dijous, 9 de juny del 2022

CARTA XXIX. Real cartuja de Portaceli; biblia valenciana Bonifacio Ferrer

CARTA XXIX.


Real cartuja de Portaceli; inscripciones sepulcrales de su claustro: utilidad de los anales de los moasterios: códices que existían en esta casa: versión lemosina de la Biblia hecha por el V. P. D. Bonifacio Ferrer: opúsculos inéditos del mismo; cartas de Juan Andrés Strany: poesías, constituciones, y otros escritos que se guardan en aquel monasterio.

Mi querido hermano: he llegado a Valencia estos días: tres me detuve en la Cartuja de Portaceli, los cuales bastaron para informarme de lo que buscaba; mayormente con la buena acogida que debí a aquellos monjes, y la instrucción del P. D. Josef Carbonell en lo perteneciente a las antigüedades del monasterio. Fundóle en el siglo XIII el obispo de Valencia D. Fr. Andrés de Albalat; la escritura que se hizo con esta ocasión en 1272 se halla en la rarísima colección de constituciones de la catedral de Valencia impresa en 1546. Su situación es muy a propósito para este instituto: los aires puros, las vistas excelentes, el terreno quebrado, pero bien cultivado y fértil. La iglesia es pequeña, pero preciosa por los mármoles y jaspes que se han empleado en su adorno. Su portada se compone de dos cuerpos regulares, el primero dórico; en los dos nichos de los intercolunios hay una estatua de S. Juan Bautista; y otra de S. Bruno: el segundo es jónico, en cuyo centro está la estatua de nuestra Señora llamada de Portaceli (Porta coeli, puerta del cielo). El pavimento de la iglesia es todo de piedra negra con embutidos de piedra blanca bien distribuidos; los frontales de los altares de estuco: todo labrado prolijamente y con grande esmero por un religioso lego de la misma casa. En las pinturas hallé lo que dice Pons (tomo IV del viaje, carta VII.); bien que el S. Pedro y S. Pablo pintados en las puertas del sagrario, de que dudó él si son del monje D. Luis Pascual, no son sino de uno de los dos Ribaltas. Tampoco es exacta la descripción que hizo este viajero del cuadro de S. Josef pintado por Espinosa, el cual se ha trasladado posteriormente de la capilla donde estaba, a la de la iglesia de los mozos; porque sólo representa a S. Josef trabajando de carpintero, y a la santísima virgen cosiendo una como camisa, no dando de comer al niño.

En la sacristía vi las reliquias, muchas a la verdad, y algunas preciosas, aunque no tan señaladas y notables como las de Val de Cristo. Envío separada la relación de todas ellas, con expresión de las personas que las dieron al monasterio. Aquí sólo hablaré de las que en cierta manera pueden llamarse literarias. Y primeramente de un tomito de 20 hojas en 4.°, que contiene varios fragmentos de sermones escritos de mano de Santo Tomás de Villanueva, de los cuales sólo pude tomar las apuntaciones siguientes: I. In die S. Andrae * Faciam vos fieri * Quatuor piscatores, Deus, virgo, daemon, *apostoles; virgo piscata est Deum, Deus daemonem, *daemon hominem, homo hominem &c.

II. Feria 6. Diligite inimicos &c. Inter alia * quod attesta* veritatem evangelii, et legis Dei, est sanctifas, et puritas doctrinas. Item infra, super eodem themate: * Saale opresso a daemone, David psallit citharam; pellitur daemon. Numquid haec natura citarae?

III. In Assumptione Dominae nostrae quae est ista quae ascendit * = Duae parteas * De animam s. De Virgine. = I. Propheta in Ps. LXXXIII. Beatus vir, cujus est auxilium abs te &c. 2. Haec verba angelorum sunt *stapentium, et admirantium ascendentio Virginis magnitudinem gratiarum &c.

IV. Sermo 12. pro mandato. = Tradidit *mitipsum &c. = Ut ait Gregorius super Job: tristibus nulla efficatior consolatio, quam compassio.

Nada de esto ni otros apuntamientos del santo arzobispo que hay allí, se ha incluido en la colección de sus obras. Item, un fragmento de una carta original de Sant Teresa de Jesús a su hermano Lorenzo de Cepeda: otro de S. Vicente Ferrer a su hermano D. Bonifacio. Este último le publicó el M. Fr. Vicente Justiniano Antist entre los opúsculos menores de S. Vicente, el año 1591. Como reliquia de este santo y de su hermano se guarda en la misma sacristía un volumen fol. vit. MS. a lo que aparece a principios del siglo XIV, o acaso a fines del XIII, que contiene la exposición de Santo Tomás in librum IV. senten*, en cuyas cubiertas se leen las notas siguientes. “Iste liber est Petri Johannis, qui *emis eum a Ven. Raymundo de Rupoll (Ripoll), rectore ecclesiae de Oliva (Olivam), praetio viginti florinorum de Aragoniam.”

