CARTA XXXIV.
Memorias eclesiásticas de Peñíscola: monasterio de Benifazá: su situación y edificios: historia de su fundación: mutilación de la lengua del obispo de Gerona por el rey Don Jayme: causa de esta atrocidad: penitencia impuesta por ella: efecto de ello fue la conclusión, no la fundación del monasterio: catálogo de sus abades.
Mi querido hermano: Viniendo desde Valencia a esta ciudad de Tortosa, quise entrar en la de Peñíscola, más por ver si quedaba alguna memoria del antipapa Luna y sus cosas, que por admirar lo que el arte y la naturaleza hicieron en tan pequeño recinto. lo primero que vimos fue la iglesia de nuestra Señora que llaman ermitana, donde nos dijeron que había una silla del papa Luna; hay allí efectivamente una que en todo caso pudo serlo de quien se llamase así por apodo. En el presbiterio de la misma iglesia nos contaron que estaban enterrados aquellos famosos obispos discípulos de Santiago, que se juntaron en Peñíscola a celebrar un concilio el año 60 de Cristo, y donde los martirizó un prefecto de Nerón llamado Aleto. Los obispos eran Basilio de Cartagena, Eugenio de Valencia, Pío de Sevilla, Agathodoro de Tarragona, Elpidio de Toledo, Etherio de Barcelona, Capito de Lugo, Efrén de Astorga, Néstor de Palencia y Arcadio de Logroño. Gran gloria ciertamente para Peñíscola, si tuviese apoyos. En la misma ciudad se supone martirizado S. Luario, sacerdote, en el año 289.
Volviendo al papa Luna, vi la iglesia y el refectorio que construyó en el castillo: en la iglesia, que está profanada, se conserva la mesa del altar donde celebraba, y nada más.
En la parroquial está su cáliz: es de plata y harto pobre: tiene un palmo de alto: el cráter, que no es cónico como en los que regaló a varias iglesias, tendrá como cuatro dedos de altura, y cinco de diámetro. Guárdase allí mismo como alhaja suya una cruz de cristal guarnecida con adornos góticos: es de cuatro palmos y medio. También creen ser del mismo un lignum crucis colocado en un relicario gótico, de labor muy prolija: mas es sin disputa de su sucesor en el cisma Gil Muñoz, como se ve por el escudo de armas que en él está grabado. En la misma iglesia parroquial, o acaso en la del castillo, fue consagrado obispo de Valencia el papa Calixto III día 21 de Agosto de 1429, seis días después de efectuada la renuncia del dicho Muñoz en la villa de S. Mateo, y extinguido del todo aquel funesto cisma. Hallóse entonces en la misma ciudad el cardenal Pedro de Fox, legado de Martino V, que pasaba a Tortosa al concilio que se celebró el mismo año.
Entre estas y otras memorias eclesiásticas, que despertó la vista de aquella ciudad, dejamos el buen hospedaje con que el Dr. D. Lorenzo Arbiol, vicario de la iglesia parroquial, nos alivió la pesadumbre e incomodidades de la posada, y partimos para el monasterio de cistercienses llamado de Benifazá. Camínase por las amenas llanuras de Benicarló y Vinaroz hasta el lugar llamado la Cenia, en donde se toma la única entrada que hay para el monasterio, que es un barranco muy quebrado y áspero. (Río Cenia, Senia; Sinia; actualmente hay un pantano.)
Todo esto aumenta la soledad dal monasterio enteramente desviado de los caminos que cruzan hacia Aragón. Como nuestros viajeros no han querido sufrir la incomodidad necesaria para visitar este desierto, me detendré un poco en hablar de esta casa, y de lo que hay en ella digno de memoria.
