divendres, 21 d’abril del 2023

CARTA CLIII. Noticia de algunas bibliotecas de Palma de Mallorca y de sus libros y códices más raros y no conocidos.

CARTA CLIII. 

Noticia de algunas bibliotecas de Palma de Mallorca y de sus libros y códices más raros y no conocidos. 

Mi querido hermano: Los ratos y días en que no estaban accesibles los archivos he empleado, según mi costumbre, en el escrutinio de algunas bibliotecas de esta ciudad, notando y apuntando algunas cosillas bibliográficas, dignas de la noticia pública, y no conocidas de nuestros bibliógrafos. Esta colección hubiera sido mucho más completa, si mi salud me permitiera ver todas estas librerías. Pero no ha sido posible examinar más que las tres o cuatro que diré.

Y no me he propuesto hablar de los escritores naturales de la isla. Esta empresa es para otros más desocupados que puedan fijarse exclusivamente en la averiguación de todos los pormenores necesarios para escribir una Biblioteca de provincia. Cosa que aquí está por hacer todavía y que es de esperar no tarde en verificarse, según la buena disposición y amor al bien público que veo en mi amigo el presbítero Don Josef Barberi, el cual de los sujetos que he tratado aquí, es casi el único capaz de esta empresa, para lo cual no basta talento y erudición si no hay genio particular para esta clase de trabajo. En resolución, esto no me toca a mí. Y ya que tomé las notas que digo, allá van y valgan lo que valieren: siempre será añadir algo al acervum mercurii.

En primer lugar en la biblioteca pública episcopal establecida y dotada por el Obispo Don Juan Díaz de la Guerra, vi un cod. ms. fol., cuyas hojas, parte son de pergamino y parte de papel, escrito a dos columnas. Contiene la Summa fratris Monetae, ordinis fratrum Praedicatorum contra hereticos. Es sin duda alguna de fines del siglo XIII, y más antiguo que los pocos códices que disfrutó para la impresión que hizo de esta obra en el siglo pasado el Italiano P. M. Fr. Tomás Agustín Ricchini, de mi orden. Entre algunas variantes que hubieran ilustrado más el escrito hallo que en el lib. 3, cap. 3, donde dicho padre leyó que Moneta escribía su obra en el año 1244, nuestro códice dice: non enim sunt plus quam mille ducenti XL et unus annus, quod ipse (Christus) factus est homo.

Otro códice fol. ms. en papel en el siglo XV, contiene las obras siguientes: Incipit pastoralis liber magistri Francisci Eximeneç; es la obra ya conocida de este doctísimo Franciscano, dedicada a Don Hugo, Obispo de Valencia, y escrita a instancias de Miguel de Miracle, rector de la iglesia de Penaguila, como se ve en su dedicatoria. =

Tractatus de principatu Papae editus a Fr. Augustino de Roma, ordin. heremitarum S. August. = Propositio adversus quosdam curiosos detractores ecclesiae, quia possidet, et super statu eius: facta coram sanctissimo et beatissimo Romano Pontifice Dno. Nicolao quinto, viro devotissimo. Esta obra es de Lope de Espejo, natural de Orihuela, de la cual Don Nicolás Antonio dio una noticia completa y muy conforme con este códice, que se escribió en Italia.

Otro códice, igual al pasado, comienza por el Salustio, que está entero, con todas sus invectivas, y las oraciones de Cicerón tocantes a aquellas guerras. Contiene varias obrillas de ingenio de autores Italianos; y también el Bartolomei Facii ad Karolum Vintimilium de origine inter Gallos ac Britannos belli: cosa del siglo XV. Entre estos escritos se halla uno que más nos interesa, y es: Oratio coram Sanctissimo D. N. Papa facta per reverendissimum in Xpo. patrem dominum Jo.

Maioricen. Episcopum, et Serenissimi Domini Regis confessorem. Es la que ya dije del Obispo Don Fr. Juan García, y que envié con el episcopologio. Estos son los únicos manuscritos que aquí he hallado dignos de atención. También la merecen algunas ediciones raras del siglo XV. Tal es una ignorada de Don Nicolás Antonio (y no sé si del P. Méndez, cuya obra no tengo a mano) de uno de los escritos más famosos de Raimundo Lull. Es un vol. fol. a 2 col. Incipit liber divinalis vocatus Arbor scientiae editus a reverendissimo doctore magistro Raymundo Lull. = Pr.: Deus cum tua virtute incipit arbor scientiae. In desolatione et fletibus stans Raymundus. = Al fin se lee: Deo dante arbor scientiae reverendissimi magistri Raimundi Lull presens opus nuncupatum in nobili civitate Barchinone per Petrum Posa, presbiterum et Cathalanum XXII. augusti anni M.CCCC.LXXXII. correctissime fideliterque completum fuit. Deo gratias. Amen.

Otro impreso hallé aquí, y es el primero de esta isla, del cual daré razón, por si no lo conoció el P. Méndez. Es un tomito en 4.°, de unas treinta hojas, sin foliatura. Empieza así: Incipit tractatus magistri Johannis de Gersonno, Cancellarii Parisiensis de regulis mandatorum. - Prol. Agamus nunc interim quod natura, etc. - Al fin se halla este epígrafe:

Doctissimi magistri Johannis de Gersonno presens opus: opera et impensis reverendi Bartholome Caldenteii, sacre theologie proffessoris impressum est: arte vero et industria ingeniosi Nicolai Calafaii (f. Calafati) Balearici in maiori ex Balearibus imprimentis, anno salutis MCCCCLXXXV, die vero XX mensis junii.

- Sigue: Jacobi Olesie civis balearici vice impressoris ad lectorem epygramma.

Perstrinxit legis praxim moresque Joannes,

Cui de Gersonno nomen habere datur.

Si ergo tuum, lector, pectus celestia tangunt,

Hunc eme: plus solus quam tibi mille dabit.

Iste docet mores sacros, animumque perornat,

Vitaque sit nobis qua peragenda via: 

Quid sit honestum, quid iustum, quid denique sanctum,

Quidve pium monstrat, quae fugienda mala.

Detegit hic celum, et callem flagrantis averni

Neu phlegethonteis afficerere malis.

Ad summam: hic vigili ducit rectore carinam,

Quae mundi immergi naufraga posset aquis.

Huic igitur grates tanto pro munere, lector,

Redde; sed est nobis gratia habenda magis. 

Ille opus exegit: fateor; sed copia habendi 

Nostra est per terras multiplicata manu.

No debo olvidar la noticia de algunas ediciones extranjeras, por ser de aquellas clásicas que con tanto conato examinan y celebran los bibliógrafos de otras naciones. Y sea la primera el Comentario del jurisconsulto Juan Andrés sobre las constituciones llamadas Clementinas, impreso en Roma en 1473, en folio, del cual hay aquí un ejemplar, con este epígrafe final copiado a la letra: "Presens harum Clementinarum preclarum opus Jo. An. iuris canonici lumen. alma in urbe Roma. totius mundi regina et dignissima Imperatrix. que sicut pre ceteris urbibus dignitate preest. ita ingeniosis viris est referta. non attramento plumali calamo neque stilo ereo. sed artificiosa quadam adinventione imprimendi seu caracterizandi sic effigiatum. ad Dei laudem industrieque est consumatum. Per Udalricum Gallum Almanum. et Simonem Nicolai de Luca. Anno Domini M.CCCC.LXXIII. die vero sexta mensis Julii.” Quiso de buena fe el impresor advertir que el libro no estaba escrito con pluma, no tanto por su semejanza con los manuscritos, que es muy grande, cuanto por precaver el daño que sufrieron en París los compradores de las Biblias que imprimió Fausto N., el cual vendió los ejemplares impresos a precio tan subido, como si fueran escritos de mano. Y yo sospecho que este ejemplar está impreso de plancha, y no con caracteres sueltos; y que a eso alude la palabra effigiatum. En fin, de esto podrá decirse más, si conviene, viendo los bibliógrafos modernos.

Lo mismo podrá hacerse con la antigua y primera edición de Apuleyo, de que hay aquí un ejemplar muy bien conservado, en un vol. fol. sin signaturas ni foliatura, donde están todas sus obras, con el Breviario que trabajó Alcinoo de la vida y doctrina de Platón. Allá va su epígrafe final: Lucii Apuleii platonici madaurensis philosophi metamorphoseos liber: ac nonnulla alia opuscula eiusdem: necnon epitoma Alcinoi in disciplinam Platonis desinunt. Anno salutis M.CCCC.LXIX. Paulo Veneto regnante secundo. anno eius quinto. die vero ultima mensis Februarii. Rome in domo Petri de Maximo. No honra menos a esta biblioteca la posesión de otra edición extranjera, pero que puede reputarse por española por serlo el sabio monje de Poblet Blas Romero que la procuró, a quien debe Italia la correctísima impresión de las obras morales de nuestro Séneca, que es la de que hablo. Es la misma de que en mi viaje de Francia encontré dos ejemplares en Perpiñán. No me será desagradable dar aquí su noticia. Es un vol. fol. que contiene todas las obras morales de aquel filósofo, y al fin de sus Proverbios se halla este epígrafe: Sub domino Blasio Romero, monacho Populeti, philosopho ac theologo celebri est impressum hoc opus in civitate Neapolis anno Domini M.LXXIIIII (sic), Divo Ferdinando regnante. En la nota numeral falta la de los centenares que debe ser CCCC. Y aunque al fin no se halla nota de edición, mas es la misma desde el principio al fin del volumen, y no queda duda en que toda es de ese año 1475.

