admitido, y reliquia de los usos patrios de esta corona. Era aquí, como en casi toda la Europa, costumbre general en la edad media escribir en latín todos los instrumentos legales y forenses. La primera ley que cortó esta costumbre es de Don Jaime I y del año 1264, la cual he hallado en el archivo real de esta ciudad, y aunque cortada en muchas partes de la polilla, la he copiado por ser tan curiosa (a: Ap. núm. II.). 

Renueva primeramente este decreto la ley que había expedido el mismo Rey Don Jaime mandando que en los pleitos no se admitiesen abogados, sino que cada parte abogase por su causa, menos en caso de ser muy ignorante. Así lo había prescrito también al Justicia de Teruel con fecha de 6 de enero de 1258. En segundo lugar prohíbe que se presenten memoriales o querellas escritas ni en latín ni en romance, prescribiendo que las peticiones y defensas propuestas sencillamente y de palabra se escriban por orden del juez en el libro de la curia, y esto precisamente en romance, en cuyo idioma se escriban siempre así las actas como las sentencias. Aun antes de esto desde el 1250 he visto tal cual escritura, singularmente de venta, escrita ya en lemosín, que era el romance que decía Don Jaime o lingua laica, como la llamaban los notarios que autorizaban en lengua latina los traslados de los documentos lemosines. El fin que en ello tuvo este Rey tan sabio como guerrero es fácil de conocer, que pues el lemosín era el lenguaje de la corte y de la educación, era más fácil explicarse en él, y no exponer asuntos tal vez delicados a los barbarismos y necedades gramaticales con que los notarios y otros poco instruidos en el latín pudieran afear y aun equivocar negocios graves y de consecuencia. Otro objeto pudo tener en ello, que fue pulir por este camino el idioma patrio, que en el siglo siguiente llegó a su mayor perfección. Así supo anticiparse el Rey de Aragón y aun dar ejemplo a Don Alonso X de Castilla, que mandó lo mismo después en sus reinos, y con mucha mayor necesidad por la incultura de su lengua, que comenzaba a nacer de entre las ruinas del Lacio. Ejemplo que siguieron las demás naciones. Duró aquí con más o menos puntualidad la observancia de esta ley renovada por nuevos decretos de los Reyes posteriores hasta el año 1714, en que se mandó usar del castellano. Esta es la época de la decadencia del lenguaje patrio, que tanto deleita todavía con su armonía y concisión, en que hablaron tantos historiadores y filósofos, y a quien la Francia e Italia deben la restauración de la poesía. Vendrá un tiempo en que sean muy raros los que entiendan los libros lemosines, aun los impresos; ¿qué será de los mss. ya por sus nexos harto difíciles? ¿Y qué de los documentos que tanto interesan a la nación y a las familias?
Sed nunc non est his locus.