El monasterio está construido en los confines de Aragón, Valencia y Cataluña, en una pequeña llanura coronada de montes, que cierran del todo la vista: dista del
mar como unas seis leguas, y siete de Tortosa, a cuya diócesis pertenece. Por donde quiera que se salga de él, se encuentra terreno quebrado y montuoso; y los lugares que por allí hay llamados Bellestar (Ballestar), Puebla (Pobla + Pobleta) y Fredes (fred : frío; como Frías en Albarracín), son fundados y establecidos por el monasterio; sin lo cual estarían por consiguiente incultos aquellos montes, y sólo destinados a ser morada de fieras. He sido testigo del bien que hace esta casa a los vecinos de estos lugares, y a los de Boxar (Boixar), Bel, Castell de Cabres y Coracha (Corachar o Coratxar o Coratxà), en todos los que tienen jurisdicción alfonsina. Mas de lo que yo puedo decir en esto, dejó escrito en su Descripción del reino de Valencia nuestro difunto amigo D. Antonio Cavanilles, que recorrió despacio estos montes y barrancos, y pudo observar la escasez con que los trató la naturaleza, y la abundancia con que les acude el monasterio.
El edificio es vario, y hecho en distintos tiempos. La iglesia se comenzó en 1262, y no se concluyó hasta la mitad del siglo XV: está dedicada a nuestra Señora: consta de dos naves en forma de cruz a imitación de la del Císter, como lo manda el ritual de esta orden (a). (a) "Omnes ecclesiae ordinis nostri in honorem B. Mariae dedicatae sunt, et fere in modum crucis constructae, instar ecclesiae cisterciensis omnium matris." (Rit. cist. c. 3.)
De la antigüedad de esta clase de templos tratan Zonaras y Cedreno (in Justino Juniore) Phocas (cap XXVII.) y León Alacio (de templis graecor. recentioribus epist. II n. III. p. 40.)
La nave principal tiene de longitud 155 palmos valencianos, y 41 de latitud: el crucero 121 palmos de longitud, y de latitud 37. La bóveda es sencilla, sostenida sobre columnas góticas, y de una elevación proporcionada y grandiosa. El coro ocupa el centro de la iglesia, dejando en el testero de ella un pequeño espacio que sirve como de atrio.
La sacristía principal está detrás del altar mayor; es cuadrada, harto graciosa y suficiente para el culto en esta comunidad, que es como de treinta monjes. Allí vi un cáliz antiguo, que no es de gran mérito. Entre las pocas reliquias es digna de memoria una estola de que usó S. Bernardo. Como en las guerras de sucesión servían estos montes de refugio a los llamados miqueletes, padeció esta casa entre otras calamidades la pérdida de muchas alhajas y otras cosas preciosas que poseía. Otra sacristía hay entrando en la iglesia por el claustro a mano derecha, que es la primitiva; así esta, como toda la parte oriental del edificio, y las paredes de sur y norte del crucero son de piedra, en que es abundantísimo este terreno. El capítulo es de principios del siglo XIV, pieza pequeña de 35 palmos valencianos en cuadro, pero ejecutada con inteligencia y solidez. Del mismo tiempo sería el claustro antiguo, del cual sólo queda una reliquia en la puerta que está en frente del
refectorio. En todos estos edificios y en los caprichos góticos que los adornan, reina sin embargo cierta sencillez desconocida de los que abandonaron después el único modelo de las artes, que es la naturaleza. La biblioteca está bien cuidada y provista de libros de varia erudición; y lo estará mucho más cuando entren en ella las de algunos monjes doctos de esta casa. Abunda en ediciones raras, señaladamente de libros de humanidades. De los litúrgicos hay un pontificale rom. fol. impreso en Roma por Esteban Plannck año 1497. Es idéntico con el que dije de la iglesia de Gandía.= Missale secundum consuetudinem fratrum ord. cisterc. fol. dos exemplares, edición del siglo XV. Tienen algunos MSS. entre ellos la vida de D. Juan II, rey de Aragón, hijo de D. Fernando el I, escrita por Lucio Marineo Sículo, un vol. f. MS. de aquel tiempo. = Formula novitiorum S. Bonaventurae, en 12.° vit. MS. del siglo XIV. Todavía es mayor el esmero que se ha puesto en el arreglo del archivo, bien clasificado, así por lo que toca a los intereses del monasterio, como en los ramos de erudición antigua. Ambas cosas son obra del P. D. Joaquín Chavalera, monje docto, aunque joven, y singularmente aficionado al estudio de la diplomática, el cual alivió en gran parte mis tareas en recoger los documentos que buscaba. Los más de ellos pertenecen a la fundación y dotación del monasterio, y a los
insignes sucesos que a ello dieron ocasión. La primera memoria que hay de Benifazá o
Benihazá, es la donación que de su castillo hizo el rey D. Alfonso II de Aragón a la iglesia de Tortosa en el mes de Abril del año 1195, en la cual se expresa que dicho castillo estaba situado in montana de tres eris. Ahora se dice de tres eres; puédese conjeturar que llamaron así este sitio por ser el confín de tres señoríos (a).