Todos estos libros eran antes de la santa iglesia catedral, de cuyo archivo los sacó el M. I. Cabildo y regaló a esta biblioteca el año 1798 para la común utilidad. Y los ha encuadernado curiosamente y a sus costas el bibliotecario Don Guillermo Remón, presbítero.

En la biblioteca de este convento de mi orden he visto algunas ediciones antiguas, dignas de memoria. Una hay de la Ética y otros libros de Aristóteles, fol., cuya época no pude saber por carecer el libro de las primeras y últimas hojas. Pero ciertamente es de las primeras producciones de la tipografía, como se ve no sólo en que carecen de foliaturas, sino en el aire que se da a los manuscritos, y por un no sé qué que se echa ya de menos a proporción que este arte se fue extendiendo.

De la obra De regimine Principum de fray Egidio Romano, del orden de San Agustín, se halla aquí la versión lemosina en dos diferentes ediciones de Barcelona. La primera concluye así: "Referida gracia al omnipotent Deu es dat fi a la preclarissima e divina obra de moral philosophiae a recolligida de tot lo discors de ethica, iconomica e politica del princep dels philosophs Aristotil per lo litteratissim e (leo litteratissime) reverend mestre en sacra theologia frare Egidi Roma del orde de Sant Agosti, en vulgar catalá, ab algunes gloses molt specials posades en la fi dels capitols, prenent lo vocable textual sobre lo qual es la glosa. Impressa en la insigna ciutat de Barcelona per mestre Nicolau Spindeler empremptador, a despeses del venerable en Johan Çacoma, venedor de libres; emendat e corregit per lo reverend mestre Aleix, regint les scoles en dita ciutat: lo segon dia de noembre, any M.CCCC.LXXX.” Es un vol. fol. sin foliaturas, impreso magníficamente a plana entera. La otra edición tiene el mismo epígrafe final, sino que se dice impresa per Johan Luschner, alemany, empremptador, a despeses del honorabile Franch Torber, mercader alemany... a XXII de octubre, any M.CCCC.XCVIII. Vol. fol. a dos col. sin foliatura. Va lo dicho por si es especie nueva y no conocida, que aquí no me es fácil reveer mis trabajos anteriores ni lo que publicaron algunos bibliógrafos. En la misma duda estoy acerca del autor de esta traducción lemosina, de quien el libro no da indicio alguno.

También se halla el opúsculo del Papa Inocencio III antes de subir a la Silla de San Pedro, De vilitate conditionis humanae, impreso en Barcelona por el presbítero Pedro Posa, año 1499, de cuya obrita ya he hablado otras veces.

Más apreciable es otra edición no conocida de nuestros bibliógrafos, porque tampoco lo es la obrita que contiene. Su autor, el noble Valenciano D. Francisco Carroz, está reconocido por Bayer en la Bibl. vetus de Nicolás Antonio, como poeta de fines del siglo XV. Mas aquí entre los tomos de Varia en 4.° hay un escrito suyo en prosa lemosina, que es y debe llamarse poema moral. Comienza por este título, estampado en la primera hoja con letras grandes: Moral consideracio contra las persuassions, vicis y forces de amor. Sigue en la segunda hoja una carta con este epígrafe: Fon demanada diverses voltes per una persona de gran stima a Don Francesch Carroç Pardo de la Costa una sua moral consideracio; lo qual trames aquella ensemps ab la present lletra. Sigue una carta dirigida al que le pedía su obra, la cual dice que tenía compuesta diez o doce años había. A la carta sigue otra vez el título así: Regoneixença e moral consideracio contra les persuasions, vicis e forces de amor, feta per lo noble Don Francesch Carroç Pardo de la Costa. La obrita con lo dicho compone veinte y ocho hojas de bellísima letra; mas no consta el lugar ni año de impresión, que también carece de foliatura; pero siendo tan parecida a las de aquella ciudad, de donde era natural y donde vivía el autor, es claro que debe tenerse por de la misma, y según conjeturo del año 1480 al 1490. Para muestra de su composición y lenguaje limado copiaré aquí el trozo siguiente. Después que al estilo de los poetas de aquel tiempo personifica a la razón que rebate los argumentos de la pasión y persuade la vanidad y locura de los que sirven al amor (en que hay cosas graciosísimas), el autor, que supone haber oído estos razonamientos en el silencio de la noche y en el secreto de su corazón, concluye así su tratado: "De tan gran excellencia foren vistes a mi les coses hoydes e contemplades, que mes avant los dubtes de ignorancia, la diversitat dels contrasts, e los combats d' importuna temptacio, no trobaren loch en mi. Axi que per gran benaventura mia, vent (veent, veient) la causa de amor condemnada, e la mia flaca força defesa; ¿com pore yo callar e detenirme que les mies altes veus no criden:? ¡O mortals, o mortals! y mes vosaltres enamorats! obriu, obriu los ulls: que aquell, a qui naixer li have, morir li resta: y al que segueix error dolor li es aparellada. No durmau, que temps es de vellar. Vellau, vellau; e si la pesada son dafectio enganosa vos te occupats, tant que clar iuhy nous consenta, desperteus la vostra propria naturaleza, de la qual grans clamors hoig esent que son los que dona. Mirau que diu: liberts, carts, simples, tractables, sens enveja, sens vana gloria, sens superbia, sens crueldat, sens frau, sens cobdicia vos engenrri. De mi no enganos pensament, no cautela simulada, no la fe corrompuda, no falsa religio, ni les tantes diversitats de mals rebés. Hon es lo reçel, hon la vergonya, en veure que pijors finam, que no començam? Esi (E si) aquesta (veu) no basta, que tant y mes de quant bastar deuria, despertenvos los incomportables dans, que de vostres breus y dolorosos delits sentiu. Despertenvos les forces de la raho, e lo premi de la virtut: la una volent, e laltra seguint, sereu guiats, sereu defensats, seran spargits los nuvols que porten ceguedat a la vista, etc.” Tampoco quiero omitir que hablando de los males y precipicios a que el amor ha conducido a los que le siguen, entre los varios ejemplares de los antiguos que cita a este propósito, pone los dos siguientes: Lo nostre Massias, l'  espanyol Oliver de si mateix amant foren homeyers. ¿Quién serán estos Masias y Oliver, homicidas de sí mismos por la fuerza y violencia de su amor? Sin duda serían desgracias recientes y conocidas de todos en tiempo del autor. Item: he advertido que a lo que ahora llamamos minutos de hora, él todavía llama puntos, cuando pintando la vanidad que suele reinar en los profesores de las artes y ciencias dice: "Pasem al astrolech: sent com les steles e los signes, los planets tarts o langers en hores e punts ab lo seu moviment les spheres discorren.” Debes saber que hasta fines del siglo XV no se conoció el nombre de minutos. Y baste de su libro: el cual, si me queda ocio para ello, he de copiar entero. Vamos a otra cosa.

Hállase aquí la edición que creo ha de ser rara de la obra siguiente de medicina: Johannis Maliani, Mediolanensis quaestio de caliditate corporum humanorum tempore hiemis et estatis, et de antiparistasi, ad celebrem philosophorum et medicorum universitatem Ticinensem. = Al fin del tratado dice el autor: Finita Galiate X octavo mensis novembris M.CCCC.LXXII. Luego sigue este dístico tipográfico:

Mira Parmensis Zaroth me Antonius arte

Anguigeri prima fecit in urbe ducis. 

M.CCCC.LXXIIII. die XX. septimo augusti.

Es un vol. en fol. de sesenta y dos hojas, impreso a dos columnas sin foliatura ni signatura alguna, muy bien conservado.

De la obra lemosina de albeiteria de Manuel Díez se halla aquí una edición no conocida, y sin duda anterior a las que lo son. Dice así el epígrafe final: "Fonch estampat lo present tractat molt necessari e profitos per qualsevol cavaller ho gentil home, ço es, per saber coneixer qualsevol malaltia ho accident que pot venir al cavall ho a la mula e saber curar aquelles. E fonch estampat en la insigne ciutat de Barçelona al Bany nou per Dimas Bellestar y per Joan Gigló. E fonch acabat a XVIII del mes de juyn del any M.D.XXIII.”

Del Español Salvador Matamoros habló Nicolás Antonio, mas no tuvo noticia de la siguiente obra suya: "Reveren. D. Bacalaurei Salvatoris Romani Matamoros Hispani. = Computus novus ecclesiasticus sive Romanus, in quo multa ad diversarum rerum notionem continentur, aureus scilicet numerus, concurrens sive epacta, littera dominicalis, dierum festorum mobilium inventio, lunae coniunctiones, etc. = Quae omnia unusquisque perpetuo absque breviario, calendariove, summa brevitate facillime per sinistrae manus iuncturas consequi poterit; noveritque quantam ipse reveren. baccalaureus Salvator ecclesiasticis nedum, sed et laicis omnibus utilitatem miro attulerit artificio. = Venetiis apud Jacobum Picaiam excudebat 1570.” Todo es del frontis del librito en 4.° dedicado al Cardenal Cervantes, Arzobispo de Tarragona. El autor dice que concluyó esta obrita idibus aprilis 1567 in Romana curia.