Los comisionados por el cabildo fueron sus individuos los señores Don Francisco Antonio de Orteu, decano, Don Mariano Quintana y Don Ramón Ignacio de Sans y de Rius, doctoral; los cuales me trataron con la franqueza que exigía mi encargo, poniéndome desde luego en estado y comodidad suficiente para examinar la biblioteca de la iglesia, que es la mayor parte de mss., y tal que mereció que el sabio P. Don Jaime Caresmar, Premonstratense, dedicase algunos meses para examinarla y formar su índice. Allí mismo se conserva el primer borrador de su trabajo, que fue un inventario de los códices y de todos los tratados que contienen, conforme le venían a mano. De este formó después un índice alfabético con remisivas a los números que él puso a los códices; hay de él varias copias, y es de creer que, como sucede en esto, se hayan alterado algunos números. Así en el número 110 ponen las copias de varios sínodos Barcinonenses y Tarraconenses, y no hay tal cosa en ese número, y lo que es más ni en otro alguno de los de la biblioteca: cosa que no sé a qué atribuir. También omitió aquel padre la nota de un libro precioso, sino que según me han dicho no sé qué circunstancias le obligaron a interrumpir su trabajo. Es un códice en folio de más de 300 hojas de pergamino fuerte, que contiene algunas Homilías de San Gregorio Magno sobre los Evangelios, su Sermón de mortalitate y el sínodo Romano que celebró en el año 595. Antes de decir de esto en particular, será bien examinar la antigüedad de este ms. Yo le tengo por del siglo X. Persuádelo bastante su carácter, que todo es mayúsculo, de la manera que indica la muestra adjunta en el número 1.°: la del 2.° es de algunas palabras que se hallan escritas en el margen, que bien muestran aquella antigüedad y por consiguiente suponen la del códice. Advierto que todas son tomadas del natural. Ahora bien, es sentado y corriente entre los que tratan de paleografía, que el uso de escribirse los libros con solas mayúsculas cesó hacia el siglo VII o siguiente. Y aunque los Romanos conocieron el uso del cursivo y minúsculo, pero las obras maestras y de grande estimación se escribieron del otro modo para mayor claridad, hasta que se vio que con menos coste y volumen podía satisfacerse a la dignidad de las obras y a la curiosidad de los lectores. Yo no creo que este libro se escribiera para servirse de él en los divinos oficios, porque sobre no ser del caso el sermón y concilio últimos, hace muy difícil su lectura la ninguna separación de palabras y aun el mismo uso de las mayúsculas, que no deja lugar para fijarse la vista que corre sobre una plana con rapidez. Sin embargo, es de observar que en los Breviarios impresos de esta iglesia las Homilías del Santo doctor se tomaron de este códice, copiando los epígrafes y hasta el título de la basílica donde las dijo. Hasta las cubiertas de este códice merecen ser examinadas. Se conserva la de una parte solamente, porque a la verdad está maltratado, y a fe que merece encuadernación muy rica y colocación muy distinguida. Pues digo que la cubierta que permanece es una especie de tejido de palma, cubierto con piel, y por refuerzo interior se halla un pergamino antiguo de escritura del siglo X o siguiente, y es un fragmento de un diccionario de sinónomos (sinónimos). Es también de notar que esta es ya segunda encuadernación, como se echa de ver en el lomo. Pues si tan estimable es la parte material del libro, lo es mucho más su contenido. Ya dije que contiene principalmente las Homilías de San Gregorio Magno. Son en todo XX, puntualmente las mismas que publicaron los PP. Maurinos en el segundo libro de las Homilías del Santo doctor y con el mismo orden. Dícelo claramente el epígrafe final: Favente Dno. Jhu. Xpo. expliciunt Homilias XX. in secunda parte super Evangelium expositio Beati Gregorii Papae urbis Romae feliciter utere felix. Amen. Se expresa al principio de cada una las iglesias donde se dijeron, y entre ellas hay cuatro in basilica S. Johannis quae appellatur Constantiniana. Esto más hay que añadir a lo que dijeron aquellos padres en la prefacion a las Homilías del Santo doctor, probando que la basílica Constantiniana estuvo dedicada a San Juan y no a San Salvador. En muchas se halla también notado el día en que se dijeron y concuerdan con los impresos. Observo que hay variantes así en el texto de las Homilías como en el de los Evangelios, que se ponen también a la larga. Pero no he tenido comodidad para hacer el cotejo que quisiera.

No puedo pasar en silencio una pequeña observación, y es que en la homilía núm. 14 después del título, que es de bermellón como todos los demás, y acaba: habita ad populum in basilica SS. Johannis et Pauli, en medio de la línea siguiente se halla de letras grandes y también de bermellón esta sola palabra: VIVAS. La inconexión de ella con lo antecedente y consiguiente hace sospechar que quisiesen expresar el nombre del Obispo, que así se llamó a fines del siglo X, en cuyo tiempo pudo ser que se escribiese el libro. También he hallado una conformidad total entre su escritura y la de la primera linea de un documento del año 957 y es la restauración de la canónica de Vique por su Obispo Wadamiro, de la cual se dijo a su tiempo (a: Vid. tom. VI, pág. 33.).