(a) El uso de la voz herus por príncipe (heres : hereu : heredero) puede verse en un documento publicado por Justo Fontanini (Append. ad antiquitat. Hortae cap. VI. p. 347.). No desdice este sentido de la situación del monasterio, situado en los confines de los reinos de Aragón y Valencia y del principado de Cataluña. Erus por herus en la significación de señor y de padre de familias, se halla en muchos escritores de la buena latinidad, como lo demuestra R. Stephano: de donde se formó erulus usado en la misma acepción, como puede verse en el Glosario de Ducange.
(N. E. Tossal del rey, si tenían el mismo rey; tozal o toçal dels tres reys, de los tres reyes, en el caso de que hubiese tres reyes colindantes, cosa posible en los reinos de taifas, incluso con varios reyes o reyezuelos al mismo tiempo, como Zeyt Abuzeyt y Zaen en tiempos de la conquista de Valencia por Jaime I de Aragón).
Quedóse el rey con el derecho de percibir la mitad de todos sus frutos, deducidos los diezmos para la iglesia. Sin hacer cuenta de esta donación el rey D. Pedro II dio en 1208 el término de Benifazá con los lugares Valmagraner, Fredes, Rosel y otros adyacentes al noble D. Guillermo de Cervera; Luego que este varón insigne tomó la cogulla en el monasterio de Poblet, dio a aquella casa estos mismos lugares, cuya donación confirmó el rey Don Jayme I estando en Lérida a 14 de Junio de 1229. La queja que sobre esto podía
tener la iglesia de Tortosa, vino a parar en una concordia que hizo con el monasterio de Poblet a 13 de Agosto de 1233, en que se estableció que el abad de Poblet pudiese edificar en Benifazá un monasterio de su orden sin contradicción por parte de la iglesia. Por Noviembre del mismo año 1233 concedió el rey D. Jayme I su permiso para fundar dicho monasterio, o más bien, confirmando a Poblet la donación de Benifazá, mandó que se fundase allí un monasterio de cistercienses, y que fuese hijo del de Poblet. Tomóse esto con tanto calor, que a fines del año siguiente 1234 se sabe que ya residía el abad
D. Juan con su convento en una eminencia llamada de santa Escolástica, vecina al actual monasterio que ya entonces se comenzaba a edificar, y adonde se trasladaron los monjes el año 1250. En confirmación de esto he copiado la donación que les hizo el rey Don Jayme de una viña en el término de Tortosa a 11 de Diciembre de 1234. También he copiado la escritura que a 11 de Enero de 1237 hizo la reina Doña Violante (de Hungría), eligiendo para su sepultura el monasterio de Benifazá, quod, dice, dominus rex Jacobus vir noster fundavit pariter et construxit. Agradecidos los monjes a la liberalidad del fundador, otorgaron un público instrumento firmado del abad Gerardo y de cuarenta y tres individuos del monasterio, en que haciendo memoria de los beneficios recibidos de su mano, ofrecen corresponderle con sufragios y oraciones, y hacer en el día de su muerte los oficios establecidos para el abad (a: Existe original este documento de 1.° de Enero 1251 en el archivo real de Barcelona.)