Estas y otras antiguallas bibliográficas hay en esta librería, que ciertamente no merecen el desprecio y olvido en que yacen, que respeto de algunas de ellas llega a algo más que a desaliño y poca curiosidad.

La biblioteca de los PP. Capuchinos llamó particularmente mi atención, y llamará la de cualquiera que tenga gusto de ver una pieza aseada, y unos libros colocados y cuidados como se merecen tan fieles amigos. Esto debe la que digo a su bibliotecario el P. Fr. Luis de Villafranca, que no sólo la ha enriquecido con su diligencia, sino que ha encuadernado por su mano los libros, restituyendo a muchos la vida, que estaban a punto de perder en manos de especieros, y de otros que no lo son. Valiole para esto un conocimiento no vulgar en la bibliografía, amén de los que posee en la historia de su patria. Pero lo que más le agradecí fue la colección de ediciones del siglo XV, que tiene reunidas con algunas obras manuscritas, de los cuales me he propuesto indicar las más notables para ilustración de los extranjeros, que en esto, como en otras cosas, debían habernos tratado con menos orgullo.

Posee, pues, esta biblioteca la primera impresión de los XXXVII libros de Historia natural de Plinio, impresos en Venecia por Juan Spira en 1469; en un vol. fol. max., y tan bien conservado, que yo dudo puedan estarlo más los que posean otras naciones.

Una Biblia fol., a dos col., sin principio ni fin; mas su carácter, abreviaturas, tinta y otras notas, la hacen atribuir al 1470, o por ahí.

El opúsculo que el Papa Sixto IV escribió, siendo Cardenal, sobre la famosa cuestión De relicto in terris Sanguine Christi; al cual sigue el otro tratado suyo, también conocido, De potentia Dei. Todo compone un vol. fol. entero y bien conservado, sin año ni nombre de impresor. Mas debe advertirse que al libro precede una epístola dedicatoria al mismo autor, siendo ya Papa; y en ella, al fin, se lee lo siguiente: Johannem Philippum de Lignami Messanen. Siculum insuper, B. pater, ita commendatum in omnibus habeas, ut S. tuae servum, ut egenum, ut fidelissimum, immortalitatisque et laudum tuarum studiosissimum. Cabalmente este Felipe de Ligname era un impresor de Roma, de quien quedan algunas ediciones de los años 1470, 73 y 75. ¿Y no bastará la circunstancia de expresarse su nombre en aquella carta para decir que él la imprimió con toda la obra? Porque si fuera otro el artífice, no es regular que él, con sus mismas manos, eternizara el nombre de otro artífice; y en caso de recomendación al Papa, buscaría la suya primero que la ajena. Todavía queda que observar en este libro; y es que al fin, después del registro de los cuadernos, hay en medio de la plana estas palabras, y de esta manera:

GOD

.AL

Las cuales no sé explicar. Y si alguno quiere que expresen el nombre y apellido del impresor, y si es así en la realidad, entonces vendrá abajo la conjetura que dejo apuntada. Sea enhorabuena; venga abajo; entretanto no me pesa de haberla indicado. Tal vez sea Deo gratias en alemán (Gott sei Dank).

Un vol. en 4.° contiene las obras del Petrarca. Al fin de sus canciones y sonetos se halla esta nota: Qui finisce le canzone et sonecti del Petrarcha, poeta excellentissimo, facte in Roma nel tempo del Sanctissimo in Xpo. Patre et Signor nro. S. Paulo per la divina providentia Papa II. et del suo pontificato anno septimo. Nelli anni del nro. Signor jho. xpo. M.CCCC.LXXI. a di X. di luglio. A este epígrafe siguen todavía otras canciones del mismo, y un compendio de su vida. Conocen los extranjeros las ediciones de estas poesías del año 70 y 73; mas esta del año 71 no la conocen.

Lo mismo sucede con la impresión de la suma Defecerunt de San Antonino de Florencia de 1476, hecha en Venecia por Juan de Colonia y Juan Manthen de Gherretzhem. Del mismo Santo está la edición ya conocida de la Suma, impresa en 1477. Lo mismo con la del libro IV de los Sentenciarios de mi Angélico Doctor Santo Tomás de 1478, cuyo epígrafe final dice así: Preclarum hoc opus Quarti scripti Sancti Thome de Aquino artificiosa quadam adinventione imprimendi seu caracterizandi, absque ulla calami exaratione sic effigiatum, et ad Eusebiam Dei industrie est consummatum Venetiis per magistrum Leonardum Vvild (Wild) de Ratispona anno Domini millesimo quadringentesimo septuagesimo octavo. die decima octava mensis marcii. Lo mismo con esta otra: Fenestellae de magistratibus romanorum opus clarissimum ac perutilissimum. Impressum Mediolani in kalendis mensis Februarii. M.CCCC.LXXVII., en 4.°, sin foliatura. = Dejo aparte otras muchas de escritores de mi orden, que estas las he notado en su Biblioteca particular, donde lo lucirán bien.

No tengo ocio para examinar si las que voy a decir son o no conocidas; mas ellas son antiguas, y merecen serlo. = Un vol. fol.: Expletum est opus istud moralium beati Gregorii pape diligentissime correctum et emendatum per D. Bartholomeum Cremonen. canonicum regularem. Impressum Venetiis per Reynaldum de Novimagio Teoteutonicum anno Domini millesimo quadringentesimo octuagesimo, quartodecimo Junii, presidente Venetiis inclito duce Joanne Mozenigo. = Otro idem: Excellentissimi historici Platinae in vitas summorum pontificum ad Sixtum IIII. pontificem maximum preclarum opus feliciter explicit. accurate castigatum ac impensa magistri Joannis Vercellensis. M.CCCC.LXXXV. die X. Februarii. = Otro en 4.°: Expliciunt Sermones Giliberti super cantica canticorum Salomonis per Nicolaum Florentie, anno Domini. M.CCCC.LXXXV. sexto decimo chalendas maias. = Otro idem: La Suma de ecclesiastica potestate del Agustiniano Fr. Agustín de Ancona, en Venecia, 1487, por Juan Leoviler de Hallis. = Otro en fol.: Opera et libri Thomae de Kempis hac charta quam salutari fine clauduntur in vigilia Andreae Apostoli anno Xpi. 1494. Nuremberge per Caspar Hochfeder Opificem accuratissime impressi. = A este tenor hay otras muchas ediciones extranjeras de escritores de otras naciones, cuyo catálogo sería larguísimo; y que no omito por eso, sino porque quiero decir lo que hay de cosas nuestras. Pero antes me ocurre no dejar en el olvido una impresión, que es sin duda alguna de las primeras, aunque no se notó ni el año ni el lugar, con ser así que el volumen, que es en 4.°, está completo; el cual tiene la singularidad de notar los folios en cifras romanas al pie de las planas: y son en todo ciento ocho. Contiene los siguientes tratados: Epistola beati Eusebii ad Damasum Portuensem episcopum, ad Theodosium Senatorem romanum, de morte gloriosi Jheronimi doctoris eximii: = Epistola beati Cirilli secundi Jherosolimitani episcopi ad Augustinum Aurelium doctorem Iponen. episcopum de miraculis beati Jheronimi doctoris eximii. Vamos ahora a nuestras cosas.

Del célebre Antonio de Nebrija dice Don Nicolás Antonio que el año 1508 todavía no había publicado su famoso Diccionario. ¿Cómo podré yo creer tal cosa, cuando le hallo aquí ya impreso en 1507, y lo que es más, traducido al idioma catalán? Pues ello es así. Tienen estos PP. un vol. fol., que comienza por la dedicatoria de Nebrija a Don Juan de Zúñiga, traducida del latín al catalán, e impresa a dos columnas. Sigue el Diccionario del latín a la correspondencia catalana; y al fin de él este epígrafe tipográfico: "Aelii Anthonii Nebrissensis grammatici lexicon ex sermone latino in hispaniensem Barchinone impressum per Karolum Amorosis impençis fratris Guabrielis Busa, ordinis divi Augustini anno M.D.VII.” = Después de esto, en la misma plana final, dice de letras muy gruesas: Vocabularius Aelii Anthonii Nebrissensis. Y en la plana siguiente empieza la dedicatoria al mismo Zúñiga del Diccionario castellano al latín, traducido también al idioma catalán lo que aquel sabio escribió en castellano: y luego el Diccionario catalano-latín. Al fin del cual hay esta nota: "Aelii Anthonii Nebrissensis grammatici dictionum hispanarum in latinum sermonem translatio explicita est. Ac denuo ex hispano in acetanicum idioma accuratissime nitidissimeque transcripta: impressaque Barcinoni per Carolum Amorosis, impensis fratris Gabrielis Busa. anno millesimo quingentesimo septimo, nono calendas octobris.” Antes de pasar adelante, reflexiona dos cosas: 1.a, que en estos epígrafes claramente se dice que la versión catalana se hizo de la edición castellana: 2.a, la rareza de llamar acetanicum al idioma catalán, en lo cual sin duda quisieron decir Lacetanicum, aludiendo a los pueblos Lacetanos, que en tiempo de los Romanos eran el territorio de Barcelona y sus inmediaciones. Todavía me falta decir algo de este libro, y es un epigrama que el impresor Carlos Amorós puso al fin, de esta manera: Idem Carolus ad lectores de impressione tetrastichon.