A las homilías sigue el Sermón conocido del Santo de mortalitate, con este título: Incipit sermo de mortalitate ad populum in basilica S. Johannis, quae appellatur Constantiniana. Está como en los impresos, sino que remata en la indicción de las letanías sin expresar las iglesias de donde debían salir. Por último, se halla el concilio que dije con este epígrafe: Incipit decretum ad clerum in basilica Beati Petri Apostuli. Lo he querido copiar a la letra por ser breve y haber observado que con su lectura se puede enmendar el texto que publicó Labbé, singularmente en las suscripciones de Obispos y presbíteros, las cuales pone todas este códice con alguna diversidad en los nombres y sillas episcopales y títulos de los presbíteros, y además añade tres que Labbé no puso y son: Vir bonus, Episcopus Tuscanensis. = Deus dedit, presbiter tit. S. Praxedis. = Crescens, presbiter tit. S. Laurentii (a: Ap. núm. III.). Esto poco he podido hacer en obsequio de la mayor pureza de los escritos del Santo doctor, a quien tanto debemos los Españoles. Y por esta muestra se verá que por no haberse contado hasta ahora con los códices de nuestra nación para las ediciones de los SS. Padres, falta todavía mucho que hacer para la perfección de sus obras. La antigüedad de este códice Barcinonense, a la cual no llega ninguno de los que vieron los Maurinos para la publicación de las Homilías de San Gregorio, le hace digno de ser conservado con esmero para lo que con el tiempo se medite sobre esta materia. Del mismo Santo doctor hay otro códice señalado con el número 102, y contiene los Morales o Comentarios sobre Job. Es un vol. fol. max. en pergamino de más de 400 hojas, escrito a principios del siglo XI y de un carácter casi igual al que diré de la Biblia del monasterio de Poblet. Por desgracia están cortadas en muchos lugares con la golosina de las miniaturas, de que apenas queda uno u otro vestigio. Es más sensible esta falta en el remate del libro por donde acaso pudiera rastrearse el tiempo en que se escribió. Comienza por el texto entero de Job, al cual sigue el remate de la carta del Obispo Tajón a Quirico, Obispo de Barcelona, que publicó Baluzio en sus Misceláneas: a esto la relación del hallazgo de los Morales de San Gregorio por Tajón en Roma, conforme se halla en Aguirre, con diferencias levísimas que no merecen el trabajo de copiarse de nuevo. Tras esto una breve noticia de San Gregorio y de sus obras, donde leo estas palabras: Fertur tamen isdem excellentissimus vir et alios libros morales scripsisse, totumque textum quatuor Evangeliorum sermocinando in populis exposuisse. Incognitum scilicet nobis opus. Felix tamen et nimium felix qui omnium studiorum eius monumenta potuit cognoscere. No hay que hacer hincapié en los otros libros morales que expresa el mismo que copia los Morales sobre Job; más notable es que ignorase las homilías sobre los Evangelios. De lo cual se infiere o que no poseía todavía esta iglesia el códice que antes dije a principios del siglo XI, que es cuando se escribió este de que hablamos, o que este último, que es sin disputa Español, se trabajó en otra ciudad muy distante de Barcelona. Aunque también pudo ser que se copiaran aquellas palabras de otro códice, y sean de algún escritor antiguo que ignorase esa obra. Tú lo verás.

Sigue luego un breve Comentario de Job, cuyo autor no es fácil averiguar, y tras él los Comentarios de San Gregorio con su prefacion, en los cuales, aunque bien conocerás que me era imposible hacer ningún cotejo, sia embargo, la antigüedad del códice da margen a conjeturar que habrá muchas variantes y acaso algo más. Al fin se halla un catálogo de los canónigos de esta iglesia que debía haber en el siglo XII, de cuyo tiempo es indubitablemente la letra. Lo copiaré aquí porque es cosa curiosa. Están a dos columnas:

Col. I... ps. aut suus stator: Archidiachonus: Poncius, sacrista: Dalmatii Geriberti: Dalmatii Remundi: Guilaberti Seniofredi: Olivae Remundi: Guitardi Boetii: Remundi Seniofredi: Mironi Goltredi: Remundi Dalmatii: Riculphi: Ermengaudi Bernardi: Guillermi Donutii: Guillermi Suniarii: Bernardi Guifredi: Mironi Balluvini: Bernardi Ermengaudi: Guilaberti Remundi: Remundi Sendredi. 

Col. II. Capitis scolae: Guillermi Remundi: Guillermi Sendredi: Stephanus Adalberti: Remundi Guitardi: Bonifilius Petri: Mironi Petri: Poncii Guillermi: Compagni Tudiscli: Mironi Guillermi: Vivas Cuadalli: Guillermi Giscafredi: Guillermi Bernardi: Petri Arnalli: PREPOSITVS: quatuor Ebdomadarii: Berengarii Remundi: alii Berengarii Remundi: Ugoni Guillermi. Algunos de estos nombres y apellidos parecen del siglo XI y anteriores también; v. g. el Tudisclo, Sendredo y Vivas Guadalli. Mas esto no quita que los hubiese en el XII, en cuyo tiempo se escribió este catálogo, en que es muy regular se escribiesen los presentes y no los pasados. El que pueda descubrir la época de alguno de ellos podrá conjeturar sobre los demás.