Me he detenido en esto para que se vea la equivocación con que algunos escritores han atribuido la fundación de este monasterio a la penitencia impuesta al rey Don Jayme I por haber mandado cortar la lengua al obispo de Gerona D. Fr. Berenguer de Castellbisbal (N. E. castrum episcopalium). Porque no habiendo acontecido esto antes del 1245, como diré después, consta que aquel suceso no pudo tener influjo en la fundación de esta casa, la cual hizo aquel monarca espontáneamente y por su gran devoción y afecto a la de Poblet. Otra cosa es la conclusión del edificio y la nueva dotación del monasterio; que esto ciertamente fue efecto de aquel ruidoso acontecimiento, ajeno de verdad para unos, y dudoso para otros así en el tiempo como en la causa de él. Y aunque yo no he hallado aquí los documentos originales que a esto pertenecen; mas hay copia auténtica de todos ellos, de los cuales resulta ser esta la serie del hecho. Enojado el rey D. Jayme contra el obispo de Gerona, porque sospechó que había revelado lo que le comunicó en la confesión sacramental; no contento con desterrarle del reino, le mandó cortar parte de la lengua. Llegó al papa Inocencio IV la noticia de esta atrocidad, y juntamente una carta del rey en que le pedía la absolución del delito, y que al mismo tiempo confirmase el destierro del obispo. El papa contestó al rey con fecha de 22 de Junio de 1246, exhortándole a borrar el delito con la penitencia, a desistir del destierro del obispo, y a dar pública satisfacción de su exceso. Esta carta dicen que trae Odorico Raynaldo (tomo XIII.). Parece que envió el papa con ella a su penitenciario Fr. Desiderio, de la orden de los menores, para que con sus exhortaciones se lograse el efecto deseado. Desempeñó el enviado su comisión con tan buen suceso, que a 5 del Agosto siguiente, ya hizo el rey una escritura pública, en que confesó haberse excedido gravemente en el hecho de la mutilación de la lengua del obispo; y protestó que pediría perdón al ofendido, y que en orden a su permanencia en estos dominios, y aun en su silla de Gerona, haría lo que dispusiese el papa, y que se sujetaría a su voluntad en orden a la satisfacción que debía dar para reparación del mal, que era, o edificar un hospital, o completar la abadía de Benifazá, o el hospital de S. Vicente en Valencia, o señalar algunas rentas a la iglesia de Gerona. Y para que nadie creyese que estaba enojado contra la orden de predicadores, la cual había profesado aquel obispo, promete visitar todos los conventos por donde pasare, y hacer público su afecto en las cortes generales que pensaba convocar, donde también mostraría a todos los vasallos su arrepentimiento. Esta protesta dice que hacía a instancias de dicho Fr. Desiderio (a: V. el Apénd. n. XVIII).
Con la misma fecha de 5 de Agosto escribió al papa Inocencio por mano del mismo Fr. Desiderio y de D. Arnaldo de Peralta, pidiéndole con instancias la absolución. Acaso el papa debió aprovecharse de esta ocasión para proponer al rey algunos tratados poco favorables. Lo cierto es que el rey le dice: et propter hoc factum vobis non placeat quod illa ardua negotia, quae coram nobis dictus frater (Desiderius) proposuit, hac ratione veniant ad effectum. También le dice que a algunos habían parecido muy ásperas y duras las expresiones de S. S.; pero que él recibía aquella corrección como un favor (a: V. el Apénd. n. XIX). Contestó luego el papa, con fecha de León a 22 de septiembre, año cuarto de su pontificado (1246), avisándole de que le enviaba al obispo camerinense y al mismo Fr. Desiderio para que le absolviesen de la excomunión, y le impusiesen penitencia saludable (b: V. el Apénd. n. XX). Llegaron luego estos enviados a Aragón, y el día 14 de Octubre del mismo año, juntándose en Lérida con el arzobispo de Tarragona y los obispos de Zaragoza, Urgel, Huesca y Elna, y los barones y nobles del reino, y otros muchos, compareció el rey D. Jayme; el cual después de confesar el delito cometido contra el obispo de Gerona, prometió con juramento obedecer a los mandatos de la iglesia, y en penitencia concluir la abadía de Benifazá que había comenzado, dando además a la fábrica de aquella iglesia doscientos marcos de plata, y dotando el monasterio para que pudiese haber en él cuarenta monjes, no habiendo mantenido hasta entonces sino veinte y dos. Prometió también dotar el hospital de san Vicente en Valencia con seiscientos marcos de plata anuales para sustento de algunos sacerdotes; y además fundar una capellanía en la iglesia de Gerona. Todo esto consta de la carta del rey al papa, fecha en Lérida a 18 de octubre del mismo año, y de la absolución y auto final de este negocio que dieron Felipe, obispo camerinense y el dicho Fr. Desiderio (a: V. el Apénd. n. XXI y XXII.).