Si quando nostris placuit candore metallis

Hanc eme, que tota candida parte nitet: 

Hanc eme; nec pavidus faciat deponere pallor

Nummorum, quando venditur aureolo.

No es menos apreciable la edición del Tito Livio, traducido al castellano, del año 1516, que ni Nicolás Antonio, ni Pellicer (Biblioteca de traductores), ni otro alguno que yo sepa, conocieron. Y el caso es que yo tampoco conozco al traductor. Pero aquí está su obra en un vol. fol. de ciento ochenta hojas, a dos columnas, que contiene las tres Décadas primeras de dicho historiador. La nota de la impresión dice así: Aquí se acaban las decadas de tito livio nuevamente emprimidas en la imperial ciudad de Toledo por Juan de Villaquiran imprensor (sic) de libros. Acabose a veynte dos dias del mes de Março año del nascimiento de nuestro redemptor et salvador Jesuchristo de mill et quinientos et deziseis años.

Al fin del mismo vol., en que está la edición de Fenestella que cité arriba, se hallan los dos breves escritos de nuestro Diego de Muros: Breve epithoma rerum apud Malacam gestarum anno M.CCCC.LXXXVII. editum

per D. Murum Reverendissimi D. Cardinalis Hispaniae secretarium: ad reverendissimum patrem et amplissimum dominum D. Jo. Episcopum  Albanensem Cardinalem Andegavensem ex castris missum. Son cuatro hojas en 4.° = Ad Reverendissimum D. Cardinalem Andegavensem Didaci Muros R. D. Cardinalis Hispaniae secretarii de victoria Serenissimi Regis Hispaniarum contra mauros granatenses anno LXXXVIII. feliciter parta Epistola incipitur. Esta carta está fecha en Murcia a 4 de las calendas de agosto, año 1488. Estas dos obrillas, aunque impresas, son de las que deben reputarse por manuscritas, porque su misma pequeñez las ha hecho raras; y así irán copiadas para nuestras Colecciones. De ellas hizo mención Don Nicolás Antonio. Mas, ¿de dónde sacaría este bibliógrafo que Diego de Muros era religioso Mercenario y Obispo de Tuy en el año 1473? Porque estos escritos de los años 1487 y siguiente suponen que no hubo tal cosa, si bien lo miramos.

A continuación de estos impresos se halla otro,

intitulado: "Oratio Antonii Geraldini prothonotarii apostolici, poetaeque laureati, ac regii oratoris, in obsequio canonice exhibito per illustrem Comitem Tendille per prothonotarium Methimnensem, et per ipsum prothonotarium Geraldinum nomine Serenissimorum Ferdinandi regis et Helisabet regine Hispanie Innocentio octavo eius nominis pontifici maximo.” También irá copiada, para el objeto que dije, esta oración, al fin de la cual se dice: habita Rome XIII. kal. Octobris anno salutis sexto et octogesimo supra CCCC. et M. Y digo que la copiaré, no sólo por pertenecer a cosas de España, como es la embajada de nuestros Reyes al Papa, sino también porque yo tengo a su autor Geraldino por Español. Muéveme a ello: primeramente el verle encargado de dicha embajada, junto con otros dos Españoles, y por unos Reyes que ninguna necesidad tenían de dar este honor a un extraño. Por otra parte, en mi Viaje a la iglesia de Gerona, en un códice manuscrito, donde el curioso Catalán Pedro Miguel Carbonell dejó escritas varias cartas y poesías de sus amigos, hallé algunas poesías latinas de este Antonio Geraldino, y de otro del mismo apellido, llamado Alejandro, apellidándose ambos Amerenses. Lo impuestos que ambos se muestran en nuestras cosas en aquellas composiciones, y la particular amistad con nuestros literatos de aquel tiempo, me han movido siempre a tenerlos por nacidos en Amer, villa de Cataluña, y por unos de aquellos Españoles, a quienes el benéfico reinado de Alfonso V de Aragón atrajo a Italia, donde con mucho honor nuestro cultivaron las ciencias.

Todavía queda otra cosilla en este volumen; y es: Valasci Ferdinandi, etc., illustrissimi Regis Portugalliae Oratoris ad Innocentium octavum pontif. max. de obedientia oratio: la cual tampoco es conocida, que yo sepa.

Vaya ahora la breve noticia de una obrita lemosina, sino que no conozco a su autor, ni aun consta el año de la impresión ni el lugar; pero es indubitablemente de fines del siglo XV. Es un tomito en 4.°, de ciento veinte hojas, en la primera de las cuales, que es la portada, se ve dibujado un penitente confesando sus culpas a un religioso, y al pie de la estampa se lee:

Dels confessors la vera guia

Dels confitens segura via.

En la hoja siguiente, al principio de la obra, se lee este título: Enterrogatori e confessional en quatre parts suptilment dividit. Es lo que indica: método para confesarse.

Hay también un Diario de los sucesos de la armada de la liga, mandada por el Serenissimo Señor Don Juan de Austria en los años 1571, 72, 73 y 74: escrito por Fr. Miguel Cerviá, religioso Franciscano, natural de Mallorca, Vicario general de la armada (según se dice) y confesor de dicho Don Juan, como él mismo lo dice, al fin del año 1572. Es un tomito corto, manuscrito, en 4.°, que dándolo Dios copiaré antes de marchar.

Del notario Catalán Francisco Solsona está el Stilus capibreviandi, o de ordenar los Cabreos (capbreus), de una edición muy anterior a la que indica Nicolás Antonio del año 1561, y esta es de 1547, en Barcelona, por Salvador Leget. Y ya que lo nombré, allá va su título entero: Stilus capibreviandi, cum multis questionibus, ac aliquibus regie audientiae decissionibus ad rem facientibus, cum formis creandi iudices, concessionum territoriarum, stabilimentorum, novarum laudationum, recognitionum, amortizationum, et aliquarum litterarum ordinario et alcaldis missarum. Al fin del tratado, dice de sí mismo el autor que nació en la villa de Anglesola, que lo es de Cataluña.

Manum de tabula, porque si hubiera de notar todas las impresiones que voy hallando omitidas por nuestros bibliógrafos, faltaría al principal objeto de mi viaje. Esa ocupación sería muy propia de la biblioteca real, por ejemplo, que ya debió aumentar y enmendar la Biblioteca nova de Nicolás Antonio, cuando la reimprimió en 1783, y no dárnosla tal cual la dejó su autor. Y no porque yo tenga esta carga por tan propia de aquel establecimiento, dejo de apuntar cuanto puede contribuir a aquel objeto, sino que no lo digo aquí, porque su lectura sería muy molesta. Además de todo esto hay en la misma librería los códices rituales propios de esta diócesi, de que ya hablé en lo de ritos, y otros Misales impresos a fines del siglo XV y principios del siguiente; de todo lo cual se sirve Dios, como sabes, para la historia general de nuestros ritos antiguos.

Un caballero particular de esta ciudad, llamado Don Antonio Ignacio de Pueyo, posee una biblioteca curiosa con algunos mss. que merecen memoria, y son:

Un códice fol. men. en vit. ms. en 1291, como se lee en el frontis, y contiene todos los privilegios y franquezas concedidas hasta aquella época a los habitadores de Mallorca, así por el Rey Don Jaime I de Aragón, como por su hijo Don Jaime, heredero de estas islas, antes y después de reconocerse feudatario de su hermano Don Pedro III de Aragón. Están copiadas enteras las mismas escrituras, pero traducidas al lemosín; y aunque esto desmerece en la diplomática es apreciable para ver el uso que se hacía del idioma lemosín y su riqueza. ¿Y qué había de hacer sino copiarlo todo para aumentar con este los cuerpos de legislación del siglo XIII y XIV que tengo recogidos? Allá va pues (a: Ap. núm. XII.). Sólo he omitido los Usatges de Barcelona que están al fin del libro, porque estos ya son conocidos en el continente. El códice debió servir para alguna curia o corte o dígase juzgado de esta isla; si no es que digamos que sirvió para uso de algún Judío o de su aljama de esta ciudad en atención a algunos letreros rabínicos que se hallan en algunas hojas. Al lado de este códice está colocada y muy bien otra colección de los privilegios concedidos a los Judíos de Mallorca en los siglos XIII y XIV; de la cual he podido copiar pocos documentos.

Otro códice, fol. max., de mayor mérito, aunque no de tanto provecho, es el que contiene las obras del poeta Stacio Papinio Surtulo, es a saber, los XII libros del Thebaidos, los V del Achileidos (a) y los IV de las Silvas. Es sensible que a todas estas obras falten algunas hojas al principio, porque el códice es de gran lujo y indubitablemente del siglo XII, como se ve en la letra minúscula del texto. Y aunque los Italianos del tiempo de Alfonso V de Aragón remedaron estas antiguallas, esta sin embargo la tengo por del siglo que he dicho. 

Hay también un fragmento (en dos hojas en fol. que habían servido de cubiertas a algún libro) del concilio IV Toledano, esto es, desde su cap. 42 hasta el 70, ms. del siglo XI, y en el que he notado algunas variantes.