Todavía queda que decir de San Gregorio Magno. El códice núm. 64, escrito, según conjeturo, a fines del siglo XI, después de varias obras de PP. y de la Exposición de Ezequiel del mismo Santo doctor, concluye con dos Comentarios in Cantica, atribuidos al mismo en el catálogo que hizo al fin un canónigo de esta iglesia llamado P. Arbert, que floreció hacia la mitad del siglo XIII y asistió como procurador de su Capítulo al VIII concilio Tarraconense de Don Pedro de Albalat en 1248. El primero se atribuye equivocadamente a San Gregorio, pues es entero el de San Isidoro que hallarás entre sus obras, edición de Madrid de 1778. Comienza con los mismos hexámetros: Hunc cecinit Salomon mira dulcedine librum, etc. Principio: Tangat me dulcedine praesentiae suae. Fin: saltem crebra visitatione me consolari memento. El segundo Comentario no desdice del carácter de San Gregorio Magno y hasta el título parece atribuírsele. Dice: Incipit Epitolamium Gregorii y no más, comenzando seguidamente la obra así: “Osculetur me osculo oris sui, quoniam bona ubera tua super vinum. Audistis Epitolamium carmen, dilectissime frater, quod Spiritus Sanctus per Salomonem ex voce sponsi et sponsae, id est, Christi et Ecclesiae pro coelestium allegorica decantatione praedixit; quando Christus sponsus et anima sponsa obpignoraverunt sibi invicem castam coniugii voluntatem, et facti sunt duo in carne una, id est, Deus et homo. Sponsum autem Christum et sponsam Ecclesiam probat Johannes Baptista dicens de Christo: Qui habet sponsam, sponsus est. Amicus autem sponsi stat et audit eum, et gaudio gaudet propter vocem sponsi. Et alius Propheta: Disponsabo te mihi in spe. Et iterum: Disponsabo te mihi in fide et caritate. Denique, ut sciatis hoc carmen pro Christo et ecclesia esse praedictum, praetitulatio ipsa manifestat, sic enim pronuntiatur: Cantica canticorum, eo quod super omnia cantica quae aut Moyses aut Maria in Exodo, aut Esaias, aut Abacuc et ceteri cecinerunt, haec meliora sunt cantica; quia illi aut pro liberatione populi aut pro conversatione hominum, aut pro admiratione divinorum operum accensi animo ac mente Deo laudes dixerunt. Hic autem Christi et Ecclesiae vox psallentis auditur.”

Basta esto para muestra. Qué dieras tú porque esta obra fuese de San Gregorio? Y qué hallazgo más precioso que este, si tal sucediere? Cabalmente convienen todos los historiadores en que San Gregorio escribió sobre los Cantares; pero mientras Mabillon, Ceillier y otros atribuyen al Santo doctor la exposición que se halla en la edición de los Maurinos, Casimiro Oudin y otros muchos niegan con no poco fundamento que sea obra del Santo, y la atribuyen a un Abad Roberto, que floreció en el siglo XI en los tiempos de San Gregorio VII (a). 

De todos modos convienen en que en el estado en que se halla aquel escrito no se le debe atribuir. Conque están todavía por descubrir los genuinos Comentarios de San Gregorio Magno sobre los Cantares. 

Y como podía suceder que fuesen estos que aquí se hallan, he querido copiarlos, pues sólo constan de cinco libros breves.

Del venerable Beda están las homilías sobre el Evangelio de San Marcos (núm. 28). Es códice extranjero y del siglo XII. En las cubiertas se lee copia de una cesión hecha a favor del Arcipreste Alifano, et ecclesiae Sanctae Mariae in Calabio, por Bartolomé, Abad de un monasterio, infra fines Telesiae civitatis, año 1184, anno XVIII. Domini nostri secundi Regis Wilielmi.

(a) V. Oudin, De Scrip. eccl. (tom. I, pág. 1543, y II página 777), donde copia esta obra de Roberto, y por su cotejo con la de los Maurinos se ve que son una misma cosa, a excepción del principio hasta la mitad del primer capítulo, que es del todo diferente. 