De todo lo dicho resulta que el hecho de la mutilación de la lengua fue a los principios del año 1246; y por consiguiente no pudo recaer la ira del rey contra el obispo sobre la sospecha de que revelase sus amores con Doña Teresa Gil de Vidaure, cosa que fue posterior, como era fácil de probar, si fuese este mi principal objeto. Lo más verosímil es que el rey creyó que el obispo había descubierto la división que meditaba hacer de sus estados entre sus hijos, lo cual ocasionó algunos disturbios; y esto fue en ese año 1246.
Pero dejando esto, y volviendo a Benifazá, cumplió el rey D. Jayme lo prometido, concluyendo la fábrica del monasterio, y dotando particularmente la de la iglesia con 1730 morabatines. Dos escrituras hay de esto en 1259 y 1272, cuyas copias van para la colección, como también las otras en que el monasterio de Poblet puso al de Benifazá en posesión pacífica de todas sus pertenencias.
No se halla en este monasterio noticia alguna de sus abades. Sábese que cuando el P. M. Finestres escribía la historia de Poblet, se le envió inconsideradamente el catálogo original de los abades de esta casa. Así que para completar su historia copiaré de dicho escritor la serie cronológica de estos prelados, apuntando el año en que comenzaron su gobierno, y notando al pie algún hecho digno de memoria. Es de advertir que estas abadías fueron perpetuas desde la fundación hasta el año 1554, en que por evadir los apremios de la curia romana para el pago de bulas, se logró que fuesen trienales, y así duró hasta 1620 en que pasaron a cuatrienales (quadrienales), como lo son ahora.
Abades del monasterio de Benifazá.
Principio de su gobierno.
1233. D. Juan.
1241. D. Arnaldo.
1248. D. Guillem de Almenara (a: Este mudó el monasterio desde la casa de santa Escolástica al sitio actual.)
1250. D. Pedro Juliá (b: A este abad disputaron los Hospitalarios la posesión del lugar de Rosell, que les había dado el rey D. Jayme. De este litigio y de cómo le perdió el monasterio, se hace mención in VI. Decret. tit. XVII. cap. 3. Abbate sane; y aún quedó el proverbio: propter malum consilium perdidit abbas Rosillium.)
1254. D. Berenguer.
1255. D. Arnaldo de Mantesana.
1260. D. Guillem Savartes.
1262. D. Berenguer de Concabella (c).
(c) Puso la primera piedra en la fábrica de la iglesia mayor a 15 de agosto de 1262.
1283. D. Guillem.
1289. D. Pedro Vilarnau.
1294. D. Ramón Bernat. (El autor escribe Ramón, mención, etc, sin tilde)
1300. D. Berenguer de Beltall.
1305. D. Ramón Company.
1311. D. Ponce de Copons (a: Hizo el aula capitular).
1316. D. Bernardo Pallarés (b: Enviaron a este prelado el rey D. Jayme II y el obispo de Valencia a citar y requerir al maestre de Calatrava para que viniese a Valencia a fundar la orden de Montesa, conforme a lo dispuesto por el P. Juan XXII. Fue esto en 1319; y logró que se diese comisión al comendador de Alcañiz para que se efectuase la fundación de dicha orden).