Posee también dicho caballero algunos opúsculos raros ya entre los literatos. Item: la obra del Cardenal Besarion Adversus calumniatorem Platonis, de la edición romana del siglo XV, sin nota de año, por Conrado Suueynbeym y Arnoldo Panartz.

(a) Después de mi regreso al continente he visto algunas ediciones de este poema Achilleidos, en las cuales sólo se conocen sus dos libros primeros. Si los tres restantes son de Stacio y no se han publicado aún, ¿cuánto más sube el precio de este códice?

Item el Teophrasto De historia et causis plantarum, impreso en Tarvisio en 1483, con algunas otras curiosidades.

Y esto y no más digo de las bibliotecas de Mallorca.

A Dios. Palma, etc.

CARTA CLII. Códices rituales existentes en Mallorca:

CARTA CLII.

Códices rituales existentes en Mallorca: noticia de algunos ritos antiguos de su iglesia: solemnidad notable de la misa pontifical: funeral de sus Obispos: muestra de las neumas en su canto: modo singular con que se cantaban los himnos de las horas en algunas fiestas: culto de los llamados Santos Mártires Cabrit y Bassa e historia de su martirio.

Mi querido hermano: Hoy estamos de ritos: materia agradable para mí y para cuantos tengan nociones de la disciplina eclesiástica; y muy abundante en esta iglesia, en que ciertamente he hallado, contra toda mi esperanza, cosas dignas de la historia general de los ritos antiguos de España. Y es que a pesar de su vecindad a las iglesias del continente, que le obligó a admitir muchas de sus costumbres, la independencia en que estaba de su metrópoli le proporcionó mayor libertad en adoptar otras peculiares suyas, como parecía a sus Prelados y Capítulo, que entonces eran libres en esta parte. Las fuentes de que me he valido para estas noticias son: 1.°, La Consueta de tempore o libro en que están prescritos los oficios de dominicas, ferias, festividades movibles de Cristo, etc. Es un cód. fol. vit., harto maltratado con la humedad, pero que todavía he podido disfrutar bien. Está escrito con lujo hacia la mitad del siglo XVI, y según conjeturo, antes de la muerte del Obispo Don Antonio Colell, esto es, antes del año 1363. En el rito de la fiesta del Corpus se habla de la muerte del antecesor Berenguer Batlle, y de las alhajas que él y su padre habían regalado a la iglesia, de las cuales se manda usar sólo en la sobredicha fiesta, y esta ordinación se dice hecha a 5 de junio de 1360. Más claro es lo que en la rúbrica del miércoles santo expresa sobre la porción de candelas que el Sacrista debía dar al clero; cuya costumbre antigua dice que confirmó D. Antonius Episcopus Maioricensis, qui nunc ipsi ecclesiae praesidet. Y si alguno me objeta que pudo aquí hablarse del Obispo inmediato sucesor, que también se llamó Antonio (Galiana), que murió en 1375, no me empeñaré en sostener mi conjetura, porque siempre queda salva la antigüedad del códice, anterior a ese año citado, no hallándose ya otro Obispo Antonio hasta el 1496, época a que ciertamente no pertenece. 2.° La Consueta de Sanctis, códice de folio mucho mayor que el antecedente, pero escrito con igual prolijidad y esmero. Ordenose a principios del siglo XVI, porque no sólo trae el oficio de la Visitación de nuestra Señora y el de su Concepción, atribuido a Sixto IV, sino que en el cuerpo cita Actas capitulares del año 1505 (en el día de la Presentación) y del 1512. Yo creo que este es el códice cuya conclusión encargó el Capítulo en acta de 9 de enero de 1516 al domero de esta catedral Don Juan Font y Roig. Es imposible tratar de los ritos de esta iglesia sin hacer honorífica memoria de este docto presbítero, que era ya domero en 1496, y tanto trabajó en este ramo de ritos, como diré luego. Yace en la capilla de Santa Cecilia al lado del evangelio con su breve inscripción. Cuando se publique la biblioteca Mallorquina, podrán contarnos sus autores la vida de este ritualista. Yo sigo mi plan hablando de otros códices que son suyos.

3.° Consueta de la sacristía: libro manuscrito en papel, donde está notado cuanto pertenece al régimen de la sacristía, campanas, etc.

4.° Los libros de fábrica, sacristía, aniversarios, etc., etc.; en todos los cuales están indicadas por incidencia las costumbres de los tiempos antiguos. Todos los códices dichos están en el archivo de esta catedral.

En el convento de PP. Capuchinos he disfrutado otros Rituales, y son:

5.° Missale secundum usum almae Maioricensis ecclesiae: impreso en Venecia por Giunta en 1506, siendo Obispo Don Antonio de Rojas. Pero estaba ya ordenado muchos años antes, como se ve en el rito del sábado santo, donde se manda que en la tablilla se ponía en el cirio pascual se notase el año 1473.

6.° Ordinarium de administratione sacramentorum cum pluribus additionibus adeo necessariis secundum ritum almae Sedis Maioricensis. Dispúsolo el citado Font (siendo Obispo Don Rodrigo Sánchez de Mercado), como yo creo que también dispuso el Misal sobredicho, aunque esto no consta, como consta lo del Ordinario en su prefacion. Al fin se dice impreso en Valencia por Juan Jofre en 1516.

7.° Otros tres o cuatro códices mss. hay allí mismo, muy dignos del esmero con que los conserva el erudito P. Fr. Luis de Villafranca, bibliotecario, con cuya amistad me honro, sino que algunos de ellos están incompletos. De todos me he servido, singularmente de un Breviario que se escribió antes del año 1303, que es el primero en que comienza la tabla pascual que pone al fin del códice, la cual acaba en 1353. Estos son los originales de donde he tomado abundantísimas noticias y copias completas de ritos, que quedan ya en su respectivo legajo, para cuando Dios quiera darme oportunidad de escribir la historia de nuestra disciplina ritual antigua. Sin perjuicio de esto, que precisamente debe tardar algunos años, hoy daré una muestra de lo que ello era y de la variedad de los ritos más principales. Y comenzando por los ordinarios y comunes de todo el año, iré diciendo los que me vengan a mano. En todas las vísperas se decía un responsorio propio de la fiesta después de la capítula, como aún ahora usa mi orden. El Magnificat se cantaba en la mayor parte de las fiestas yendo el clero en procesión (como aún hoy se usa) al altar del santo del día, donde se concluían las vísperas con dos Benedicamus, el segundo después de las conmemoraciones. En las completas siempre antífonas propias del día, y en las de Cuaresma el responsorio In pace, etc., en lugar de In manus. En los responsorios VI y IX de maitines se decía Verbeta, esto es, la prosa rimada que ya he dicho varias veces. Antes de los laudes versículo propio, como ahora en mi orden, al cual llamaban Declinatorium. En todas las fiestas el invitatorio se cantaba en voz baja hasta el tercer versículo, como el introito de la misa hasta el Gloria Patri, del mismo modo que aún hoy usan en Barcelona y otras partes. Al fin de completas aspersión del agua bendita con el responsorio Asperges me. El Asperges, o como llamaban Salispasso, en las dominicas comenzaban en el altar mayor por el preste, quien de allí iba al coro rociando el pueblo a uno y otro lado, y en el coro decía la oración.

Decíase todo el año el oficio parvo de nuestra Señora, es a saber, los maitines rezados (legendo) y las vísperas cantadas a voz baja. Mas en el tiempo de Adviento los responsorios de maitines se decían rezados hasta su última palabra, la cual se cantaba; seguía el versículo con canto, después del cual la presa rezada, hasta la última palabra de ella que se volvía a cantar. El autor de la Consueta de Sanctis, ms. a principios del siglo XVI, dice que preguntó a los ancianos de la iglesia la razón de esto; y que le respondieron haber oído decir a sus antepasados que esto se había introducido para imitar el canto de la sinagoga, cuyos sacerdotes deseaban ardientemente la venida del Mesías. Aliam rationem, dice, non invenimus. Siempre que celebraba misa pontifical el Obispo de esta iglesia le acompañaban doce presbíteros con ornamentos sacerdotales, es a saber, los cinco curas de la ciudad, los capellanes de los hospitales de San Andrés, San Antonio de Padua y Santa María Madalena, con cuatro presbíteros de la catedral. Así lo establece la Consueta de mediados del siglo XIV, en que se supone ya este rito muy antiguo, y de él hacen mención las constituciones pro choro del Obispo Berenguer Batlle, hechas en 1333, como vimos en el episcopologio. Según esto, ¿qué diremos del cronista Dameto y de los demás que aseguran que esta solemnidad comenzó en el Obispo Gil Muñoz a mitad del siglo XV, como privilegio y distinción concedida a sus sucesores por haber él obtenido bien o mal los honores pontificios?