Estos son los mejores códices que aquí hay de las obras de los Santos Padres. Apreciables son los escritos en los siglos XIV y XV; pero son comunes y se hallan por ahí a cada paso. Sólo quiero advertir brevemente que en el vol. 69, que contiene los III. libros Sententiarum de San Isidoro Hispalense, en el capítulo VIII del libro I, que se intitula: De mundo, donde los impresos concluyen: Ut semper ea cogites inmensa, continúa así este ms.: Fecit ergo Deus omnia valde bona. Nichil ergo naturâ malum est: quando et ipsa quae in creaturis essent poenalia, si bene utantur, ea bona et prospera sunt; si male utantur, noceant. Ita ergo, etc., y así va prosiguiendo. Porque veas cuánto pueden servir estos ejemplares ms., aun siendo tan recientes como del siglo XV, como lo es este volumen 4.° vit. Vamos a otra cosa.

El códice núm. 2 contiene varios opúsculos sobre las cuestiones que se ventilaron con tanto calor en el siglo XV de potestate Papae, Ecclesiae, et Principum saecularium, de los cuales da razón el índice que ya dije, formado por el P. Caresmar. Entre ellos hay una Disertación inédita y desconocida del canónigo de esta iglesia Juan Palomar, que hizo un papel muy distinguido en el concilio de Basilea, donde dijo la oración que publicó Labbé en el tomo XVII de la Colección de concilios, y fue uno de sus Legados a Bohemia: cosas que podrás ver en el Nicolás Antonio, Bibl. vet., con las notas de Bayer (a). Disuelto por segunda vez el concilio se ausentó de él Palomar, y estuvo por Eugenio IV, a lo que yo creo, aun cuando el Rey Don Alfonso V de Aragón mandó que sus vasallos permaneciesen en Basilea. Así puede inferirse de el papel que digo, que tiene este título: Incipit quaestio D. Johannis Palomar, utriusque juris doctoris: cui parendum est, an SS. D. N. Papae Eugenio IIII. an concilio Basiliensi, tamquam superiori. Principio: Non fuit moris mei, etiam cum adhuc juvenis essem, allegationis cumulos facere, etc. El motivo de haberle copiado no es precisamente por enriquecer el orbe literario con esta obra más, sino porque al paso que justifica la conducta de Eugenio IV, cuenta algunas cosas secretas que pasaron en aquellas reyertas. Parece que lo escribió después de haber regresado a Barcelona hacia el año 1444 (b), porque al fin dice: Dedi autem maxime operam ad facti narrationem, quae in hiis partibus ut plurimum ignoratur... Recitavi etiam ex certa scedula per me olim scripta. En fin allá va copia de todo por si te parece digno de nuestra colección. Advierto que el ms. llama claramente al autor Palomar, no Polmar ni Polemar, como Labbé, loc. laud. col. 779 y 1207.

(a) Bayer sospecha que Juan Palomar fue Valenciano y no Catalán. Yo puedo añadir que uno de los primeros canónigos que lo fueron de la colegiata de Játiva en el año de su erección 1414 se llamaba Juan Palomar.

(b) En el volumen I de las Actas capitulares de Gerona se halla en 1442 la provisión de un canonicato, vacante por muerte de su obtentor Juan Palomar. No me consta si es del que hablamos; y tampoco es inverosímil que obtuviese a un tiempo dos canonicatos, cosa tan frecuente en aquel siglo. 

Sobre la misma materia he copiado otros dos escritos inéditos. El primero tiene este título: Responsio facta per Serenissimum Dominum Alfonsum, Regem Arragonum et Ciciliae, Domino Eugenio Papae quarto, conquaerenti quare suos Praelatos et subditos Romanam curiam sequentes, de curia recedere, et ad concilium Basiliense iubebat accedere. Sus razones todas están cargadas de textos del Derecho, que hace su lectura pesada; pero ello es lo que es. Débese referir al año 1438 poco más o menos. Está en el códice 26. La otra es del códice 1, y es la oración que en el concilio Bituricense, congregado para deliberar el partido que el Rey de Francia podía tomar en los negocios del concilio Basileense en 1438, dijo el Legado del concilio Tomás de Corcelles. El aprecio que hicieron de él los Basileenses puedes verlo en Labbé (tomo XVIII., columna 1385 y 1418). Ignoro de qué nación sea; el apellido no desdice de este país. Al fin, si es extranjero, poco se perdió en el poco tiempo que costó copiar esta obrita.