1347. D. Guillén Llonc.
1359. D. Pedro Torres.
1379. D. Bernardo Fabregat.
1387. D. Bartolomé de Llardanosa (c: En 1389 pasó a ser abad de S. Bernardo de la huerta de Valencia, que ahora es el convento de S. Miguel de los Reyes).
1389. D. Bartolomé Llombart.
1408. D. Pedro Saraxo (d: A este abad nombró el rey D. Martín capellán de la reina Doña María de Luna su esposa).
1413. D. Bernardo Ripoll.
1425. D. Gilberto Dezbrull. (D'Es Brull)
1430. D. Bernardo Llorens.
1468. D. Juan Llorens.
1485. D. Bernardo Llorens.
1518. D. Cosme Juan Daroca.
1532. D. Gerónimo Sanz (a: Era natural de Xátiva, y muy insigne en santidad y literatura. De esto último dejó varias muestras en los libros que imprimió. Lo más memorable de este abad es que hallándose apremiado por los curiales para el pago de las bulas, trabajó para reducir esta abadía de perpetua en trienal. Logróse la bula a 22 de mayo de 1555. Sin embargo se anticipó la elección del siguiente).
Abades trienales.
1554. D. Juan Barberá (b: Este fue reelegido por ocho trienios consecutivos; y fue el primero elegido diputado eclesiástico en el reino de Valencia, oficio que sólo obtenía el arzobispo).
1579. D. Melchor Barberá.
1583. D. Crisóstomo Carnicer.
1586. D. Juan Gisbert.
1604. D. Jayme Talarn.
1608. D. Felipe Bono (c: De este prelado es la concordia en que se estableció que el abad de Benifazá tenga silla y distribución en el coro de Tortosa).
1608. D. Andrés Cabrera.
1611. D. Pablo Beltrán.
1614. D. Andrés Cabrera.
1617. D. Pablo Beltrán (a: Esta fue la última abadía trienal. Erigida luego la congregación cisterciense de la corona de Aragón, se sustituyeron las cuatrienales, como se mandaba en la bula de Paulo V).
Abades cuatrienales.
1620. D. Andrés Cabrera.
1624. D. Agustín Valls.
1628. D. Pedro Piquer.
1632. D. Teófilo Beltrán.
1636. D. Miguel Font.
1640. D. Agustín Valls.
1644. D. Tomás Capellades.
1648. D. Benito Caldero.
1649. D. Pedro Piquer.
1651. D. Francisco Marqués.
1656. D. Damián Ferrer.
1660. D. Francisco Marqués.
1664. D. Roberto Cavaller.
1667. D. Josef Antolí.
1668. D. Damián Ferrer.
1672. D. Josef Antolí.
1676. D. Damián Ferrer.
1677. D. Gerónimo Corder.
1680. D. Josef Antolí.
1684. D. Agustín Llorens.
1688. D. Josef Domenech.
1692. D. Francisco Castell.
1696. D. Roberto Forner.
1700. D. Jayme Segarra.
1704. D. Gregorio Oliver.
1708. D. Roberto Forner.
1712. D. Edmundo Reverter.
1716. D. Francisco Castell.
1720. D. Josef Lluch.
1724. D. Bernardo García.
1729. D. Tomás Covarsi.
1732. D. Francisco Castell.
1736. D. Vicente Pascual.
1740. D. Plácido Lanuza.
1744. D. Francisco González.
1748. D. Manuel Ferrer (a: Hasta aquí llega el catálogo del M. Finestres. Los restantes me ha comunicado el P. Fr. Joaquín Chavalera, monje y archivero de Benifazá).
1752. D. Francisco González.
1756. D. Luis Antonio Aiguavives.
1760. D. Manuel Ferrer.
1764. D. Miguel Climent.
1766. D. Luis Antonio Aiguavives.
1768. D. Roberto Turull.
1772. D. Miguel Sanz.
1776. D. Esteban Ruiz.
1780. D. Jayme Jassá.
1784. D. Juan Bautista Gil.
1788. D. Josef Vilanova.
1792. D. Josef Piera.
1796. D. Fernando Aiguavives.
1800. D. Felipe Vilanova.
Dios te guarde. Benifazá &c.
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