Las fiestas en que el Obispo celebraba de esta manera eran la de Navidad, de jueves santo, de Pascua, de Pentecostés, de la Asunción de nuestra Señora y la de Todos Santos. Dichos doce presbíteros con capas pluviales acompañaban al Obispo a la procesión claustral, concluida la tercia y para la misa vestían todos casullas. Con este acompañamiento salía el Obispo al altar, y dicha allí la confesión, se subía inmediatamente a la silla que está detrás del altar mayor, de que te hablé en los correos anteriores, y allí comenzaba la misa, entonaba la Gloria, etc. hasta el Dominus vobiscum, después del Credo, y mientras en el coro se cantaba el ofertorio bajaba al altar a continuar la misa hasta el fin. Después del Pater noster y de la fracción de la hostia, dicho Per omnia saeculorum, antes de decir Pax Domini, etc., se entonaba en el coro el versículo Princeps ecclesiae, y luego el diácono, tomando el báculo pastoral, vuelto al coro decía el versículo Cum mansuetudine, etc., y el coro respondía el versículo Humili voce, etc. Hecho esto, el Obispo, que había dejado sobre la patena las partículas de la hostia, y el cáliz cubierto, tomando la mitra y el báculo en la mano derecha, se volvía de cara al pueblo, apoyando el codo derecho sobre la espalda del diácono, y el izquierdo sobre la de su socio, vestido de capa. Este socio iba en todos los pontificales, a la izquierda del Prelado, en lugar del subdiácono, que tenía otros objetos. En esta aptitud daba la bendición al pueblo, como se prescribía en el Ordinario. Concluida la cual proseguía la misa hasta el fin.

En el día de jueves santo se celebraba con el mismo aparato la consagración de los óleos, aunque la hiciese un Obispo auxiliar, único día en que se concedía esta distinción a los que no eran Obispos propios de esta iglesia. Y como de estos Prelados titulares solía haber muchos a un tiempo en esta isla en los siglos XIV y XV, las Consuetas tienen gran cuidado de distinguirlos para esto del Obispo propio, a quien llaman Episcopus proprius: lo Bisbe major. A esta misa pontifical solemne llaman las mismas en lemosín fer seu (hacer silla), en alusión a la de las espaldas del altar. De paso advierto que de esta solemnidad, que estaba en práctica a fines del siglo XIV, debe inferirse cuál sería el altar que se construyó y consagró en 1346 por el Obispo Berenguer Batlle, es decir, más bajo que la silla episcopal, desde la cual el Prelado debía ser visto del pueblo por encima del altar. De esto se dijo ya en lo de la fábrica.

En la elección y entrada de los Obispos no hay cosa que notar. En su muerte se sacaba su retrato en yeso para la estatua, que después de enterrado se ponía en una de las salas de palacio, en su féretro, con ornamentos pontificales, a donde el clero, formado, iba todos los días, concluidas las completas, a cantar un responsorio, hasta que se verificasen sus exequias, rodeando la estatua todos los parientes y familiares del difunto, encapironats. El día de las exequias llevaban la estatua en procesión por la ciudad, haciendo la vuelta del día del Ángel Custodio; a cada uno de sus lados iba un home encapironat e cascu aportera un ventall de ploma de paguo, y anira aventant la dita estatua. Concluida la procesión cada comunidad cantaba su responsorio al rededor de la estatua, la cual quedaba en la catedral para la misa de cuerpo presente, que se celebraba al otro día. Todo esto es de la Consueta de la sacristía, manuscrita a principios del siglo XVI.

Viniendo ahora a tratar de los ritos particulares de cada fiesta, seguiré el orden del año eclesiástico. En el cual, lo primero que ocurre es la fiesta del Obispillo, en el día de San Nicolás, cuya elección hacían todos los niños que servían en la iglesia, inmediatamente antes de las vísperas del Santo, en las cuales asistía ya a la estación en su capilla durante el Magnificat, dando después la bendición episcopal. Luego era conducido por todo el clero a la parroquia de San Nicolás, y allí, y a su vuelta en el altar mayor de la catedral, daba también la bendición. En suma, por no repetir lo dicho en otros viajes, en este día hacía todos los oficios episcopales, y los presbíteros más ancianos servían los ministerios de los niños. Su principal fiesta era el día de Inocentes, como diré en su lugar.

En la fiesta de la Concepción de nuestra Señora, concluida la lección VIII de maitines, antes de decirse Tu autem Domine, entonaban dos cantores la antífona Tota pulcra es amica nostra, columba nostra; y otros dos decían et macula originalis non est in te; y los cuatro juntos Alleluia; y luego, el que dijo la lección, la concluía con el Tu autem. Esta fiesta se celebraba ya aquí en 1397.

La de la Expectación de nuestra Señora la introdujo aquí el Obispo Don Gil Sánchez Muñoz, hacia la mitad del siglo XV.

En los maitines de Navidad (omitiendo por no molestar otras mil curiosidades) las tres homilías eran las lecciones VI, VII y VIII; la IX era la acostumbrada en la Sibila, con las mismas formalidades que de otras partes. Este rito se abolió a mitad del siglo XVI; mas hacia el 1572 se restauró momentáneamente a instancias del Obispo Don Juan Vich, y también se introdujeron entonces las letras vulgares, que llaman Villancicos. En la segunda lección, Consolamini, cantaban dos las palabras Vox dicentis. Y uno solo: Clama. El otro: Quid clamabo? El otro: Omnis caro fenum. Los dos juntos: et omnis gloria eius, etc. El responsorio VI, escrito en música al fin de la Consueta de Tempore, nos conserva una muestra clara de lo que era el neuma en el canto. Decíase en él, antes del Gloria Patri, la verbeta siguiente, de esta manera: Dos cantores: Hunc prophetae cecinere. Otros dos: e e e. Dos: Nasciturum Christum ex Virgine. Dos: e e e. Dos: e e e. Dos: Egrediens. Dos: Ta a a. Dos: a a a. Dos: a a a. Los cuatro: Tamquam sponsus Dominus procedens de thalamo suo. Dos: Gloria, laus et potestas. Dos: a a a. Dos: Decus, atque virtus sit perhen... Dos: i i i. Dos: Honor Jesu Christo et aeterno. Dos: o o o. Dos: Glo... Dos: o... Dos: o... Dos: o... Los cuatro: Gloria Patri et Filio, etc. En lo demás había evangelio, Liber generationis antes de laudes: estas dentro de la misa, y en la antífona 5.a Pastores respondían desde el altar mayor los niños: Infantem vidimus, como otras veces hemos dicho de otras iglesias. En este día y los siguientes no se decía en la misa mayor la prosa Laetabundus, sino sólo en el día 6, infra octavam, en el de Santo Tomás Cantuariense (Thomas Beckett, Canterbury), San Silvestre, y en las octavas de San Esteban, San Juan e Inocentes.

En las segundas vísperas de Navidad al tiempo del Magnificat venía de la sacristía al coro un diácono representando a San Esteban, con la cara cubierta y vela en la mano, acompañado de dos presbíteros con cirios y bajo de palio, que llevaban cuatro presbíteros vestidos de capas. Así iban, concluidas las vísperas, con todo el clero a hacer estación a la capilla del Santo, y así asistían a los oficios el día siguiente, acompañando al subdiácono y diácono que iban a leer la epístola y evangelio. En la prima y demás horas de este día y otros muchos del año se cantaban los himnos al tono de mira divinae gratiae benignitas, pero de un modo tan original que quiero notarlo como lo he visto escrito con canto en la Consueta del siglo XVI, en que se hacía todo lo sobredicho.

Entonado por dos cantores el versículo Jam lucis orto sidere, respondía todo el coro: mira divinae gratiae. Cantores: Deum praecemur suplices. Coro: Benignitas. Cantores: ut in diurnis. Ut in diurnis, Coro repetía estas palabras. Cantores: ut in diurnis actibus. Ut in diurnis actibus, Coro repetía. Cantores: Nos servet. Nos servet, Coro repetía. Cantores: nos servet a nocentibus. Nos servet a nocentibus, Coro repetía. Cantores: alle. alle. alleluia. Alleluia, Coro repetía. Cantores: Linguam refrenans temperet. Coro: alle. alle. alleluia. Cantores: ne litis horror insonet. Coro: alleluia. Cantores: visum fovendo. Visum fovendo, Coro repetía. Cantores: visum fovendo contegat. Visum fovendo contegal, Coro repetía. Cantores: ne vanitates. Ne vanitates, Coro repetía. Cantores: ne vanitates hauriat. Ne vanitates hauriat, Coro repetía. Y así se cantaba todo el himno, una estrofa con la glosa de mira divinae gratiae, y otra con la de Alleluia. Todo lo dicho se hacía en el día de San Juan Evangelista, sino que el personaje que representaba a este Apóstol iba vestido de casulla; y que con él iba otro representando al Bautista, vestido de pieles, con el cordero y cruz de plata. Ambos debían ser presbíteros. Concluido el segundo Benedicamus de las vísperas de San Juan, venía el Obispillo con todo su séquito al coro: et ascendat trunam, dice la misma Consueta, et distribuat et conferat redditus et beneficia, secundum quod sibi videbitur faciendum. Acompañábanle en este acto y en todo lo restante de la fiesta cuatro canónigos, según se estableció por el Capítulo a 13 de diciembre de 1514, comenzando por las dignidades por turno, bajo pena de diez sueldos. Bajando del púlpito y sentándose en la silla episcopal se decían completas, en las cuales y en maitines y en lo demás el Obispillo y los niños hacían los oficios principales, haciendo los presbíteros los que tocaban a ellos. En la procesión antes de la misa mayor los canónigos llevaban la cruz, candeleros, estandartes y turíbulos. Durante la misa el Obispillo estaba en la cátedra episcopal del altar mayor. A toda esta ceremonia (cuya descripción extensa queda para la historia de los ritos) llama la Consueta ms. de la sacristía Entremes del bisbató, y supone que salía con tiara y varias veces le llama Papa.