Hay otros muchos volúmenes y tratados pertenecientes a esta materia del concilio Basileense. Están copiadas también todas sus actas en el códice 4, formadas por cuatro notarios, desde 7 de septiembre de 1431 hasta 1 de julio de 1441; al fin dice: Vilasalo me scripsit: y varios tratados y oraciones en los códices 1, 2, 4, 16, 26, 101 y otros en que no habré reparado.

Muy conocido es el Obispo de Gerona Don Juan Moles Margarit por su Paralipomenon rerum Hispaniae, y otros escritos. Mas no lo es el que aquí he hallado, señalado con el número 83, cuyo título es Templum Domini, y su objeto el que verás en lo que voy a copiar de él. Comienza así: "Serenissimo Johanni secundo Aragonum Regi. Liber Templum Domini per Johannem de Margarit, Gerundensem Episcopum feliciter incipit. = Praefatio. = Cum in creatarum rerum ordine religio primum semper locum tenuerit, quae ab Abel primo iusto sumens initium, per omnia deinde saecula digrediens in nos quodam naturali iure pervenit, etiam per omnes sectas infelicium Deorum, et a veritate et Dei veri cultu et religione aberrantium; et intelligam, Serenissime Princeps, religionem hanc a nostris his temporibus lacerari ob nonnullas templorum ac ecclesiarum spoliationes, signanter quae in sacra domo Rivipullensi perpetrari contigit his diebus: sacrilegium utique et horrendum et detestabile; cui accidit ius sepulcri violati antecessorum tuorum, quorum corpora in eodem claustro quiescere nemo dubitat: ius itaque omni lege hebraica, gentili, catholica, divina pariter et civili privilegiatum, ac denuo nuntiatum sit magestati tuae ab eiusdem magestatis consiliariis aplausu quodam suggestum esse licere eidem eo iure, quo et Pontifici Summo licet, de iocalibus ecclesiarum in defensionem status propria auctoritate convertere. Quam rem licet compertum habeam a magestatis tuae proposito plurimum deviare, similiaque consilia nec in mentem pii Principis impressionem aliquam non esse factura; nichilominus ad  excitandum pii Regis et Principis mentem, et cum regnum nullum sine sapientia et religione possit persistere... pernecessarium existimavimus calamum ad scribendum suscipere quantum in omni lege cum hebraica, gentili, ac catholica valuerit religio de observandis et non offendendis templis, illisque in ipsam religionem oblatis. In quo proposito scripturi sumus apologeticum librum adversus irreligiosam rabiem illorum, qui templa violare contendunt. In quo opere exemplis potius quam sacrorum canonum auctoritatibus, etc.” Sigue a esto la obra dividida en XXX capítulos. Los cuatro primeros tratan de los templos entre los Hebreos, su veneración, riqueza, inmunidad, etc. Los otros cuatro tratan de lo mismo entre los Gentiles. El IX tiene este título: Mandavit Deus in evangelica lege aurum offerri ecclesiis. = X. = De Catholicis Imperatoribus observatoribus ecclesiarum, et prosperatis successibus et finibus eorum. = XI. = De impiis, Imperatoribus in Deum et ecclesias, et infelicibus imperiis, horrendisque finibus eorum. = XII. = De religiosis Regibus Gotthorum, et illorum observatione ecclesiarum. En este capítulo habla de la rebelión del tirano Paulo contra el Rey Wamba, y dice: "Cui rebellioni adhaesit pene universa Cathalonia et Gallia Gothica, quae nunc linga Occitana corrupto vocabulo apellatur, cum linga Gothicana debeat apellari. Hic igitur Paulus rapta corona aurea ab ecclesia S. Felicis Gerundae, quae fuerat ecclesiae praefatae donata a Racharedo, piissimo Gothorum Rege; quam cum suis sacrilegis manibus rapuisset, et eius capiti imposuisset, cum eadem coronatus est.” = Cap. XIII. = De malis Regibus Gothorum, et infelicibus eorum regnis, et finibus. Hablando aquí de la invasión de los Árabes en España como debido castigo de los pecados de Witiza, no hay mención de Don Julián ni de su hija, sin embargo que pondera mucho la liviandad de aquel Príncipe: tampoco hace mención del reinado de Don Rodrigo. El XIV es: De exteris Regibus, maxime qui in Hispania regnaverunt, et de illorum religionibus ad ecclesiam. = XVI. = De Regibus Aragonum, quid in ecclesias contulerunt, et eorum successibus.= XVII. = Quomodo homo habens duas partes, animam et corpus, secundum animam considerandus est. Y así prosigue hasta el fin tratando de la preeminencia de lo espiritual a lo temporal, del sacerdocio, su dignidad, etc. Con esto podrás formar idea de lo que es esta obra, la cual es regular que nunca veas, si no hay por esos rincones algún otro ejemplar, que este tiene ya muchas hojas ilegibles.