De letra de S. Vicente Ferrer se lee lo siguiente: “Liber iste est domini Petri Johannis, civis Valentiae, et est *commodatus per eundem mihi fratri Vincentio Ferrarii.”

Sigue de letra de su hermano D. Bonifacio: “Item post haec dictus venerandus dominus Petrus Johannes dedit istum librum liberaliter domui de Portacoeli, ordinis cartusiae; cui Dominus in vitam aeternam retribuat, amen. Et fuit facta donatio anno Domini 1396, circa festum S. Joannis Baptistae. Et hoc fuit scriptum hic per fratrem Bonifacium Ferrarii, monachum dictae domus de Portacoeli, germanum dicti fratris Vincentii Ferrarii, ordinis praedicatorum, nunc magistri in theologiam, et domini nostri papae Benedicti XIII confessoris.”

El Pedro Johan nombrado aquí como dador de este MS. era capitán de la guardia de Beneficto XIII. En 1408 edificó en este monasterio una capilla de Santa Ana y Santa María Magdalena, y de allí a tres años murió, y le enterraron en el claustro. De un nieto suyo que falleció en 1502 leí en el mismo la inscripción sepulcral siguiente: Hic jacet magnificus miles domnus Laurentius Johan, qui fuit (f. ivit) duabus visibus ad visitandam terram sanctam Ierusalem ad sanctum sepulcrum, ad montem Calvariae, et ad montem Sina (Sinaí). Notable es otra inscripción sepulcral, ya que hablamos de ellas, de una mujer enterrada en el mismo sitio. Está maltratada en una palabra; lo que queda dice así: Mariae, … *ux. (uxore) den Granulles. No he podido averiguar el apellido; pero sí que era mujer de Luis Vicente Granulles, y que fue enterrada en 1459. También tuve mucha complacencia en ver la losa que cubre el cuerpo del donado de esta casa Francisco Aranda, donde se puso este letrero: Hic jacet Franciscus Aranda, donatus. Obiit 1438. aetat. 92. Su lectura me renovó la memoria de los señalados servicios que hizo al estado este gran hombre, cuya prudencia, dice Zurita (l. XI. c. 24) y gran uso de negocios, juntamente con menosprecio de las cosas del siglo, eran de tanta estimación, que ninguna cosa grande se trató en aquellos tiempos... que fuese sin su deliberación y consejo. Así es que en los reinados de D. Juan, D. Martín, D. Fernando y D. Alfonso V reyes de Aragón, y particularmente en la declaración del sucesor de D. Martín, fue consultado, llamado y enviado como la persona de mayor reputación, y muy a propósito para acabar cosas arduas. Otras memorias, harto gloriosas, conserva esta antigua casa, así de aquel hijo suyo, como de otros muchos, de los cuales se sirvieron los papas y los reyes para negocios de importancia. De esto y de todo lo perteneciente a la historia pública y privada del monasterio he hallado aquí unos anales completos, escritos por el P. D. Juan Bautista Civera: ejemplo que debieran seguir todos los monasterios. Son estos escritos unos depósitos de la historia de las órdenes, la cual en muchos puntos está enlazada con la de las Iglesias y del estado. Por lo menos donde se halla comenzado este trabajo, no sería difícil su continuación a los que son testigos oculares de lo que debían escribir. Otro tanto digo de los necrologios y de las historias particulares de las prelacías; de todo lo cual se aprovechan con fruto los venideros. Tampoco sería nimiedad duplicar los ejemplares de estas obras, y depositarlas en parajes distintos, para evitar su pérdida en caso de algún incendio, robo o exportación inevitable, que de todo se ve con harta frecuencia. 

Volvamos al analista de Portaceli. Hablando del prior de esta casa el P. D. Pedro Ferrer, dice que en el año 1424 formó un catálogo de todos los libros MSS. que había en el monasterio, y que este índice existía allí en 1664, y que el número de códices llegaba a 699. En el día apenas quedarán unos doce de ellos; para mayor desgracia pereció también el catálogo, en que acaso pudiéramos hallar noticia de algunas obras desconocidas. Tampoco se halla el árbol genealógico original de que se valió el V. P. D. Bonifacio Ferrer para probar y determinar en Caspe el derecho que tenía a la corona de Aragón el infante de Castilla D. Fernando: documento que poseyó aquella casa hasta fines del siglo XVIII. Igual suerte tuvo parte del fragmento de la biblia lemosina del P. D. Bonifacio que publicaste entre los apéndices al tratado de la lección de la sagrada escritura en lenguas vulgares (que he editado); porque ya no existe sino la última hoja, donde está el epígrafe del impresor; y aun esta hubiera sin duda perecido, si el P. Civera, previendo lo que podía suceder, no hubiera tenido la cautela de pegarla en una hoja de su obra, que es la pág. 362 de la parte 2.: copiaré aquí otra vez el epígrafe con toda puntualidad.