En el episcopologio queda dicho que esta fiesta fue enteramente abolida por el Capítulo en 1549. En la procesión de las candelas del día de la Purificación a la entrada en la iglesia se cantaba el introito de la misa. Y esto lo advierto porque era rito general en todas las procesiones que se hacían después de tercia en todas las fiestas del año.

La Consueta del siglo XIV, después del rito de la bendición de la ceniza y de la absolución general de los difuntos en la iglesia, claustro y cementerio, en que se hacían diez estaciones, se manda que el Obispo vista casulla blanca para la misa, y que el diácono y subdiácono tomen igualmente casullas, et portent eas, dice, plicatas ante brachia. Epistola dicatur a subdiacono, deposita casulla super altare, et dicitur ante letrinum; et postea non reddit ad altare sed vadat parare calicem cum vino et hostia, et hoc facto induat casullam. (Era común este rito de preparar el cáliz después de la epístola). Diaconus, finita prima oratione missae, vadat retro altare, et ibi exuat se casulla, et plicatam portet eam super dorsum, scilicet, super stolam, et sic portet eam usque ad comunicandam; et dum dicetur comunicanda, vadat retro altare et induat se dictam casullam sicut prius. De esto es una reliquia el estolón que viste el diácono. Nada se dice en esta Consueta ni en otra alguna de la imposición de penitencia pública, sin embargo que se hacía su absolución solemne en el jueves santo. Los velos con que se cubrían los altares, cruces, etc., durante la Cuaresma, todos eran blancos.

La sobredicha Consueta del siglo XIV nada dice de la procesión de la cruz en la dominica in passione y días siguientes, sino sólo que el coro debía arrodillarse cuando se cantaba el versículo O Crux, del himno Vexilla. Al fin del mismo Códice se halla ya notada de letra posterior dicha procesión, con poca diferencia como ahora se hace, mandándose turificar la cruz. La bendición del domingo de Ramos se hacía en el Padrò. El Obispo iba con ornamentos verdes. Lo demás casi como en las demás iglesias de aquel tiempo. La pasión, con Dominus vobiscum, Et cum spiritu, Passio Domini nostri. Gloria tibi, se leía por uno solo, aun en el principio del siglo XVI, como consta del Misal impreso en 1506, donde después se han añadido de pluma las señales que distinguen las tres voces, que son: C., +. y S.

Los maitines del jueves santo y dos días siguientes se llamaban ya en el siglo XIV dels Fars, o Fasos, de la palabra latina farsa, que se dio a las preces rimadas que se cantaban al fin de estos oficios, cuyos versículos se decían aquí alternando entre el coro, y seis u ocho presbíteros que subían para el objeto a la capilla de la Trinidad, encima del altar mayor. Poníanse veinte y cinco cirios, que se iban matando al fin de cada salmo y responsorio. Cosas muy curiosas hay en los ritos de este día, singularmente en la consagración de los óleos, pero son larguísimas de contar y las guardo para cuando no esté de viaje. A mitad del siglo XIV no se conocía el uso de monumentos: el Obispo reservaba en la sacristía la hostia consagrada para el viernes santo. Pero a fines del mismo siglo ya se reservaba en el altar de Corpus Christi, adornado de propósito al efecto. Consta del libro de la sacristía del año 1396, donde se lee la partida siguiente de gasto. "Item compri cent canes de cayamas de Burguya (lienzo de Borgoña) (cañamazo) per lo sobrecel de la capela de Corpus Christ, hon esta reservat lo Cos precios de Jhu. Xst. lo digous é divenres sant, á rao de III sol. y II diners la cane. Per lo cual pagui vint é hun flori é un sol. é vuyt diners, qui valen XX lib., XVI sol. é VIII diners.” Ya entonces llamaban vulgarmente, como ahora, al monumento la Casa santa. En esta procesión se cantaba el símbolo Quicumque. También se quitaba este día de las pilas el agua bendita, como se hacía en toda la provincia Tarraconense. Curioso era el rito de la reconciliación y absolución de los penitentes que se hacía en este día en el Padrò con la lectura de sus sentencias, etc., etc.; pero es largo además y ando escaso de ocio. Había en el siglo XIV la costumbre de decir después del IX responsorio el Planctus de nuestra Señora, que era una letra vulgar: y también el robo de las toallas del altar al decirse las palabras de la Pasión: Partiti sunt vestimenta mea, etc.; nada de elevación de hostia y otros ritos comunes a otras iglesias. Según la Consueta de la sacristía de 1511 iban los celebrantes al monumento, donde se decía la confesión, vestidos de ornamentos blancos, como había mandado el Capítulo en 1492, y de allí llevaban al altar mayor el Cuerpo de Cristo, el cual elevaba el Obispo in modum circuli, puesto sobre un escaño alto. Omito otras cosillas. En el sábado santo se leían las profecías antes de la bendición del cirio pascual. Poníase en él la tablilla en que se notaba la letra dominical, año de la Encarnación y el día de la Pascua. De esta tablilla queda la descripción siguiente en un inventario de la sacristía del año 1399 (Act. cap.) Item unam cassam depictam, in cuius capite est depictus Jesus crucifixus cum Beata Maria et Sancto Johanne, et cum aquila, et Angelis ad latus, cum uno magno († (a: Así está escrito y no sé lo que significa.); et est in ea calendarium Nativitatis Domini, quod solet apponi in cereo pasquali. 

En la bendición del cirio está (aun en los Misales del siglo XVI) el elogio de la abeja, como en otras iglesias se usaba.

En los maitines de la mañana de Pascua al concluirse el III responsorio se cantaba la prosa Victimae de esta manera. Salían tres presbíteros de la sacristía con dalmáticas, cara cubierta y cirios en las manos, y puestos ante el altar mayor, vueltos hacia el coro, decían los tres primeros versos, uno cada uno. Luego los cantores preguntaban desde la puerta del coro por tres veces: Dic nobis Maria quid vidisti. A cada una de las cuales respondía uno de los tres los versículos Sepulcrum. Angelicos. Surrexit. Luego los cantores se entraban en el coro diciendo: Credendum est magis Mariae veraci, quam Judeorum turbae fallaci. Después de lo cual se entonaba el Te Deum. Esta era la fiesta de las tres Marías.

Esta prosa Victimae no se decía en la misa de estos dos primeros días, sino sólo en el tercero y siguientes de la octava. El sermón era después del Credo y ofertorio, como en otros días del año. Mas en el de este día mandó el Capítulo a principios del siglo XVI que en lugar de la salutación angélica Ave Maria, se dijese la antífona Regina coeli, la cual cantaban los doce presbíteros oficiantes con gran solemnidad (in sono maiori).

En el lunes de Pascua, al tiempo del ofertorio de la misa, el Obispo, canónigos y varios presbíteros sacaban todas las reliquias de la sacristía al altar mayor, donde permanecían todo el día, dándose a adorar al pueblo. Queda ya dicho del rito semejante que había en otras iglesias.

En el martes se cantaba la prosa Victimae, vistiéndose para ello un presbítero con dalmática verde y cubierto con una tela colorada en representación de la Magdalena; el cual, preguntado por los cantores, respondía como dijimos en el día de Pascua, mostrando al mismo tiempo al pueblo algunas pinturas alusivas a sus respuestas, las cuales llama Improperia la Consueta lemosina de la sacristía de principios del siglo XVI; la cual añade: "E quant vindra en aquell pas que la Maria aura á cantar dels cossos resucitar, seran aparellats davall laltar major set ó vuyt fedrins, ó tants quants volran, ab camis, é cuberts los caps ab amits; é quant vindra lo loch de resucitar, axiran davall laltar, é radolant fins baix al darrer graho, anarsen an á la sacristia.“ También de un Ángel que debía cantar no sé qué cosas, que la Consueta no dice, desde encima de la capilla de San Gabriel, dice: "Quant vindra lo cas que aura á cantar, tindra les ales plenes de candeles enceses; é axint fara una bombarde ó alguna ramor, significant lo impetut del seu axir.”

La dominica in albis se llamaba ya en el siglo XIV dia de la caritat, y en el libro de fábrica de 1368 no tiene otro nombre. Acaso nació esto de alguna limosna pública que se hiciera ese día, para lo cual se haría alguna procesión, de que todavía queda una reliquia, en la que me han informado que hacen las parroquias sin la catedral. Mas ni de uno ni de otro hay memoria en los libros del siglo XIV. El vulgo, que es quien suele conservar con más tesón las costumbres antiguas, da aún hoy este nombre a los días de la infraoctava de Pascua, en los cuales aún las meriendas que se hacen en el campo libre se llaman Pa en caritat.

En todo el tiempo pascual no había más que un nocturno. Cuando se rezaba de tempore todos los del coro estaban en pie en reverencia de la Resurrección, y cuando de algún Santo, alternaban los coros como entre año. En el lunes siguiente a la dominica in albis se celebra la fiesta del Ángel Custodio de esta ciudad y reino; y esto desde el año 1407 en que se instituyó, como queda dicho en el episcopologio. En la primera procesión, que se hizo ese año, iban niños representando los Ángeles. A fines del siglo XV (como se ve al fin de la Consueta de tempore) se manda que vayan doce presbíteros con capas cum sisternis (a) pergamini signatis signo civitatis in manibus. Esta procesión, como todas las de esta iglesia, comenzaba por el cántico Te Deum, al cual seguían varios responsorios en distintas estaciones, y finalmente la Salve a la entrada en la catedral. En los días de Pentecostés no había prosa en la misa hasta el jueves infraoctavo.