Y pues hablamos de obras ni publicadas ni conocidas, otra he hallado del célebre Fr. Guido de Terrena o de Perpiñán de la orden de nuestra Señora del Carmen y su General, y obispo de Mallorca en 1321 y de Elna en 1332, del cual hallarás noticia en la Bibl. vet. de Nicolás Antonio; pero no del escrito que hizo de orden del Papa Juan XXII, el cual se halla al fin del códice núm. 2, y comienza así: Cedulam ex parte Sanctitatis vestrae, Pater Beatissime, recepi, in qua detestabiles continentur errores; contra quos videre et scribere me Fratrem Guidonem, Maioricensem Episcopum, filium vestrum atque facturam, jubet Sanctitas vestra. De los errores que se proponía impugnar sólo se encuentra aquí la primera cuestión contra asserentes temporalia ecclesiae subesse Imperatori. Tengo esta obra por diferente de la Summa de haeresibus y de la Reprobatio operis Catalonici, que comúnmente le atribuyen.

Ya se me pasaba la noticia del códice número 18, que contiene los cuatro Evangelios escritos con suma prolijidad en vitela en el siglo XIII, a lo que entiendo. Hállanse algunas variantes de la Vulgata, y entre ellas la que ya notó el P. Caresmar en el principio del Evangelio de San Juan, donde dice: qui non ex sanguinibus, neque ex voluptate carnis, neque ex voluptate viri, sed ex Deo, etc. No me parece esa cosa en que se deba hacer mucho hincapié, ni debe tenerse por una variante de la Vulgata; porque realmente los escribientes del siglo XI y XII dijeron con frecuencia voluptas por voluntas, lo cual saben los que han visto las escrituras de donaciones y ventas de aquel tiempo: Ego N., decían, nullius cogentis imperio, nec suadentis ingenio, sed propria et spontanea mihi elegit bona voluptas, etc. Lo más notable es hallarse el texto seguido sin distinción de capítulos, lo cual es anterior al siglo XIII. En las notas marginales, que son muchas y prolijas, he observado que no se cita a ningún Padre ni Doctor de la Iglesia. 

Otros códices hay preciosos cada uno en su clase, Comentarios de leyes y de teología, Sermones, obras lemosinas que servirán para cuando se escriba la biblioteca de escritores Catalanes, libros viejos de aniversarios, consueta de la iglesia, un Misal ms. del siglo XIV, otro impreso en León en 1521 y otros de esta clase, de los cuales he formado mis extractos correspondientes para la parte ritual. No ha aprovechado poco para esto el códice 84 llamado del ventre, o de las raciones que debían dar mensualmente los Prepósitos a los canónigos, beneficiados y ministros de esta iglesia. Está escrito con limpieza en el siglo XV, pero conserva las costumbres desde el siglo XIII y acaso las que se establecieron en 1157, que es cuando se crearon las preposituras. Ya lo verás cuando pueda enviar los extractos que de él he hecho. Entre tanto sírvete para las adiciones de Ducange del artículo siguiente: In die Natalis Domini. = De distributione porci. = “Primo aperitur per ventrem, ita quod educitur primo pectus et brona per longum, et incipit a linga sive a linguare usque ad bronam, quae est inter coxias; ita quod mamillae semper remaneant in brona. Postea amputantur ei pedes, et de pernis et de spatlaribus brachia quae se tenent cum pedibus. Deinde amputatur capud juxta biscocium et prope aures; et dividitur caput in duas templas. Item removetur sujuna de longo in longum amplitudine unius boni digiti; et de illa squina amputatur porquerol versus caudam … et huic squinae additur pectus incisum inter bronam et acorador … Et est sciendum quod illi parti quae est ex parte anchae datur unus lumbus pro astç, illi vero, quae est de coxia, dantur cor et duo renes, et melça pro astç, et illa qui accipit pronam accipit tres peciolas pro costats”.