“Gracies infinides sien fetes al omnipotent Deu, e senyor nostre Jesu Crist: e a la humil, e sacratissima Verge Maria mare sua. Acaba la biblia molt vera, e catolica: treta de una biblia del noble mossen Berenguer Vives de boil cavaller: la qual fon trelladada de aquella propria que fon arromansada en lo monestir de Portaceli de lengua latina en la nostra valenciana per lo molt reverend micer Bonifaci Ferrer, doctor en cascun dret, e en facultad de sacra theologia: e don de tota la Cartoxa: germa del benaventurat sanct Vicent Ferrer del orde de pricadors (predicadors): en la qual translacio foren, e altres singulars homens de sciencia. E ara derrerament aquesta stada diligentment corregida, vista e regoneguda per lo reverend mestre Jaume Borrell, mestre en sacra theologia del orde de pricadors, e inquisidor en regne de Valencia. Es stada empremptada en la ciutat de Valencia a despeses del magnifich en Philip Vizlant mercader de la vila de Jsne de alta Alamanya: per mestre Alfonso Fernandez de Cordoba del regne de Castella, et per mestre Lambert Palomar Alamany mestre en arts: començada en lo mes de Febrer del any mil quatrecents setanta set: e acabada en lo mes de Mars del any mil CCCCLXXVIII.” (1478)   

Por aquí se ve claramente que el verdadero autor de esta traducción lemosina (puta manía de llamar lemosín a la lengua valenciana en el siglo XIX) de la biblia es el V. P. D. Bonifacio Ferrer, a quien señala de suerte que no puede equivocársele con otro del mismo nombre y apellido, y que la trabajó en Portaceli. No me acabo de admirar cómo pudo Ximeno en su Biblioteca poner dudas en cosa tan clara; porque si no damos crédito a un testimonio tan decisivo como este, en que setenta años después de la muerte del P. D. Bonifacio se reconoce por suya esta obra la primera vez que se imprime, autorizándolo el inquisidor ordinario de este reino, no sé cómo pueda obligársenos a tener por propias de sus autores las obras que se imprimen con sus nombres. El testimonio de Cipriano de Valera, que dice haber asistido S. Vicente Ferrer a esta traslación, no basta para negar que sea de su hermano. Mucho menos vale el silencio de Calmet y Nicolás Antonio; los cuales si tuvieran noticia de este epígrafe, hubieran atribuido la versión a D. Bonifacio.

El maestro Jayme Borrell, que aquí se dice haber visto y corregido esta versión, era inquisidor del reino de Valencia por nombramiento del general de Santo Domingo Fr. Marcial Auribelli, y confirmación de la silla apostólica, según la costumbre de aquellos tiempos. Debió ser esto hacia los años 1460. Privóle de este cargo algunos años después el M. Fr. Miguel Morillo, provincial, nombrando en su lugar a un maestro Marques. Mas querellándose Borrell de su injusta deposición, logró que Sixto IV, por su breve de 21 de enero de 1479, mandase al general Fr. Leonardo de Mansuetis que le restituyese su empleo, como se hizo. Hállase este breve en el tomo 3. bull ord. praed. pág. 572. Así que, la corrección de la biblia que aquí se le atribuye, pudo efectuarla hacia los años 1470. Otra cosa quiero añadir, indicada por Rodríguez en la Biblia Valent. (Biblioteca Valentina); porque creen algunos que los padres de esta casa conservaban un ejemplar entero de esta biblia, el cual pereció por su culpa, y sólo se salvó este fragmento. Y cierto no fue así; el P. D. Civera en sus adiciones a los anales, cuenta el modo como pudo haber esa reliquia de aquel precioso trabajo, por estas palabras: “El año pasado de 1645 por el mes de octubre llegaron a mis manos cuatro hojas de papel de marca mayor, que me envió un clérigo de Valencia, diciendo las había hallado entre otros papeles viejos en el archivo de la seo, y eran las últimas de una biblia escrita en lengua valenciana, vertida de la latina por el dicho P. D. Bonifacio, y impresa en Valencia el año 1478. Espantéme mucho cuando tal vi, porque nadie de cuantos de él trataton, que fueron muchos, semejante cosa había dicho, por no haber llegado a su noticia... Y por ser esta cosa tan nueva, me ha parecido encajar la última hoja &c.” Donde se ve que el fragmento se salvó en el archivo de la catedral de Valencia. Tampoco debe extrañarse que hubiese perecido hasta la memoria de esta obra, si es verdad lo que dice Gesnero (Lelong. Biblioth. sacr. cap. IV. art. 3.) que todos los ejemplares de esta biblia fueron quemados. Acaso podrá sospecharse que sean de la misma versión dos biblias MSS. de que habla Lelong (ibid. art. 4.), y existían la una en la biblioteca del rey de Francia en 3. vol. fol. cod. 9831. = 9833, con el título Biblia catalana; y la otra en la Colbertina cod. 3821 en 4.° con el título: Biblia catalana historiis illustrata. Mas esto es adivinar; vamos a otra cosa.