(a) La palabra sisternus significa sin duda un cuaderno de seis hojas, como quaternus de cuatro. Yo por lo menos no hallo otro significado. Llevarían, pues, aquellos presbíteros unos cuadernos abiertos, o sean cartones (a quienes por la semejanza se diese el nombre de sisternos), en los cuales iban pintadas las armas de la ciudad.

La fiesta del Corpus es muy antigua en esta iglesia, y ya se hacía en ella procesión solemne a mitad del siglo XIV, cuando el Obispo Berenguer Batlle, que murió en 1349, regaló para ello una custodia, cuya descripción nos conserva el inventario citado de la sacristía de 1399 por estas palabras: "Item unum lignum argenteum cum suo crucifixo, et imaginibus Sanctae Mariae et Sancti Johannis, et cum duobus Angelis, et pede argenti: et in medio est reservatorium cristallinum ubi immititur hostia salutaris die festi Corporis Christi; et sunt signa in eo de Papagays, quod est signum Dni. Berengarii Baiuli, quondam Episcopi Maioricensis.” Creo que ha de quedar alguna parte desta alhaja.

En la misa no se decía prosa alguna aun entrado el siglo XVI, como se ve en los Misales de aquel tiempo, sin embargo de que había algunas verbetas en los responsorios de maitines. En la misma época iban en la procesión los doce Apóstoles, cada uno con la insignia de su martirio, todos vestidos de dalmáticas, a excepción de San Pedro, que iba con casulla y tiara (Consueta de la sacristía). Al fin de la Consueta de tempore se ve que en el siglo XV iban en la profesión varios Profetas induti camisiis, y que al concluirse se daba la bendición con el Santísimo, elevándolo in modum circuli. En el Ordinario impreso en 1516 nos queda una exacta descripción del modo con que se hacía esta procesión en dicho tiempo con las siete estaciones que mandó el Rey Don Pedro IV de Aragón en 1368. Es artículo curioso, mas no puedo copiarlo, como también lo es la que nos conserva la Consueta de tempore, ms. a mitad del siglo XIV, cuando la procesión no solamente era por la mañana, sino también antes de la misa mayor. La costumbre de hacerla por la tarde no se había introducido aún en 1597, como consta de las Actas capitulares.

No se conoce el origen de la antigua costumbre de poner la imagen de nuestra Señora sobre una cama en medio de la iglesia en el día de su Asunción. Hacíase esto al comenzar los laudes, y juntamente se sentaban al rededor de la imagen doce presbíteros en representación de los doce Apóstoles, todos con dalmáticas, a excepción de San Juan, que iba con casulla y una palma en la mano. Así iban también en la procesión que se hacía antes de la misa mayor y en la otra que había después de completas. Esta última se estableció por resolución de ambos cabildos en el año 1456, mandándose llevar en ella la imagen de nuestra Señora solamente. En el año siguiente pareció que se llevase alguna reliquia, y en efecto se llevó la Verónica, en el inmediato las espinas del Señor, y luego volvieron a llevar la Verónica, como se usaba todavía en 1511, cuando se escribió la Consueta de la sacristía, de quien es todo esto que he dicho. Omito la noticia de otros ritos para poderla dar de la fiesta que se celebraba en esta iglesia a los llamados Santos Mártires Cabrit y Basa (Bassa), naturales de esta isla, en la dominica infraoctava de Todos Santos. Y es de notar que de dicha fiesta no hay mención en ninguna de las Consuetas ni otros códices rituales que yo he visto, los cuales en ese día ponen el oficio de todos los santos Mártires que tenían todo el segundo nocturno propio, siendo lo demás de dominica. En 1627, día 24 de septiembre, resolvió el Capítulo que se escribiese al Papa pidiéndole oficio y rezo de estos Santos. De este tiempo son las únicas noticias que tengo de la celebración de dicha fiesta; las cuales he tomado de un ms. que hay en el archivo de esta catedral, intitulado Noticiari. En él se lee que se celebró la fiesta en 1631, y que predicó el P. Fr. Agustín Salvador, Dominico; y en 1632 en que predicó lo Pare fra Costa, Guardiá de Jesus.

Otra prueba más terminante de eso es el sermón impreso en 1625, del cual poseo un ejemplar; y por ser este papel raro y contener toda la historia de estos Mártires voy a hacer de él un extracto, aunque sea largo. Su título es este: Sermón de los ínclitos Mártires Sant Cabrit y Sant Bassa, naturales del fidelísimo y dorado reino de Mallorca, naturales de la villa de Alaro (: Alaró): predicado por el muy R. P. Fr. Gerónimo Planes, religioso descalzo del orden de Sant Francisco. En Mallorca por Gabriel Guasp, año 1625, a costa del doctor Juan Coll, rector de la villa de Alaro, especialísimo devoto de los Santos. En el frontis están estos pintados en pie con la armadura militar y lanzas. Sigue la dedicatoria a los Jurados de Mallorca, en la cual se ingiere una carta dirigida a los mismos por el Cardenal Cisneros, fecha en Alcalá a 8 de octubre de 1503, en que recomienda mucho la doctrina de R. Lull. Sigue el sermón que se dice compuesto según la admirable traza del Arte magna revelada por Dios al invencible mártir y doctor iluminado Raimundo Lullio, natural también de dicho reino y gran Senescal y mayordomo mayor de su Rey y Señor. = Tema: Beati qui persequtionem patiuntur. Supone el orador que esta fiesta era real, celebrada antiguamente por los cristianísimos y devotísimos Reyes de Mallorca: que estaba olvidada por haberse dejado el rezado del Breviario antiguo deste santo obispado, en el cual se rezaba dellos en este día de la dominica después del día de Todos Santos en compañía de los otros Mártires. La historia de este martirio la saca de las lecciones que dice se hallaban en dos antiguos Breviarios, impresos el uno en Mallorca en 1488, y el otro en Venecia en 1506, los cuales dice que existían en su tiempo. Y será así sin duda; mas ahora no nos queda ningún ejemplar de aquellos códices. Y así tendré que sacar estas copias del sermón, por las cuales verás que cuando el Rey de Aragón Alfonso III despojó en 1287 del señorío de Mallorca a su tío el Rey Don Jaime, intimó la rendición al capitán del castillo de Alaro, llamado Cabrit. Este se resistió perseverando fiel a Don Jaime; y en alusión al nombre del Rey, llamado vulgarmente Anfós, y a que este es el nombre que dan al pescado llamado mero en Castilla, dijo burlando que Anfós era bueno para salsa. Airado el Rey juró asar al capitán Cabrit y a su compañero Bassa como se asan los cabritos. Y lo cumplió luego que tomó el castillo. Sabido esto por el Papa Gregorio XII excomulgó al Rey, el cual consiguió la absolución prometiendo restituir el reino a su tío y edificar un altar en honor de todos los Mártires, entre los cuales estuviesen los dos sobredichos. Estas cosas verificó el Rey Don Jaime, y su hijo Don Sancho instituyó en 1312 un beneficio en honor de dichos Santos. Esta es la historia que resulta de las lecciones cuya copia incluyo (a: Ap. núm. XI.), en la que sólo advierto por ahora la equivocación con que atribuye la excomunión del Rey Alfonso al Papa Gregorio XII, que fue posterior mucho más de cien años, no quedando arbitrio para decir que sería el X o el XI, porque el primero murió mucho antes del suceso, y el segundo fue Papa casi cien años después. Omito otras reflexiones porque no me he propuesto impugnar el hecho, sino sólo hablar de él en la parte ritual. Por lo demás el orador desempeña su objeto, que fue probar lulísticamente que estos soldados padecieron por la observancia del juramento hecho a Dios en manos de su teniente el Rey Don Jaime ... mayormente que les podía mover a la conservación dél la esperanza que podían tener que vendría su legítimo Rey, favorecido del Rey de Francia, por cuya ocasión le había su sobrino quitado el reino.

En el mismo sermón se lee que los huesos de estos Mártires están en la catedral debajo del altar de la capilla de San Simón y San Judas, los cuales se reconocieron en tiempo del orador. Novísimamente fueron reconocidos día 7 de noviembre de 1805 por varios señores canónigos y otras personas. Así se halla notado al margen del libro de las Actas capitulares que empiezan el día 16 de noviembre de 1633. Uno de los que asistieron me ha informado que se hallaron cenizas y muchos huesos quemados. Están en arcas de piedra de Santañí, debajo del altar de la Piedad, que acaso antes se llamaría de San Judas. Y baste de esto.

De otros ritos podía hablar tocantes a la administración de sacramentos y otros puntos de disciplina. Pero para muestra de las costumbres antiguas de esta iglesia basta lo dicho. A Dios. Palma etc.

Curta biografía de Braulio Foz.

BRAULIO FOZ. Va estudiá los primés estudis a Calanda, y al 1807 apareix matriculat a la Universidat de Huesca. Allí, com mols atres compañs,...