Basta de esto por ahora, pues va copia de toda la rúbrica. También omito la noticia del Santoral de esta iglesia en cinco códices, porque ya la tienes muy dilatada en el índice que formó el padre Caresmar. Uno de ellos mandó escribir Guillermo Montells, canónigo de Gerona, y lo regaló a esta iglesia el año 1360; el cual tiene al fin entre otros versos este notable:

Spi Patris et Filii ritus in nomine Sancti.

De él he copiado el opúsculo que el monje Aimonio escribió en el siglo IX sobre la traslación de las reliquias de San Vicente Mártir desde Valencia a Castres en Francia; porque está aquí mucho más completo que el que publicó Bollando (XXII januarii) y Mabillon (Acta SS. ord. S. Benedicti, saec. IV, part. 1). Hállase dividido en lecciones, según el uso del oficio eclesiástico. ¿Se podrá inferir de aquí que se celebraba fiesta de dicha traslación en esta iglesia? No lo sé. Hallo que había fiesta solemne del Santo con octava, mas en los calendarios y otros libros donde debía, no hallo tal cosa. Lo que sí se podrá inferir es que a principios del siglo XIV, que es cuando se escribió el Santoral, era opinión común en este país que las reliquias de aquel Santo se trasladaron a Castres y no al cabo de San Vicente. Lo mismo creyeron siempre los Valencianos, como ya dije en otra parte. Va también el Carmen del mismo Aimonio, y todo con las lecciones viciadas como se halla. Tú harás las correcciones que parezcan oportunas para ingerirlo en nuestra colección, donde no dirá mal este documento copiado por la primera vez de un códice Español.

El archivo de esta iglesia tiene todo el arreglo y distribución suficiente para servir al público. Además de los documentos sueltos, gran parte de los cuales no se duda que hayan perecido, conserva por fortuna cuatro grandes cartularios, que en Castilla llamarían tumbos o becerros y aquí llaman libros de antigüedades, donde están copiados todos los documentos tocantes a la iglesia, sin contar otros que son colecciones de privilegios pontificios y reales. En la escalera por donde se sube a este archivo, hay otro donde están olvidados otros muchos documentos, desde el siglo IX hasta el XV. El padre Caresmar, infatigable en sus trabajos, emprendió un extracto cronológico de todos los documentos grandes y chicos, del que no queda sino su borrador, que a la verdad es confuso, porque sobre haberse encuadernado trastrocadas las hojas, tiene la nulidad de no haber puesto en un volumen todo lo perteneciente a cada año, sino que se hallan repartidos en tres volúmenes, continuando en el 2.° y 3.° v. g., un artículo que comenzó a extractar en el primero. Sin embargo, puede y debe copiarse con buen orden y claridad, porque sobre ser un trabajo que recomienda más que otra cosa alguna la incansable laboriosidad de este anticuario, es utilísimo para la iglesia, que con sólo este repertorio tiene lo suficiente para el manejo de sus intereses y negocios. Cánsase el que lee tal multitud de extractos y no se acaba de admirar cómo sin ningún interés tuvo paciencia para acotar muchas cosas pequeñas e impertinentes de entierros, aniversarios, etc., el que amaba las antigüedades curiosas y singulares; las cuales cuanto más aficionan el ánimo con su hermosura e importancia, otro tanto le desaficionan de lo que es pequeño y bagatela.

De mí sé decir que me ha servido mucho esta lectura y ayudado grandemente para lo que digo de esta iglesia.

Se me pasó decir en su lugar, de su biblioteca antigua las pocas noticias, que han venido a mis manos. Habíala pues ya en el siglo XII, en el cual el Obispo Don Arnaldo Armengol, ordenando su testamento a 22 de diciembre de 1142, dice: Concedo S. Cruci et S. Eulaliae... meos libros qui in eadem ecclesia sunt, bibliothecam quam feci scribere, et alios.

A 13 de junio de 1195 Arnaldo de Caldes, canónigo, firmó el recibo de varios libros de decretos y leyes de la biblioteca de la catedral, que le prestó el Obispo Don Raimundo. Dos años después, a 20 de octubre, el canónigo Berenguer de Palou recibió de la iglesia varios códices bíblicos, los cuales ofreció glosar. Nada más he hallado sobre esto. A Dios. Barcelona, etc.

Anales de Cataluña, Narciso Feliu de la Peña y Farell (Index)

(Nota del editor : Se corrige parcialmente la ortografía en castellano.)  Imagen: Biblioteca de Catalunya. Llibres Pere Borrás: MCMXIX: D. V...