Con la noticia pues que da Ximeno de hallarse en este archivo los opúsculos del P. D. Bonifacio de approbatione et confirmatione Carthusiae, y de Sanctis et miraculis in Carthusiam, buscándolos encontré un breve escrito inédito del mismo perteneciente a la historia de los ritos, con este título: Ordinatio facta per reverendissimum in Christo Patrem, dominum Bonifacium, priorem Carthusiae, de novitio induendo et introducendo in Cellam. Otro códice hay que contiene: Ordo ad visitandum aegrotum. = De apropinquante ad mortem. = Quid faciendum quando tardat mori. = De officio sepulturae: todo según el rito de la orden de la Cartuja. Atribúyese también al P. D. Bonifacio; mas no consta esto con tanta certidumbre como del primero. Incluyo copia de los dos (a: V. el Apénd. n. III. al fin), como también de la carta original de Gerónimo Zurita, que escribió al prior de esta casa D. Miguel de Vera (b: V. Apénd. n. IV) cuando regaló al monasterio un ejemplar de la biblia complutense, el cual se conserva; y al principio del tomo 1.° está pegada la carta. Guárdase allí también una biblia, que fue del uso de Benedicto XIII (Luna) dada al monasterio por mano del mismo D. Bonifacio. Item un misal con canto anotado por el mismo, escrito el año 1400 por el P. Palacia. Otras muchas obras MSS. hay compuestas por varios religiosos doctos de aquella casa desde el siglo XVI, cuya noticia vendrá bien al que trate de continuar nuestras bibliotecas. Son por la mayor parte espirituales, y comentarios de la escritura. Al fin de un vol. fol. miscel. MSS. con el título de D. Exarch y D. Zamora, se hallan varias cartas latinas del erudito Juan Andrés Strany. Una es dirigida Didaco de Mendoza (Diego), valent. proreg. Dat. Valentiae 1520. Otra de la misma fecha Spectatissimo viro Seraphino Centelles, comiti de Oliva. Otras sin fecha ni firma Almuniae, Angelo de Alapuz (Allepuz), Molinae y otros; téngolas todas por del dicho Strany, pues a él se hallan dirigidas las contestaciones de los mismos. Por ser de hombre tan sabio, y por no hacer mención de ellas Ximeno, las hubiera copiado todas, si trataran de materias históricas o de ciencias. En el mismo vol. p. 210 hay varias poesías escritas al parecer por recreo, mezcladas con versos latinos y textos de la escritura. Para desempalagar pondré aquí una muestra de ellas, que me parecen de buena mano.

El trabajo con amor 

Et continuo exercicio 

Fazen al hombre en su officio 

Ser maestro y sabidor.

Face al flaco soffridor 

De trabajos el provecho: 

Grand esfuerzo da el derecho, 

Y la culpa gran temor. 


Ca la vida no se escribe

Días ni anyos contando,

Mas porque vicios esquive

De las virtudes usando.

Otros llaman mal logrado

Al que muere en juventud,

Y yo al que sin virtud

Es á gran vejez llegado.

OTRO. 

Por mucha agua que trayga el azuda

En el alberca rota no puede durar. 

TERCETO. 

Los draperos circunciden, 

No las Varas con que miden, 

Mas las lenguas con que mienten

Más estimable que todo esto es un códice MS. en papel, a lo que parece a fines del siglo XV, y comprende todos los estatutos de los capítulos generales celebrados hasta ese tiempo en la orden de la Cartuja. He rogado a un religioso que me haga con una copia de él, porque es muy útil para la historia De ritibus monachorum. He hallado también un ejemplar latino de la bula de Calixto III, concediendo el jubileo a la iglesia  de Valencia, que empieza: Stella maris; cuya traducción lemosina había enviado por ser tan difícil hallarla en latín.

Nada más ocurre sobre el monasterio de Portaceli. En mi regreso a Valencia me acompañó un amigo, que noticioso de mis tareas me entretuvo muy a mi sabor hablando de las lápidas e inscripciones romanas que se conservan en esta ciudad, y de la curiosidad con que sus historiadores las han recogido é ilustrado, y de lo que aún queda por hacer en este ramo, digno ciertamente de la especulación de los doctos. 

Rodando como suele la conversación, y viniendo a tratar de las que por varias causas han perecido, me dijo.... Mas lo que él dijo, y lo que yo respondí, merece carta separada, que será la siguiente queriendo Dios. 

Valencia. 

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